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A
dos voces
Verónika Engler y Jorge Zabalza reflexionan sobre el 11 de septiembre.
Sucedió un 11 de septiembre
Por Veronika Engler *
El atentado a las torres gemelas fue un suceso que estremeció al mundo, hubieron
muchas víctimas, pero no nos olvidemos de los demás acontecimientos que
acaecieron el 11 de septiembre en distintos años.
Escribo esto porque ese atentado pasó a ser el hecho distintivo de esa fecha, el
que más se recuerda, del que más se escribe y habla sin haber sido el único
acontecimiento importante, ni el que cobró más víctimas. Esto me lleva a hacer
la siguiente pregunta: ¿Por qué nos comportamos como si los yankees tuvieran la
prioridad y el monopolio sobre el dolor? Justamente ellos, que son los causantes
de tanta masacre y tanta muerte, ellos que han utilizado todas las excusas para
reprimir, para atacar, para invadir e intervenir en los asuntos políticos de
otros países, ellos son los que tienen más derecho a recordar y llorar a sus
muertos, poseedores del dolor del que la prensa hace eco a nivel mundial. ¿En
qué fecha se recuerdan todos los muertos directos e indirectos que hay en el
haber de los EE.UU.? Recordemos, sin ir muy lejos todos las muertes que el
suceso del 11 de septiembre justificó, recordemos Irak, recordemos Afganistán y
sigamos recordando a lo largo y ancho del mapa y el tiempo, vamos a encontrar
mucha sangre regada por estos y otros “dueños de la verdad”.
Un 11 de septiembre del 1609 en España se da la orden de expulsión contra los
musulmanes no convertidos de Valencia; este será el inicio de la expulsión de
todos los musulmanes de España.
Un 11 de septiembre del 1906 Mahatma Gandhi inicia su Movimiento de No
Violencia.
El 11 de septiembre de 1919 los Marinos de los EE.UU. invaden Honduras
También es en un 11 de septiembre (1941), la fecha en que en los EE. UU.
Comienzan las excavaciones para la construcción del Pentágono.
En 1943, un 11 de septiembre, en Minsk y Lida, los nazis comienzan el exterminio
del ghetto judío.
Durante un 11 de septiembre de 1944, la RAF bombardea la ciudad de Darmstadt
matando a 11.500 civiles.
En 1965, también un 11 de septiembre, llega a Vietnam la Primera División de
Caballería estadounidense, todos sabemos que pasó después.
El 11 de septiembre de1973, se da un golpe de estado en Chile, dirigido por el
general en jefe del ejército Augusto Pinochet que derroca al gobierno socialista
del presidente Salvador Allende que se suicida ese mismo día. Se da inicio a un
régimen militar que duraría diecisiete años.
Año 1978, un 11 de septiembre, Jimmy Carter (presidente de EE. UU), Saddat
(presidente de Egipto), y Begin (primer ministro de Israel) se encuentran en
Camp David y acuerdan un marco para la paz entre Israel y Egipto y una paz
extensa en Oriente Medio, paradójicamente un 11 de septiembre, cuatro años
después, las fuerzas internacionales que estaban garantizando la seguridad de
los refugiados palestinos, abandonan Líbano tras la invasión por parte de
Israel. Cinco días después, varios miles de refugiados son masacrados en los
campos de refugiados de masacre de Sabrá y Chatila por falangistas cristianos
maronitas.
Recién el 11 de septiembre del 2001 en EE. UU., suceden los atentados en las
Torres Gemelas (en Nueva York), al Pentágono (en Washington) y a un avión (en
Somerset, Pensilvania). Casi 3000 personas fallecen, y el grupo Al Qaeda
(encabezado por Osama bin Laden), es señalado como el presunto autor de dichos
ataques. Desde entonces se comenzó a perseguir y a aterrorizar a los musulmanes
en EE.UU. y en otros países
Un 11 de septiembre del 2005 el Estado de Israel declara oficialmente su
intención de dejar el disputado territorio de la Franja de Gaza después de 38
años de ocupación, cosa que no sucede.
Hace solo 3 años, un 11 de septiembre del 2008 en Porvenir (departamento de
Pando, Bolivia) se lleva a cabo la masacre de Porvenir, con 18 campesinos
muertos y 30 desaparecidos.
Solamente nombro algunos de los sucesos que acontecieron en esa fecha, considero
injusto que EE.UU. monopolice el 11 de septiembre hasta tal punto que llegamos a
identificar erróneamente el atentado a las Torre Gemelas como el hecho más
importante.
* Periodista, psicopedagoga.
11 de septiembre, nudo de
recuerdos
Por Jorge Zabalza *
Los bastones golpeaban rítmicamente las barandas del segundo piso, resonaban las
botas que corrían sin ton ni son al grito de los oficiales, ruidos de puertas de
metal golpeadas cada vez que sacaban a uno de nosotros en el segundo piso. El
aquelarre, todas las brujos sueltos y excitados. Todos sabíamos el batuque tenía
olor a “flauteo”, es decir, traslado de presos con destino desconocido. Con el
susto se aceleraron mis reflejos, tiré de inmediato un montón de hojillas de
fumar al “biorse” y guardé las más importante entre las gasas del vendaje
purulento que mal tapaba la herida del vientre. Por si me tocaba, me puse dos
calzoncillos largos, tres camisetas de punto, un rompevientos, tres pares de
medias y, por arriba de todo eso, el mameluco gris con su “070” y el distintivo
rojo.
