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Creer o reventar
Por Horacio Sacco
Desde el oráculo de Delfos al pulpo Paul, pasando por la malograda neopitonisa
Carrió, el pensamiento mágico responde a un solo y único deseo: querer que "eso"
que anhelamos ocurra.
La psicología, la antropología y en general las ciencias sociales dedican
amplios estudios y otorgan valor a la influencia del pensamiento mágico, junto a
la ciencia y la religión, sobre las conductas individuales y colectivas. De la
misma forma que la ciencia, el pensamiento mágico, o la magia, se preocupa de
las relaciones causales, pero a diferencia del pensamiento científico el
pensamiento mágico no distingue la correlación causa-efecto.
Si un personaje a quien se cree dotado de poderes sobrenaturales predice una
eclipse o la inminencia de lluvia, y de inmediato esto se produce, el
pensamiento mágico asignará el fenómeno a los "poderes" ejercidos,
desentendiéndose de otras variables, quizás menos espectaculares pero sí
comprobables empíricamente si se tienen los datos y las herramientas de análisis
adecuadas.
La eficacia de la magia radica en gran medida en la ausencia o el fracaso de la
razón para realizar una lectura de la realidad que
conforme a los protagonistas, por ello es frecuente la presencia del pensamiento
mágico en los niños y en los llamados, por la
antropología clásica, pueblos primitivos.
Instalada la magia como lectura unívoca de la realidad, es en este punto donde
interviene la mediación del oráculo como presentificación del pensamiento
mágico. Un oráculo es una respuesta que supuestamente da una deidad por medio de
un sacerdote, pitonisa o sibila, a través de signos, señales, interpretaciones
de símbolos sobre piedras (runas), cartas (tarot), sacrificios de animales, etc.
Desde el oráculo de Delfos al pulpo Paul, pasando por la malograda neopitonisa
Carrió, el pensamiento mágico responde a un solo y único deseo: querer que "eso"
que anhelamos ocurra.
Y aunque la eficacia del pensamiento mágico no responde a la posibilidad de
"aciertos" sino a la necesidad de llenar un profundo vacío de sentido producido
por el deseo, visto los fracasos premonitorios de la bizarra neopitonisa Carrió
y considerando los ya ganados pergaminos de aciertos, al modesto entender de
este cronista al pulpo alemán habría que levantarle un monumento.
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