El 30 de julio de 1970 un comando
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) logró el control
total de la pequeña localidad de Garín, de 30.000 habitantes.
El copamiento fue comandado por Carlos Olmedo (Germán)
sobre un diseño estratégico de Juan Julio Roqué (Iván) y
Roberto Quieto. La operación militar, denominada "Gabriela",
incluyó el copamiento de la estación de ferrocarril y el
asalto a la sucursal del Banco de la Provincia de Buenos
Aires, de donde lograron rescatar tres millones de pesos
de la época. Sincronizadamente también fue tomado el destacamento
de policía, de donde se aprovisionaron de siete pistolas
de diferentes calibres, cuatro revólveres, dos metralletas,
cargadores, chapas y uniformes policiales, y se logró el
control de la oficina de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones
(Entel) donde fue cortado el cable telefónico maestro con
un serrucho a fin de dejar aislado al pueblo. La operación
duró menos de una hora, participaron 36 combatientes (12
mujeres y 24 hombres) que se replegaron ordenadamente en
cinco camionetas y tres autos. En la acción hubo un solo
herido, un policía que luego falleció. |
NOTAS EN ESTA SECCION
FAR, con
el fusil del Che |
Cuando tomaron
Garón al grito de "Perón vuelve" |
La toma de Garín
NOTAS RELACIONADAS
Papá Iván |
Montoneros |
Evita Montonera
| Documentos de Montoneros
| Cristianismo y Revolución |
Juan Julio Roqué |
Crónicas de archivo
ENLACES RECOMENDADOS
Reportaje a las Fuerzas Armadas Revolucionarlas: Los de Garín
LECTURA RECOMENDADA
Mora González Canosa - Los
antecedentes de las FAR
|
G. Barciela - Ha llegado la hora de armar
la conciencia y los brazos
Identificaron los
restos de Mario Osatinsky |
Carlos Dasso - Insurreccion popular y lucha armada |
Mauricio Chama-Mora Canosa - Los
de Garín
Diccionario de los 70


FAR:
con el fusil del Che
América Latina en Armas, enero 1971
En la calle se les conoce por "los de Garín", una operación militar
matemática que les permitió controlar una población dé 30.000 habitantes
durante casi una hora; en los círculos clandestinos se les conoce como
"los hombres del Che", porque estaban preparados para sumarse a la guerrilla
de Bolivia; ellos, después de considerar varios nombres, decidieron
levantarse en armas bajo una firma que ya está haciendo historia: Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR).
Un dato para la Policía Federal: les va a dar trabajo descubrir detrás
de este joven delgado y apacible, bien vestido, que tiene la corrección
de un atento empleado de banco, al combatiente y dirigente nacional
de las FAR que me habla de su organización en una confitería, una de
las mil confiterías de ,Buenos Aires.
"Sí, nosotros nacimos como grupo que se proponía incorporarse a la guerrilla
del Che. Conocimos el proyecto con cierta antelación y nos preparamos
para incorporarnos. Nuestro grupo era entonces pequeño, compuesto por
gente que venía de la izquierda tradicional, algún peronista y mucha
gente nueva, sin antecedentes políticos. Éramos conocidos, amigos, compañeros
de luchas políticas y nos unía una idea servir en lo que pudiéramos
en la columna del Comandante Che Guevara. No nos habíamos planteado
una línea política independiente, delegábamos todo lo que se refiera
al desarrollo integral de una organización, como es lógico, a la figura
del Che.
Una organización: por hacer
Pero cae el Che ya no podemos pensar así, ya no podemos, delegar nada
en nadie, sino que.- tenemos que hacer un esfuerzo por concebirnos como
una organización que se plantee la totalidad de las variantes que requiere
la lucha revolucionaria.
Siendo conscientes, por supuesto, de que no éramos los únicos consideramos
que, en una primera etapa, lo más conveniente, y prudente era desarrollarnos
como grupo, consolidar una organización que tuviera cierta solidez,
cierta homogeneidad, que pudiera además, producir hechos y entonces
iniciar una política de apertura.
Sigue un período desde la muerte del Che a mediados de 1969 un año de
transición en la Argentina y también para nosotros, en que nuestro trabajo
apunta fundamentalmente á la consolidación organizativa y a la definición
de nuestra estrategia.
Nosotros que habíamos arrancado
de la concepción del foco guerrillero rural, nunca subestimamos la
lucha urbana, pero entonces no le dábamos la importancia que le damos
actualmente. No obstante, si la guerrilla urbana habría sido siempre
una preocupación en nosotros, no habíamos conseguido articular bien
dentro de una estrategia. Fue recién el año pasado cuando nosotros incorporamos
la lucha urbana como elemento fundamental de nuestra estrategia y pasamos
a actuar en consecuencia.

El Litoral, 1 de agosto de 1970
|
Nuestra anterior estrategia,
como es lógico, se reflejaba en todo lo que hacíamos: los planes de
instrucción militar, apuntaban fundamentalmente a la guerrilla rural;
los planes de formación de cuadros tendían a su preservación o sea,
formábamos la gente y la cuidábamos para la lucha superior que era la
guerrilla rural; la política de recursos la trasladábamos para un momento
más cercano a la instalación del foco. Y todo así.
Fuimos haciendo nuestra experiencia, y bueno, un poco la realidad nacional
nos llevó a ir 'completando' nuestro planteo estratégico que visto desde
hoy hacia atrás, consideramos, efectivamente, que era parcial!, incompleto,
insuficiente.
Una nueva etapa
Nosotros ya habíamos empezado
a discutir el problema de la importancia de la lucha urbana y estábamos
en eso cuando en la Argentina sobreviene el "Cordobazo" que, por supuesto,
nos impacta a nosotros, como impacta a todos y produce realmente un
cimbronazo que confirma un poco todas estas cosas.
A partir de ahí iniciamos toda una nueva etapa. Intentamos definirnos,
siempre dentro de una característica, quizás aprendida de los Tupamaros,
que escribimos poco, realmente. Siempre nosotros decimos que nuestra
práctica esta un poco más allá de nuestra teoría.
Ahora estamos haciendo un esfuerzo por nivelar esta cuestión. Haciendo
un 'balance organizativo nos planteamos que la construcción de organizaciones
de este tipo suponía el desarrollo simultáneo o lo más simultáneo posible
de varias áreas de trabajo.
