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Respuestas
del campo nacional-popular a los profetas del odio
Por Juan Godoy*
Tres meses más tarde que el odio oligárquico arrojara bombas sobre la Plaza de
Mayo, dejando un tendal de casi cuatrocientos muertos, se producía (finalmente)
el golpe de estado contra la Revolución Nacional acaudillada por Juan Domingo
Perón, “entonces el cielo entero se nos vino encima. El mundo que conocíamos, el
mundo cotidiano, cambió por completo. La gente, los hechos, el trabajo, las
calles, los diarios, el aire, el sol, la vida se dio vuelta. De repente entramos
en un mundo de pesadilla en que el peronismo no existía”1. No obstante esta
aseveración de uno de los artífices de la Resistencia, César Marcos, el
peronismo seguiría vigente justamente por la Resistencia que emprenden los
trabajadores de la patria, y sumado a esto, un conjunto de pensadores nacionales
(que no por ello dejaban de conspirar contra los golpistas), lanzarán profundas
críticas al aparato oficial donde se sustentaba el terror, y una Argentina semi-colonial.
Esto último es lo que trataremos, brevemente con algunos ejemplos, en estas
líneas.
Atrás quedaba el “ni vencedores, ni vencidos” lanzado por Lonardi, recordando a
Justo José de Urquiza, se lanzaba una feroz represión sobre el pueblo peronista
llegando incluso el 9 de junio de 1956 a fusilar a compatriotas, Salvador Ferla
al respecto afirma que “la misma noche del 17 (de octubre de 1945), se la tiene
jurada al pueblo. Esa misma noche la oligarquía empezará a soñar con la hora de
la impunidad para la venganza”.2 La Resistencia peronista entonces contemplaba
un amplio repertorio que incluía desde un grito fuerte en una noche fría de
Buenos Aires… “¡Viva Perón, Carajo!” como forma de enfrentar el Decreto 4161 que
prohibía nombrar a Perón y a Eva Perón entre otras cosas, el trabajo a desgano,
el panfleto, el volante, la “flor del no me olvides” como identificación, la
bomba casera, el levantamiento cívico-militar, un conjunto de publicaciones
periódicas como El Líder, El 45, El Guerrillero, Rebeldía, Lucha Obrera, La
Causa, Palabra Argentina, De Frente, El soberano, Mayoría, etc. 3 hasta libros
que denunciaban la represión, la entrega de la economía nacional (destruyendo la
obra de los diez años de peronismo), y el accionar de una superestructura
cultural de colonización pedagógica donde se asentaba la represión, y el
coloniaje económico. En algunos ejemplos que sostenemos se articular entre sí,
avanzaremos en nuestro escrito.
El primero de esos trabajos en realidad es producido un año antes del golpe de
estado, pero como se encuentra en la misma lógica de análisis, y “dialoga” con
los otros que pondremos en consideración, consideramos pertinente su inclusión
aquí. Ese escrito es “Crisis y resurrección de la Literatura Argentina”, cuya
autoría le pertenece al “colorado” Jorge Abelardo Ramos. En ese libro, luego
re-editado por Coyoacán a principios de los 60’s, Ramos conceptualiza la noción
(central para el pensamiento nacional) de semi-colonia. ¿A qué se refiere Ramos
con este concepto? Veamos… Sostiene el autor: “en la medida que la “colonización
pedagógica no se ha realizado (…), solo predomina en la colonia el interés
económico fundado en la garantía de las armas. Pero en las semi-colonias, que
gozan de “status” político independiente decorado por la ficción jurídica,
aquella “colonización pedagógica” se revela esencial”.4 Es decir, en las
colonias la dominación está asegurada por las armas y la presencia del ejército
invasor, mientras que en las semi-colonias, al no existir esta garantía (no
obstante en momentos puedan utilizarse), la continuación del dominio imperial
sobre esas naciones se asegura con un aparato cultural de “colonización
pedagógica”5.
Poco tiempo después -en 1957-, Arturo Jauretche va a editar “Los Profetas del
Odio”, al que ese mismo año le agregaría “La Yapa”. En este escrito, basándose
en estas consideraciones de Ramos, Jauretche va a profundizar en la cuestión.
Argumenta que fruto de esa superestructura cultural de colonización pedagógica
va a emergen una intelligentzia (no inteligencia), la cual es conformada por
sujetos que se autodefinen como intelectuales, e identifican a los valores
universales con la cultura, procurando su incorporación como valores absolutos y
no relativos. Es decir, incorporan acríticamente un pensamiento realizado en
otras latitudes y/o en otros tiempos. No toman los valores universales y los
incorporan en tanto las necesidades nacionales, sino lo hacen bajo el esquema
“civilización y barbarie”, donde todo lo bueno vendría de afuera, y todo lo malo
sería lo autóctono, lo local. Esta intelligentzia así, no cumplió el papel de
conformar una cultura nacional, “de aquí que la crítica a una “cultura”
establecida sobre dichas bases, consiste en el primer paso para restituir los
valores sumergidos de la cultura colonizadora”6.
