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El proletariado rural:
detonante de la Revolución Argentina
Tesis política del FRIP
Autor: Francisco René Santucho Editado por la
Secretaría Ideológica del FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano
Popular) NORTE ARGENTINO - 1964
TESIS I
La República
Argentina es un país semicolonial
seudoindustrializado
Caracterizamos a la Argentina como un país
semicolonial seudoindustrializado. No es como sostienen algunos teóricos
burgueses, y también algunos de izquierda, que la Argentina se encuentre
en un desarrollo capitalista "clásico", es decir, no es que nuestro país
haya llegado a través del desarrollo de sus fuerzas productivas al
capitalismo y de lo que se trata ahora sea de desbrozar el camino de las
supervivencias feudales para un amplio desarrollo de ese capitalismo, esto
es, que la burguesía argentina realice la inconclusa revolución
democrático-burguesa. La industrialización, mejor dicho, la
seudoindustrialiazación de la Argentina, es promovida por el imperialismo.
No es el resultado de una nueva clase en ascenso, de una burguesía
nacional con intereses en el mercado interno, vale decir con intereses
nacionales, sino que es el producto de nuevas formas de explotación de los
países coloniales a que ha echado mano el imperialismo. Este, sin
abandonar su rapiña financiera, explota económicamente a los países
coloniales y semicoloniales, se introduce con industrias -la
seudoindustrialización- en la estructura económica de estos países, pasa a
ser un factor interno en su desarrollo. No se limita a explotarnos en el
comercio internacional, a vendernos productos manufacturados, sino que
ahora los produce en nuestros propios países, con mano de obra barata, sin
impuestos, sin competencia, en condiciones óptimas, extrayendo ganancias
cada vez más fabulosas. En el proceso de penetración, el imperialismo
entrelaza sus intereses con los de la gran burguesía nacional y con la
oligarquía terrateniente. Las convierte en sus socias menores, se inserta
en las viejas formas de producción sin transformar con detenimiento la
estructura económica. No desarrolla plenamente las industrias productoras
de medios de producción -maquinaria pesada etcétera- que habrán de
sostener el posterior crecimiento de los sectores industriales ligados a
la producción de bienes de consumo -que en nuestro país sobrepasa a la de
bienes de producción- sino que deja intacto el poder de sus aliados -la
gran burguesía industrial y rural y la oligarquía terrateniente- dándose
entonces, en la sociedad política, una coparticipación en el poder de las
clases dominantes, pese a las fricciones circunstanciales, y el
aguzamiento en momentos de crisis, de las contradicciones interburguesas.
El imperialismo, por otro lado, se favorece ante esta situación, porque
sigue obteniendo altos rendimientos con sus inversiones, y porque al
mantener las viejas formas de explotación agraria -originadas por la
división internacional del trabajo en la fase de predominancia del
imperialismo mercantilista, exportador de manufactura- mantiene nuestros
lazos de dependencia con el mercado internacional, todo lo cual indica que
de ninguna manera la industrialización por sí sola juega un papel
progresista en nuestros países. Todo lo contrario, la
industrialización, la seudoindustrialización, refuerza nuestros lazos de
dependencia, significa un aumento del grado de explotación de nuestro
pueblo.
TESIS II
La burguesía nacional en su conjunto,
es incapaz de luchar por la liquidación de la dependencia en nuestra
patria o por un desarrollo nacional e independiente. Sólo sectores
minoritarios -la pequeña y mediana burguesía industrial- pueden jugar un
papel de aliados circunstanciales con el proletariado en la lucha
antiimperialista.
Pero el imperialismo se limita a controlar las
industrias más importantes; estas requieren de la colaboración de un gran
número de industrias subsidiarias pequeñas y medianas, las que quedan en
manos de la burguesía nacional con intereses opuestos a los del
imperialismo, lo mismo que la burguesía comercial menor, interesada en la
expansión del consumo nacional. De esta manera la seudoindustrialización
provoca la existencia de tres sectores burgueses: 1º) LA GRAN
BURGUESÍA, aliada incondicional del imperialismo, cuyas ganancias comparte
como socio menor, la que constituye por otra parte, el sector más
importante y representativo de la burguesía nacional. 2º) LA BURGUESÍA
COMERCIAL MEDIANA Y PEQUEÑA, no ligada al comercio internacional. 3º)
LA BURGUESÍA DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS INDUSTRIAS. Estos dos últimos
sectores de la burguesía nacional son opuestos en sus intereses al
imperialismo, pues necesitan de la ampliación del mercado interno y del
aumento del poder adquisitivo de todo el pueblo, constituyéndose entonces
en aliados circunstanciales del proletariado, que pueden incorporarse
circunstancialmente a su lucha. Pero su debilidad y el hecho de tender
hacia su fusión con el capital imperialista, despoja de iniciativa propia,
de capacidad revolucionaria a estos dos sectores. Sólo se incorporarán
circunstancialmente a la lucha antiimperialista que encabece el
proletariado. En resumen, por sus vinculaciones económicas, la burguesía
nacional está incapacitada -como lo demuestra la historia de los últimos
treinta años- para imprimir a la nación un desarrollo capitalista
independiente para cumplir las tareas democráticas que están aún a la
orden del día para el desarrollo nacional. Estas vinculaciones económicas
unen los intereses de la burguesía industrial con los de la oligarquía
terrateniente, vinculada tradicionalmente a los monopolios de la carne,
cereales y otros productos primarios, y a los consorcios financieros
imperialistas, lo que la ata completamente para realizar la reforma
agraria y liberar al país de la dependencia exterior, tareas básicas sin
las cuales no es posible el desarrollo económico.
TESIS
III
La seudoindustralización acentúa los desniveles regionales, y
aumenta la superexplotación de los obreros de las zonas coloniales más
atrasadas.
El imperialismo, al introducirse como factor estructural
en el desarrollo de la economía argentina promoviendo la
desindustrialización, ha acentuado los desniveles regionales, al
desarrollar unilateralmente la zona portuaria en detrimento del interior.
En este sentido, al centrar el establecimiento de "islotes industriales"
principalmente en buenos Aires y el Litoral, provoca un crecimiento
desmesurado de esa región con relación a otras zonas interiores. Y a la
vez que acrecienta el proletariado industrial, establece en la región
formas sociales más avanzadas, posibilitando la existencia de sectores
obreros privilegiados. Sin embargo, el imperialismo mantiene la
explotación colonial en las industrias primarias. Es por ello que la
explotación de la clase obrera cobra características de superexplotación
de las masas trabajadoras más atrasadas y ocupadas en actividades
primarias. Es por ello que la explotación de la clase obrera cobra
características de superexplotación de las masas trabajadoras más
atrasadas y ocupadas en actividades primarias. Tal es el caso de los
obreros azucareros, mineros, forestales, peones agrarios,
etcétera.
TESIS IV
La burocracia sindical centralizada en
buenos Aires es el principal obstáculo para el desarrollo del
proletariado, y debe enfrentársela sobre la base del movimiento obrero del
interior.
Para defender sus intereses profesionales, los obreros se
organizan sindicalmente. El sindicato es entonces un aparato
administrativo que el proletariado debe desarrollar para su lucha
económica por sus reivindicaciones gremiales. Y como todo aparato
administrativo es propenso a la burocratización, a un desarrollo exagerado
que lo aleja de los intereses de las masas, creando sus propios
intereses. La presencia de sectores privilegiados en el seno de la
clase trabajadora, centralizados en los grandes núcleos industriales
proporciona una base social inmejorable, son el caldo de cultivo para la
burocratización, para la consolidación de un poderoso aparato
burocrático. La inexistencia de un partido revolucionario capaz de
someter la lucha económica a una lucha política revolucionaria, capaz de
llevar al proletariado a superar las limitaciones de las reivindicaciones
puramente económicas, también ha favorecido el fortalecimiento de la
burocracia. Estos son los factores que han permitido la formación de la
poderosa burocracia que hace de dique de contención al proletariado y que
éste debe liquidar en su ascenso revolucionario. Así, la burocracia
centralizada en buenos Aires, controlando al conjunto del Movimiento
Obrero a través del aparato cegetista, cumple su nefasto papel de desviar,
de contener al proletariado, y como tal, debe ser combatida sin descanso
por el Partido de la Revolución, dirección política de la clase
obrera.
TESIS V
En la República Argentina, el eslabón más
débil de la cadena es el Norte Argentino.
La existencia en el país
de zonas económicas netamente diferenciadas, origina distintas relaciones
de producción. Se pueden distinguir en forma global dos zonas. 1ª) Una
zona avanzada, con gran crecimiento industrial y gran desarrollo
capitalista en el campo. 2ª) Una zona colonial, subdesarrollada, con
formas atrasadas de producción y asiento del sector industrial de
actividad primaria. Tal es el caso del Norte, Cuyo y la
Mesopotamia. Estos desniveles regionales plantean a la vanguardia
problemas tácticos, programáticos y formas de trabajo político que deben
medirse cuidadosamente para el posterior planteo de la táctica
insurreccional. La existencia de estas zonas diferenciadas, genera
distintos sectores y permite delimitar el sector de la clase obrera que se
encuentra afectado en la zona colonial, soportando de manera más aguda las
contradicciones del sistema capitalista. En el Norte, existe un numeroso
proletariado rural afectado en sus relaciones con la oligarquía azucarera
-sin tradición de burguesía aunque emplee las formas racionales de la
explotación capitalista-, con el imperialismo que controla el paquete
accionario de muchos ingenios, perteneciéndole la totalidad de algunos,
con la burguesía forestal que aún continúa utilizando en el seno del
obraje las antiguas formas de pagos con vales, giros, etcétera. Este
proletariado rural es sometido allí a una cruel explotación. Es en el
Noroeste donde al no darse un acentuado desarrollo capitalista no se ha
originado el crecimiento de las capas medias, y donde la diferenciación
social, la existencia de ostensibles desniveles en el ingreso es más
evidente. Es en el Noroeste donde el aparato de represión del Estado
burgués es más débil, no habiendo desarrollado las clases dominantes las
vías institucionales para incorporar a los sectores explotados dentro de
los marcos del sistema, mejorando en algo sus condiciones de vida,
amortiguando la lucha de clases. Es en el Noroeste el lugar donde el peso
contrarrevolucionario de la burocracia sindical es menor, a diferencia de
lo que ocurre en los grandes centros urbanos. Estas características
establecen: 1º.- Existen condiciones objetivas de superexplotación del
proletariado rural. 2º.- Las posibilidades de desarrollo del FRIP entre el
proletariado rural son óptimas. La permanencia de éstas condiciones y
la imposibilidad de la burguesía de suprimirla, provocando un
ensanchamiento temporario de los marcos del sistema capitalista,
incorporando en ese proceso a través de otros modos de integración social
al proletariado rural, determina que el Noroeste sea el eslabón más débil
de la cadena, el nudo que habrá de romper el FRIP, poniendo a las masas en
combate, haciendo funcionar el motor humano de la revolución.
TESIS
VI
El proletariado rural, con su vanguardia y el proletariado
azucarero es el detonante de la Revolución Argentina.
El
proletariado del Noroeste está constituido en su inmensa mayoría por el
proletariado rural, el proletariado ocupado en actividades primarias,
localizado en zonas rurales, en el azúcar, la explotación forestal, las
minas, el algodón, etcétera. Este proletariado alcanza a 400 mil
trabajadores y cuenta con el proletariado azucarero nucleado en la FOTIA
como vanguardia natural. También está la FOSIF, que nuclea al proletariado
forestal de SDE, numerosos sindicatos mineros, peones agrarios (FATRE),
petroleros, etcétera. La tradición de lucha del proletariado rural
encuentra su expresión en el proletariado rural tucumano, con un alto
grado de politización, de conciencia de clase, los trabajadores azucareros
han señalado en reiteradas oportunidades el camino de la lucha al resto de
la clase obrera argentina. Han llevado a su más alto nivel de combatividad
el método más avanzado de combate espontáneo alcanzado por la clase obrera
argentina: la ocupación de fábricas. En la última huelga por mejoras
salariales, el gobierno provincial debió recurrir a la Gendarmería
Nacional por resultarle insuficiente la policía para detener la
movilización azucarera. La FOTIA agremia a 90 mil obreros con sus
familias. El proletariado azucarero cuenta además con otra poderosa arma:
la concentración. Tucumán es la provincia con mayor cantidad de habitantes
por Km cuadrado. El resto del proletariado rural del Noroeste argentino
tiene la característica común de que el grado de explotación a que se ve
sometido lo obliga a buscar permanentemente una salida, una modificación
sustancial, no puede aguantar por más tiempo. Pero a diferencia del
proletariado azucarero, no se encuentra ni tan concentrado ni tan
politizado, por el contrario, ha sido abandonado por toda la izquierda
cuya prédica nunca se hizo escuchar. Y está listo para despertar,
esperando quien lo dirija para ponerse en movimiento. La lucha del
proletariado azucarero encabezado por la FOTIA, confirma la tesis de los
desniveles regionales, de la existencia de una zona colonial-capitalista,
en donde se agudizan críticamente las contradicciones no resueltas en el
desarrollo capitalista por la burguesía. Y es de señalar que esta lucha
quedó reducida a los límites del sistema capitalista por la ausencia de
una vanguardia esclarecida que indique desde fuera de FOTIA una estrategia
revolucionaria, llevando a la clase obrera a una abierta lucha contra el
régimen.
TESIS VII
En toda Indoamérica, el proletariado
rural es el sector más combativo de la clase obrera por su carácter de
enemigo irreconciliable del imperialismo y por la superexplotación a que
se ve sometido.
Las características enunciadas del proletariado
rural así como la importancia del problema regional, no son exclusivas de
la Argentina sino que es una característica general en toda Indoamérica.
En la mayoría de los países latinoamericanos el sector más combativo de la
clase obrera es el proletariado rural, pues sobre él cae el mayor peso de
toda la explotación -mineros, cafetaleros, bananeros, azucareros,
etcétera.
TESIS VIII
El papel del proletariado urbano en el
proceso de la revolución argentina no se desmerece por el carácter
detonante, iniciador de la revolución que posee el proletariado
rural.
La afirmación que antecede, señalando al proletariado rural
como detonante de la revolución, no significa de manera alguna un
desmerecimiento o subestimación para el rol del proletariado urbano en la
revolución. La clase obrera forma un conjunto, es una totalidad y como tal
e la clase más revolucionaria de la sociedad, la que representa el futuro,
la que dirigirá a todo el pueblo en la liquidación del capitalismo y la
instauración del socialismo. Sobre todo en la construcción del socialismo
los obreros urbanos tendrán una importancia primordial por su preparación,
por su número, pero en el proceso revolucionario en su faz inicial el
destacamento de vanguardia de la clase obrera será el proletariado
rural.
TESIS IX
El proletariado rural incorporará
fácilmente al campesinado a la lucha por la liberación nacional y
social.
Por los profundos lazos que unen al proletariado rural con
el campesinado, el primero se encuentra en inmejorables condiciones para
sellar la alianza obrero-campesina y arrastrarlo junto a él. Los obreros
rurales están unidos a los campesinos por lazos familiares y locales. Son
hijos, hermanos, vecinos. Ese hecho facilita enormemente su influencia
sobre el campesinado: este es otro rasgo que otorga al proletariado rural
el papel de mayor importancia en el proceso revolucionario. Los
campesinos explotados en el mercado, tienen intereses contrapuestos en la
burguesía, la oligarquía y el imperialismo. Están por eso dispuestos a
luchar contra ellos; mas por su carácter de clase, son incapaces de llevar
adelante una lucha consecuente y por su heterogeneidad, por dispersión
geográfica, no están en condiciones de constituir por sí solos una fuerza
capaz de combatir abiertamente contra el régimen. Así el papel del
campesinado en la Revolución Argentina es el de compañero, aliado, apoyo
del proletariado. Sin embargo, es necesario ganarlo por esa alianza y el
proletariado rural estará en inmejorables condiciones para
conseguirlo. Debemos señalar que en lo que respecta al resto de
Indoamérica, tal como lo señala la experiencia peruana, mexicana, cubana,
el campesinado disputa el liderazgo de la revolución al proletariado e
incluso ha resultado terreno propicio -como lo enseña la revolución cubana
y la formación del FIR en el Perú- para el desarrollo de una vanguardia
revolucionaria.
TESIS X
El FRIP como vanguardia en
construcción de la Revolución Argentina, debe dirigir su trabajo de
desarrollo sobre la base social de los trabajadores rurales, especialmente
sobre la FOTIA y la FOSIF, sin descuidar el trabajo sobre los otros
sectores, en especial el proletariado urbano.
Entonces el FRIP debe
organizarse como el Estado Mayor de la Revolución Argentina, sobre la base
primordial del proletariado rural, especialmente sobre el proletariado
azucarero. Debe dirigir sus esfuerzos a consolidarse organizativamente
entre el proletariado rural, fundirse con él y con el resto de la clase
obrera, ponerse a su cabeza y señalarle el camino de la lucha, el camino
de la toma del poder. Sólo un partido revolucionario estructurado sobre
esa base social, con una férrea organización, dirección centralizada,
completa independencia ideológica y organizativa, estará en condiciones de
llevar al pueblo a la victoria, liquidar al imperialismo, al capitalismo,
la explotación del hombre por el hombre y abrir a la Argentina, a
Indoamérica, el brillante futuro de una sociedad socialista. Y ese partido
será el FRIP que constituiremos con nuestras propias manos, con nuestra
actividad incansable de
revolucionarios.