Dentro de nuestra terminología los llamamos los principios básicos de
la construcción organizativa y que serían: 1) lo que llamamos la continuidad
y progresividad operacional, 2) clarificación estratégica, 3) capacitación
técnica, entendido por técnica militar y por otro lado: 4) la técnica
organizativa o sea todo lo referente a la infraestructura organizativa,
a niveles de seguridad, de crecimiento, de reclutamiento.
Nuestra historia es un poco una historia de avances a saltos en cada
una de estas áreas. Hemos tenido etapas en que priorizamos la capacitación
técnica, pero producíamos un salto en la técnica en desmedro de las
otras áreas. A lo estrictamente estratégico y político, es recién ahora
que le estamos dando la debida importancia aunque, por supuesto, como
le decía, siempre lo discutimos. Llegó un momento en que creíamos tener
un grado de capacitación técnica bastante adecuado, pensamos que teníamos
un buen nivel operacional. Iniciamos las operaciones -una serie de
operaciones que no se sabe que las hicimos nosotros porque todavía no
firmábamos como organización- y comprobamos que la gente se comportó
bien, que revelaba una gran combatividad y que habíamos alcanzado la
capacidad para planificar y ejecutar operaciones complejas y, puede
decirse, "presentamos en público". Y tenía que ser una buena presentación.
La idea de Garín
Así surge la idea de tomar Garín. La acción no era una locura porque
ya habíamos 'hecho" como le digo, otras operaciones con una movilización
importante de gente, teníamos una buena experiencia acumulada en ese
sentido.
Siempre nos había gustado mucho la toma de Pando por los Tupamaros,
tanto es así que cuando decidimos planear la acción la llamábamos "Pandito",
aunque, después, lógicamente, le dimos otro nombre.

Carlos Olmedo
|
Nosotros queríamos -y queremos,.-
desarrollar un tipo de acciones que combine diversos aspectos: expropiatorios,
que siempre deben estar presentes porque a nuestro juicio son esenciales
para el desarrollo organizativo y la demostración de eficiencia frente
a una acción de este tipo: una acción que revelara lo más claramente
posible la eficacia de un método de lucha.
Los factores políticos no fueron determinantes en Garín. Se tomó por
estas consideraciones que le decía, por razones predominantemente militares.
Aunque, claro, si hubiera habido factores políticos negativos no lo
hubiéramos hecho. Pero, por el contrario, Garín está cerca de una zona
donde está produciéndose un importante desarrollo industrial: la Ford
está muy cerca y una serie de fábricas como Alba, una fábrica importante
de pinturas. Todo este desarrollo se ha producido a partir de la apertura
de la ruta panamericana que llega justo hasta Garín, a unos 35 kilómetros
de Buenos Aires.
Nosotros, entonces, hicimos
un estudio y llegamos a la conclusión de que ese era un lugar bueno.
Montamos, por supuesto, un plan de observación. Teníamos la idea de
la acción pero -y esto es importante- queríamos verificar si era posible
su concreción en la práctica. Se le decía a todos los compañeros que
iban a ver el lugar que nos dieran sinceramente su opinión; que la
acción no era un imperativo de nadie, que si era posible se haría y
había que hacerla bien. La suma de las opiniones personales nos fue
dando como resultado que la acción era posible: todo el mundo la veía.
Un pueblo en sus manos
Y se hizo. Y creemos que, verdaderamente, salió bien. Ocupamos el pueblo
que tiene unos 30.000 habitantes, durante 50 minutos; tomamos el destacamento
policial, el banco, la oficina de teléfonos (que fueron cortados); se
ocupó un aparato de radio-teléfono que había en una casa particular;
se controló la estación ferroviaria que tiene comunicación independiente
,aunque no se llegó a tomar porque no hubo necesidad; se controlaron
los dos accesos principales, desviando el tránsito: no se permitía salir
a nadie, lo que se permitía era entrar después de un control por parte
nuestra (en un auto venía un agente de policía, lo hicimos bajar y lo
retuvimos hasta que terminó la operación). Nos incautamos de tres millones
y medio de pesos, armamentos, uniformes policiales y otra serie de
elementos útiles.
La acción impresionó, creemos, por la sincronización con que fue hecha,
los medios técnicos empleados y realmente conmovió a la opinión y a
los medios represivos

Roberto
Quieto |
Un problema por delante
Ahora a partir de esto,
nosotros presentimos que entramos en una etapa en la que nos vamos a
enfrentar con un gran problema, el problema al que se .enfrentan todas
las organizaciones que llegan a un grado de desarrollo: el de la vinculación
de la organización con las armas. Nos planteamos en términos serios
esta tarea, no tanto de la vinculación con las masas, que nosotros pensamos
que, de alguna manera, se logra con las mismas acciones, sino de cómo
se van incorporando las masas (el famoso problema de las correas de
transmisión) cada vez más al proceso de la lucha revolucionaria. Y pensamos
que para lograr la incorporación de las masas a la lucha es necesario
hacer un trabajo político-militar.
Ahora usted me preguntaba
cómo veíamos el problema del peronismo dentro de este contexto. Nosotros
consideramos que el peronismo juega un papel decisivo en la lucha revolucionaria
en la Argentina. Nosotros actualmente tenemos el problema del Peronismo
en el primer plano de nuestras discusiones porque a partir de las relaciones
con los compañeros de las FAP provienen del peronismo". El hecho de
que personalmente más profundidad el asunto.
Nosotros nos resistimos, en primer lugar, a que se nos ubique políticamente
diciendo: "ustedes provienen de la izquierda y los compañeros de las
FAP provienen del peronismo". El hecho de que, personalmente algunos
militantes de nuestra organización hayan hecho su experiencia política
anterior en la izquierda no impide que nosotros asumamos el peronismo
como la experiencia revolucionaria de mayor nivel que se ha registrado
en la Argentina, a nivel de masas, por supuesto.
Pensamos que el peronismo es la expresión política de la gran mayoría
de la clase obrera y que una política revolucionaria debe partir de
esa premisa. Pensamos que el peronismo no es un movimiento agotado;
en decadencia, que haya caducado; por el contrario: pensamos que tiene
vigencia, que perdura, que desde adentro del peronismo surgen fuerzas
revolucionarias tan importantes como son las FAP. Y, por lo tanto, creemos
que hay que partir de esa premisa y desarrollar todos los contenidos
más revolucionarios del peronismo.

En el cuarto aniversario
de la toma de Garín la revista La Causa Peronista Nº 5 del
6 de agosto 1974 publica una extensa nota sobre el tema.
