Participaron alumnos de la Escuela 9 de ese distrito

Un emotivo acto en Pilar para conmemorar la Masacre de Fátima

Fotos: Mario Sayes

Fue una de las matanzas más atroces de la dictadura: la madrugada del 19 de agosto de 1976 las fuerzas represivas fusilaron y después dinamitaron a 30 detenidos desaparecidos. Como todos los años, en Fátima se recordó hoy la masacre con un acto con autoridades, organismos defensores de derechos humanos y familiares de las víctimas.

Se la conoció como Masacre de Fátima y fue una de las más atroces del accionar de la última dictadura en territorio bonaerense. En la madrugada del 19 de agosto de 1976, un grupo militar llegó a un puesto de control caminero sobre una ruta de Fátima, un pequeño pueblo de no más de seis mil habitantes a pocos kilómetros de Pilar. Luego se desvió hacia un callejón por un camino de tierra, cerca de una ladrillera. Todo había sido planificado. En un descampado, lejos del sueño de los vecinos, se voló con dinamita a 30 prisioneros, que antes habían sido ejecutados. A la mañana siguiente, un grupo de obreros encontró restos humanos. Para no dejar evidencia del episodio, uniformados y personal civil recogieron los pedazos de los cuerpos dinamitados y los cargaron en un camión municipal.



Como todos los años, en Fátima se conmemora la masacre con un acto donde participan autoridades, organismos defensores de derechos humanos y familiares de las víctimas. “No sólo es para recordar sino que lo hacemos con el objetivo de mantener viva la memoria. Fue un hecho terrible y no queremos que vuelva a repetirse”, dijo a Infojus Noticias Lorena Lescano, directora de Participación Ciudadana y Derechos Humanos de Pilar.

En la zona está el cementerio privado Memorial, de Pilar. Allí están enterrados como N.N. algunos de los artífices de la represión: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, José Alfredo Martínez de Hoz y Orlando Agosti. Este mediodía organismos de derechos humanos, agrupaciones políticas y artistas se concentraron frente al parque. Hicieron un señalamiento y pusieron unos plantines al lado de unos pinos. Antes de irse, tacharon con aerosol la “l” de “Memorial” de un cartel. El lugar está a 10 kilómetros de donde fue la masacre.



El acto tuvo su base en la Escuela 9 de Pilar. Allí se concentraron más de 60 personas, que junto a los estudiantes del secundario irán hasta el pozo de la explosión. Los vecinos toman mate, conversan y cuelgan banderas como la de “desaparecidos y ex presos políticos de José C. Paz”. También acompañó la Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo.

Hace más de diez años, el director del colegio, Donato de Santo, tomó el tema como propio y empezó una serie de charlas y encuentros. Así se logró, entre otras cosas, que los jóvenes participaran del programa “Jóvenes y Memoria”, de la Comisión Provincial por la Memoria. “Todos los años existen diversas actividades, como muestras fotográficas y recitales como el que hizo Víctor Heredia. Este año va a bailar un grupo folclórico. Desde la escuela se visita el lugar de la masacre, a dos kilómetros, y después se vuelve al colegio para seguir con la conmemoración”, explicó Lescano.



“Grupos irracionales que perturban la paz interior”

El operativo fue comandado por el Ejército. Los treinta prisioneros eran 10 mujeres y 20 hombres, la mayoría referentes sindicales de la zona norte de Buenos Aires, estaban detenidos en el campo de la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal. Se liberó la zona y, la noche anterior, helicópteros del Ejército y un par de Ford Falcón patrullaron el barrio. Las víctimas habían sido aniquiladas antes de la explosión. A los cuerpos los trasladaron con vendas en los ojos.

La versión oficial, después que los obreros encontraran los cuerpos, fue que había sido producto de un enfrentamiento con la guerrilla. La Junta Militar, en efecto, dijo que fue un “vandálico hecho sólo atribuible a la demencia de grupos irracionales que con hechos de esta naturaleza pretenden perturbar la paz interior y la tranquilidad”.



En ese momento fueron identificadas cinco personas: Inés Nocetti, Ramón L. Vélez, Angel O. Leiva, Alberto E. Comas y Conrado Alzogaray. El resto fue inhumado como NN en el cementerio de Presidente Derqui. Varios años después se identificaron algunas víctimas más, como Daniel Argente, José D. Bronzel, Susana Pedrini de Bronzel, Carmen Carnaghi, Haydé Cyrullo de Carnaghi, Norma S Fontini, Selma J. Ocampo, Horacio O. García Gastelú y Carlos Raúl Pargas.

El represor Carlos Gallone, acusado en 2008 de ser el organizador de la matanza, fue fotografiado en 1982 en una marcha de organismos de derechos humanos contra la dictadura. Allí aparece llorando mientras abraza a una madre de Plaza de Mayo, en una foto que recorrió el mundo.



En abril de 2008, el Tribunal Federal número 5 condenó a cadena perpetua a Juan Carlos Lapuyole –hombre de confianza del ex ministro Harguindeguy- y a Gallone. A un tercer acusado, Miguel Ángel Trimarchi, lo declaró inocente. La sentencia resumió: “Se los encontró culpables de los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio calificado por alevosía cometidos contra veinte hombres y diez mujeres, agravada por su carácter de funcionario público”. Los querellantes apelaron el fallo de Trimarchi ante la Cámara de Casación y aún no hubo respuesta.

JMM/JB/RA

20/08/15 Infojus Noticias


 

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