Documentos del Padre Camilo Torres
Mensaje a los cristianos
Las convulsiones
producidas por los acontecimientos políticos, religiosos y sociales de los
últimos tiempos, posiblemente han llevado a los cristianos de Colombia a
mucha confusión. Es necesario que en este momento decisivo para nuestra
historia, los cristianos estemos firmes alrededor de las bases esenciales
de nuestra religión. Lo principal en el Catolicismo es el amor al
prójimo. "El que ama a su prójimo cumple con su ley." (S. Pablo, Rom.
XIII, 8). Este amor, para que sea verdadero, tiene que buscar eficacia. Si
la beneficencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos
planes de vivienda, lo que se ha llamado "la caridad", no alcanza a dar de
comer a la mayoría de los hambrientos, ni a vestir a la mayoría de los
desnudos, ni a enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que
buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías. Esos
medios no los van a buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder,
porque generalmente esos medios eficaces obligan a las minorías a
sacrificar sus privilegios. Por ejemplo, para lograr que haya más trabajo
en Colombia, sería mejor que no se sacaran los capitales en forma de
dólares y que más bien se invirtieran en el país en fuentes de trabajo.
Pero como el peso colombiano se desvaloriza todos los días, los que tienen
el dinero y tienen el poder nunca van a prohibir la exportación del
dinero, porque exportándolo se libran de la devaluación. Es
necesario entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para
dárselo a las mayorías pobres. Esto, si se hace rápidamente es lo esencial
de una revolución. La Revolución puede ser pacífica si las minorías no
hacen resistencia violenta. La Revolución, por lo tanto, es la forma de
lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo,
que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al
prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no
solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por
eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los
cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el
amor para todos. Es cierto que "no haya autoridad sino de parte de Dios"
(S. Pablo, Rom. XXI, 1). Pero Santo Tomás dice que la atribución concreta
de la autoridad la hace el pueblo. Cuando hay una autoridad en
contra del pueblo, esa autoridad no es legítima y se llama tiranía. Los
cristianos podemos y debemos luchar contra la tiranía. El gobierno actual
es tiránico porque no lo respalda sino el 20% de los electores y porque
sus decisiones sales de las minorías privilegiadas. Los defectos
temporales de la Iglesia no nos deben escandalizar. La Iglesia es humana.
Lo importante es creer también que es divina y que si nosotros los
cristianos cumplimos con nuestra obligación de amar al prójimo, estamos
fortaleciendo a la Iglesia. Yo he dejado los privilegios y
deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he
entregado a la Revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa
para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y
social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya realizado
la Revolución, volveré a ofrecer misa si Dios me lo permite. Creo que así
sigo el mandato de Cristo: "Si traes tu ofrenda al altar y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu
ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda" (S. Mateo v, 23-24). Después
de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que
establecimos un sistema que está orientado por el amor al
prójimo. La lucha es larga, comencemos ya...
Camilo
Torres Agosto 3 - 1965.
Mensaje a las
mujeres
La mujer colombiana, como la mujer de todo país
subdesarrollado, ha estado siempre en condiciones de inferioridad respecto
del hombre y la sociedad. Estas condiciones varían de acuerdo con el nivel
de vida de las personas. Dentro de la clase popular la mujer
tiene muchos deberes de tipo material y casi ningún derecho espiritual. El
más alto grado de analfabetismo lo tienen las mujeres de la clase popular.
Tienen que trabajar duramente en las ocultas, pero en ocasiones muy duras
labores del hogar y de las industrias menores (huertas, cerdos, gallinas,
perros, etc.), sin consideración a las incomodidades y responsabilidades
de la maternidad. La mujer de la clase obrera no goza de ninguna
protección social y mucho menos legal. Cuando, en un país como el nuestro,
el hombre acosado por la miseria, la desocupación y enfrentando a las
responsabilidades agobiantes de una familia numerosa, refugiándose
falsamente en los vicios, abandona el hogar, la mujer tiene que afrontar
todas las cargas de éste. Cuántas casas obreras se encuentran, durante las
horas de trabajo, cerradas con un candado por fuera, llenas de niños
semidesnudos y semihambrientos que esperan que su madre llegue del trabajo
para recibir algo de comer. La mujer de clase media también es
explotada por los patronos. Es posible que, dentro de esa clase, las
relaciones con los maridos sean más igualitarias. Sin embargo, estas
familias no podrían subsistir sin el trabajo de la mujer y sabemos que la
mujer trabajadora, la oficinista, la empleada, sufre explotaciones y
presiones de toda clase por parte del patrón. La mujer de la clase alta
tiene que disimular con ociosidad, en juegos de naipes y reuniones
sociales, la falta de oportunidades intelectuales y profesionales que
existe en nuestra sociedad. En ésta, la fidelidad conyugal no se exige
sino a la mujer. La censura no viene sino sobre ella en el caso de que
cometa algún error en esta materia. Aunque la ley consagre la igualdad de
derechos y deberes, en la realidad esta igualdad no existe. En la
política, los hombres de la clase popular han sido hasta ahora conducidos
según el capricho de la oligarquía. La abstención ha sido el primer grito
de rebeldía de toda una clase que no confía en las patrañas de la clase
dirigente. Ya existen otros síntomas de unificación y de organización
de los descontentos. Sin embargo la oligarquía como un pulpo,
comienza a extender sus tentáculos hacia las mujeres colombianas. Los
hombres de esta clase les han dado el derecho de votar para continuar
usándolas como instrumento. Con todo, la mujer colombiana tiene valores
de persona humana y no es simplemente un instrumento. La mujer colombiana
tienen la conciencia de ser explotada no solamente por la sociedad, como
la mayoría de los colombianos, sino también por el hombre. La mujer
colombiana tiene disciplina de lucha, ha mostrado generosidad en su
entrega a los demás, tiene más resistencia al dolor físico. La mujer
colombiana, como toda mujer, tiene más sentimiento, más sensibilidad, más
intuición. Todas estas cualidades, en una primera etapa, deben ser
exaltadas y puestas al servicio, no de las oligarquías ni de los hombres
como tales, sino de un ideal revolucionario convertido en el ideal de la
mujer. Por el contrario, la mujer ha visto con más intuición
quizás cómo los hombres han sido engañados con las papeletas electorales y
las luchas partidistas. La mujer colombiana todavía no está infectada con
una egoísta tentación de poder. Los oligarcas las quieren
infectar pero no saben que si los colombianos tienen malicia indígena, las
mujeres la tienen mucho más. Ellas saben muy bien que el voto es la nueva
forma de explotación que la oligarquía ha ideado y por eso sale a las
plazas vibrando por ideales más altos y más patrióticos. La mujer
colombiana se alista para la revolución. Ella ha sido y será el apoyo del
hombre revolucionario. Ella tiene que ser el corazón de la revolución. Si
cada hombre revolucionario cuenta en su hogar con una mujer que sabe
respaldarlo, comprenderlo a ayudarlo, tendremos muchos más hombres que se
decidan a la lucha. Después de realizada la revolución, la mujer
sabrá que la igualdad de derechos y deberes no permanecerá solamente como
letra muerta en el papel, sino que será una realidad que ella mismas, como
fuerza popular y revolucionaria, podrá garantizar. Los problemas del
divorcio y del control de la natalidad que la mujer colombiana cree poder
resolver dentro de un sistema conformista y de opresión, no podrán ser
resueltos sino dentro de un régimen que respete la conciencia de las
personas y los derechos individuales, familiares y sociales. No podrán ser
resueltos sino cuando haya un Estado que tenga verdadera autonomía y a la
vez respeto en relación a la jerarquía eclesiástica. La mujer
colombiana tiene la suficiente generosidad como para encuadrar sus
problemas personales dentro de un ideal más amplio, en donde estos serán
resueltos sin descuidar las demás necesidades de sus
semejantes. Este ideal no podrá ser sino en la realización de una
auténtica revolución colombiana.
Camilo
Torres 1965
Mensaje a los campesinos
De
acuerdo con los censos, la población campesina ha disminuido. Sin embargo,
en ellos se considera que la población que vive en los centros urbanos de
más de mil quinientos habitantes es población urbana. En realidad eso no
es así. Podemos decir que la mayoría de la población colombiana
es rural. Además de la cantidad, lo más importante es que el mayor
aporte al ingreso nacional lo hacen los campesinos. El 90 por ciento de
las exportaciones son agrícolas (café, banano, tabaco, azúcar). Sin
agricultura no tendríamos forma de importar máquinas ni la comida que nos
falta. Desgraciadamente el aporte de los campesinos, como todo en ese
sistema, no sirve sino para unos pocos. Los que manejan las federaciones
(de cafetaleros, de algodoneros, la United Fruit, de bananeros,
de tabacaleros, etc.) y los que manejan los bancos (especialmente el banco
de la república) concentran todas las ganancias. Las ganancias que
aprovecha el gobierno se emplean en lo que éste llama "funcionamiento", es
decir en pagar empleados (que se han duplicado para conservar la paridad)
y para comprar armas viejas, para matar a los campesinos que han dado el
dinero para comprarlas. En contraste entre la importancia económica y
social de los campesinos y el trato que reciben del presente sistema es
manifiestamente escandaloso. La violencia ha sido principalmente
campesina. El gobierno fue el iniciador de la violencia; desde 1947 fue el
que produjo con la policía primero y con el ejército después, desde
1948. Los oligarcas liberales pagaban a los campesinos liberales y los
oligarcas conservadores pagaban a los campesinos conservadores para que
los campesinos se mataran entre sí. A los oligarcas no les hicieron ni un
rasguño. Cuando la oligarquía no necesitó más de ellos, los declaró
bandoleros, los cazó "como a fieras" y luego, cuando los asesinó, publicó
fotos de sus cadáveres en la primera página de la gran prensa haciendo
alarde del triunfo obtenido en nombre de "la paz, la justicia y la
legalidad". Esa violencia gubernamental y financiada por las
oligarquías después enseñó muchas cosas a los campesinos: les enseñó a
reconocer en la oligarquía a su verdadero enemigo. Los enseñó a huir
primero. Defenderse después y les enseñó a atacar para obtener lo que las
oligarquías obtenían con la violencia: fincas, cosechas, ganado, poder.
Estas cosas no se las daba el sistema. Todo lo contrario. Los salarios más
bajos, el menor número de escuelas, las peores viviendas, las menores
posibilidades de progresar, las tienen los campesinos. Cuando
acabaron con los cabecillas notorios quedaban zonas campesinas controladas
por los mismos agricultores. La política represiva de los Estados
Unidos impuestas a sus gobernantes, los gobernantes colombianos, no podía
permitir zonas "sospechosas" aunque fueran pacíficas. El ejército
necesitaba aumentar su importancia, para mostrar que era necesario y
aumentar su presupuesto. El Gobierno dice que los campesinos
iniciaron la violencia. Los campesinos dicen que fue el gobierno. En
Francia intelectuales de todas las corrientes, después de haber
investigado, dicen que los campesinos tienen la razón. Yo quiero
retar al gobierno, para que pida, si se atreve, una comisión investigadora
a las Naciones Unidas, constituida por países neutrales para que juzguen
los casos de Marquetalia, Pato, Guayabero y Río Chiquito. Sabemos
que la similitud del desembarco de los "marines" en Santo Domingo son los
desembarcos del ejército colombiano, dirigidos por la misión militar
norteamericana en las "repúblicas independientes". Estos
desembarcos continuarán. Ayer, en Río Chiquito, mañana Sumapaz, pasado
mañana el Ariari y los Llanos. El ejército empieza con la acción cívico
militar y acaba con los bombardeos, empieza sacando muelas y acaba
metiendo bala. Los campesinos ya saben que los militares llevan una mano
adelante con el pan y otra atrás con el puñal. La "república
independiente" de Colombia seguirá obedeciendo a los norteamericanos para
que destruya a sangre y fuego las otras repúblicas de colombianos
independientes. Así lo ha decretado la Cámara
norteamericana. Nuestros campesinos, ya saben a que atenerse. Ya
saben para qué se tienen que preparar. Ellos no se lanzan a una aventura
pero no rehuyen la lucha. Ya la oligarquía, con el estado de sitio, ha
sacado al pueblo a las plazas públicas. Ya lo persigue con
ametralladoras en recintos cerrados, como en Medellín. Cuando nos haga la
vida imposible en la ciudad, tenemos que ir al campo. Y del campo no
podemos botarnos al mar. Allí tendremos que resistir. Para eso debe
prepararse el campesino, organizando ahora los comandos del Frente Unido
con grupos de cinco o de diez. Purificando las zonas de traidores a la
causa del pueblo. Haciendo depósitos de comida y de ropa.
Preparándose para esa lucha prolongada. No dejándose provocar, ni
presentar resistencia cuando las condiciones sean desfavorables para el
pueblo. La oligarquía seguirá reafirmando a los campesinos en su
convencimiento de que tienen que apoyar a las fuerzas revolucionarias.
¿Por qué no se han acabado con la guerrilla de Simacota?. Únicamente por
el apoyo de los campesinos. Cuando la oligarquía no deje otro camino,
los campesinos tendrán que darnos refugio a los revolucionarios, a los
obreros y estudiantes. Por el momento deben unificarse y organizarse
para recibirnos con el fin de emprender la larga lucha
final.
Camilo Torres Publicado en: Frente Unido, número 7,
7 de octubre de 1965.
Mensaje a los
sindicalistas
Pocos grupos en Colombia tienen una tradición de
lucha y de organización como los obreros, como los trabajadores
urbanos. A pesar de que la industrialización de Colombia no comienza a
tener importancia nacional sino a partir de 1939, el sindicalismo
colombiano, tanto rural como urbano, posee una tradición de lucha anterior
a esta fecha. Los motines de los bananeros son testigos de esa lucha.
El gobierno de Alfonso López Michelsen señala una etapa fundamental en la
organización obrera y en la lucha sindical colombiana. El sindicalismo
surge como una fuerza beligerante e independiente, pero pronto, bajo
regímenes retrógrados, comienza a desvirtuarse en elementos paternalista,
imperialistas y esquiroles vendidos al gobierno. Nuestra clase
dirigente logró también dividir a la clase obrera y después de debilitarla
con pretextos religiosos y políticos, como ya había debilitado con los
mismos pretextos a la clase popular, resuelve purgarla de elementos
"comunistas" en el Congreso de Cartagena, sin descartar a todo elemento no
sometido al patronalismo nacional y norteamericano. Sin embargo, la
presión del sistema era común a todos los obreros. El movimiento de Gaitán
consolida una conciencia de clase que la violencia no ha logrado borrar en
19 años que lleva de existencia. Los dirigentes mercenarios, vendidos a la
oligarquía, se descaran cada vez más y tienen que usar procedimientos
siempre más arbitrarios, siempre más violentos para mantenerse en el
poder. El Frente Nacional acelera la lucha social en Colombia al
instituirse como el primer partido de clase en Colombia, partido de la
clase privilegiada, que consolida la unión de los opresores contra los
oprimidos, lanzando un reto a la clase popular colombiana para que
constituya, siguiendo los consejos de José Antonio Galán: "La unión de los
oprimidos contra los opresores". El gobierno del Frente Nacional
realiza tres devaluaciones, aumenta en 200 por ciento los gastos públicos
y bélicos y trata de subsanar la bancarrota fiscal gravando al pueblo
colombiano con impuestos a las ventas, impuestos a la gasolina y "ponqués
tributarios". El paro nacional del 25 de enero es la culminación de una
levadura social que fue vendida a las oligarquías para que éstas hicieran
un ponqué que habían de comerse ellas mismas. Sin embargo, el
sistema está tan desintegrado y corrompido que la maquinaria política
parlamentaria no funcionó ni para el ponqué, ni para las facultades
extraordinarias. Entonces se recurre a instaurar la dictadura. Se
aprovecha una huelga estudiantil para decretar un estado de sitio que
continúa, contrariando la constitución, para legislar sobre asuntos
económicos y hacer demagogia laboral. Lo más grave del actual
sistema es que no es solamente los obreros, sino la oligarquía está
descontenta y digo, más grave, porque cuando la oligarquía está
descontenta la posibilidad de un golpe de Estado se hace más
inmediata. Cuando el equipo político fracasa, la oligarquía lo turna
por el equipo militar. El gobierno militar que tome ahora el
poder posiblemente despertará esperanzas mediante medidas demagógicas.