Ese mismo año Hernández Arregui publica su primer libro7 que va a tener una
profunda injerencia en las ideas nacionales argentinas. Estos libros son
escritos en circunstancias particulares, en la descarnada persecución a todo lo
que “olía a peronismo”, como ejemplo, mientas Arregui termina este trabajo, lo
detienen por el levantamiento de Valle y Tanco que terminaría con los
fusilamientos8. Allí el autor, que había hecho su ingreso al peronismo de la
mano de Jauretche, pone de relevancia el entramado de los golpistas que obturan
la posibilidad de expresarse a las mayorías populares, con la función
justificadora (ya sea por apoyo explícito, o por silencio cómplice) de la
academia. Realiza una profunda crítica a la intelligentzia argentina, y sostiene
que el imperialismo, conjuntamente con la oligarquía local se apoya en la
superestructura cultural para “reforzar la conciencia falsa de lo propio y
desarmar las fuerzas espirituales defensivas que luchan por la liberación
nacional en los países dependientes”9.
Hay en la visión de Hernández Arregui una relación entre los sucesos
políticos-económicos y su injerencia en los ámbitos formadores de cultura.
Revaloriza allí también el papel de la cultura nacional como resistencia a la
penetración imperialista, y como manifestación de la comunidad autónoma. La
propaganda imperialista apunta sobre todo a los sectores medios argumenta
Arregui, y critica a la misma en tanto “convencida de su independencia,
justamente porque carece de ella, se cree depositaria de los valores
universales, sin comprender que detrás de ellos están los intereses particulares
de la burguesía. El pequeño burgués (…) piensa siempre en términos absolutos (…)
su minúscula situación social le hace perorar con frases de gigante”.10
Al otro año Jauretche daría a conocer la continuación de “los profetas…”, con el
“Manual de zonceras argentinas”, allí afirma que esta intelligentzia es una de
las principales difusoras de las zonceras.11 Es una tarea de descolonización
pedagógica la que pretende el autor de “los profetas del odio”, y esa tarea se
encuentra estrechamente ligada a la enseñanza de nuestro pasado nacional. Es por
este motivo, que escribe “Política nacional y revisionismo histórico”. Allí
Jauretche considera que lo que se nos ha impuesto como la HISTORIA, en realidad
es una política de la historia, es decir un relato parcial de nuestro pasado, en
el caso de la historiografía oficial-liberal se trata de la óptica de la
oligarquía porteña, así al pretender arrojarse la noción de totalidad del relato
histórico (y no decir que es una visión parcial, ésta es falsa). Se ha
falsificado nuestra historia, y esta “falsificación ha perseguido precisamente
esta finalidad: impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los
argentinos poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política
nacional”.12 Estos falsificadores no son individuos aislados, sino un entramado
que procura mantener al país en la dependencia económica y cultural. Se trata
entonces de construir un relato que rescate la historia desde la perspectiva de
los oprimidos, para la conformación de una política nacional.
En esta lógica de trabajo que sostiene Jauretche es que, unos años antes, como
varios de los trabajos que reseñamos aquí, en 1957, Jorge Abelardo Ramos avanza
en sus planteos historiográficos con “Revolución y Contra-revolución en la
Argentina”. En este libro, Ramos analiza nuestro pasado nacional desde una
perspectiva marxista (aunque adaptada a nuestra realidad), haciendo énfasis en
el papel de las masas en la historia, ya no será pues la historia realizada por
grandes hombres, sino más bien a partir del conflicto entre las diferentes
clases sociales13.
No es nuestra intención ser exhaustivos en la rememoración de los libros
publicados en ese periodo desde el campo nacional, sino solamente demostrar a
través de algunos ejemplos que se articulan entre sí, cómo se enjuicia
profundamente el aparato de colonización pedagógica de la oligarquía argentina.
Cómo estas publicaciones ponen su “granito de arena” a los años de la
Resistencia Peronista, y también de qué manera la lectura de éstos, y de tantos
otros como José María Rosa, Fermín Chávez, Scalabrini Ortíz, John William Cooke,
Rodolfo Puiggrós, etc. contribuyen a la nacionalización de los sectores medios
que serán, conjuntamente con los sectores trabajadores actores centrales en los
años ‘60’s y 70’s., y artífices de la vuelta de Juan Domingo Perón a nuestra
patria.
1 Marcos, César. La cosa fue así. En Revista Peronismo y Liberación (Dir. Juan
José Hernández Arregui). Nº1, agosto de 1974, página 23. Este escrito es
reproducido en Baschetti, Roberto. (2012). Documentos de la Resistencia
Peronista. 1955-1970. Volumen 1. Buenos Aires: ediciones De la Campana, pp.
61-66.
2 Ferla, Salvador. (2008). Mártires y verdugos. La insurrección de Valle y los
27 fusilamientos. Buenos Aires: Peña Lillo (Continente), página 23.
3 Para un análisis de los periódicos de los años de la Resistencia hasta el
Gobierno de Isabel Martínez, véase Baschetti, Roberto. Veinte años de
publicaciones resistentes peronistas. En Baschetti, Roberto. (2012). Documentos
de la Resistencia Peronista. 1955-1970. Volumen 1. Buenos Aires: ediciones De la
Campana, pp. 21-33. Para observar los afiches, panfletos y demás manifestaciones
de la Resistencia, véase: Baschetti, Roberto. (2013). Lo que el viento (no) se
llevó. Efémeras, volantes y panfletos peronistas (1945-1983). Buenos Aires:
Pueblo Heredero.
