Por
Sofanor Novillo Corvalán
Ilustración Roberto Bobrow
Muchos aspectos de la vida de Gardel se debaten hoy con mayor o
menor grado de apasionamiento. Pero pocos conocen la filiación política
del célebre cantor, afiliado al Partido Conservador y amigo de los
hombres fuertes de la mal llamada "Década Infame".
Gardel murió el 24 de
junio de 1935. A 70 años de su muerte, no deja de sorprender la
trascendencia que tuvo en su época este extraordinario cantor popular.
El asombroso éxito de sus giras por Francia y Estados Unidos, país
donde filmó sus más resonantes películas, resalta aun más si se
tiene en cuenta el nivel de precariedad de la tecnología filmográfica
y radiofónica utilizada en comparación con la actual. No obstante
todo, tuvo la extraordinaria suerte de contar a su favor con el
inicio del cine sonoro, la vitrola y la radio galena, pero sin duda,
de haber tenido a su disposición las sofisticadas técnicas de hoy,
su lugar en el escenario mundial de la música popular tendría una
altura inimaginable. Dejando de lado las conjeturas, la realidad
nos muestra que es un mito que en su proyección representa y simboliza
a nuestro país, hasta el día de hoy.
Gardel es la personificación del tango y, por él, el tango y la
Argentina llegaron a trascender en toda América, Europa y otras
regiones más exóticas del mundo. Todo esto no escapó al interés
de una multiplicidad de estudiosos y especialistas, quienes desde
el foco de interés de su disciplina no dejaron detalle o episodio
de su vida y su música sin escudriñar. Muchas de las alternativas
de su vida son hasta hoy motivo de controversia, comenzando por
su verdadero origen: Francia o Uruguay. Aunque investigaciones más
modernas parecen haber cerrado este capítulo, era francés. Otros
temas, como el de su sexualidad, se han comenzado a tratar con más
transparencia, quizás porque la temática misma -su eventual homosexualidad
-ya no tienen el sesgo estigmatizante de hace cuatro o cinco décadas.
La
vida de Gardel, estudiada hasta el detalle, esconde, no obstante,
algunos aspectos importantes. Dentro del fárrago de artículos escritos
hay algunos capítulos en blanco, hay silencios sobre cuestiones
que muchas veces son cruciales en la vida de un hombre. Y quizás,
de esos silencios, el más estridente sea el vinculado a la política.
O para decirlo en otros términos: lo que se tiene oculto es la filiación
política del cantante. O para expresarlo con otras palabras, ¿estaba
Gardel afiliado a algún partido? La respuesta al interrogante anterior
es incuestionablemente afirmativa. El "Zorzal criollo" estuvo siempre
vinculado a la política, era afiliado al Partido Conservador de
la provincia de Buenos Aires. Además, estaba estrechamente relacionado
con gravitantes políticos de la época como Alberto Barceló, Pedro
Cernadas y otros. De Barceló, aunque se conoce poco de su obra,
se habla mucho y mal. Y los que realmente la conocen, la silencian,
porque es considerado políticamente incorrecto hablar bien de la
gestión eficiente y progresista que puede haber realizado un gobernante
conservador. Se habla de él sólo para recordar su relación con el
juego, la trata de blancas y sus vínculos con Juan Ruggiero. Es
muy probable que Gardel estuviera vinculado a lo mejor y lo peor
de los gobiernos de la época, especialmente a los gobernantes de
la legendaria Barracas al Sur, es decir la ciudad de Avellaneda.
El fue testigo del rápido progreso y de la acelerada urbanización
e industrialización de esa zona. El compromiso del cantante con
el intendente de Avellaneda, Alberto Barceló, era muy fuerte. Amenizaba
los actos partidarios con gran éxito. Eran tiempos en que la política
partidaria penetraba en la vida cotidiana de los ciudadanos. Tiempos
en que en Buenos Aires se era conservador o radical. Boina colorada
los primeros, blanca los segundos. Era como en Córdoba, en que no
había otra opción más que ser demócrata o radical. Aunque en Buenos
Aires se practicara el fraude y en Córdoba, jamás. Dada su popularidad,
Gardel pudo mantenerse neutral, pero nunca lo hizo. La adhesión
de Gardel al Partido Conservador no fue producto del oportunismo.