Nuestro pueblo ha dado en forma unánime el grito de la revolución. Sin
embargo, todavía carece de una conciencia suficiente y de una organización
adecuada para resistir al engaño que predominará las medidas demagógicas
después de la caída del odiado gobierno del Frente Nacional. Una serie
interminable de huelgas legales e ilegales se han iniciado en nuestro
país, todas esas luchas o reivindicaciones inmediatas fortalecen la lucha
revolucionaria porque unifican, organizan y consolidan la conciencia del
obrerismo colombiano. La base obrera de todas las centrales sindicales
está unificada, así como muchos de sus dirigentes, alrededor de la
Plataforma de Frente Unido del Pueblo. Los obreros, con los estudiantes,
constituyen un bastión que puede hacerle frente a las nuevas formas de
engaño que adoptará la oligarquía. Con todo es necesario que los obreros
se decidan en utilizar su relativa capacidad financiera y su indiscutible
capacidad organizadora en la lucha revolucionaria y en la organización del
resto de la clase popular colombiana. Se ha dicho que los sindicalistas
son los oligarcas de la clase popular. Yo no lo creo así. Por la actitud
explotadora de la oligarquía, aún aquellos sindicalistas que trabajan en
empresas monopolistas y que, por lo tanto, gozan de una cuota de
privilegio que tienen estas empresas, han asumido y por lo menos muchos de
ellos, una actitud francamente reivindicatoria y revolucionaria. Es
necesario que la clase obrera Colombia, en este momento crucial de nuestra
historia, dedique todos sus esfuerzos a la unidad y a la organización de
la clase popular colombiana para la toma del poder. Que cada lucha
parcial por ventajas inmediatas, no pierda de vista el hecho de que la
reivindicación total y definitiva obrera no podrá venir sino consecuencia
de la toma del poder por parte de las mayorías, por parte de la clase
popular colombiana. De la unidad, de la organización y de la capacidad
de lucha con las reivindicaciones actuales dependen la unidad, la
organización y la lucha por esa reivindicación definitiva. Los mismos
dirigentes sindicales que le tienen miedo a la divulgación de la
plataforma del Frente Unido son aquellos que le tienen miedo a la unidad
porque saben que la clase obrera unidad y organizada les cobrará duramente
su entrega a las clases dirigentes nacionales y extranjeras. La clase
obrera, como el pueblo colombiano, ha sido superior a muchos de sus
dirigentes. Cuando la clase obrera se unifique por la base hará la presión
necesaria para que los dirigentes que no quieren la unión o no quieren la
revolución sean arrojados a la orilla por el pueblo colombiano que como un
torrente se ha desencadenado en busca de la toma del
poder.
Camilo Torres Publicado en: Frente Unido, número 5,
23 de septiembre de 1965.
1. Se refiere al
pacto realizado entre el partido liberal y el conservador para alternarse
cada cuatro años la gubernatura de Colombia, lo cual no permite y excluye
la formación de partidos o movimientos de oposición, constituyéndose así
un partido único de la oligarquía colombiana.
Cronología de la Resistencia Peronista,
1955-1972
1955 Septiembre: El presidente Juan Domingo Perón es
derrocado por un golpe militar. Asume la presidencia el general Eduardo
Lonardi. Perón parte al exilio. Los sindicatos son intervenidos. Los
comandos civiles atacan los locales obreros y los toman a punta de
pistola. Comienza a organizarse, espontáneamente, la Resistencia
Peronista desde los sindicatos, las fábricas y los barrios. La
característica sobresaliente en estos primeros años será la movilización
popular. Aparecen los primeros grupos comando que actúan en la
clandestinidad. Noviembre: Se producen paros y huelgas en diferentes
lugares del país. Asume la Presidencia de la Nación el general Pedro
Eugenio Aramburu, secundado por el almirante Isaac Rojas. El general
Patrón Laplacette es nombrado interventor en la CGT. Se pone en
vigencia el decreto 4.161 que proscribe al peronismo. Recrudece la
política represiva. Miles de dirigentes sindicales y militantes peronistas
son encarcelados. El cuerpo de Evita es sustraído por orden de Aramburu
del local de la CGT. La proscripción al movimiento peronista se
mantendrá hasta 1972 y será el condicionante efectivo del proceso político
abierto con el derrocamiento.
1956 Desde el exilio, Perón envía
"directivas secretas" a los dirigentes peronistas para intentar organizar
la Resistencia. Abril: El presidente Aramburu aprueba por decreto las
recomendaciones económicas de Raúl Prebisch, siguiendo los lineamientos
del Fondo Monetario Internacional. Junio: Se produce un levantamiento
cívico- militar peronista encabezado por los generales Valle y Tanco.
Culmina con el fusilamiento de militares y civiles. Noviembre: John
William Cooke es nombrado delegado personal del general Perón. Surge la
CGT Auténtica en oposición a la CGT Negra integrada por sectores
sindicales que intentan entrar en negociaciones con el sector militar
desplazado por Aramburu. Huelgas de textiles, telefónicos, bancarios,
ferroviarios, construcción y transporte automotor. La UOM declara una
huelga por tiempo indeterminado.
1957 Julio: Se realizan
elecciones a Convencionales Constituyentes para reformar la Constitución,
ya que la de 1949 había sido anulada por decreto. El peronismo vota en
blanco demostrando que mantiene su caudal electoral. Se forma la
Comisión Intersindical con el objetivo de llamar a un congreso de la CGT
intervenida. Agosto: Surgen las 62 Organizaciones Peronistas, en un
Congreso Normalizador de la CGT. Septiembre. En pleno contexto de
resistencia obrera contra la proscripción, el sindicalismo combativo
realiza en la localidad cordobesa de La Falda un Plenario cuyo programa
contiene propuestas para la Independencia Económica, la Soberanía Política
y la Justicia Social. Noviembre: Distintos grupos de jóvenes peronistas
convergen en una Mesa Ejecutiva de la Juventud
Peronista.
1958 Febrero: Arturo Frondizi, dirigente de la Unión
Cívica Radical Intransigente (UCRI), gana las elecciones nacionales con el
voto de un sector del peronismo, a partir de un acuerdo electoral previo
con Perón. Mayo: El gobierno decreta la ley de Amnistía para detenidos
políticos y gremiales, medida contemplada en el acuerdo electoral. Con
el "desarrollismo" se pone en marcha una nueva etapa en la política de
sustitución de importaciones que propicia el ingreso del capital
extranjero. Julio: Se conocen los contratos petroleros firmados por el
presidente Frondizi. Se realizan actos de protesta y huelgas contra la
política petrolera del gobierno. El gobierno da claras señales de no
respetar los contenidos del pacto firmado con Perón. Recrudecen las
acciones de la Resistencia. Agosto: Se sanciona la Ley de Asociaciones
Profesionales. Noviembre: El Poder Ejecutivo decreta el estado de
sitio.
1959 Enero: Los trabajadores del Frigorífico Lisandro de
la Torre toman el establecimiento al conocer la decisión del gobierno de
privatizarlo. Febrero: Huelgas de solidaridad con los trabajadores del
frigorífico. Abril: El gremio bancario permanece en huelga sesenta y
nueve días. Junio: Los medios dan a conocer el texto del pacto
electoral Perón-Frondizi. El gobierno lo desmiente. Álvaro Alsogaray es
nombrado ministro de Economía. Al asumir lanza la famosa frase "Hay que
pasar el invierno". Agosto: El gremio metalúrgico comienza una
huelga que se prolongará hasta octubre. Diciembre: El grupo peronista
Uturuncos asalta la comisaría de Frías en Santiago del
Estero.
1960 Enero: Perón deja la República Dominicana y se
asila en Madrid, en donde permanecerá hasta el final de su
exilio. Febrero: Para la renovación legislativa Perón vuelve a ordenar
el voto en blanco. Marzo: A raíz de varios atentados, el más
importante, el incendio de la Shell-Mex en Córdoba se aplica el plan
Conintes (Conmoción Interna del Estado). Noviembre: El general
peronista Iñiguez intenta, sin éxito, una insurrección cívico -militar con
importancia en Rosario y Tartagal.
1961 Marzo: Por el decreto
1.619, Frondizi entrega la CGT a la Comisión de los 20. Un grupo de
jóvenes de la Juventud Peronista asalta una unidad militar en Ezeiza
apoderándose de algunas armas. Agosto: Ernesto "Che" Guevara, delegado
cubano a la reunión de la Conferencia Económica y Social de la OEA en
Punta del Este, viaja a la Argentina y se entrevista con Arturo Frondizi.
Manifiesto desagrado en las Fuerzas Armadas. Octubre: Paro general en
contra de la política económica del gobierno. Gran huelga ferroviaria a
la que adhiere la CGT.
1962 Marzo: Triunfa la fórmula de la
Unión Popular (Framini -Anglada) en la Provincia de Buenos Aires. Las
provincias donde triunfó el peronismo son intervenidas y los comicios
anulados. Recrudecen, sin embargo, los "planeamientos" militares al
presidente. Las Fuerzas Armadas destituyen a Arturo Frondizi. José
María Guido, su vicepresidente, asume la presidencia. Mayo: Plan de
emergencia presentado por el ministro Álvaro Alsogaray que posterga el
pago de sueldos y jubilaciones. Se hacen más nítidas las dos tendencias
dentro del movimiento sindical, características de toda la década: el
vandorismo por un lado, y un sector más dispuesto a la confrontación, por
otro. Este último impulsa un Plenario en Huerta Grande
(Córdoba). Agosto: Desaparece, luego de su secuestro, el obrero
metalúrgico y militante de la juventud Peronista Felipe
Vallese.
1963 Febrero: Guido establece la vigencia del decreto
4.161. La CGT reclama la libertad de todos los presos sociales y
políticos. En un Congreso Normalizador de la CGT, José Alonso es
elegido secretario general. Marzo: En la Asamblea de la Civilidad los
partidos políticos se comprometen a rechazar cualquier
proscripción. Julio: En las elecciones presidenciales, el peronismo
proscripto vota en blanco, triunfando el radical del pueblo (UCRP) Arturo
Illia, con un 25 por ciento de los votos. Agosto: Un grupo de la
juventud Peronista se apodera del sable corvo del general San
Martín. El Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara asalta el
Policlínico Bancario en la Capital Federal.
1964 Febrero: Ante
la falta de respuestas del gobierno, la CGT profundiza el plan de lucha
iniciado en 1963, produciéndose la toma de establecimientos
industriales. Abril: Fuerzas de seguridad desarticulan al Ejército
Guerrillero del pueblo. Jorge Ricardo Masetti, uno de sus líderes,
desaparece luego de ese operativo. Agosto: Se lleva adelante el
Congreso Fundacional del Movimiento Revolucionario Peronista. Gustavo
Rearte redacta la Declaración de Principios del movimiento y participa
activamente en la Juventud Revolucionaria Peronista. Octubre: El
general Charles De Gaulle visita la Argentina. En un acto
multitudinario en la Plaza Once el peronismo anuncia el retorno de Perón a
la Argentina. Diciembre: Fracasa el "Operativo Retorno" al ser detenido
Perón en el Aeropuerto El Galeao, en Río de Janeiro.
1965 Enero:
Aumenta el costo de vida. Se incrementan las tarifas eléctricas y el
precio de los combustibles. Se realiza el congreso "Felipe Vallese" de
la CGT, resuelven sostener el plan de lucha. Toma de ingenios
azucareros en Tucumán. Marzo: El peronismo gana elecciones
parlamentarias en varias provincias, utilizando la sigla Unión
Popular. Octubre: María Estela Martínez de Perón llega al país, enviada
por su esposo para operar sobre el neoperonismo en las elecciones de la
provincia de Mendoza. La CGT convoca a manifestaciones y paros
sorpresivos. Represión y muertos. Se incrementa, desde algunos medios
de comunicación, la campaña de desprestigio hacia el presidente
radical.
1966 Febrero: Se dividen las 62 Organizaciones. José
Alonso lidera las "62 Organizaciones. De pie junto a Perón", en oposición
a la línea vandorista que postula una mayor autonomía respecto de las
decisiones impartidas por Perón desde el exterior. Abril: En las
elecciones de la provincia de Mendoza triunfa el candidato Corvalán
Nanclares sobre el neoperonista Serú García. Junio: El presidente
Arturo Illia es derrocado. Con la Revolución Argentina asume como
presidente el general Juan Carlos Onganía. Julio: Mediante la Ley
18,894 Onganía prohibe toda forma de participación política,
consustanciado con la Doctrina de Seguridad Nacional. Se pone fin a la
autonomía universitaria y las facultades son intervenidas violentamente en
lo que se conoce como Noche de los Bastones Largos. Septiembre:
Operativo Cóndor: un grupo liderado por el joven peronista Dardo Cabo
secuestra un avión y se dirige a las Islas Malvinas para ratificar la
Soberanía Nacional. En una manifestación estudiantil en la Ciudad de
Córdoba se asesinado el estudiante y obrero Santiago
Pampillón. Diciembre: Huelga general de la CGT. Adalbert Krieger
Vasena es designado ministro de Economía. Se profundiza la orientación
liberal en materia económica. Nuevo ingreso de capitales extranjeros y
liderazgo de las empresas trasnacionales.
1967 Enero: Se
producen los conflictos en los gremios portuarios, Luz y Fuerza, la
Fraternidad y la Unión Ferroviaria, entre otros. En Tucumán es asesinada
por las fuerzas represivas Hilda Guerrero de Molina, cocinera de ollas
populares en la FOTIA. Febrero: La CGT lanza un enérgico plan de
lucha. Octubre: Es asesinado, con otros guerrilleros, el Che Guevara en
Bolivia.
1968 Marzo: En un Congreso Normalizador nace la CGT de
los Argentinos que encarna un sindicalismo más cofrontacionista y
combativo cuyo secretario general es dirigente gráfico Raimundo
Ongaro. Agosto: La CGT de los Argentinos aprueba un plan de "actos
relámpago" en los barrios industriales. Septiembre: Es descubierto y
apresado en Taco Ralo, Provincia de Tucumán, un destacamento guerrillero
de las Fuerzas Armadas peronistas. Muere John William Cooke, cuyo
pensamiento influyera decisivamente en el peronismo
revolucionario. Diciembre: Jorge Daniel Paladino es designado delegado
personal de Perón.
1969 Mayo: Como consecuencia de la derogación
de regímenes laborales especiales por parte del gobierno, los trabajadores
de varias provincias inician movilizaciones y huelgas. En Corrientes,
en un enfrentamiento entre estudiantes y policías muere el estudiante Juan
José Cabral. En Rosario muere el estudiante Alberto Ramón Bello. En
Rosario se realiza una marcha de protesta por la muerte del obrero
metalúrgico Norberto Blanco. 29 de mayo. Se produce el Cordobazo, un
estallido popular contra la dictadura. Enfrentamientos violentos de las
fuerzas de seguridad con trabajadores y estudiantes en varias
ciudades. Junio: Son incendiados trece supermercados Minimax, ante la
llegada de Nelson Rockefeller, uno de sus propietarios. Muere en un
atentado el dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor. Septiembre:
Violentos choques entre la policía y los trabajadores en una huelga
ferroviaria en Rosario. Interviene el ejército. Protesta popular de
magnitud en Cipolletti. En diversos puntos del país se generalizan las
puebladas. El clima político se tensa cada vez
más.
1970 Mayo: Un grupo de jóvenes peronistas, Montoneros,
secuestra y ejecuta a Pedro Eugenio Aramburu. Se incrementa el accionar de
las organizaciones armadas. Junio: Asume la presidencia el general
Roberto Marcelo Levigston. Julio: En un operativo comando un grupo de
Montoneros ocupa la localidad cordobesa de La Calera. Un comando de
cuarenta y cinco personas toma la localidad de Garín distante unos
cuarenta kilómetros de la Capital Federal. El hecho se lo atribuyen las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Es elegido Secretario General de
la CGT José Ignacio Rucci. Septiembre: Se producen más de veinte
atentados con bombas como repudio al aniversario de la "Revolución
Libertadora". Octubre: La CGT aprueba un plan de lucha impuesto por las
62 Organizaciones y se convoca a una huelga general. Noviembre:
Diferentes partidos políticos -Justicialistas, Radical, Socialista
Argentino, Conservador Popular- fundan La Hora del Pueblo. Nucleamiento
de docentes universitarios en las Cátedras Nacionales. La Resistencia
vuelve a nutrirse de la movilización popular, con una base social ampliada
por el concurso de la juventud.
1971 Se extiende la actividad
guerrillera en Capital Federal, el Gran buenos Aires, Rosario, Santa Fe,
Córdoba, Tucumán y Mendoza. Marzo: Duros enfrentamientos en la
provincia de Córdoba, conocidos como el Viborazo. El gobernador José
Camilo Uriburu debe renunciar. En varias ciudades del país se reiteran
serios enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y lo que aparece
como un frente de resistencia obrero- estudiantil. El general levigston
renuncia a la presidencia. Asume el general Alejandro Agustín Lanusse, que
encarna el poder real en la última fase de la Revolución Argentina. Será
el encargado de preparar una salida dolorosa para las Fuerzas Armadas y
propiciar la vuelta a una democracia tutelada por el poder
militar. Abril: Un grupo comando, "Descamisados", toma la casa de un
militar en Los Polvorines, sustrayendo armas y dinero. Mayo: El
gobierno anuncia el Gran Acuerdo Nacional (GAN), en respuesta a la Hora
del Pueblo. Julio: Se promulga la Ley Orgánica de los Partidos
Políticos. Septiembre: En Madrid, los restos de Evita son devueltos a
Perón. Noviembre: Jorge D. Paladino es reemplazado por Héctor J.
Cámpora como delegado de Perón.