Cuando llegó mi turno, me levantaron de los sobacos y me sacaron en el aire,
dolía la punta del bastón clavado en las costillas, bajamos la escalera
rebotando contra las paredes, me encapucharon y ataron las manos atrás, a la
cintura y a los tobillos. Finalmente me arrojaron como una bolsa de papas en la
caja de una camioneta cerrada. ¿Será por lo de Cuba, que no había saltado? ¿O
descubrieron el proyecto de fuga en helicóptero, que habíamos logrado enviar a
los compañeros?. El pulso acelerado, la cabeza giraba a mil por hora en un
torbellino de preguntas y respuestas imaginarias. Apenas empezó a andar el
vehículo, pedí que me aflojaran las esposas... tanteo para saber cuán caldeado
estaba el ambiente. El puñetazo conque respondieron al pedido quería decir el
horno no está para bollos. Sin embargo, algún resultado obtuve porque después de
oír mi voz, el Bebe pidió para ir al baño y Marenales se quejó de que le dolía
el lumbago. Así fue que los tres nos enteramos de quienes éramos los tripulantes
forzosos de la camioneta, claro que no sabíamos que estábamos constituyendo un
trío que duraría más de una década de verduguismo.
Algunas peripecias después la camioneta llegó a destino y frenó de golpe para
golpearnos bien, nos bajaron de un tirón y, aprovechando el envión, nos lanzaron
escaleras abajo hasta el fondo del pozo, sin piedad. Las perspectivas eran bien
poco halagüeñas. Al despertar sin capucha descubrí el brocal de un aljibe pero,
¡oh sorpresa!, lo estaba viendo desde adentro. Paredes antiquísimas de ladrillos
enormes asentados en barro, piso de portland lustrado recién hecho, una guardia
ubicada en una especie de estrado instalado al pie de la escalera y protegido
por un tejido de alambre. El gallinero de la guardia estaba en medio de los
otros tres recuadros de tejido de alambre que albergaban nuestra miseria. El
paso de las horas me enseñó que se podía sortear vigilancia tan estrictia, pues
desde una esquina del mío, podía ver a Marenales sin que los milicos se dieran
cuenta, al tiempo que ,desde otra de ellas, podía hacerlo con Raúl. Después de
acumuladas horas y horas de ocio forzoso, terminamos armando un sistema de
comunicaciones con el alfabeto sordomudo.
La mañana del 12 de setiembre de 1973, el día que Laura cumplía cuatro años, el
sargento que estaba de guardia desplegó un ejemplar del “EL PAÍS” de Montevideo,
cuya tapa recibía a cinco columnas la muerte de Salvador Allende y el golpe de
Pinochet, eso sí, el diario festejaba el crimen de los gorilas chilenos en
nombre de la democracia liberal y de la paz política. No sé si por descuido o
qué Marenales alcanzó a leer el titular del diario. Ni lerdo ni perezoso el
Viejo Julio me pasó la noticia , que de inmediato transmití a Raúl. No nos
alcanzaban los dedos para comunicarnos, llenamos la mañana con nuestros
comentarios.
Al atardecer, un grupo de sobretodos verdes apareció en la escalinata del aljibe
y descendió hasta nosotros. El jefe del batallón, teniente coronel Curuchet,¨nos
miraba con severidad. Lo mismo hizo el comandante de la Base Aérea Militar de
Durazno cuyo nombre he olvidado. El desfile lo encabezaba el general Zubía, jefe
la División de Ejército II y responsable directo de nuestro “flauteo” desde el
Establecimiento Militar de Reclusión No. 1 (Penal de Libertad) y. Por
consiguiente, del régimen de tortura continuada a que nos sometieron durante los
once años de aislamiento en los calabozos cuarteleros. Los jefazos venían a
darnos oficialmente la buena nueva de Chile, nos informaron que gracias al golpe
nos libraríamos de pasar años en tortura de baja intensidad, pues los sucesos
chilenos eran buena ocasión para fusilar a los rehenes uruguayos. Nos
ejecutarían apenas llegara a Durazno la orden que estaba en el despacho de
Bordaberry (no de Pedro, sino de su padre) y que venía rodando cuesta abajo por
la estructura de mando. Estábamos ante el polluelo del Cóndor, una demostración
de la sintonía ideológica entre los gorilas del Cono Sur, los tres quedaríamos
ligados a la masacre del pueblo chileno y al recuerdo de Salvador Allende.
La batalla perdida en Chile el 11 de setiembre de 1973 fue un punto culminante
de la historia del terrorismo de Estado, la derrota a manos del fascismo más
puro y duro sufrida por el pueblo en mejores condiciones de continuar el ciclo
revolucionario de los sesenta iniciado por los guerrilleros cubanos. Habría que
esperar veinte años para que el sandinismo, al tomar el poder en Nicaragua,
reactivara las expectativas de los revolucionarios de América Latina. Está
demostrado que la caída del gobierno de Allende tenía una importancia
estratégica para los EEUU en su fría guerra con la URSS , y que fue financiado y
coordinado desde el Pentágono y el Departamento de Estado que dirigía Henry
Kissinger, mano derecha del presidente Nixon. Los 11 de setiembre debería ser la
fecha en que los pueblos de América Latina recuerdan las matanzas de que fueron
víctimas por parte del Estado más genocida del universo, desde el robo del
territorio californiano a Méjico en el siglo XIX al golpe de Estado en Honduras
hace pocos meses.
* Dirigente histórico del MLN Tupamaros
http://www.simplesite.com/veronikaengler