Clic para descargar la revista completa. |
Algo en estudio
¿Que nos incorporemos o no al Movimiento Peronista? Bueno, esto es un
problema que estamos discutiendo y sobre él ya no podría hablar en nombre
de todas las FAR, porque las FAR tienen una estructura nacional y la
Dirección Nacional tiene en proceso de discusión todo este problema
del peronismo.
Pensamos que hemos avanzado mucho en la consideración del problema y
no sé si llegaremos a considerarnos alguna vez parte del Movimiento
Peronista. En las últimas discusiones con los compañeros de las FAP,
ellos nos dicen que sí se consideran parte del Movimiento Peronista
y que lo consideran un movimiento de liberación nacional. Nosotros no
estamos convencidos de esto, pero vuelvo a decir que estas son consideraciones
que no tienen nivel de decisión oficial de las F AR.
En cuanto a nuestra condición de marxistas-leninistas quiero decirle
que nos consideramos marxistas-leninistas en el sentido de que utilizamos
el marxismo-leninismo como método para el examen de una realidad pero
no lo utilizamos como una "camiseta" política.
Relación con los demás
Este proceso armado que
se ha abierto en la Argentina es muy joven, podríamos decir, y las relaciones
entre las diferentes organizaciones revolucionarias no se han consolidado
suficientemente todavía. Anteriormente ha habido, a nivel de grupos
políticos revolucionarios, miles de intentos de confluencia. Lo que
diferencia a estos intentos de aquéllos, es que aquéllos se hacían sobre
la, mesa de las discusiones teóricas y aquí toda la experiencia nuestra
revela que nosotros hemos ido participando en un proceso con las otras
organizaciones a nivel de la práctica y de la acción.

Juan Julio Roqué (Iván)
|
Nosotros bautizamos a toda
una etapa, con los compañeros de la FAP, la '''etapa de los bolsones",
porque era "toma armas", "dame armas"; "toma esto", "dame aquello",
o sea toda una gran primera etapa de relaciones que está signada por
este tipo de colaboración concreta de los grupos revolucionarios que
no se preguntan mucho "¿qué pensás de esto? ¿qué pensás de aquello?",
porque esas cosas están realmente muy, pero muy en segundo plano.
Lo que "todos sabíamos era, que estábamos por la lucha armada, que apuntábamos
bien y que lo demás se daría como consecuencia del mismo desarrollo
de la lucha. Ahora, después sí, creado un clima muy bueno, en fin, uno
ya empieza a discutir, pero es a otro nivel. Por allí peleamos, discutimos
fuerte, pero hay una identidad básica entre todos los que tenemos las
armas en la mano.
Nosotros con los que tenemos unas relaciones más estrechas es con los
compañeros de las FAP. Con los compañeros de las FAL también tenemos
relaciones pero, por algún motivo que todavía no hemos determinado
bien, no son tan intensas como las otras.
A nivel continente
Lo mismo pensamos en el plano latinoamericano. A nosotros se nos planteaba
la disyuntiva de hierro entre estrategias continentales o estrategias
nacionales. Por supuesto que en la época del Che, estaba claro. Nosotros
tuvimos oportunidad de discutir este problema nuevamente, cuando la
reaparición del Inti. Tuvimos, conversaciones con el ELN. Y no estábamos
de acuerdo con el planteo de estrategia continental que hacían los compañeros
bolivianos que consistía, esencialmente, o por lo menos así lo recibíamos
nosotros, en considerara la guerrilla 'boliviana como la vanguardia
de la lucha revolucionaria en esta zona del continente, con una jefatura
única, y a las que todas las organizaciones nacionales "tenían que dar
su aporte para que una vez que se constituyera ese núcleo del ejército
popular, desprendiera sus ramas por los distintos países.
A nuestro juicio el proceso
era inverso. Es decir no nos cabe ninguna duda del proceso de continentalización
de la lucha, es demasiado obvio decir que en Latinoamérica son más las
cosas que nos unen -empezando por el enemigo- que las que nos separan.
Tenemos los mismos fines, utilizamos los mismos métodos, tenemos una
historia común; son muy pocas las cosas que nos separan, pero hay particularidades
nacionales que no se pueden abolir por decreto.
Esto de las particularidades nacionales lo discutimos alguna vez con
compañeros revolucionarios de otros países y los foquistas más ortodoxos
no nos tomaban en cuenta. Porque parecía corno si nosotros planteábamos
lo de las particularidades argentinas para concluir en que aquí no había
condiciones para la lucha revolucionaria y era todo lo contrario, creíamos
que la Argentina tiene algunas particularidades a favor y no en contra
de Ia lucha revolucionaria. Fundamentalmente por su clase obrera, que
no es inexperta, sin organización, sino que tiene una gran experiencia
de lucha, un grado de organización bastante importante, sindical, que
de acuerdo no es suficiente, pero que en otros lados ni eso existe.
Y que ha producido hechos importantes y que tiene un nivel de conciencia
que también es importante.
De lleno en la lucha
Y ahora hemos entrado en
este período franco de lucha armada. Porque por un lado en la Argentina
se han asimilado mucho las experiencias internacionales y nacionales
y ya en el país no cabe duda de que cualquier individuo o organización
que se plantee seriamente una perspectiva revolucionaria tiene que pensar
en la lucha armada.

El Litoral, 29 de diciembre de 1975 sobre el secuestro de
Roberto Quieto, La fusión de FAR y Montoneros se produjo
en 1973. |
Esto ya estaba claro desde
1962 cuando los peronistas ganaron con Andrés Framini la gobernación
de Buenos Aires y no le dieron posesión. Desde entonces quedó claro
que no había salida electoral.
Antes se podía divagar más o menos sobre el punto, pero no después de
aquella demostración concreta. El punto máximo fue el derrocamiento
de lIIia, la famosa Revolución Argentina. Porque Onganía barre con todo,
con la Constitución, con la Universidad, con todo. Onganía tiene esa,
virtud, digamos así, es un enemigo fenomenal, porque frente a ese régimen,
¿qué alternativa queda que no sea la armada?
Hoy leía en el diario las declaraciones de Paladino y de Balbín y hacen
unos malabarismos increíbles para no decir que hay que agarrar las armas.
Porque hoy hasta los Radicales del Pueblo tendrían que decir que hay
que agarrar las armas. Y Paladino sigue haciendo "llamados a la reflexión"
al gobierno, pero ¿hasta cuándo van a estar haciendo esos llamados?