1972 El retorno de Perón a la
Argentina es el centro de la agenda política. Enero: El Partido
Justicialista obtiene su personería política. Junio: Acto de la Unidad
de la Juventud Peronista en la Federación de Box. Julio: Lanusse
anuncia las elecciones nacionales para el 11 de marzo. Los candidatos
presidenciales deben estar en el país antes del 25 de agosto. El
exiliado se niega a aceptar las disposiciones de un régimen carente de
legitimidad. El general Lanusse manifiesta que a "Perón no le da el
cuero" para volver. Agosto: Luego de un intento de fuga del penal
Rawson, del que logran escapar algunos dirigentes de las organizaciones
armadas, otros dieciséis integrantes de Montoneros, FAR y ERP son
asesinados en la base naval de Trelew a pesar de haberse rendido. El hecho
genera el repudio unánime de la opinión pública. Noviembre: Luego de
diecisiete años de exilio, el General Perón retorna a la
Argentina.
Nomeolvides,
Memoria de la Resistencia Peronista 1955-1972; Liliana Carulli,
Noemí Charlier, Mercedes Cafiero, Liliana Caraballo. Editorial Biblos,
2000.
Matar la muerte
Por Abelardo Castillo
Señor, concede a cada cual su propia
muerte. Rilke.
Le cortaron las manos y
aún golpea con ellas. Lo enterraron y hoy viene cantando con
nosotros. Neruda
El 8 de
octubre, en Vallegrande, mataron al Che. Los generales bolivianos lo
dicen, y debe de ser cierto. La muerte, al fin de cuentas, es la menos
inesperada anécdota de la vida: la cuestión es no morir de muerte ajena, y
el guerrillero que murió, murió de la que había elegido. A eso, los que
creen en Dios, por un malentendido lo llaman Salvación. Los que no
creemos, también. Y yo hasta lo llamo no morirse, abolir la muerte:
matarla. Hay un cadáver, es verdad. Todos los diarios del mundo
mostraron un muerto que se le parece, que seguramente es el Che. Una
fotografía, sobre todo, impresiona: está de perfil, el grabado repite
fríamente unos superciliares que sin duda no son de otro hombre (le daban
ese aire de fauno joven; los que lo vieron reírse no pueden haber dejado
de pensar que esa frente se contradecía un poco con su risa, y de ahí la
cara de estar tramando una incomunicable travesura, ese gesto que no
le pudieron borrar los generales), tiene los ojos abiertos y la
cabeza medio alzada, tiene los brazos en la actitud del que va a
incorporarse, tiene un balazo en el corazón. Nadie, sin embargo, aceptó
que ese cadáver fuera el suyo. Nadie, ni los que lo odiaban y
diez veces antes fraguaron miserablemente su muerte, a manos de Fidel
Castro, o en Santo Domingo, o por suicidio. Los mismos generales que lo
mataron, estoy seguro, ya han comenzado a dudarlo. Y yo creo que hacen
bien. Voy a escribirlo, voy a tratar de escribirlo sin caer en la
trampa de las palabras, de las frases que aluden a los muertos que pese a
la muerte siguen vivos. Voy a decir que el guerrillero muerto de
Vallegrande no era el Che. Ya no lo era. Balearon un cuerpo, lo enterraron
en algún sitio o incineraron una corruptible arcilla. Y hasta ahí operó la
muerte. Y a partir de ese momento, a partir de sus diseminadas cenizas, de
un cadáver que nunca se hallará, el Che volvió a ser libre de ir
y venir por América pero sin cambiar su nombre y sin ocultar su
cara. Ustedes no han matado a nadie: han resucitado a un hombre. Y a
algo más. Hasta el 8 de octubre se podía dudar que haya seres capaces de
pelear por los otros, hacer una revolución, alcanzar el poder, abandonarlo
todo y comenzar de nuevo: renunciar a lo temporal, que es lo mismo que
negar el tiempo. Elegir y acatar un destino. Quién, con qué argumentos y
sobre todo con qué ejemplo, puede hoy destruir esa mística. Digo mística y
quiero decir mística. Hasta el 8 de octubre cualquiera podía
pensar: es mentira, es Cuba que necesita inventar un fantasma para
sobrevivir. Ahora se sabe que el Che está. Y no precisamente enterrado en
la selva. Está. Hermoso e invulnerable como un héroe de novela, y frío y
lúcido como una inexorable máquina de hacer justicia. No toda muerte
mata. Los diarios, sin querer, lo sabían. "Encontró la muerte en
Vallegrande", dijeron. Y es así. Hay hombres que encuentran su muerte, la
que los merece, como si debieran morir para quitarse la inquietud de ser
mortales. Y el que mataron tenía una cuestión personal con la muerte ("si
no vuelvo dentro de dos meses", le escribió a sus padres la primera vez
que salió a la aventura, "vayan a buscar mi cabeza reducida por los
jíbaros al museo de Nueva York", y el desafío se repite en todos sus
escritos, en todas sus cartas hasta la última, ya en Bolivia: "de aquí no
me salgo si no es con los pies para arriba"), le había perdido el respeto
y se reía socarronamente de la muerte. Un hombre, un poeta, se dejó
morir de la muerte con que lo iba matando la espina de una rosa: él le
había cantado a las rosas y a la muerte. Otro hombre se hizo crucificar
porque ya era tiempo. El que crea que comparar a Rilke con Jesús es una
herejía, el que imagine que esas muertes no son también la muerte de la
que hablo, hará bien en preguntarse qué pobre cosa ha entendido, hasta
hoy, de la vida. Me olvidaba: la muerte del Che no me duele. No tengo
ganas de conmover, ni de conmoverme, con retóricas de cementerio. No
quiero que este editorial sea patético o solemne, ni tiene porqué. Rebajar
la muerte de Guevara a la intimidad del dolor no está en su estilo. Las
muchachas argentinas ya lloraron lo suyo ante los aparatos de televisión
cuando los generales mostraron su cadáver, ya hemos pegado su foto en la
pared -entre Beatles y banderines-, y a lo mejor está bien. Ya
empezaron los poetas a mandar elegías alusivas a las revistas. Así que no
hace falta lagrimear más. ¿Qué es lo que hice para que no lo mataran?,
esa, en cambio, me parece una buena manera de encarar la cosa: una buena
pregunta. Evita las emociones fáciles. Y hecha esta
aclaración, puedo terminar. Desde ese asesinato, desde esa inmolación, los
generales tienen miedo. O deberían tenerlo. Porque una vez que un hombre
así dio con su muerte, ya no hay balas, ni rangers, ni marines que valgan.
No "se sale" más de la vida. No tiene más que vida. Es pura y múltiple y
violenta vida que no se mata.
Artículo editorial que formó parte de la revista El escarabajo de
Oro de noviembre de 1967.
Por qué somos
peronistas
Fuerzas Armadas
Peronistas (FAP). Argentina, 1969
En 1945 el país está en un
período de progreso y ascenso económico. Está creciendo por dentro: en el
interior del país se levantan focos industriales y el gobierno cuenta con
buenas reservas monetarias en el exterior. Esta situación general
posibilita el surgimiento del fenómeno peronista y principalmente a través
de tres factores: 1) El surgimiento de la industria nacional, fruto de
la prosperidad general, de las condiciones del mercado internacional de
posguerra principalmente y de las condiciones del mercado interno por
falta de material manufacturado. 2) Los comienzos de penetración yankee
a consecuencia del debilitamiento del imperio británico y de la expansión
del norteamericano. 3) Las migraciones internas. A consecuencia del
surgimiento industrial aparece un nuevo proletario urbano llegado del
interior del país, de origen criollo y no politizado y en una total
situación de desarraigo, ya que a pesar de la floreciente prosperidad
económica la situación de la clase trabajadora era de explotación, malas
condiciones de empleo, ausencia de reglamentaciones laborales,
jubilaciones y protección social. El coronel Perón se pone a la cabeza
del movimiento nacionalista -integrado por sectores de la burguesía
nacional y del ejército- y de la clase trabajadora organizada con ese
nuevo proletariado urbano, tomando como banderas la defensa de la naciente
industria nacional, la lucha contra la penetración yankee y las
reivindicaciones sociales de la clase trabajadora. El 17 de
octubre de 1945 es la primera acción masiva de la clase trabajadora
argentina, es el despertar político de los descamisados, es el encuentro
del Pueblo con su líder, quien lo llevará a alcanzar el más alto nivel de
conciencia, conciencia de su misión y destino histórico. Cientos de miles
de hombres y mujeres se movilizan en forma masiva para imponer su voluntad
y reconquistar al caudillo; es la fuerza pujante y nueva de los
trabajadores contra los valores caducos de la oligarquía imperialista y
explotadora. El peronismo tiene su nacimiento por la irrupción de los
trabajadores en la vida nacional como copartícipes en la construcción de
la nueva Argentina. En el campo internacional significa una avanzada de
los países del Tercer Mundo, que buscan su propio camino al margen de las
dos hegemonías. A partir de 1945, como movimiento antiimperialista,
popular y nacionalista, el peronismo iniciará en el país el proceso
democrático burgués. En el orden económico representa la defensa de las
riquezas del país de las manos extranjeras: la deuda exterior es
reembolsada (sumaba el 40% de nuestros recursos y divisas); los
transportes, gas, teléfono, electricidad, fueron nacionalizados; la
nacionalización del Banco Central permitió disponer del ahorro nacional
para el desarrollo del país: a través del IAPI se aseguraba el precio de
las materias primas exportadas e importadas. Sin embargo, en el aspecto
económico, las estructuras del poder oligárquico no fueron
modificadas. En el orden social se manifiesta una serie de
reivindicaciones auténticas; se reglamentan los derechos del trabajador,
la familia, los ancianos y la educación; se da participaciones en la cosa
pública al Pueblo otorgándose el voto a las mujeres y a los indígenas; la
clase trabajadora participa directamente en el poder político, y hay
ministros y gobernadores, diputados, senadores, diplomáticos obreros; la
distribución de la renta nacional permite elevar el nivel de vida de la
clase trabajadora. Esta proporción se invierte a favor de los trabajadores
quienes reciben el 66% de la renta nacional. Políticamente se dio al
proletariado conciencia de clase y conciencia de su fuerza y, por lo
tanto, de su posibilidad de participar en la conducción del
país. Con la desaparición de las condiciones de prosperidad de
posguerra comienzan los enfrentamientos: es la lucha de clases dentro del
Movimiento Peronista: el Ejército es partidario de la industrialización
pero no de una política social avanzada; la burguesía desea aumentar aun
más sus beneficios propios negociando con el imperialismo; y los
burócratas no hacen mas que estancar el proceso. Frente a ellos los
"cabecitas negras" y los "grasitas" -como ellos llaman al Pueblo- tienden
a radicalizar la política social. El avance del grado de conciencia
política exige la profundización de las consignas y de la política
revolucionaria nacional como también la plana participación de los
trabajadores en las determinaciones de la conducción. Sin embargo la
dirección del movimiento permanece en manos de sectores de la burguesía
nacional y de la burocracia sindical y política todopoderosa. Falta
combatividad de clase, falta la presencia revolucionaria de Evita, abundan
las conquistas fáciles, el Pueblo vive la euforia de un progreso sin
límites, no se toma conciencia de la necesidad de destruir las estructuras
que sostienen a la oligarquía y sus intereses para logran un efectivo
reparto de los bienes de producción; se paraliza la democratización del
Movimiento. Es así que el proceso se estanca y las fuerzas, antes
unidas en un amplio frente antiimperialista, se van dispersando para
terminar en choque; el Frente se rompe. Desde 1955 han pasado 14 años
que las minorías oligárquicas tomaron el poder despojando al pueblo y a
PERON DEL GOBIERNO, En estos 14 años el Peronismo se planteo la lucha en
los más diversos frentes para reconquistar el Poder. Durante estos 14 años
los caminos empleados no estaban a la altura de su condición
revolucionaria y tienen en común el espontaneísmo. Fueron: el golpismo,
el electoralismo, la burocracia reformista o traidora en contacto muchas
veces con jefes militares, el terrorismo y el sabotaje y sólo condujeron a
callejones sin salida. Las sucesivas crisis militares, el triunfo militar,
el triunfo popular y masivo del Peronismo el 18 de marzo de 1962, el
derrocamiento de Frondizi, las nuevas crisis militares así lo
demuestran. El 18 de marzo demostró que la oligarquía no estaba
dispuesta a entregar el gobierno, ni tampoco el Poder, por cuestión de
votos mas o menos. El golpe del 28 de junio de 1966 representa la
continuación genuina de la política de la oligarquía despojada ahora de
falsos mascarones, por medio de las Fuerzas Armadas que, en esta
coyuntura, son la única estructura capaz de defender efectivamente los
intereses de la oligarquía y el imperialismo. La falta de una ideología
coherente y de una estrategia revolucionaria que encuadraran los distintos
métodos desarticuladamente empleados, provocó la actual dispersiones el
peronismo, y fue lo que lo llevó una y otra vez al fracaso. Pero estos
años de lucha permitieron aprender, permitieron ver que la situación de la
Argentina y del Peronismo forma parte de los procesos de Liberación de
marca Latina. Estos años de lucha y rebeldía han permitido formar un nuevo
Peronismo que intenta integrar todos sus fracasos, todas sus
experiencias. Hoy, que la burguesía es incapaz de encabezar ningún
proceso histórico revolucionario, hoy que el proceso se presenta bajos los
términos inseparables de la Revolución Social y Liberación Nacional, es
innegable la vigencia histórica del Peronismo como expresión de la clase
trabajadora. SOMOS PERONISTAS porque, creyendo en la vigencia del
Peronismo, debemos continuar y profundizar su acción de acuerdo con las
nuevas exigencias de la historia y de las nuevas coyunturas nacionales e
internacionales. SOMOS PERONISTAS porque existe una clara
continuidad entre el camino de grandeza nacional que inició el Peronismo
en el gobierno y el que reabrirá con nuevas y superiores formas de lucha
pero integrando las banderas iniciales. A la estrategia
contrarrevolucionaria de opresión y miseria, de vergüenza y privilegio
del régimen a partir de 1955 opondremos la estrategia revolucionaria de la
toma del poder mediante la lucha armada. Los que ven en Perón un
obstáculo para llevar adelante la lucha armada, no tienen claridad para
ver la continuidad que existe históricamente entre el proceso 45-55, la
búsqueda del camino que llevase al Poder en estos últimos 14 años y el
nuevo camino a través de la guerra revolucionaria que iniciara el
Peronismo y que es la culminación de esas dos etapas anteriores. SOMOS
PERONISTAS y afirmamos la bandera del retorno de Perón porque es una
auténtica reivindicación popular. Porque más allá de la forma, la
apariencia, el pueblo no pide el retorno de un hombre sino de lo que él
encarna o sea, la participación en la conducción del país. Porque Perón
es un fenómeno no encuadrable en el sistema, Porque la posibilidad de
negociación entre Perón y el régimen no tiene existencia real, pues el
significado de Perón en la Argentina son miles y miles de descamisados en
la calle. Por esto Perón y el Peronismo es la oposición no asimilable al
régimen, y esta realidad es independiente incluso del mismo
Perón. SOMOS PERONISTAS y luchamos por el retorno de Perón por que
confiamos en el Pueblo, sentimos con él y no lo consideramos como algo
"arrastrable" por una secta de iluminados. Nuestro método puede ser solo
uno: tomar las reivindicaciones populares como bandera y alcanzar con el
Pueblo hacia otras superiores. El CHE planteaba que no se puede ir
demasiado lejos del Pueblo, ni confundirse totalmente con él, dejando de
ser vanguardia. Hacer lo mismo seria no ver las necesidades reales del
Pueblo y tomar otras que hasta el momento son pura teoría y el Pueblo no
siente como suyas. Lo segundo sería aceptar que Perón tiene que venir para
hacer la Revolución, sin explicar que sólo una Revolución en marcha puede
traer a Perón. SOMOS PERONISTAS y por eso afirmamos que del seno del
Peronismo debe surgir la Vanguardia Revolucionaria capaz de conducir al
Pueblo hacia la única salida para el país y las clases trabajadoras, LA
TOMA DEL PODER POLITICO Y ECONOMICO, para la creación de una Argentina
Justa, Libre y Soberana.
Benito Jorge Urteaga, del PRT-ERP
El 19 de julio de 1976 cayó combatiendo junto
a Mario Santucho el compañero Benito Jorge Urteaga, el estupor que causó
la muerte de Santucho y los homenajes posteriores postergaron el
reconocimiento hacia uno de los más grandes dirigentes de nuestro Partido
y de la Revolución en la Argentina. Benito, o Mariano como lo
llamábamos en la clandestinidad, era oriundo de la ciudad de San Nicolás,
su padre era diputado radical durante la presidencia de Arturo Illía,
cuando este fue derrocado por el golpe militar encabezado por el General
Onganía, el 28 de junio de 1966. En ese momento Benito tenía alrededor de
19 años, se había dirigido junto a sus compañeros a las inmediaciones del
Congreso, reunidos en la confitería El Molino, fue el más decidido del
grupo, la leyenda cuenta que allí afirmó que había que empuñar las
armas. No conocemos las circunstancias de su ligazón e incorporación al
PRT, pero es evidente que inmediatamente se puso a concretar la propuesta
hecha en El Molino. Es así que los documentos partidarios ya lo
mencionan jugando un papel destacado en la lucha interna desatada en el
Partido a mediados de 1969. Fue "la carta de Mariano, primera reacción del
ala leninista" la que alertó sobre la inoperancia de la dirección en
aplicar las resoluciones del IV Congreso partidario, convirtiéndose, de
esta manera, en uno de los más firmes dirigentes de la Tendencia
Leninista. Participó en el V Congreso del PRT que fundó el ERP el 29 de
julio de 1970, y fue activo participante de las primeras acciones armadas.