4 Ramos, Jorge Abelardo. (1961). Crisis y resurrección de la Literatura
Argentina. Buenos Aires: Coyoacán, página 12.
5 En relación al mundo colonial, profundizando en la cuestión, Frantz Fanon
sostiene que es un mundo dividido en compartimentos, y que la línea divisoria
está marcada por ejércitos, cuarteles, policía, balas, etc. pero los dos mundos
no son excluyentes sino que se superponen, a la vez que “en las colonias la
infraestructura es igualmente superestructura”. Fanon, Frantz. (2007). Los
condenados de la tierra. México: Fondo de Cultura Económica, página 34.
6 Jauretche, Arturo. (2004). Los profetas del odio y la yapa. Buenos Aires:
Corregidor, página 99.
7 Propiamente dicho el primer libro de Hernández Arregui se tituló Siete Notas
Extrañas. Era un libro de cuentos que tuvo buena crítica, pero Arregui, como
Jauretche, Scalabrini, y otros, emprendieron el mismo camino que Homero Manzi:
dejar de ser un hombre de letras, para hacer letras para los hombres. Galasso,
Norberto. (1986). Hernández Arregui, del peronismo al socialismo. Buenos Aires:
ediciones del pensamiento nacional.
8 Iñíguez Piñeiro, Carlos. (2007). Hernández Arregui, pensar el nacionalismo
popular desde el marxismo. Buenos Aires: siglo XXI (editora iberoamericana).
9 Hernández Arregui, Juan José. (1973a). Imperialismo y cultura. Buenos Aires:
Plus Ultra, página 15.
10 ibídem, página 247.
11 Jauretche, Arturo. (2004). Manual de Zonceras Argentinas. Buenos Aires:
Corregidor
12 Jauretche, Arturo. (2008). Política nacional y revisionismo histórico. Buenos
Aires: Corregidor, página 14.
13 Norberto Galasso afirma que Ramos en este libro cambió varias de sus posturas
publicadas en América Latina, un país (1949), a partir sobre todo, de la crítica
que le realizaran los fundadores de la izquierda nacional en nuestro país,
Frente Obrero, fundamentalmente en los Cuadernos de Indoamérica. Sostiene
Galasso acerca de Revolución y contra-revolución en la Argentina, que tuvo
también la crítica elogiosa de Hernández Arregui en “La Formación de la
Conciencia Nacional”, “corregidas las deformaciones nacionalistas de América
Latina, un país, el nuevo libro constituye uno de los intentos más logrados de
interpretación de nuestro pasado a la luz de la lucha de clases”. Galasso,
Norberto. (2007). Aportes críticos a la historia de la izquierda Argentina.
Socialismo, peronismo, e izquierda nacional. Buenos Aires: Nuevos Tiempos,
página 292.
Bibliografía
Baschetti, Roberto. (2012). Documentos de la Resistencia Peronista. 1955-1970.
Volumen 1. Buenos Aires: ediciones De la Campana.
Baschetti, Roberto. (2013). Lo que el viento (no) se llevó. Efémeras, volantes y
panfletos peronistas (1945-1983). Buenos Aires: Pueblo Heredero.
Fanon, Frantz. (2007). Los condenados de la tierra. México: Fondo de Cultura
Económica.
Ferla, Salvador. (2008). Mártires y verdugos. La insurrección de Valle y los 27
fusilamientos. Buenos Aires: Peña Lillo (Continente).
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Buenos Aires: ediciones del pensamiento nacional.
Galasso, Norberto. (2007). Aportes críticos a la historia de la izquierda
Argentina. Socialismo, peronismo, e izquierda nacional. Buenos Aires: Nuevos
Tiempos.
Hernández Arregui, Juan José. (1973a). Imperialismo y cultura. Buenos Aires:
Plus Ultra.
Iñíguez Piñeiro, Carlos. (2007). Hernández Arregui, pensar el nacionalismo
popular desde el marxismo. Buenos Aires: siglo XXI (editora iberoamericana).
Jauretche, Arturo. (2004). Los profetas del odio y la yapa. Buenos Aires:
Corregidor.
Jauretche, Arturo. (2004). Manual de Zonceras Argentinas. Buenos Aires:
Corregidor.
Jauretche, Arturo. (2008). Política nacional y revisionismo histórico. Buenos
Aires: Corregidor.
Marcos, César. La cosa fue así. En Revista Peronismo y Liberación (Dir. Juan
José Hernández Arregui). Nº1, agosto de 1974.
Ramos, Jorge Abelardo. (1961). Crisis y resurrección de la Literatura Argentina.
Buenos Aires: Coyoacán.
* Sociólogo -UBA-, Docente UPMPM, UNAJ, UNLa.
Artículo presentado en las III Jornadas de Historia de la Universidad Popular
Madres de Plaza de Mayo (UPMPM).