Y está el hecho capital del "Cordobazo", todo lo que ocurre en la Argentina
entre los meses de mayo y setiembre de 1969. No sólo en Córdoba, en
Rosario, en Tucumán, en Corrientes, en fin. Eso despierta a todo el
mundo.
Nosotros en esa época estábamos en discusión con una gente que había
inventado la teoría de la europeización de la Argentina, de la aristocratización
de la clase obrera, que Onganía estaba encausando las cosas y no sé
que más y después del "'Cordobazo" ¡nos quedamos sin interlocutores!
¡No aparecieron más! Incluso se hablaba de la pasividad de la clase
obrera por aquella época y nosotros decíamos que esa pasividad escondía
un elemento positivo: su resistencia a integrarse al régimen.
Y el "Cordobazo" mostró que esa pasividad era aparente.
Las razones del optimismo
Esta conclusión de que la salida electoral está cerrada ha prendido
lo suficiente en la clase obrera como para hacerla receptiva a la salida
armada. No quiero decirle con esto que esté totalmente claro. Si estuviera
totalmente claro ya las masas estarían haciendo la revolución, pero
hay un grado considerable de receptividad a la lucha armada.
Nosotros nos hemos movido siempre con aquella síntesis genial del Che
de la "necesidad del cambio y la posibilidad del cambio". Las masas
hoy reclaman un cambio y no un cambio cualquiera, un cambio con orientación
porque no por casualidad la gente, los peronistas, se ponen contentos
cuando gana Allende en Chile, porque es una masa que tiene un sentido
antioligárquico y antiimperialista que no puede desconocerse. No quiero
decirle con esto que tengan todavía claro el problema del socialismo
y del comunismo, eso es otra cosa.
Argentina, además, está jaqueada, el cono sur es un volcán: es Uruguay,
es Bolivia, ahora es Chile. Toda la, etapa que alguna vez se llamó de
reflujo, ha cambiado de signo; ahora se puede hablar del flujo revolucionario
en toda esta zona y de un flujo a un nivel más organizado, con la experiencia
asimilada. Nosotros somos muy optimistas sobre el futuro de la lucha
en la Argentina".
Fuente:
América Latina en Armas, Ediciones M.A., Buenos Aires, Enero de 1971

Cuando
tomaron Garín al grito de “Perón vuelve”
Garín era un pequeño pueblo donde se empezaban a afincar los trabajadores,
que tenía la ventaja que cortando dos arterias que conducían hacia lo
que ahora son los dos ramales de una autopista, quedaba aislado.
El 1 de Julio de 1970, un poco más de un año después de que el Onganiato
empezara a temblequear por el Cordobazo, y
después de hacer una serie de operaciones militares menores y sin firma,
como la quema de once supermercados Mínimax, propiedad del magnate yanki
Nelson Rockefeller, las FAR decidieron irrumpir con toda su fuerza en
el amplio abanico de organizaciones populares que luchaban por el regreso
del General Perón y la posibilidad, ahora claramente perceptible como
remota, pero en aquellos años tangible de la patria socialista.
La operación se llamó “Gabriela” y la comandó Carlos Olmedo, sobre un
diseño estratégico de Lino Iván Roqué y
Roberto Quieto. Olmedo, llamado Germán en la organización, era un extraordinario
militante, que había estudiado Filosofía con Louis Althusser en la Sorbona,
fue el primer gerente de marketing de la empresa Gillette, como tal
ganó el premio “Joven sobresaliente del año 1967, y en tal carácter
almorzó con Mirtha Legrand, escandalizando a la abuela de la derecha
argentina con su brillante alegato rechazando las normas constituidas
por el sistema. Era hijo de un médico paraguayo exiliado en nuestro
país, había cursado sus estudios secundarios en el Nacional de Buenos
Aires, y su primer trabajo fue como preceptor en dicha escuela, cuando
aún era estudiante, y aprovechaba la relación con otros brillantes y
mucho más jóvenes estudiantes para interesarlos en la causa revolucionaria;
muchos de ellos fueron militantes de las FAR.
Un año más tarde Olmedo estaba en Córdoba, donde trataban de vincular
su actividad política con la lucha sindical de los obreros de la Fiat,
cabeza gremial del clasismo, pensaban secuestrar a un gerente para presionar
a la patronal durante un conflicto sindical, en una equivocada política
de reemplazo de la propia acción obrera, algo salió mal y fueron asesinados
por la Policía, tenía 28 años.

El radioaficionado Bruno Torazzo, cuyo equipo fue bloqueado
quitándole el micrófono. |
Uno de sus alumnos en el Nacional, tenía 16 cuando la toma de Garín,
su papel fue hacer la investigación previa sobre la existencia de horario
de trenes, de correos, movimientos policiales, guardias bancarias y
radiotrasmisores, la única unidad de su tipo era de la familia Torazzo,
que tenían una conocida ferretería. El jovencito indagó en los días
previos reportando sus resultados a María Angélica Sabelli.
El día de la acción el joven
estudiante participó como apoyo sanitario, se hacía pasar por pescador
en el arroyo mientras esperaba la llegada de algún herido. Se llamaba
Carlos Goldenberg y después tendría una participación trascendental
en aquella época armada; participó de la fuga de los cabecillas de la
guerrilla del penal de Rawson, viajó a Cuba
con ellos, allí se especializó como buzo táctico, volvió al país clandestinamente,
participó del secuestro de los Born y del ataque al cuartel de Formosa,
fue el que puso la bomba debajo del yate del odiado comisario Villar,
y fue además un esclarecido crítico, a pesar de todo este currículum,
de las posiciones militaristas de los Montoneros, después que las dos
organizaciones se hubieran unificado. En abril del 76 lo ubicó una partida
militar cerca de su domicilio, en Paraná a tres cuadras de Maipú, y
fue ametrallado antes de que pudiera sacar su arma. Tenía 24 años.
La mencionada María Angélica Sabelli tenía 20 años cuando la toma, daba
clases de matemática y estudiaba Ciencias Exactas, era seguidora de
Olmedo, poco después fue detenida por los Pata Negra y torturada salvajemente
en la Comisaría de Villa Martelli, presa en Rawson, terminó sus días
a los 23 años fusilada por la Armada Argentina en los sucesos de Trelew,
el 22 de agosto del 72.