En noviembre de 1970 fue detenido por su participación en la acción del
Banco Comercial del Norte, y el 6 de setiembre del año siguiente se fugó
del Penal de Villa Urquiza junto a 17 compañeros, él junto a otros
lograron evadir el cerco que se montó en la ciudad de Tucumán. Después
de la detención de Santucho y Gorriarán en agosto de 1971 y del secuestro
y desaparición de Pujals el 16 de setiembre, Mariano asumió la máxima
dirección del Partido, y se instaló en buenos Aires y en La
Plata. Además de dirigir al Partido y al ERP en momentos muy difíciles,
debió asumir nuevamente la lucha interna en contra de dos corrientes que
se oponían al leninismo del PRT, una orientada por el trotskysmo de la
4ta. Internacional y otra influenciada por el rebrote populista en las
filas de la izquierda por la táctica confrontativa de Perón con la
dictadura de Lanusse. En ese período lo conocimos orientando la
construcción de los Comités de Base, sobre cuya base se proponía construir
un partido electoral para responder a la dictadura también en ese terreno.
Participamos de la reunión en la que Mariano le propuso a Silvio Frondizi
integrar la formula presidencial junto al ya legendario Agustín
Tosco. Donde comenzamos a conocer su calidad de dirigente fue su
manejo de la situación ante los fusilamientos de nuestros compañeros en la
base naval de Trelew. Ante la indignación y la furia de la militancia
partidaria y del ERP, Mariano escribió una extensa declaración en la que
pronosticaba el fin de la dictadura y denunciaba los fusilamientos, y
respondía "Ante esta provocación respondemos serenamente, han muerto
dieciséis revolucionarios ¡Viva la Revolución!". Después del 25 de mayo
de 1973, Benito jugó un extraordinario papel en la tarea de construcción
del Partido en el proletariado industrial de las grandes fábricas, se
conserva su conferencia sobre la formación multilateral de los cuadros de
un partido revolucionario, en ella puso énfasis en la fusión del Partido
con la vanguardia obrera. Por esa época además de sus responsabilidades en
el BP partidario -inteligencia, dirigir la regional buenos Aires y luego
las tres en las que se dividió esta- fue designado también, para completar
su formación, responsable del Frente partidario en la automotriz Ford,
tarea a la que le imprimió un extraordinario dinamismo y no fue ajena a su
intervención, el papel dirigente que los jóvenes y poco experimentados
militantes obreros de esa fábrica, jugaron en las movilizaciones de la
Ford y de toda la zona norte del Gran Bs. As. Después de la caída del
Comandante Juan Eliseo Ledesma, jefe del Estado Mayor del ERP, Mariano fue
designado al mando de la operación de copamiento del Batallón de Arsenales
601 de Monte Chingolo, la acción más grande que emprendió el ERP y en la
que participaron las tres compañías que formaban el Batallón General San
Martín. La dura derrota sufrida en esta acción no doblegaron su
extraordinario optimismo y su voluntad de seguir firmemente en la
lucha. Mariano, o Benito era un muchacho alegre dicharachero,
pese a que compartimos muchas reuniones pero siempre en su función de
dirigente partidario, no podía ocultar su picardía y su buen humor,
siempre dispuesto a contar un chiste, tomar un vino, tocar la guitarra y
cantar con sus amigos. Una anécdota que cuenta Pola Augier lo pinta tal
como era. Como no podían casarse legalmente, un día que caminaban por
Avellaneda le dijo a Pola que ya era hora de que se casaran. : "Se metió
en una joyería y compró dos anillos de compromiso. Salió muy contento
y detuvo a una viejita que pasaba. Sin vacilar y con esa sonrisa
compradora que conseguía todo, le dijo: 'Linda señora, hemos observado a
todos los que pasan por esta calle y creemos que usted es la más
respetable. Ella y yo nos queremos mucho y no podemos casarnos por razones
poderosas. Quisiera que usted nos casara, ahora, aquí mismo'...'ella dejó
las bolsas y con una gran sonrisa preguntó a Mariano si teníamos anillos.
Los tomó en sus manos, les dio un beso y mientras nos colocábamos
mutuamente los anillos, dijo algo así como: 'Deberán amarse y respetarse
hasta que la muerte los separe. Dios los Bendiga'. Nos dio un beso.
Levantó las bolsas y retomó su camino". De su matrimonio con Pola Augier
nació su hijo José. El 19 de julio, el PRT sufrió su golpe más duro del
cual no pudo reponerse, no sólo Robi y el Gringo Menna cayeron combatiendo
sino sus compañeras Liliana Delfino, miembro del Comité Ejecutivo, Ana
María Lanciloto y Fernando Gertel. También perdimos a nuestro
jefe y querido compañero Benito Urteaga, Mariano. Pese a todo sus
enseñanzas no se han perdido, permanecen vigentes en la voluntad de las
nuevas generaciones de revolucionarios quienes las llevarán como bandera
hacia la victoria.
Publicado en Estrella Roja, órgano del ERP.
Citroën 2CV: Proletario y
Combativo
Por Orlando
Rígoli
(Acerca del liviano armatoste que a más de
80 km por hora saltaba como una mula salvaje)
Por aquellos
años pasaban cosas importantes. Las viejas y queridas utopías estaban
cerca de hacerse realidad. La Habana era un faro que irradiaba su luz
hacia toda Latinoamé, en el 63 el viejo Palacios ganaba la senaduría por
la Capital y el grito de guerra de los jóvenes que habían posibilitado el
triunfo era "en Cuba los barbudos y aquí los bigotudos". En el 67 la
muerte del Che nos pegó en la línea de flotación y un año después el mayo
francés renovó las ilusiones. Salvador Allende perdía por 12.000 votos las
elecciones en Chile y los Beatles habían puesto la música patas para
arriba. En aquella Argentina había por entonces siete fábricas de
automotores; Ford, que colocó en el mercado el auto que se transformaría
años después en el símbolo de la dictadura -al tristemente célebre Falcon-
, Chevrolet, Kaiser, NSU, De Carlo, Auto Unión y Fiat, que por
entonces no venía con los Macri incorporados. Pero estaba faltando algo.
Esos años de cambio y sacudones reclamaban un coche para el grebanaje,
para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, un aparato de
cuatro ruedas que se identificara con la Indoamérica sumergida. Y ese
artefacto llegó finalmente a mis manos y a la de tantos como
yo. Pergeñado en el tablero de Le Corbusier -nadie supo nunca si
esto fue cierto- con techo de lona, asientos que semejaban hamacas,
puertas que abrían al revés, una suspensión cabeceadora que hacía suponer
que se estaba arriba de un zaino, un sistema de apertura de ventanillas
que ponía a prueba la fortaleza del codo izquierdo cada vez que se caía
(cosa que sucedía al cabo de algunos meses de uso), un motorcito que que
sonaba como si fuera a desparramarse a cada instante y un tanque
de 20 litros con el que se podía andar veinte días. Había nacido el 2 CV
de Citröen, el Quasimodo de los autos. Había que tener cuidado de llevarse
el que no correspondía, ya que todos eran iguales de feos y hasta estaban
pintados del mismo color, un azul que no era ni francia, ni cielo. El 2CV
era de aliento largo, de galope corto y tan fiel como una china
cuartelera, pero algunos preceptos debían seguirse al pie de la letra: en
primer lugar no debía quedarse sin batería. Si ello sucedía,
hacerlo arrancar no era tarea fácil ya que su embrague centrífugo obligaba
a empujarlo... pero a 40 kilómetros por hora. Segundo: adelantarse a quien
nos precedía en la ruta era una aventura fascinante que requería tantos
cálculos como los que anteceden al lanzamiento de una cápsula espacial. Si
se iba por la ruta 2 a la altura de Chascomús y se tenía adelante un
robusto Mercedes con acoplado era necesario asegurarse de que la mano
contraria estaba libre hasta Dolores. Esto en condiciones ideales, porque
si soplaba viento de frente el sobrepeso hacía aparecer el ascenso al
Himalaya como un divertimento de fin de semana. Pero a despecho de ello y
de las miradas socarronas de los que circulaban en coches convencionales,
los integrantes de la cofradía citronera nos sentíamos orgullosos del
engendro. La imaginería popular le agregaba a sus muchas virtudes, bolazos
dignos de Don Verídico: "Un primo mío se quedó sin nafta en Cutral - Có y
llegó hasta Viedma echándole garnacha", decía uno e inmediatamente el
retruque, "Eso no es nada -agregaba un segundo- mi cuñado rompió la
trasera izquierda ni bien salió de Córdoba, le ató con alambre una rueda
de triciclo y de costeleta llegó a Cruz de Caña". Fantasía y
realidad entremezcladas. Pero cuando en el 69, en pleno Cordobazo, me
enteré de que los muchachos de la UTA que respondían al Negro Atilio
López, entraron con ademanes poco versallescos a la agencia Tecnos
-concesionaria Citröen en Córdoba- y se llevaron todos los 2CV para
utilizarlos como apoyo, sentí que los Jaguar del Africa Korps y los
Sherman de Patton eran unas verdaderas batatas. Querido 2CV, te ganaste tu
lugarcito en los 70 y este recuerdo de alguien que hizo de vos uso y
abuso.
Revista Los 70
(Buenos Aires)
La Spika,
chiquitita pero cumplidora
Por Orlando Rígoli
"La Spika era retacona y morocha,
venía abrigada por una funda de cuero y con el tiempo demostró ser más
aguantadora que que un laburante de Singapur". Era la radio a
transistores, el pequeño aparatito que permitía escuchar los partidos de
fútbol en cualquier parte. La aparición de un pequeño adminículo, el
transistor, modificó los hábitos de toda una generación, que lejos estaba
de suponer lo que sus ojos alcanzarían a ver en materia de
cibernética. Pero junto con él o mejor, merced a él, llegó a nuestras
manos la radio portátil y el símbolo por excelencia de esa revolución se
llamó Spika, la contracara exacta del burrito Platero, que "era tan suave
y blanco como el algodón". La Spika en cambio, era retacona y morocha,
venía abrigada por una funda de cuero y con el tiempo demostró ser más
aguantadora que un laburante de Singapur. Hasta su arribo, escuchar
radio implicaba una compleja negociación familiar para lograr la mejor
ubicación frente al voluminoso aparato. Pero a partir de la introducción
de la Spika se hizo posible hasta escuchar el programa favorito mientras
se sellaban facturas proforma en la Aduana -lo que dio origen a
contrabandos en escala mayorista- y aún llevarse la pequeña a la
cama. Los fanas futboleros que otrora estaban obligados a permanecer
paralizados en la cocina comprimiendo la vejiga hasta que terminara el
primer tiempo para no perder detalle de los avatares de su equipo
relatados por Fioravanti, podían satisfacer sus necesidades fisiológicas
sabedores de que si ganaban uno a cero y tenían un corner en contra a los
44 minutos nada les impedía irse al baño con todos los defensores
juntos. Nuestra heroína fue también la responsable de la desaparición
en las canchas del famoso tablero de la revista Alumni, que informaba de
los resultados que se registraban en los demás estadios. Así, el
propietario de la portátil pasó a ser el referente obligado a la hora de
las consultas. "Che negro, cómo van los bosteros" o "ya terminó Lanús", se
convirtieron en requisitorias habituales. Los más perjudicados
fueron los comentaristas, quienes dejaron de gozar impunidad. Si alguno se
animaba, por ejemplo, a decir que el triunfo visitante por 6 a 0 había
sido justo, los plateístas locales se amontonaban frente a la cabina y
Spika en mano lo miraban con el mismo cariño que un militante del IRA al
primer ministro inglés. El aparatejo incrementó además el nivel de
puteadas contra los relatores deportivos, ya que permitía comparar lo que
se escuchaba con lo que se veía. Se advertía entonces que la velocidad de
la transmisión no condecía con el ritmo de siesta santiagueña que tenía el
partido. A su modesta manera se constituyó en la antecesora del telebeam
-al alcahuete futbolístico de los 90- con la ventaja de que cada uno la
manejaba a su antojo. Luego se fueron agregando nuevos servicios: fue
accesorio obligado del 2CV -que venía más desnudo que la Maja de Goya-
amenizó la hora de química en la secundaria y permitió que prestigiosos
profesionales que asistían a la función de abono del Colón con su legítima
esposa para deleitarse con la Quinta de Beethoven, pudieran enterarse
-audífono mediante y con cara de circunstancias- de cómo le iba a
Estudiantes en la Libertadores. Sin embargo no faltaron los escépticos,
aquellos que ateniéndose a una lógica inobjetable descreían de su
seriedad. ¿Cómo se puede confiar -pensaban- en la información que pueda
proporcionar un artefacto tan pequeño e
inexperto?.
Revista Los 70
(Buenos Aires)
Cartas entre
Montoneros y Perón sobre la ejecución de Aramburu
Los Montoneros a
Perón
Argentina, 9 de febrero de 1971.
Al General
J. D. Perón:
Como hemos hecho en oportunidades anteriores,
aprovechamos la comunicación que con Ud. tienen los compañeros del
Movimiento, para hacerle llegar nuestras inquietudes con respecto al
proceso revolucionarlo del pueblo argentino... Deseamos hacerle conocer
algunas consideraciones nuestras sobre hechos claves que determinan los
pasos a dar por el Movimiento, tanto en el futuro inmediato, es decir
tácticamente, como en el futuro a largo plazo, es decir dentro de la
concepción estratégica. En primer lugar, cree necesario explicar las
serias y coherentes razones que nos movieron a detener, juzgar y ejecutar
a Pedro Eugenio Aramburu. Nos preocupan algunas versiones que hemos
recogido, según las cuales nosotros con este hecho estropeamos sus planes
políticos inmediatos. Demás está decir que no está en nuestros propósitos
entorpecer la conducción de conjunto que Ud. realiza para la marcha del
Movimiento en su totalidad. Desgraciadamente, además, nuestros actos
apuntan a señalar la única estrategia que consideramos correcta, sin
tener, en general, vinculación táctica con otros sectores del
Movimiento.
Perón o Muerte Viva la Patria
Respuesta enviada por el general Perón el 20 de
febrero de 1971 a la organización
Montoneros
(Fragmentos)
Madrid, 20 de febrero de
1971.
A los compañeros Montoneros - Buenos Aires
Mis
queridos compañeros:
Por mano y amabilidad del compañero Don... he
recibido vuestras cosas y él les podrá comentar de viva voz mis
pensamientos al recuerdo y saludo que retribuyo con mi mayor afecto...
Comienzo por manifestar mi total acuerdo con la mayoría de los conceptos
que esa comunicación contiene como cuestión de fondo: 1°) Estoy
completamente de acuerdo y encomio con todo lo actuado. Nada puede ser más
falso que la afirmación que con ello Uds. estropearon mis planes tácticos
porque nada puede haber en la conducción peronista que pudiera ser
interferido por una acción deseada por todos los peronistas. Me hago un
deber en manifestarles que si eso ha sido dicho, no puede haber sido sino
con mala intención. El compañero les hará conocer mi apreciación de
situación y resolución para el año 1971 y por ella podrán quedar
perfectamente en claro sobre la acción futura. 2°) Otro tanto sobre el
asunto que este apartado menciona en su carta: es totalmente falso que
haya perturbado plan táctico alguno. Esta lucha también concurre a la
Guerra Revolucionaria que es capaz de hacerlo. Si Uds. leen la
apreciación, resolución y consideraciones podrán percatarse que, en el
fondo, estamos totalmente de acuerdo, como no podría haber sido de otra
manera... En estos planes intervienen todos los elementos de las
organizaciones de superficie, como los grupos activistas empeñados en la
Guerra Revolucionaria. Como les explicará el compañero, mientras las
organizaciones de superficie obedecen a una conducción centralizada, las
organizaciones que se encargan de la Guerra Revolucionaria tienen absoluta
independencia en su Conducción y coordinación más que nada por los
objetivos. 3°) ... 4°) ... 5°) Totalmente de acuerdo en cuanto
afirman sobre la Guerra Revolucionaria. Es el concepto cabal de tal
actividad beligerante. Organizarse para ello y lanzar las operaciones para
pegar cuando duele y donde duele es la regla. Donde la fuerza represiva
esté: nada; donde no esté esa fuerza: todo. Pegar y desaparecer es la
regla porque lo que se busca no es una decisión sino un desgaste
progresivo de la fuerza enemiga... Finalmente compañeros, les ruego que
hagan llegar a los compañeros mis más afectuosos saludos y acepten mis
mejores deseos. También les ruego les hagan presente y trasmitan mis
saludos a todos los compañeros que están presos o perseguidos por la
dictadura y les lleven la persuasión que tal situación no ha de durar
mucho.