Si eso hubiera ocurrido habría usado boina blanca. Hubiera cantado
en los comités radicales. Se hubiera relacionado con el "Gallego
Julio", símbolo radical de la mafia bonaerense, enfrentado mortalmente
con "Ruggerito". Hubiera hecho, en fin, lo que hoy muchos hacen
para quedar bien con el poder de turno.
Gracias Carlitos - Relato de Carlos Damato que toma
como eje conductor la inigualable letra de
Celedonio Flores, "Canchero", que inmortalizara Carlos Gardel.
Dos tercios de su carrera
musical como cantor y compositor, Gardel la hizo bajo la égida del
régimen radical. En 1917, un año después de comenzar el primer mandato
de Yrigoyen, grababa con el sello Odeón, "Mi noche triste" de Pascual
Contursi, y el primer tango, pero ya con música de su autoría, "Margot",
es de 1919. Durante la gestión radical de Marcelo de Alvear en 1923
grabó, también con música compuesta por él, el inolvidable "Mano
a mano". Estos son algunos ejemplos tomados al azar, pues entre
el 12 de octubre de 1916 y el 6 de septiembre de 1930 , es decir,
durante toda la etapa de gobiernos radicales, el cantor grabó la
mayor parte de los tangos y canciones que, si hasta hoy se los escucha,
es porque él fue el primero en cantarlos. Durante esos lustros adquirió
la fama suficiente para probar suerte en el extranjero. Y fue entonces
precisamente, primero en París y después en Nueva York, cuando Gardel
no sólo consolida su fama sino que la proyecta a nivel internacional.
Este período de su vida coincide curiosamente con el acceso al poder
del partido con el que se siempre estuvo vinculado.
Había comenzado la década de los ’30, la que la historia oficial
ha denominado "infame", pero que no fue ni una cosa ni la otra:
ni década ni infame. Entre 1930 y su muerte, Gardel vivió virtualmente
en el exterior. Es más, aunque Buenos Aires lo tiene como ícono
indiscutible, en 1931, en París, Carlos Gardel aconsejaba a Julio
de Caro en los siguientes términos: "Quédate aquí y volvé a Buenos
Aires de cuando en cuando, como hago yo, como quién va a visitar
los restos de una novia querida que lleva en el corazón".
Las razones por la que
está eclipsada su condición política de conservador hay que buscarla
en las mismas causas por las que, tantos episodios y etapas de la
vida argentina fueron borrados, falseados u olvidados de un modo
adrede. De otra manera cómo explicar, por ejemplo, que si no hubiera
sido por Osvaldo Bayer que "descubrió" la masacre de trabajadores
rurales en la Patagonia perpetrada por el régimen yrigoyenista,
estos episodios hubieran quedado literalmente sepultados en la historia.
A lo que se sumó la Semana Trágica, ocurrida en Buenos Aires, ambos
episodios ocurridos durante la primera presidencia de Yrigoyen hubieran
justificado más plenamente que a este período se le impusiera el
rótulo de "infame". Bien se puede afirmar que nunca en un gobierno
constitucional murió tanta gente como consecuencia de la represión
gubernativa. El radicalismo como agravante, desaprovechó dramáticamente
el instrumento central para la construcción de una sólida democracia
en la Argentina, como fue la Ley Saenz Peña. Durante los gobiernos
de Yrigoyen y Alvear, habiendo sólo catorce provincias, en la Argentina
se produjeron treinta y tres intervenciones federales. Se distorsionó
de un modo sistemático la voluntad popular de las provincias. Después
de triunfar en 1916, el radicalismo asumió que no tenía adversarios
sino enemigos sin derechos cívicos. Jamás aceptó las minorías ni
a la oposición.
Ellos entendían que la Unión Cívica Radical representaba a la Argentina
y no que era solo una parte de la Nación.