“Paco” Urondo era ya un conocido y prestigioso
poeta y periodista, cuando decidió unirse a los que daban la vida por
Perón, a pesar de ser una persona conocida, de accionar público, no
quería pasar por “cagón” y participaba de las acciones guerrilleras.
A principios de 1976 los Montoneros lo destinaron en Mendoza, y el mismo
día de su llegada, a causa de una delación de un infiltrado, o un quebrado,
nunca se sabrá, fue rodeado por tropas del Ejército, y para permitir
la huida de sus compañeras se suicidó tomando una pastilla de cianuro
sin dejar de disparar. Todavía hoy, más allá de su vida y de su muerte,
es reconocido como una de las más interesantes voces poéticas de aquellos
años.
Roberto Quieto era un abogado
que había sido expulsado del Partido Comunista por ser un ferviente
admirador del “Che”, entrenado en Cuba, y de mayor edad que sus compañeros,
fue después de la muerte de Olmedo, junto a Marcos Osatinsky, la principal
figura de las FAR, y tras la unificación con Montoneros, el número dos
de la organización, aunque el más respetado, algo que nunca se bancó
Firmenich; en la navidad del 75 se juntó con su familia para pasar un
día de playa en Anchorena, fue delatado y apresado, se organizó una
campaña internacional para lograr su libertad, pero esta fue levantada
por la dirección Montonera con la excusa de que había “hablado”, Se
le efectuó un juicio revolucionario en ausencia, ya que desde su detención
permanece desaparecido, y se lo deshonró sin muchas pruebas ni justicia.
Hoy se sabe que no traicionó a sus compañeros y es uno de los mártires
de las causas populares, aún con sus enormes equivocaciones, no es un
Firmenich.
Lino Iván Roqué fue, junto a Goldenberg, uno de los combatientes más
activos de las organizaciones armadas, en 1977 su casa fue detectada
por las fuerzas represivas, que la rodearon hasta con tanques y helicópteros,
Roqué combatió solo durante toda la noche, y cuando ya no pudo más por
falta de parque, voló la casa con él adentro para que (los militares)
no tuvieran acceso a la documentación, ni a su propio cuerpo..
Muchos otros nombres de los que después integraron las listas de desaparecidos
tuvieron su participación en Garín, entre ellos Juan Pablo Maestre y
Marcelo Verd.
Casi todos murieron poco después, lograron con su lucha, sumada a todas
las luchas, que Perón regresara al país y a la presidencia, pero el
viejo General no era un joven Montonero, y el sueño de “la patria socialista”
se frustró en un mar de sangre nunca visto en el país.
Hoy, por suerte, las cosas son distintas, y todos debemos reconocer
como un avance que las profundas diferencias políticas que tenemos los
habitantes de este país, las que tuvimos siempre, hoy no dejan el territorio
repleto de cadáveres. No es poco haber aprendido esta lección y no es
en vano defender esta conquista.
Poco antes de su muerte Carlos Olmedo otorgó un reportaje a la revista
“Cristianismo y revolución” donde en una de sus
partes hace referencia al hecho que hoy se recuerda:

Cristianismo y Revolución Nº 28, 1971 - Entrevista a las
FAR. Clic para descargar. |
“- Entonces, si usted quiere,
hablemos de Garín.
- Sobre Garín cabe decir que es la demostración palpable de que aplicando
una concepción táctica que detecte los puntos débiles del enemigo y
aplicando esa condición fantasmal del guerrillero que reclamaba el Che,
todo es posible, si además hay disciplina, capacidad técnica y disposición
revolucionarla. Garín es todo lo que se dice que fue, pero fundamentalmente
para nosotros la demostración de una posibilidad al alcance de todas
nuestras organizaciones armadas. Y muchos Garín sobrevendrán en esta
guerra. Pienso que lo demás sería abundar en detalles que por otra parte
son ya conocidos por todos - ¿Es decir que no ha habido ninguna deformación
de la información periodística con respecto a los hechos de Garín?
- Han habido muchas. Lo que pasa es que la suma de todas y nuestros
comunicados que oportunamente fueron difundidos por la prensa oficial,
por la prensa del régimen y por las publicaciones honestas que juegan
un papel valioso en la difusión de nuestro pensamiento, han logrado
reconstruir una imagen suficientemente fiel de la operación.
- ¿Es solamente en detalles donde se ha deformado la cosa?
- Así es. Nuestro comunicado Nº 2 da cuenta bastante claramente de todo
lo que allí ocurrió. Lo que resulta inolvidable es la actitud de la
población que nos veía operar y seguía los acontecimientos como algo
que en definitiva estaba muy lejos de lo delictivo. Para ellos éramos,
y así oímos a los vecinos que comentaban nuestro accionar, guerrilleros
en acción.
- ¿Durante la operación?
- Durante la operación.
- ¿Y se asustó la gente?
- En cierto modo sí. Ya que de Garín hablamos, quiero decirle que para
nosotros fue una satisfacción inmensa más vengar, para usar un verbo
que se ha hecho legítimo a esta altura, vengar a nuestros compañeros
montoneros; también vengar a nuestros hermanos tupamaros.
- ¿Por lo de Pando? ¿Quiere decir que fue también una demostración de
que aquellas semi victorlas de los guerrilleros tupamaros y montoneros
respondieron a contingenclas de la operación y no a que fuera una empresa
irrealizable?
- Efectivamente.
- ¿Hubo algún patetismo forjado alrededor de la muerte del suboficial
de policía que custodiaba el banco de Garín?
- Este es un punto de gran importancia. Nosotros decimos allí que no
son los combatientes del pueblo los que han elegido la violencia y no
es nuestra culpa tener que matar para ser libres. Referimos allí que
nuestro pueblo no olvida algunos de los centenares de episodios de violencia
reaccionaria: para no citar nada más que dos o tres, las matanzas atroces
de Plaza de Mayo en junio de 1955, los fusilamientos absurdos de Valle
y sus compañeros, la muerte de Vallese y tantos otros mártires, y por
fin otra violencia menos cruda, menos visible, pero permanente, la de
la explotación, la alienación que sufre nuestra gente. Esa ya es una
forma de violencia enmascarada por la costumbre, mejor dicho, par una
costumbre que quieren imponernos, pero que nuestro pueblo no acepta.