Un gran abrazo
PERÓN
In Memoria, I - Libro publicado por el Círculo
Militar Argentino.
Reportaje a
las Fuerzas Armadas Peronistas (F.A.P.)
Argentina.- En las 12 preguntas hechas a las FAP estas definen
su condición de peronistas y su vocación revolucionaria que no nace en
ellas sino en la trayectoria histórica del movimiento. También muestran su
vocación de dialogar a nivel militante con las demás fuerzas
revolucionarias que, sin ser peronistas, luchan por la liberación
nacional. Un principio que, por cierto, descarta a los conglomerados que
desde posturas seudorevolucionarias aceptan los modos de convivencia del
régimen, y son la "claque" de nuevos parlamentos, de promisorias salidas
políticas. La esquela de Juan Perón representa un inconfundible
espaldarazo a los militantes del organismo armado periodista: Perón los
alienta a continuar en la lucha contra el régimen hasta el triunfo total.
En suma, Perón los reconoce como los únicos militantes que desde el
peronismo no pretenden heredar el sistema sino que se han convertido en
constructores de un mundo nuevo. - Suele sorprender, sobre todo en el
extranjero, que una de las manifestaciones más importantes de las
guerrillas en la Argentina, sea peronista y esgrima como consigna el
retorno de Perón al país y al gobierno. Sectores del peronismo reformista
también reclaman ese retorno y lo han procurado inútilmente por la vía del
pacto político, las elecciones, etc. Tales sectores, por otra parte, se
conformarían con un regreso al gobierno peronista de tipo constitucional y
parlamentario de 1945 al 55 y con una revolución nacional burguesa similar
a la que se desarrollo pacíficamente en ese periodo, pero no reclaman e
incluso rechazan una revolución social o más claramente, socialista. ¿Qué
clase de retorno y qué clase de gobierno propugnan las FAP? FAP: Su
pregunta se refiere específicamente a que resolvamos la contradicción que
significa que tanto sectores reformistas como organizaciones
revolucionarias del movimiento peronista levante simultáneamente las
mismas banderas. Toda la resistencia peronista, a partir de 1955, ha
tenido un denominador común: oponerse a la ofensiva oligárquica y a la
penetración imperialista. Los métodos y las formas que llevó a la práctica
son los métodos y formas que puede producir un movimiento nacional de un
país dependiente que reúne en su seno a la casi totalidad de la clase
trabajadora y simultáneamente a sectores burgueses. (Hasta 1955 la
dirección del movimiento estuvo preponderantemente en manos de sectores de
la burguesía nacional). Lo importante es que todo este periodo de
resistencia ha servido no sólo para decantar hombres y marginar a los
sectores burgueses, sino también para profundizar a nivel masivo una
metodología de lucha, cada vez mas protagonizada por la clase
trabajadora. El movimiento peronista esta constituido esencialmente por
la clase trabajadora. El peronismo es la mayor y más clara
identificación de clase de nuestro pueblo. A su vez el
antiperonismo identifica a la oligarquía. La presencia insobornable del
peronismo explica la dictadura militar en nuestro país. El peronismo
sinónimo de pueblo impide cualquier maniobra reformista o
seudodemocrática. Si esto es así, si en los últimos 25 años el peronismo
ha constituido sin lugar a dudas, la más consecuente oposición
antioligárquica y antiperonista; así junto a la realidad incuestionable se
verifica un profundo odio por parte de la oligarquía y simultáneamente un
profundo amor y respeto, por parte del pueblo, hacia el líder máximo e
indiscutible, así, a través de todos estos años, ha quedado demostrado que
Perón no es encuadrable de ninguna manera dentro del sistema; está claro
que significa el retorno de Perón y, además, que esto sólo es posible en
el transcurso de un proceso revolucionario. El retorno de Perón, es,
entonces, una consigna revolucionaria porque es la más clara
identificación de clase y porque esta supeditado a la derrota total de la
oligarquía por el pueblo en armas. La existencia de sectores, dentro del
movimiento, que aun siguen manteniendo planteos reformistas se debe a que
desde su origen integraron el peronismo sectores de la burguesía nacional
que todavía subsisten y a cuyos planteos se adhieren dirigentes sindicales
burocratizados. La representatividad de todos estos sectores está
hoy en franco deterioro y su conducción es mas aparente que
real. Respecto a la segunda parte de su pregunta: es evidente que la
humanidad marcha hoy en lo económico hacia formas socialistas de
producción. Nosotros no nos contentaríamos con una perspectiva de mera
distribución de riqueza. La liberación total, la creación del hombre nuevo
que buscamos trasciende los marcos puramente económicos. Las FAP no
propugnan formas de gobierno. Las FAP fundamentan su estrategia en la
construcción de una organización político-militar revolucionaria que se
consolide en una guerra prolongada con la participación masiva del pueblo.
Esta participación consciente del pueblo determinará la calidad y las
formas de gobierno. - Entre 1955 y 1959, principalmente sectores
obreros peronistas libraron contra los regímenes que sucedieron a Perón
una lucha armada heroica pero rudimentaria, a la que se llamó resistencia.
Hoy se ve con claridad que aquella primera resistencia peronista fue
negociada por los dirigentes políticos y sindicales que llegaron al pacto
con el Frondicismo. ¿En qué es distinta la situación en 1970 y por qué es
imposible la repetición de aquel proceso? FAP: Todos los métodos de
lucha adoptados en la permanente actividad de resistencia del peronismo
tuvieron como protagonista y ejecutor principal al conjunto de la clase
trabajadora, y efectivamente esa lucha fue negociada, y a veces
traicionada por algunos de los dirigentes del peronismo. Pero todo este
proceso produjo, por un lado, la progresiva participación de la clase
trabajadora en la conducción misma de la lucha y, por otro un nivel de
conciencia que determina que hoy no exista la posibilidad de repetir
experiencias ya agotadas. De aquí mismo han surgido los militantes y
activistas que hoy conforman la organización revolucionaria peronista.
Simultáneamente se produce el deterioro de las conducciones burocráticas,
su pérdida de representatividad y de mando real. Todos los elementos,
añadidos a la agudización de las condiciones objetivas, determinan la
imposibilidad de repetición de procesos al estilo resistencia. - La
resistencia obrera peronista a partir de 1955 se vio aislada e incluso
enfrentada con los sectores estudiantiles y profesionales que hoy parecen
acompañarla o por lo menos mirarla con simpatía. ¿Hasta qué punto es
permanente la actual alianza obrero-estudiantil y en qué medida influirá
sobre las luchas de masas y sobre la lucha armada en la Argentina? FAP:
Efectivamente desde tu tiempo a esta parte se ha dado un salto cualitativo
en el movimiento estudiantil, en la medida de su acercamiento a lo
nacional y a las luchas concretas de los trabajadores además de una
progresiva comprensión del peronismo. Esto brinda perspectivas optimistas
en cuanto a una alianza obrero-estudiantil, cuya permanencia estará
determinada fundamentalmente por la profundización de las luchas mismas de
la clase obrera, lo que, obviamente, fortalecerá tanto las luchas de masas
como la lucha armada. - En 1969 se dieron en la Argentina especiales
acciones de masas, obrero-estudiantiles, que ocuparon ciudades enteras-
Córdoba y Rosario- y derrotaron momentáneamente a la policía. A partir de
ese momento la teoría de la insurgencia general como la vía revolucionaria
para la Argentina se sumó a la teoría de la creación de un ejército
popular y la lucha armada prolongada. Esas dos concepciones, ser reparten
hoy el campo revolucionario. ¿Son excluyentes o bien deben reforzarse
mutuamente las acciones de masas y las luchas armadas? FAP: Nuestra
estrategia se opone a la teoría de la insurrección popular como vía
revolucionaria. Y es erróneo fundamentar esa teoría en hechos como las
acciones masivas de 1969 en nuestro país, que tampoco fueron guiadas por
esa concepción. Tampoco se inscribieron en una estrategia de
lucha armada. El nivel en que actualmente se desarrolla la ofensiva
contrarrevolucionaria impone la lucha armada como una vía conducente al
triunfo. Durante toda una primera etapa de la lucha de masas se seguirán
dando en forma no coordinada con las acciones armadas de las
organizaciones revolucionarias. Este accionar el pueblo, es de toda
maneras, conducente, en la medida en que aporta a uno de los objetivos de
la guerra: el debilitamiento del enemigo. Es una tarea de los
revolucionarios encontrar la manera de unificar, en una estrategia de
conjunto, todas las formas y niveles de lucha. Nuestra tarea política
fundamental en este momento es tratar de incorporar a las luchas
reivindicativas métodos similares a los de la guerra revolucionaria. De
allí que nuestras operaciones tienden a demostrar la viabilidad del
método, por un lado, y la vulnerabilidad del régimen, por el otro. El
grado a que lleguen las represiones policiales y la prepotencia patronal
le imponen a la clase obrera la implementación de formas organizativas de
clandestinidad y seguridad similares a las de las organizaciones armadas.
Si bien así este proceso es incipiente, es evidente que en la medida en
que la clase trabajadora vaya adoptando nuevos métodos se han de elevar la
calidad y la eficacia de la lucha de masas. - Las FAP se iniciaron en
1968 con un fracaso en la guerrilla rural -Taco Ralo, en la provincia de
Tucumán- y reaparecieron en 1969 y 70 con varios triunfos en medios
urbanos. Aparte del factor azar, que siempre puede pasar sobre operaciones
aisladas, ¿es posible extraer de esa experiencia opuesta a Taco Ralo,
algunas lecciones más generales sobre la guerrilla argentina? FAP: Taco
Ralo se tiene que colocar dentro de la experiencia de la vanguardia
latinoamericana. El ejemplo de la revolución cubana repercutió dentro de
las filas del peronismo, impulsando a su vanguardia a concretar las normas
de la guerrilla rural. La derrota de Taco Ralo, no significa que en
nuestro país se dé por fracasado el método de la guerrilla rural. Las
características especificas de la Argentina -grandes núcleos de
concentración urbana, por un lado, y zonas geográficas y
políticamente aptas para la lucha rural, por otro, determinan que la lucha
armada se ha de verificar tanto en el terreno rural como en el
urbano. - La experiencia de Taco Ralo sugiere que las FAP pasaron por
un periodo foquista. ¿Ha sido superada esa etapa? En caso afirmativo, ¿en
qué etapa se encuentran hoy las FAP? FAP: En Taco Ralo cometimos el
error estratégico fundamentalmente referido a los aspectos militares:
inexistencia de redes logísticas y falta de consolidación de la estructura
urbana. Nuestra confianza fundamental a nivel político se basaba en la
gran capacidad de lucha del pueblo peronista. De cualquier manera
entendemos que existió una tendencia foquista en la medida en que
confiamos excesivamente en la organización espontánea del pueblo para este
tipo de lucha. Es a partir de aquí que se empieza a consolidar en
términos más precisos nuestra estrategia. En la actual etapa las FAP se
proponen la consolidación de la organización y la propagando del método y
de las posiciones políticas dentro del desarrollo de las operaciones
armadas y de las acciones de masas. - Aparte de las FAP otros grupos
que también esgrimen la consigna de "Perón Vuelve" han realizado acciones
contra objetivos menores, ¿Es un fenómeno de contagio o el resultado de
las aplicaciones conscientes de la descentralización de las acciones
dentro de la unificación de la doctrina, similar a la que se propuso en
Brasil Carlos Marighela? FAP: Más que un fenómeno de contagio, lo que
demuestra la sucesión de acciones armadas realizadas por diferentes
organizaciones con nuestras mismas consignas, es el nivel de madurez de la
vanguardia del movimiento peronista para asimilar una metodología
correcta. Carlos Marighela llevó al plano de la enunciación teórica una
característica de la realidad brasileña. Esta característica se está dando
también en nuestro país. No es el resultado de una aplicación consciente,
planificada. Es el fruto del desarrollo de un proceso: Los sectores más
claros de nuestro movimiento, influenciados por nuestro accionar y por el
peso de la realidad, han comenzado a desarrollar autónomamente
organizaciones armadas. Nuestro objetivo en este orden de cosas
es tratar de lograr una unificación en el plano de la estrategia
común. - Las FAP se han referido con respeto y sin sectarismo a otras
organizaciones no peronistas que han emprendido el camino de la lucha
armada en la Argentina. ¿Esto indica a mediano o largo plazo, la
posibilidad de reunificar las acciones y eventualmente el comando de la
guerra revolucionaria en la Argentina? FAP: Nuestro respeto hacia
organizaciones no peronistas es la obligación que tenemos para con
cualquier núcleo de argentinos que inicia concretamente el camino de la
lucha armada revolucionaria. El hecho de que no se proclamen peronistas
indica una diferencia política que no es lo que nos inquieta
fundamentalmente en este momento, pues no nos creemos dueños de la
revolución. Lo que nos preocupa es evita el riesgo que
significarían actitudes de competencia o desinteligencia entre las
organizaciones armadas que hoy estamos doblando nuestro esfuerzo en
debilitar a un enemigo común. Esta actitud, que implícitamente requerimos
a toda organización revolucionaria, implicaría en un futuro la concreción
de un sólido Frente de Liberación Nacional. - Dentro de América Latina,
la clase trabajadora argentina ha demostrado una capacidad excepcional de
movilización y organización. ¿Eso crea condiciones distintas ara la guerra
revolucionaria que en otros países del continente? Concretamente,
¿Es posible así quebrar la constante que caracteriza a los restantes
movimientos guerrilleros, integrados principalmente por universitarios,
intelectuales, estudiantes y en mucho menor grado pro obreros? FAP: En
las experiencias de lucha armada del peronismo, Uturuncos (primera
guerrilla aparecida en 1959 en Tucumán), Taco Ralo, tuvieron relevante
participación los compañeros trabajadores. La excepcional capacidad de
organización y movilización que tiene nuestra clase trabajadora determina
desde ya que solamente ha de quebrarse la citada constante de la
composición de los grupos guerrilleros sino que nos hacen prever un
desarrollo de la guerra del pueblo con características muy
particulares. - Se ha observado una presencia casi invariable de
algunas mujeres en los grupos de acción de las FAP. ¿Qué significado se le
da a este hecho? FAP: Nosotros partimos por principio de una amplia
concepción revolucionaria de acuerdo a la cual la mujer tiene que tener el
mismo grado de participación que el hombre en todos los procesos de la
sociedad y, sobre todo, en el proceso de cambiar una sociedad que la ha
sumergido en una situación de marginación y dependencia. Es por ello que
en las FAP, mujeres y hombres tenemos el mismo grado de participación en
todas las tareas revolucionarias y en todo tipo de responsabilidades,
especialmente en la primera línea de combate. Además es la continuación de
toda una trayectoria en nuestro movimiento, ejemplificada no sólo por Eva
Perón sino también por las medidas concretas del gobierno peronista que
elevaron a la mujer argentina en todos los ordenes especialmente el
político. -En varios países de América Latina se han desarrollado
acciones armadas de organizaciones revolucionarias que se plantean
objetivos de liberación nacional. ¿Existe ya una idea o
estrategia de continentalización de la guerra revolucionaria? FAP:
Señalamos como principal enemigo de la humanidad a los Estados Unidos de
Norteamérica. En esta medida nos sentimos solidarizados con la lucha que
desarrollan todos los pueblos sometidos del mundo en contra de este
enemigo. La dominación de los Estados Unidos en América Latina tiene
características muy claras y especificas. La lucha de nuestros pueblos por
su liberación es la respuesta consciente a esa opresión. Estados Unidos
acciona respecto a América una estrategia continental de dominación. Seria
utópico, entonces, plantearnos aisladamente la liberación de nuestra
patria. Es decir, nuestra estrategia deberá ser también continental. La
liberación total solo será producto de la derrota del imperialismo a nivel
continental. Ahora bien, queda claro que una estrategia de
continentalización de la lucha a partir de un desarrollo de la guerra
revolucionaria en cada uno de nuestros países. Este es el aporte de este
momento a la continentalización de la guerra. Llegara el momento en que se
impondrá la coordinación de las luchas nacionales, cuando la guerra en
cada país, haya alcanzado un adecuado crecimiento.
Cristianismo y Revolución, Nº 25 - Septiembre
1970
La
última batalla de Agustín Tosco
Por Vicente Zito Lema
Para unos era de la
estirpe de Icaro, o de Prometeo. A otros les parecía la versión laica de
Juan el Bautista y, al igual que éste, halló la muerte bajo el reinado de
una oscura bailarina. Esto aconteció el 4 de noviembre de 1975, hace ya
veinticinco años cuando, estando en la clandestinidad, fue víctima de una
dolencia que en circunstancias normales hubiera sido fácil de tratar.