Carlos Gardel, como tantos argentinos más, era un enconado adversario
del partido radical. Por eso celebró la revolución de setiembre
de 1930 con un tango que grabó para la ocasión. Es que se debe advertir,
que las cuestiones sociales y políticas no estuvieron nunca muy
alejadas del tango. Los propios partidos, sus símbolos, y algunos
conspicuos dirigentes fueron títulos y temas de tango, así por ejemplo:
"Unión Cívica" con letra de Juan D’Estefano; "Hipólito Yrigoyen"
con letra de D. Santa Cruz; "El Socialista Argentino" dedicado a
Alfredo Palacios, con letra de L. Laiello. Después vino "La descamisada"
de Enrique Maroni. Una estudiosa del tema, Nora Sessa de Kramer
, agrega que : "Homero Manzi, siempre dio su testimonio político
y fue así que con la música de la milonga "Betinotti" de su autoría,
escribió también dos milongas , una dedicada a Eva Perón y otra
para Juan Perón, que fueron cantadas por Hugo del Carril". Dentro
de este contexto no es difícil entender por qué Carlos Gardel le
encargó nada menos que a Francisco García Giménez y a Anselmo Aieta,
la composición del tango "Viva la Patria", que Gardel grabó y cantó
para celebrar el derrocamiento de Yrigoyen. Se debe aclarar que
el autor de la letra, García Giménez, no era precisamente un desconocido
en el mundo de la música popular. Fue autor de numerosos y memorables
tangos, entre ellos "Que siga el corso" de 1926, aquel cuya letra
dice:"... te quiero conocer, saber adónde vas, alegre mascarita
que me gritas al pasar..." y la música, es de Anselmo Aieta, talentoso
compositor de numerosos tangos, entre otros,"Corrales viejos", lugar
éste al que algunos conocedores lo señalan como la cuna del tango.
El mismo García Giménez escribió un libro de consulta obligada hasta
hoy: "Así nacieron los tangos" (Buenos Aires, Lozada, 1975). Estamos
entonces ante un tango, "Viva la Patria", escrito y cantado por
hombres que tenían una clara idea de lo que celebraban. Era sin
lugar a dudas, un trasunto de sus ideas y emociones. La letra de
este tango nunca antes fue publicada en un diario de Córdoba. Mientras
que hoy, cualquiera puede, Internet mediante, encontrar la letra
siempre oculta de este tango-canción. Y si se usa este medio para
encontrarla , se advertirá con asombro que si bien la letra de la
misma es clara y su intención directa, está precedida de una curiosa
aclaración que increíblemente dice: "Grabada por Carlos Gardel en
setiembre de 1930. Tango escrito como protesta frente al golpe militar
del 6 de setiembre de 1930 en la Argentina, conocido como "el cuartelazo",
tomado de Horacio Salas, "El Tango" (Ed. Planeta, 1996, Buenos Aires)".
Ante tamaña mala interpretación muchos se preguntarán cómo esto
es posible. La respuesta creemos haberla dado. Como quiera que haya
sido el tango "Viva la Patria" canta así :

La muerte de Gardel reflejada en Caras
y Caretas (13/07/1935). Clic para descargar
|
"La niebla gris rasgó
veloz el vuelo de un avión
y fue el triunfal amanecer de la revolución.
Y como ayer el inmortal 1810,
salió a la calle el pueblo radiante de altivez.
No era un extraño el opresor cual el de un siglo atrás, pero era
el mismo pabellón que quiso arrebatar.
Y al resguardar la libertad del trágico malón, la voz eterna y pura
por las calles resonó:
!Viva la Patria!, y la gloria de ser libres.
!Viva la Patria! que quisieron mancillar.
!Orgullosos de ser argentinos al trazar nuestros nuevos destinos!
!Viva la Patria!
de rodillas en su altar.
Y la legión que construyó la nacionalidad nos alentó, nos dirigió
desde la eternidad.
Entrelazados vio avanzar la capital del Sur soldados y tribunos,
linaje y multitud.
Amanecer primaveral de la revolución, de tu vergel cada mujer fue
una fragante flor, y hasta tiñó tu pabellón la sangre juvenil haciendo
más glorioso nuestro grito varonil".
A esta altura, es innecesario aclarar que Gardel no fue un adversario
más de Hipólito Yrigoyen, porque éste al igual que aquel, fueron
dos grandes en el sentimiento popular. Gardel versus Yrigoyen. Aunque
en planos distintos, ambos fueron genuinos ídolos del pueblo; por
eso, quizás resulte curioso y altamente simbólico lo que nos recuerda
Ramiro de Casasbellas, en el diario "La Opinión" del martes 24 de
junio de 1975: "que la multitud que acompañó el cadáver de Gardel
el 6 de julio de 1936 en el cementerio de La Chacarita, fue muy
superior a la que en 1933 despidió a Yrigoyen."
Fuente: www.rionegro.com.ar, julio 2005
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