Sulling se resistió absurdamente y nos vimos obligados a disparar sobre
él. Esto se ha repetido decenas de veces en combates nuestros y de otras
organizaciones armadas. Y toda vez que esto ha ocurrido, el enemigo
se ha escandalizado, nos ha llamado asesinos, cobardes, etc. Pensamos
que una vez más es preciso insistir, no hablando ya para el enemigo,
sino para los asalariados que se juegan la vida por intereses que no
son los de ellos. Para ellos repetimos que ni FAR ni ninguna otra organización
revolucionarla tiene interés en liquidarlos. Es el sistema al que hay
que liquidar y no a sus representantes más empobrecidos y más golpeados.
Pero deben comprender que en el momento del combate, hay que elegir
entre ellos y nosotros y la causa que nosotros representamos es superior;
par eso nos elegimos a nosotros. Tienen que entender además que vamos
al combate con una superioridad táctica abrumadora, que tenemos capacitación
técnica similar o superior a la de ellos y que tenemos la iniciativa,
conocemos el terreno a la perfección y no nos pagan. No peleamos por
dinero, ni por bienes materiales inmediatos, y eso trae también una
superioridad moral abrumadora. Teniendo todo esto presente, lo más sensato
que puede hacer es ir eligiendo el campo en el que van a dar sus combates.
En lo inmediato no les pedimos más que el respeto a nuestras órdenes.
Ese ya es un primer grado de conciencia, que desarrollado los va a llevar
a elegir su trinchera, su campo de lucha, que no es el de las clases
dominantes, el de los dueños de los bancos que protegen, o el de los
capitalistas a los que brindan custodia. Pienso que este es quizás el
problema más importante que hemos ido viendo durante este periodo. La
necesidad de eliminar hombres, que desde el punto de vista de su ubicación
en el proceso productivo, son también clase trabajadora. Pero, como
también decíamos en Garín, es el precio inevitable de la rebeldía liberadora
y vamos a seguir pagándola.”
Fuente InfoBAN

Croquis de las acciones
sincronizadas, reproducido por el periodismo de la época |
La
toma de Garín
EL INGRESO A GARÍN
Esa mañana, todo transcurría en calma, nadie presuponía lo que luego
sucedió, lo inesperado que puso a Garín en boca de la prensa nacional,
de una forma involuntaria, ya que decenas de personas pertenecientes
a la FAR (fuerzas Armadas Revolucionarias), ingresaron a la ciudad con
un solo objetivo, darse a conocer como grupo armado, ya que esa era
su primer incursión de este tipo.
Esa mañana soleada del 30 de julio de 1970, desde distintos puntos de
la Capital Federal y del Gran Buenos Aires, siete choferes de remises
y fletes fueron dirigidos por sus pasajeros por la ruta Panamericana,
todos se reunieron en el puente de acceso a Garín. A través de rápidas
y precisas maniobras, todos fueron reducidos por sus clientes, que luego
de amordazarlos y atarlos, los introdujeron en la caja de una camioneta
Ford F- 350.
Mientras tanto, un grupo de hombres y mujeres jóvenes elegantemente
vestidos, comenzó a recorrer las calles de Garín simulando vender oleografías,
a lo largo de casi tres horas se dedicaron a observar detenidamente
el lugar y a corroborar algunos datos. No obstante a eso, estos sujetos
fueron vistos varias veces, en el bar que se encontraba frente al banco,
por lo que se deduce que estaban estudiando los movimientos del banco
y la ciudad.
Ejecutadas estas dos acciones de manera simultánea y sin aparente conexión
entre sí, se ponía en movimiento un espectacular plan que sacudiría
la habitual tranquilidad de Garín.
Pasado el mediodía, mediante una operación armada perfectamente sincronizada,
alrededor de 40 personas pertenecientes a una organización hasta entonces
desconocida, controlaron simultáneamente los puntos neurálgicos del
pueblo durante aproximadamente 50 minutos. Para emprender el copamiento
se organizaron en comandos que actuaron de manera autónoma pero reportándose
a través de modernos “walkies talkies” con una instancia central.
INCOMUNICAR A GARÍN
El
testimonio de los vecinos"Fueron muy amables"
"Mis tíos vivieron lo que
sucedió ese día, ellos tenían una radio, ya que eran radios
aficionados y también estaban atendiendo el taller de perforaciones
que tenían" también nos comentaba que Bruno Torasso y sus
padres de 70 años se encontraban en el lugar cuando se apersonaron
varias personas para ingresar a la viviendo y sacarles el
micrófono y de esa forma no poder comunicarse con alguna
persona fuera de Garín (...) solo sacaron el micrófono para
que no se transmita y fueron muy amables, no fueron agresivos
para nada". (Ricardo Fabbro)
"Los montoneros
(sic) tenían ametralladoras"
"...Salíamos de Garín y en
la intersección de la Av. Belgrano y José Hernández nos
detuvo la policía, nos desviaron por Hernández hacia Alvear
y allí nos sacaron las llaves de los autos y no nos dejaban
bajar de los coches, estuvimos media hora parados en el
lugar, hasta que llego la policía de Maschwitz en las patrullas
que eran las viejas estancieras, las patrullas pasan por
el medio de la barricada que había en la Belgrano y se escucha
una terrible balacera, los montoneros tenían ametralladoras.
Las patrullas se detienen a la altura de la farmacia Ciarliero
y sigue el intercambio de balas, por lo que en ese momento
los subversivos desaparecieron del lugar, "nos dejaron las
llaves tiradas en la esquina de Belgrano y Hernández". (José
Ottonelli y Pedro Brunengo)
"Tenía armas apuntándome
por todos lados"
"Ese día volví al medio día
de la fabrica donde trabajaba (Everready), y un vecino nos
dice están asaltando el banco, por lo que intentamos hablar
por teléfono con la comisaría, y mi suegro dijo put. cuando
uno necesita estas cosas no andan, (el vecino no sabia que
los integrantes de la FAR ya habían cortado las comunicaciones)" Debido a que no se pudo comunicar con el destacamento, Chiche
y su suegro se subieron a un viejo Citroen y se van al destacamento,
cuando llegan, ven a un Ford Taunus de otro vecino pero
en marcha, "entramos y cuando dije vengo tenia armas apuntándome
por todos lados y vi muchas pintadas en las paredes del
destacamento que decía FAR, ERP, Montoneros (sic). Estaban
todos tirados en el despacho del comisario, atados y con
capuchas y me dicen, tirate al piso, me tire atrás del sillón
y escuchaba que decían operación 1, 2, banco, después decían
no tenemos mas nada acá hay una cuerda, atalo y me ataron
y me pusieron un sombrero del comisario, mirá esperaba el
tiro en cualquier momento, cuando nos dicen, no se mueva
nadie en 10 minutos, pude desatarme y salí del lugar, me
subí al Taunus y me fui. (Pedro Brunengo)
Testimonios recogidos por
www.elgarinense.blogspot.com |
El primer objetivo era la
Empresa Nacional de Telecomunicaciones, ubicada frente a la estación
del Ferrocarril Mitre, sobre el Boulevard Pte. Perón (Ex Henry Ford),
al lado del conocido bar de Chiflo. Allí estacionó, apenas pasada las
13 hs., una camioneta con un cartel que indicaba “ENTel (Servicio Contratado)
RP. 14”, de ella descendieron un hombre y una mujer, que se dirigieron
a la vivienda de los caseros, lindera al establecimiento, donde se presentaron
como trabajadores de ENTel, diciendo que tenían la tarea de realizar
un censo, esta pareja fue atendida por la empleada de limpieza de la
empresa, que aceptó responder a sus preguntas e ingresaron a la vivienda.