Entonces la persecución, las calumnias, los intentos de asesinato cedieron
paso a algo peor: el olvido. Hoy, cuando la tierra de promisión
parece más lejana que nunca y el pueblo argentino busca a los tumbos su
perdido camino en el desierto, resultan necesarias las voces de aquellos
que, como Agustín Tosco, nunca callaron. El Gringo, como lo llamaban sus
compañeros, había nacido en el sur de Córdoba, Coronel Moldes, el 22 de
mayo de 1930. El mismo y con palabra clara contará su historia inicial:
"Mis padres eran campesinos y yo trabajé junto a ellos desde chico una
parcela de tierra. Después de cursar el colegio primario me trasladé a la
ciudad e ingresé como interno en una escuela de artes y oficios. Allí se
discutía mucho y el diálogo permanente me incitaba a profundizar la
lectura. Siempre me gustó leer... En mi propia casa con piso de tierra y
sin luz eléctrica me había construido una pequeña biblioteca precaria pero
accesible. Corría la liebre. Tan sólo al cumplir la mayoría de edad
conseguí incorporarme a Luz y Fuerza como ayudante electricista. Por
aquella época ya había adquirido conciencia de los conflictos sociales y
había decidido también tomar partido de mi clase. A los 19 años había sido
elegido subdelegado y a los 20 ascendí a delegado". De ahí en más
no habrá peligros, horarios ni claudicaciones. Vestido siempre con su
mameluco azul de trabajo escribirá las mejores páginas de la lucha
sindical en la Argentina, haciendo de la honestidad un culto, de la ética
una guía para la acción y de la humildad su modo natural de vida. Símbolo
del Cordobazo -una de las mayores gestas populares del siglo-, prisionero
de las dictaduras, ejemplo aun en el cansancio, en la desorientación o en
la peor desventura, colocando al servicio de los demás un enorme coraje
personal y esa férrea voluntad con que se transforma la realidad. Veía el
socialismo como un camino para la construcción del hombre nuevo y la nueva
sociedad. Como pocos luchó para que así fuera. Tuvo la pasión de los
convencidos, la fraternidad de los justos y alcanzó, sin dejar de ser
nunca un trabajador, el más alto grado de conciencia crítica que en su
tiempo se pudo lograr. Mirándonos en él, nadie se animará a pensar que la
clase obrera argentina come vidrio. La conversación había entrado en lo
personal y dio pie a la última pregunta, pertinente para aquellos tiempos
donde los destinos trágicos se habían convertido en una cotidianeidad:
¿cómo quisiera morir y cómo no quisiera? Contestó casi sin respirar,
pareció que las palabras las tenía siempre en la punta de la lengua: "El
marxismo dice que la muerte es necesaria. Yo no me planteo cómo tendré que
morir, creo que mi fin será consecuente con mi lucha, no sé en qué
circunstancia. Lo importante es morir con los ideales de uno. Ahora, no me
gustaría morir habiendo traicionado a mi clase". Nos despedimos en el
viejo bar de la calle Córdoba sin decir más, bastaba el apretón de manos.
Me dejó una vez más la impresión de que nunca moriría. Y mientras caminaba
hacia mi casa, yo por entonces vivía en el Bajo, recordé lo que me había
contado un compañero. De todas las historias sobre Tosco era la más
hermosa y acaso la que lo retrataba de cuerpo entero, justificando con
creces esa sensación de respeto que sentía por él, y que nunca había
sentido, así tan profunda, por nadie. El compañero había contado:
"Yo estaba preso en Trelew, cuando los fusilamientos del 22 de agosto...
fue algo terrible, de no creer... habían matado a los dieciséis a sangre
fría... en la cárcel empezamos a golpear las puertas, estrellábamos los
jarros contra las rejas, gritábamos, puteábamos... Al fin me encontré
tirado sobre la cama, sin saber qué hacer... Cada vez era más profundo el
silencio en los calabozos... Nos fue ganando la tristeza más grande del
mundo y, de pronto, de a poquito, alguien por la ventana comenzó:
Compañeros... compañeros... compañeros... los quiero escuchar...
compañeros no se caigan, porque si ustedes se caen ellos están muertos,
pero está en ustedes que los hagan vivir... Y esa tonadita cordobesa fue
la del Gringo Tosco, que estuvo más de veinte minutos arengándonos y
diciéndonos que salgamos y ahí salimos todos de nuestro encierro y yo creo
que fue por primera vez que se empezó a mencionar cada uno de los nombres
de los caídos y todo el grupo gritaba bien fuerte ¡Presente! ... El Gringo
me enseñó algo muy grande, que la voz de los sin voz surge naturalmente...
El, que no quiso fugarse, aunque se lo ofrecieron, porque sentía que un
dirigente obrero tiene que vivir en la luz, se hizo cargo del dolor de
todos y nos marcó el camino." Tras el esperanzado y corto paso por la
Casa Rosada de Héctor Cámpora -rápidos y embriagadores serían esos meses;
"un alazán en las pampas", habría dicho Marechal- y ocurrido el
fallecimiento del general Perón -para muchos el duelo por el padre; para
otros, la sonrisa casi en rictus de un antiguo odio reverdecido, y todos
bajo un cielo color de cuervo, con tormentas y presagios-, se suceden
gobiernos que bajo el manto protector de la herencia peronista cumplen a
fondo su misión, ya sin contradicciones: frenar el ascenso popular,
entretenerlo y desviarlo, llevándolo a una encrucijada sin salida. La
confusión, el desaliento y hasta el miedo cundirán en sectores que hasta
ayer mismo habían soñado tocar el cielo con las manos. Algunos
por cansancio, otros acosados y de espaldas contra la pared comienzan a
imaginar el exilio. -Susana, ¿Tosco pensó en irse del país al menos por
un tiempo? La compañera de Tosco me mira, luego baja los ojos hacia el
mate y habla, serena, sin rencores, pero la voz denota que la herida aún
quema. -Pudo haberlo hecho, prefirió sin embargo esperar aquí... y aquí
lo alcanzaron la enfermedad y la muerte -dice y vacía muy rápido el
mate. Será un tiempo difícil, también confuso. Unos resisten y hasta
redoblan la apuesta del combate; otros muchos comienzan a practicar el
silencio. Los rumores de un golpe militar se escucharán cada vez más
fuertes. Si bien se vivía bajo un régimen cerrado y represivo, con la
Triple A paseando la muerte a su antojo, la proximidad de las elecciones
permitía abrigar alguna esperanza. Agustín Tosco decide librar la que
sería su última batalla: frenar el asalto al gobierno por los sectores más
reaccionarios de las Fuerzas Armadas, día a día más hegemónicos y
abiertamente agresivos. En condiciones de extremo peligro se traslada a
buenos Aires. Allí se entrevista en secreto con dirigentes de distintas
procedencias, Raúl Alfonsín y Oscar Alende entre otros. Su intención es
formar un frente patriótico y democrático, lo suficientemente amplio como
para incluir a las organizaciones armadas, con el fin de aislar a los
sectores golpistas. Es entonces que siente los primeros síntomas de su
enfermedad: terribles dolores de cabeza que no calman las fuerte dosis de
aspirinas ni las ampollas bebibles de analgésicos, a los que se agregan
las pérdidas del equilibrio y por último los desvanecimientos. El
frente no se puede concretar: las diferencias son insalvables. El campo
popular tendrá que sufrir la embestida de sus verdugos debilitado por sus
gruesas divisiones. Acaso por primera vez abatido, Tosco regresa a
Córdoba. Como una metáfora del país, su organismo se deteriora
rápidamente. "Lo hicimos ver por médicos amigos. Pero hacía falta
internarlo y hacerle estudios. No podíamos por su clandestinidad. No
conseguíamos dónde. Cuando al final encontramos un lugar, ya era tarde;
las cosas habían pasado a un punto sin retorno. El Gringo fue una víctima
más de la represión." Me lo dirá Arnaldo Murúa, uno de sus abogados
defensores, mientras caminamos por las calles de Córdoba y recordamos
caminatas y charlas similares junto a los canales de Amsterdam, cuando el
exilio. Más enfermo y aún más debilitado, Agustín Tosco -que
ahora oculta su apariencia tras un bigote, un peluquín y un "blanqueo" de
esos dientes que lo delatan por sus caries- es llevado de escondite en
escondite. La Triple A lo ha condenado a muerte y el propio jefe de
policía de Córdoba lo tilda públicamente de "criminal terrorista". Come
mal, pan y queso suele ser el menú diario y, a pesar de los esfuerzos, no
hay manera de cuidarlo mejor. Sin embargo su leyenda va en alza (algunos
dicen que vive en un tanque de agua, otros cuentan de sus amores con una
monja que lo protege en un convento y hasta hay quien cuenta que lo vio
tomando café en un bar frente al cuartel de policía); lo cierto es que el
deterioro crece y crece. Le cuesta hablar. Sufre mucho. Siguen las
angustiosas mudanzas de madrugada (sus compañeros más de una vez lo ayudan
a guardar en una sábana o en diarios sus pocas ropas, sus papeles y su
inseparable máquina de escribir). Tosco manuscribe sus últimas cartas con
dificultad. Una de ellas está dirigida a sus padres, fechada supuestamente
en La Plata, con letra vacilante dice: "Desde hace tiempo no les escribo
por la situación de clandestinidad que padezco. Pero la mala suerte me
embromó bastante y desde hace un mes y medio estoy internado en un
hospital de La Plata. La pasé muy mal, estuvieron a punto de operarme de
la cabeza; pero paulatinamente pude ir recuperándome. Hoy, como ven, les
puedo escribir a mano. Pienso que para fin de mes estaré bien y podré
reintegrarme a mis actividades. Son muchísimas las cosas para hacer y todo
el que pueda debe aportar. Como es el Día de la Madre, le envió un
obsequio a Mamá. (...) Pese a todas las dificultades seguiremos adelante.
Esperamos que la suerte nos ayude. Cariños y besos a Lucy y Papá. Será
hasta la próxima. (...). Ya en grave estado sus compañeros deciden
trasladarlo secretamente a buenos Aires. Han conseguido un lugar y lo
internan con un nombre falso. Al fin es tratado por un equipo
médico. -... La última vez que lo vi fue tres días antes de su muerte.
No estuve en los últimos momentos porque mi presencia no era necesaria y
había que moverse con mucha discreción dado lo peligroso del momento. En
un principio pensamos que podía tratarse de un tumor, pero consultamos con
neurocirujanos, se hicieron estudios y se descartó esa posibilidad. Se
trataba de una encefalitis. -¿Cuáles fueron los síntomas? -Malestar
general, fuertes dolores de cabeza y fiebre. -¿Mantenía el
conocimiento? -Sí. Se trataba de una enfermedad que ataca al cerebro,
como podría atacar otro órgano. -¿Tenía origen virósico? -No. Era
una infección simple, por gérmenes; incluso hicimos un antibiograma para
determinar el tipo de antibióticos necesarios. Yo participé en el
diagnóstico en el aspecto neurológico, que es mi especialidad. El resto lo
hicieron otros médicos que eran muy capaces y tenían mucha experiencia en
infecciones. -¿Estaba desahuciado? -No. Se trataba de una enfermedad
subaguda que en condiciones normales sería previsiblemente manejable. El
problema es que él estaba muy deteriorado físicamente. Yo lo había
conocido antes y pude ver la diferencia. Estaba muy demacrado y había
perdido mucho peso. -¿Era por la enfermedad? -La enfermedad había
hecho lo suyo. El estuvo internado con nosotros algunas semanas. Calculo
que cuando llegó estaba enfermo desde hacía aproximadamente un mes. Pero
fundamentalmente pienso que era la situación que estaba atravesando la
culpable de ese deterioro. -¿Piensa que fue mal atendido en
Córdoba? -No. Pienso que la persecución de que era objeto y las
privaciones que sufrió lo habían deteriorado mucho. El era un hombre muy
fuerte, que llevaba una vida muy sana. Incluso con el tratamiento empezó a
repuntar, mejoró notablemente. La última vez que lo vi ya caminaba y
hablaba con fluidez. Ante esa evolución se consideró que había superado la
zona de peligro. Se decidió suspender los antibióticos y allí fue que tuvo
una recaída de la que ya no pudo salir. -¿Cuál fue el origen de la
infección? -No se pudo determinar, al menos yo no recuerdo... pasaron
algunos años. No sé si los que manejaron la parte clínica llegaron a
saberlo. -¿Hay algún registro? -No. Por razones obvias no se levantó
historia clínica. El médico Juan Ascoaga nos despide con la misma
seriedad con que nos recibió. Descubro o acaso imagino que sus ojos en el
fondo brillan.
Agustín Tosco muere en Buenos Aires el 4 de
noviembre de 1975. Corriendo otra vez toda clase de riesgos, un grupo de
compañeros que se habían juramentado a defenderlo aun a costa de sus
vidas, deciden trasladar su cuerpo para que pueda ser enterrado en su
provincia natal. En un viejo bar de Villa María uno de aquellos compañeros
me da detalles de la historia: "Lo llevábamos en una ambulancia, sentado
en el lugar del acompañante. Algunos podrán decir que fue una locura o que
no tiene sentido político, puede ser, para nosotros era otra cosa, se
trataba de una cuestión de honor". Oficialmente Tosco muere en Córdoba,
el 5 de noviembre de 1975. La noticia de su deceso circula de boca en
boca con la velocidad de las malas nuevas. Los medios de comunicación
guardan silencio o retacean la información todo lo posible. Sin embargo,
el hecho es conocido, se declara un paro y numerosos trabajadores
abandonan sus tareas para unirse a las exequias. Vuelvo a encontrarme con
Susana Funes. -¿Tosco tuvo una última voluntad? -Sí, varias veces me
había dicho: "Susana, si me pasa algo quiero que me velen en el
sindicato". -¿Fue así? -No, no pudo ser. El sindicato estaba
en manos de los fascistas y no podíamos arriesgarnos a perder su
cuerpo. (Han pasado muchos años desde el día de la muerte. En la voz de
la mujer ese día fue ayer.)
Agustín Tosco es velado en la
Asociación Redes Cordobesas. Se organiza una colecta popular para
enfrentar los gastos del sepelio. Durante la noche del 6 de noviembre,
un desfile incesante de trabajadores se aproxima para darle su adiós.
También se hacen presentes dirigentes políticos, como el ex presidente
Arturo Illia, gente de los barrios, estudiantes, militantes sindicales y
de las organizaciones guerrilleras. Nadie quiere esquivar el cuerpo en la
despedida al dirigente obrero perseguido. Nadie acepta quedarse con un
dolor sin respuesta a solas. El mal estado del tiempo no arredró
a la gente que creció en su número, que se mantuvo firme. Antes tuvieron
que vencer el estupor: sí, el Gringo había muerto. Una docena de
oradores se suceden ante sus restos. Pálidos, consternados, fumando a más
no poder. Cuando alrededor de los cinco de la tarde mengua por
instantes la lluvia, sus compañeros deciden iniciar la marcha hacia el
cementerio de San Jerónimo. Unas seis mil personas participan en los
primeros tramos del cortejo fúnebre que avanza por las calles Roma y
Sarmiento; se suman a la columna varios centenares más. Son muchos los que
observan desde las veredas, son también muchos los que bajan la cabeza.
Desde los balcones de los edificios caen flores. Al llegar al puente
Sarmiento la multitud supera las diez mil personas. Hay banderas
argentinas y también algunas rojas. Flamean juntas, sobre el
silencio. En tanto, el dispositivo represivo se hace cada vez más
evidente. Allí están los inconfundibles matones armados sobre los techos
del Automóvil Club Argentino. Tampoco faltan los patrulleros, la policía
montada, las cuadrillas con perros, ni los autos verdes con policías de
civil que ostentan sus itacas. Se ven hasta helicópteros sobrevolando el
cortejo en clara actitud de intimidar. Pero la marcha continúa y se
sigue sumando gente. Siguen cayendo claveles rojos y de pronto la lluvia.
La columna ya ocupa todo el ancho de la avenida y tiene varias cuadras de
largo. Son más de veinte mil los que están presentes, a pesar de las
amenazas y la lluvia, cada vez más intensa, de primavera. Se escuchan
consignas: "Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical" es
acaso la cantada con más rabia. La policía y los matones del gobierno
aumentan su provocación. Los testigos recuerdan risas, burlas, gestos
obscenos y las armas que ahora no sólo se llevan sino también se ostentan
con ruido, con movimientos gruesos. El cortejo dobla por la calle
Zanni para cubrir las últimas cuadras que conducen al cementerio. En la
plaza que está a su frente, aguardan otros tres mil
militantes. Quienes estuvieron presentes cuentan que, pese a la
multitud, en el lugar el silencio era abrumador. "Las palabras ya no
valían nada", dice ahora, con voz entrecortada un viejo luchador sindical.
La idea es trasladar el féretro hacia el panteón de la Unión Eléctrica.
Frente a sus restos los oradores se aprestan a concluir el acto. Después
de la dignidad del silencio, la dignidad de la palabra para despedir a un
hombre digno. Habla en primer término una maestra, después un estudiante,
con la misma claridad, con igual emoción. Más de uno llora sin darse
cuenta, tal vez crea que es la lluvia que no cesa. Finalmente es el turno
del secretario de la Unión Obrera Gráfica de Córdoba. En ese momento la
policía y los matones inician el ataque. Golpes, culatazos, ráfagas de
ametralladoras. Es el desbande. Muchos corren. Otros buscan seguridad
tirándose cuerpo a tierra. Se ven mujeres con criaturas refugiándose
detrás de las bóvedas. Hay heridos. Hay impotencia en la gente desarmada.