Por espacio de una hora le realizaron un cuestionario y conversaron
con ella sobre temas muy diversos; de hecho, a la empleada le resultó
un tanto extraño que el joven indagara sobre las ideas políticas de
su hijo, al rato llegó un tercer hombre que también se identificó como
miembro de ENTel y le solicitó a la empleada la llave de la oficina
central, que por ser mediodía ya había cerrado sus puertas, de esta
manera, los tres integrantes del grupo comando pudieron ingresar a las
dependencias y tras encerrar en el baño a un empleado que se encontraba
allí, cortaron con un serrucho el cable maestro de las comunicaciones.
Paralelamente, otro de los comandos integrado por una pareja de jóvenes
se dirigió a la vivienda de Bruno Emilio Torazzo, ubicado sobre la calle
Las Heras entre Larroca y Padre Perna (Ex Italia), el único radioaficionado
del pueblo que poseía un equipo con el cual podía comunicarse con localidades
vecinas.
Se presentaron como inspectores de ENTel, le explicaron que venían a
tomar los datos de su radiotransmisor y tras ingresar a la vivienda,
inmovilizaron al núcleo familiar, para luego destruir el aparato, de
esta manera, Garín quedaba totalmente aislado y se cumplían los primeros
pasos del operativo.
CORTAR LOS ACCESOS TERRESTRES
Mientras tanto, cerca de las 13:40 hs., otros dos comandos tomaron estratégicamente
el control de las principales vías de acceso a Garín, el objetivo era
impedir la salida de vehículos, que al sospechar lo que sucedía en el
pueblo, pudieran poner en aviso a destacamentos policiales cercanos.
Uno de los comandos se ubicó en la intersección de Avenida Belgrano
y calle Salvo, paso fundamental de ingreso al pueblo, frente a la residencia
infantil de OPROVI (en esa época hoy ya no es mas Oprovi), allí, cinco
hombres armados, cuatro de los cuales vestían uniformes policiales,
comenzaron a detener el tránsito en una calle lateral impidiendo la
salida a Capital Federal, por el Acceso Norte, dando diferentes excusas
a los conductores, como estar realizando procedimientos para apresar
asaltantes que estarían en la zona, los falsos policías obligaban a
los conductores a permanecer dentro de sus vehículos en fila, después
de retenerles la documentación y las llaves de los automóviles.
Una vez bloqueado el tránsito en esa intersección, uno de los supuestos
oficiales se acercó hasta las instalaciones de OPROVI y con “modales
finos” y “acento porteño”, según testimonios de testigos, le solicitó
el teléfono a la señora de Encina, esposa del director de la institución,
para comunicarse con sus “superiores”, cuando su verdadero objetivo
era constatar que Garín ya se encontraba incomunicado.
Mientras tanto el otro comando, conformado por cinco hombres armados,
uno de los cuales vestía uniforme policial, se había apostado en la
Avenida Márquez, actual Fructuoso Díaz, con el objeto de bloquear la
salida de vehículos hacia la ruta Panamericana acceso Pilar. Allí, el
hombre mantuvo un extraño diálogo con un camionero de apellido Heredia,
al que luego de impedirle salir del pueblo le dijo: “El general nos
está dando más trabajo ahora de muerto que cuando estaba vivo”. Ante
la perplejidad del camionero que le preguntó a qué general se refería,
aquél contestó “Al general Aramburu”. Ese mismo comando, además de impedir
la salida de automóviles por la ruta Panamericana, tenía otra tarea:
vigilar a los siete choferes de los vehículos que habían sido incautados
al inicio de la operación y que continuaban encerrados en la parte trasera
de la camioneta Ford F-350.
En paralelo con el control de las principales vías de salida, otro grupo
estaba encargado de vigilar la estación del Ferrocarril Mitre, el objetivo
era controlar el lugar y prever posibles dificultades frente a la llegada
de un tren con pasajeros. Luego de merodear un tiempo por el lugar,
una de las parejas ingresó a la oficina del jefe de la estación y solicitó
un formulario para enviar un telegrama a Capilla del Señor, después
de redactar el mensaje y de abonar la tarifa se retirarían sin dificultades
en un Rambler celeste, pese al arribo de un tren no consideraron necesario
tomar la estación.
COPAMIENTO DE LA COMISARIA
Simultáneamente otro comando había puesto en marcha una de las acciones
más audaces del operativo: la toma de la comisaría, se presentó un supuesto
médico, con una tarjeta identificatoria que decía “Dr. Krause”, que
iba acompañado por una mujer vestida como enfermera de la Cruz Roja.
Fueron atendidos por el suboficial de servicio al que le manifestaron
que habían ido a verificar el estado de salud de los niños alojados
en OPROVI y que querían “abrir comisión”, trámite usual entre algunos
trabajadores estatales bonaerenses que consistía en dejar asentada su
presencia en el libro de guardia, cuando el suboficial se dispuso a
buscar el libro, la mujer sacó una ametralladora que ocultaba entre
sus ropas, el supuesto médico también exhibió su arma, y juntos lo encadenaron
de pies y manos, lo encapucharon y lo obligaron a permanecer en el suelo
boca abajo. A continuación hicieron lo mismo con un agente que se encontraba
en otra habitación de la comisaría revisando expedientes, ya con la
situación bajo control ingresó el resto del comando, para comenzar a
apropiarse de las armas y los uniformes policiales que se encontraban
en el lugar, también se dedicaron a pintar con aerosol negro en las
paredes del destacamento policial una consigna que posteriormente se
observaría en diversos lugares del pueblo: “Libres o muertos, Jamás
esclavos, Fuerzas Armadas Revolucionarias”.
ROBO AL BANCO Y MUERTE DE SULLING

Pintadas en el frente de la comisaría de Garín
|
Mientras tanto, a pocas
cuadras de la comisaría, una camioneta amarilla había estacionado frente
al Banco de la Provincia de Buenos Aires, donde se produciría un hecho
trágico, del vehículo descendieron un hombre y una mujer -vestida con
minifalda y botas negras- que se aproximaron con actitud desafiante
al cabo 1º Fernando Sulling, de guardia en la puerta del banco, sospechando
que se trataba de un asalto, el policía desenfundó su arma reglamentaria
y luego de un forcejeo, los jóvenes lo hirieron en el estómago.
Junto con otra pareja que se acercó, cargaron al policía e ingresaron
al banco donde ya se encontraban los otros cuatro integrantes del comando,
una vez adentro, les manifestaron a los presentes: “Como Uds. comprenderán,
esto no es contra los bancarios, esto es un asalto evidentemente político
para derrotar al régimen que actualmente nos gobierna, por lo tanto
pido a Uds. que no colaboren con la policía”.
Luego de ser intimados con armas de fuego, el personal del banco, los
clientes que se encontraban allí, el cabo herido y otros policías de
custodia fueron atados con cadenas y encerrados en una oficina del establecimiento.
Pese a ello, según algunos testimonios todos fueron tratados con corrección,
para asegurar que el asalto se realizara con éxito, simultáneamente
una pareja de jóvenes había entrado al restaurante “El Farolito”, ubicado
frente a la institución crediticia, y encerrado a los parroquianos y
a los dueños del lugar en la cocina, cuando la pareja se retirara del
lugar, la recaudación del día permanecería intacta en la caja del local.
Mientras tanto, en el interior del banco todo se desarrollaba con celeridad:
algunos pintaban consignas, otros se apoderaban del dinero disponible
en las ventanillas y el resto le exigía al gerente que les entregara
la llave del tesoro principal, este les manifestó que se encontraba
en la comisaría por lo que cuatro miembros del comando lo obligaron
a dirigirse con ellos al destacamento policial, que por entonces ya
estaba tomado, cuando llegaron a la comisaría el grupo de rehenes se
había incrementando, ya que dos vecinos de Garín que habían ido a denunciar
lo que sucedía en el banco se encontraban también maniatados.
ABANDONO DE GARÍN
Una vez que tuvieron la
llave del tesoro en su poder regresaron al banco, sin embargo, en el
momento en que se disponían a abrir la caja fuerte recibieron la orden
de abandonar el pueblo a toda prisa, se estaba produciendo un tiroteo
entre el grupo que controlaba el Acceso Norte, frente a OPROVI, y fuerzas
policiales provenientes de Ingeniero Maschwitz y General Pacheco que
acababan de llegar a Garín.
La información había sido brindada por un vecino que logró comunicarse
telefónicamente desde la ruta poniendo en aviso a las delegaciones policiales
cercanas, cuando los oficiales llegaron al lugar fueron recibos por
una ráfaga de ametralladora cuyos proyectiles produjeron perforaciones
en los patrulleros y la pinchadura de los neumáticos, pensando que se
trataba de una comisión que había arribado antes, uno de los oficiales
a cargo gritó “¡No tiren que también somos policías!”.
Pese a la advertencia los falsos uniformados continuaron disparando
pero, según José Ottonelli, uno de los conductores allí detenidos, “parecía
que lo hacían hacia abajo, como tratando de no herir a los policías”,
ante la confusión y sin posibilidades de enfrentar su mayor poder de
fuego, los policías se rindieron con las manos en alto tirando las armas
al suelo, no obstante, ante la llegada al lugar de otros móviles policiales,
el comando emprendió velozmente la retirada por el Acceso Norte.
Para ese entonces el resto de los comandos ya había abandonado raudamente
Garín llevándose el botín: $3.316.628 pesos ley 18.188, 7 pistolas de
diverso calibre, cuatro revólveres, dos metralletas, cargadores, chapas
y uniformes policiales. Los que actuaron en el Banco, ENTel y la comisaría
abandonaron el pueblo en dirección a la Panamericana, con rumbo a la
Capital Federal, por su parte, el Rambler ocupado por la pareja que
había controlado la estación de ferrocarril tomó la ruta 3 en dirección
a Tortuguitas.
Por último, el comando encargado de bloquear la salida de vehículos
por Avenida Márquez (actual Fructuoso Díaz), huyó por la Panamericana
a bordo de diversas camionetas, en una de las cuales permanecían todavía
cautivos los conductores reducidos por la mañana, la que seria abandonada,
junto con los rehenes, en la cercana localidad de Boulogne, alrededor
de las 15:30 hs., un inspector municipal de San Isidro al notar movimientos
extraños dentro del vehículo encontró a los choferes y los desató, un
vecino del lugar contó que los conductores le dijeron, que los captores
los habían “tratado muy bien” y que “sólo les habían quitado sus automóviles
pero no su dinero ni sus alhajas”.
Mientras tanto, los habitantes de Garín que habían sido maniatados en
la comisaría y en el banco también comenzaron a ser liberados, los primeros,
mediante la ayuda de una enfermera que había ido a la comisaría para
denunciar el asalto al banco, de un empleado de ENTel y otro vecino,
los apresados en el banco, gracias al auxilio de diversos vecinos y
del dueño de un taller mecánico que facilitó unas tenazas. Inmediatamente,
el chofer de la ambulancia del Centro de Salud de Garín que había permanecido
maniatado en el banco con Sulling llevó al cabo, todavía vivo, a un
hospital de Escobar, quien moriría muy poco tiempo después.
Alrededor de las 14:30 hs. las calles del pueblo habían quedado cubiertas
de panfletos, en los mismos podía leerse: “Después de algunos años de
acción anónima, asumimos hoy en Garín nuestra identidad política y como
Fuerzas Armadas Revolucionarias proclamamos…”
[Datos de
www.elgarinense.blogspot.com]
VOLVER A CUADERNOS
DE LA MEMORIA