Se impide trabajar a periodistas y fotógrafos. Se practican decenas de
detenciones. En medio del desconcierto, una pareja busca con desesperación
al hijo que se soltó de su mano. Es cuando un obrero de Luz y Fuerza,
desafiante, grita: "Todos somos Tosco". "El Gringo vive." Habrá un
silencio. Y luego, como un eco, como una tromba marina, el grito de todos:
"El Gringo vive". Hay momentos que marcan la realidad, la convierten en
símbolo y en historia. Este será uno de ellos. -¿Por qué durante tantos
años en la lápida no se puso una placa con su nombre y
apellido? -Pienso que fue una medida tomada por sus amigos para
proteger sus restos, más de uno se la tenía jurada y esos tipos son
capaces de cualquier barbaridad -responde el cuidador del panteón que
guarda los restos de Agustín Tosco. Es bueno recordar que cuando
nos íbamos, habríamos dado unos cincuenta pasos, aquel hombre moreno y
bajo, de pelo bravío, se acercó corriendo y agitado dijo: "Tengo un
trabajo de mierda, de estar todo el día con la muerte mi vida se volvió
una mierda... Pero yo tuve mi mejor momento y no lo olvido". Prende un
cigarrillo, y dice, y se desahoga. "Había una huelga general, los
muchachos del cementerio también fuimos. Nos dispersaron a palos, la
policía nos daba duro, de pronto me vi cerca de Tosco, era un gigante, me
puse detrás y sin que él lo supiera le cuidé la espalda. Era un tipo
hermoso, el Gringo. En esa media hora de palos y palos me olvidé de la
muerte y yo, que soy un cagón, no tuve miedo. Esta historia es lo mejor
que tengo. ¿Qué cosa, no?". Se volvió corriendo a su trabajo, pero de
pronto se paró y casi a los gritos dijo: "Me llamo Justo, y a mi hijo le
puse Agustín...". No era el mejor lugar, pero lo vi reír. Y
después en un solo movimiento que fue lento en el inicio y decidido al
final levantó su puño cerrado hacia el cielo.
Locas, cultura y utopía, Nº 1.
Santucho en
Campo de Mayo
(Del
testimonio del ex sargento del Ejército Argentino, Víctor
Ibáñez)
"Te digo la verdad, yo creo que no sabían que era
Santucho (1). "Te cuento lo que yo escuché por boca de los mismos
que participaron en ese operativo. Parece que la cosa empezó cuando una
vecina se encontró con que cerca de su casa, en el cruce de las avenidas
Constituyentes y General Paz, gente de la Escuela de Mecánica de la Armada
estaba haciendo un control de vehículos. Esta señora, una chusma
de barrio, tipo la 'Tota', se acercó cargando la bolsa de las compras
hasta dónde estaban los efectivos y les dijo que en su edificio, en Villa
Martelli, todos los días se reunía gente rara. "Como estaba fuera
de su zona, los marinos le pasaron el dato al Ejército, y Leonetti (2),
que estaba de guardia, recibió el dato y se mandó para allá con su patota,
integrada por gente del Colegio Militar. Llegó hasta el grupo de edificios
en un Ford Falcón sin patente, al frente de un grupo de tres hombres
vestidos de civil que portaban fusiles 'Para', que son como los FAL (3)
pero con la culata rebatible. Lo de 'Para' viene porque eran los que
usaban en ese tiempo los paracaidistas. Buscaron al portero, que
los guió hasta la entrada del departamento (4). Y tocaron el timbre sin
saber quiénes estaban del otro lado (5). "Liliana Delfino, que
era la mujer de Santucho, abrió confiada la puerta como si estuviera
esperando la llegada de algún conocido. Apenas vio a los de la patota se
dio cuenta de cómo venía la mano y se puso a gritar: '¡Los milicos!, ¡Son
los milicos!' Le pegó un empujón a la puerta como para volver a cerrarla.
Pero Leonetti ya había puesto un pie adentro, y la hoja rebotó en el
borceguí que tenía apoyado en el marco de la entrada. El portero se
escabulló buscando refugio en el codo de la escalera, en el interior del
departamento las mujeres gritaban que había que llevar a los
niños a la bañadera, mientras que los hombres no atinaron a tomar sus
armas. La patota aprovechó el factor sorpresa para ingresar en la casa y
reducirlos a todos. "Según comentaron en 'El Campito' los que
estaban en los grupos de tareas, a Santucho no le gustaba llevar armas.
Era un especialista del pensamiento, de la concentración; por eso se había
entrenado en las artes marciales. "Ese día en el departamento de
Villa Martelli parece que no lo reconocieron; él se había cambiado el
aspecto. Lo acomodaron junto a los demás, con las manos apoyadas en la
pared y abiertos de piernas, para palparlos de armas. Leonetti se puso la
pistola en la cintura para revisar a los guerrilleros. Santucho esperó a
que llegara hasta él y cuando Leonetti estaba a punto de revisarlo se dio
vuelta, con una toma rápida lo agarró del cuello, le sacó la pistola y le
disparó al cuerpo. Los de la patota, apenas escucharon el primer tiro,
empezaron a ametrallarlos a todos. Algunos se tiraron al piso, otro se
tiró por la ventana y cayó en una especie de terraza que había en el
segundo piso; lo agarraron con las piernas quebradas.
Duro
de matar
"Ese día yo estaba de guardia en la radio. Llegaron
los autos y vi como de uno de ellos bajaban a tres prisioneros. Después me
pidieron ayuda para cargar al que venía en otro de los autos, que estaba
herido. Lo llevamos hasta el comedor de la tropa, donde comíamos nosotros.
Lo acostamos en una de esas mesas largas de fórmica blanca. Un brazo le
quedó colgando, lo tenía como quebrado por una bala. Todavía
respiraba. "Por la radio le pidieron al Hospital de Campo de Mayo
que enviaran con urgencia a un médico. Mientras tanto el Gordo Dos, que
era el jefe de los interrogadores, con esa pronunciación que cortaba las
palabras, como si fuera un intelectual, con tono de locutor, le recitaba a
Santucho -sin saber que era él- lo mismo lo que le decía a cada prisionero
que llegaba al campo: "Acá perdiste, con que me digas el cien por cien de
lo que sabés no me voy a conformar, quiero el ciento diez por ciento de lo
que tenés para decir..." Y seguía con el verso del hambre, la tortura, el
terror que tenía por delante mientras estuviera prisionero en ese lugar;
lo que era verdad. "Después llegó el médico. Era un tipo
grandote, de bigotes y que fumaba en pipa. Ya tenía sus buenos años, creo
que era teniente coronel. El Gordo Dos y los otros del grupo de
inteligencia que se habían juntado en el comedor le dijeron que
necesitaban salvar al herido para poder interrogarlo, que hiciera algo
para que no se muriera. Pero él parecía mantenerse ajeno a todo. Chupaba
la pipa junto a la ventana mientras miraba como bajaban a los que llegaron
muertos del operativo. Chupaba la pipa como si estuviera ido,
como si quisiera mantenerse ajeno a todo lo que estaba pasando en ese
momento. 'Doctor -le dijo el Gordo Uno- necesitamos que se presente ante
el herido'. El tipo giró apenas la cabeza y lo miró a Santucho, que tenía
los ojos como dados vuela y apenas respiraba. 'Hay que llevarlo a
cirugía', es todo lo que dijo. "A mí me mandaron a buscar la
ambulancia. Cuando llegué al hospital de Campo de Mayo la única que estaba
disponible era una Ford nuevita, cero kilómetro. Una donación al Ejército
que había hecho no sé quién, y que estrenó Santucho. La llevé a los pedos
hasta El Campito donde lo cargamos en una camilla flamante; y volví a los
pedos hasta el hospital. "Cuando llegamos me llamó la atención el
movimiento de coches y la cantidad de custodios de oficiales que se iban
juntando en la puerta del hospital, que no había notado cuando fui a
buscar la ambulancia. Se ve que en el ínterin, por los papeles que
encontraron en el departamento de Villa Martelli, o por lo que pudieron
deducir al identificar a los detenidos en ese operativo, cayeron en la
cuenta de que el hombre que yo llevé en la ambulancia y que murió apenas
ingresó en el hospital era Santucho, nada menos. "Yo me quedé al
volante de la ambulancia unos quince minutos, esperando a que me dijeran
que debía hacer. Mientras tanto el desfile de coroneles que llegaban para
comprobar la muerte del jefe del ERP era incesante. 'Parece que es
Santucho nomás', decían. 'Lo necesitábamos vivo, ¡qué cagada que esté
muerto!', se lamentaban al salir del hospital. "Cuando el
'pelotón mudanza', que se ocupaba de los botines saqueando las casas de
los secuestrados, trajo todo lo que había en el departamento de Villa
Martelli, yo me quedé con una copa que había sido de Santucho. Tenía un
agujerito que no se podía ver a simple vista, y cuando tomabas algo el
líquido pasaba por ese agujerito y te caía todo encima Se ve que al hombre
le gustaban los chascos, hacerle bromas a los amigos; medio Don Fulgencio.
A esa copa la conservé hasta hace poco, después la
tiré.
El museo de la derrota
"En ese operativo,
además de Santucho, también murió otro importante jefe del ERP, Benito
Urteaga. Y se detuvo a Domingo Menna; a la mujer de Santucho que se
llamaba Liliana Delfino, pero que era conocida como 'la alemana'; y a
varios más de la cúpula guerrillera. "A Menna lo torturaron
durante meses, y nunca dijo nada. Cómo se la bancó ese hombre yo no lo sé.
Lo dejaban con la picana automática mientras los interrogadores se iban a
comer, y no una vez, días y días. Al final los del GT terminaron por
tenerle respeto. Igual con tiempo lo 'trasladaron' como a todos los
demás. "Cuando Bussi se hizo cargo del Comando ordenó construir
en un sector de Campo de Mayo un museo de la subversión. A Bussi le
gustaban los museos. Ya había organizado uno en el Primer Cuerpo de
Ejército, y otro en Tucumán. Ahí metía libros, panfletos, objetos y armas
incautadas a los guerrilleros. También armaba como escenas que mostraban
la actividad guerrillera personificadas con maniquíes, vestidos según cada
caso. "Pero en el museo de Campo de Mayo, en vez de un maniquí de
Santucho, Bussi puso su verdadero cuerpo en exposición. No sé cómo habrán
hecho para conservarlo durante dos años, ni dónde lo mantuvieron escondido
todo ese tiempo. Pero lo cierto es que a Santucho lo usaron como maniquí
de Santucho. Y Bussi estaba satisfecho, a él le gustaba hacer como que
todo lo que hacía era perfecto. Armaron el museo en un lugar
chiquito, aprovechando lo que antes había sido la casa del intendente de
la guarnición de Campo de Mayo. Y todos los días había un desfile militar
que terminaba en la puerta del museo en el que estaba el cuerpo de
Santucho, justo donde Bussi había ordenado construir un terraplén en el
que él se instalaba para que cada mañana los efectivos le rindan
honores. "Dentro del museo, en un subsuelo, Bussi hizo reproducir
una cárcel del pueblo, como las que tenía la guerrilla. El día de la
inauguración, Bussi se ocupó personalmente de acomodar en el sótano que
estaba oculto por una losa, que se abría mediante un sistema mecánico,
todos los objetos que se encontraron en el departamento en le que vivió
Santucho. Ropa, cartas, documentación trucha, pelucas y bigotes postizos;
y los pasajes de avión que se encontraron en su poder, con los que pensaba
salir del país al día siguiente al de su captura. También bajó
una silla y sobre ella acomodó el cuerpo de Santucho, vestido con la misma
ropa que tenía puesta el día en que lo hirieron de muerte, manchada de
sangre; tal como llegó al El Campito. "En la inauguración del
museo no faltó ningún coronel, ningún obsecuente de los jefes del Comando.
Todos querían desfilar ante el cadáver de Santucho. Me contaron que
algunos oficiales llegaron a cuadrarse frente a él y
gritaron: ¡Viva la Patria! "No sé que hicieron después
con los restos de Santucho. Habría que preguntarle al jefe del Estado
Mayor. Martín Balza fue quien se ocupó de demoler las instalaciones que
con tanto orgullo había construido el general Bussi. Así que él debe saber
cuál fue el destino final de su cuerpo."
(1) Mario Roberto Santucho, jefe de PRT-ERP. (2)
Capitán de Ingenieros Juan Carlos Leonetti, integrante de la Zona IV
de seguridad y jefe del grupo de tareas que tenía asignado
capturar a Mario Roberto Santucho. (3) FAL: Fusíl de
Asalto Liviano, calibre 7,65 mm. (4) En la calle Venezuela 3149,
4° piso 'B', Villa Martelli. En Seoane, María: Todo o Nada,
Editorial Planeta, buenos Aires, 1992. (5) Diversas versiones
coinciden en una misma conclusión: el capitán Leonetti no sabía que en esa
casa se ocultaba Santucho, y que ese día - el 19 de julio de 1976, a las
14.30- estaría reunido con otro de los más importantes dirigentes
nacionales del ERP, Benito Urteaga. De otra manera no se entiende por qué
llegó acompañado por una dotación de sólo tres hombres para llevar a cabo
el operativo, ni la imprudencia con la que se manejó el jefe del grupo
quien ingenuamente golpeó la puerta del departamento en el que estaba
alojado el jefe guerrillero. Sin lugar a dudas, de haberse sabido de
antemano la importancia del objetivo, la cúpula militar no habría dejado
en manos de un oficial subalterno la gloria que para ellos representaba
estar entre los protagonistas de la captura del mítico comandante del
ERP.
Historia de la represión institucional en la República
Argentina
Madres de Plaza de
Mayo - Línea Fundadora
1.- BOMBARDEO A LA PLAZA DE MAYO;
1955.
En el año 1955, cuando los militares destituyen a Perón, lo
hacen bombardeando una manifestación de civiles convocados en nuestra
famosa Plaza de Mayo para defender a un presidente legal. De ese
bombardeo a civiles hubo muchos testigos que, asomados a las ventanas -
sin darse cuenta del riesgo ni creer en lo que se desplegaba ante sus
ojos, como una película americana de guerra - miraban asombrados como se
ametrallaba desde los aviones a la multitud que huya despavorida. Nunca
se supo cuantos fueron los allí masacrados. Ni sus nombres. Ni donde
fueron enterrados. Los militares se encargaron de hacer el trabajo de
desinformación, acallando las averiguaciones o intentos de juicio y de
protesta. En realidad, las desapariciones quedaron impunes. No hubo
investigación, y fueron borrados de los libros hechos tan brutales que, al
ser escondidos al conocimiento de la gente, se repiten cada vez en peor
escala.
2.- FUSILAMIENTOS; 1956.
También se borró de los
libros de historia el fusilamiento de civiles y militares que defendieron
el orden constitucional. "Decreto de pena de muerte masiva". Ese
fusilamiento fue firmado por el general Aramburu mientras Perón huía al
Paraguay, en una cañonera de la marina, fuerza que estaba atacando y dando
muerte a sus mismos defensores.
3.- PLAN CONINTES; 1960
Fue
sancionada en 1948 por el entonces presidente, democrático, Juan Domingo
Perón. Era un decreto de emergencia extralegal, anticonstitucional, que
estableció la jurisdicción militar para los actos llamados "terroristas".
Significa "Conmoción del Orden Interior". Fue vuelto a poner en
vigencia por presión militar el 13 de marzo de 1960, durante el gobierno
constitucional del Dr. Arturo Frondizi. Es decir, que en un gobierno
constitucional, los militares se hacían cargo de los civiles opositores
políticos y participantes de huelgas obreras. La justicia civil pasa a
depender de la justicia militar, ocasionando una serie de minigolpes y
querellas entre civiles y militares. Escribo textualmente: "Para colmo
de males el panorama político-social se vio agravado por un estado
represivo que aumentó en intensidad, que ponía en duda el mismo sistema
democrático en que se apoyaba " (Rouquie, Alain, "Poder militar y
sociedad política en la Argentina"). Se prohibió la palabra Perón. Se
hablaba del "tirano prófugo". Había logrado concretarse el MOU (Movimiento
Obrero Unificado). Ya en 1958, el Boletín Reservado de Guerra Nº 3753
del año 1958, a quince años del Holocausto, del Juicio de Nuremberg, decía
en algunos de sus pasajes: "Sería trágico que en cumplimiento de una
mala interpretación de la disciplina, nuestros soldados asesinaran a las
mujeres, hombres y niños que lucharon heroicamente en contra de la
dictadura... " (se refiere al gobierno constitucional de
Perón) Entonces, ¿que fue el asesinato de miles de manifestantes en
Plaza de Mayo? ¿Ya estaba en ellos el proyecto de asesinato de niños y
mujeres? Los militares lo tenían presente. Los políticos...
¿también?
4.- 1962: Primera desaparición, sin conocimiento de
destino, de dos dirigentes metalúrgicos.
5.- 1968 : Noche de los
bastones. Represión en la Universidad de Onganía.
6.- 1972: Son
masacrados los presos políticos en la cárcel de Trelew a disposición de la
Marina. Entre ellos, una mujer embarazada de siete meses. Podemos decir
que desde 1955 a 1996 hemos tenido un solo gobierno democrático,
realmente, que no quiso obedecer ordenes de los militares, y duró sólo
tres meses: el del Doctor Héctor J. Cámpora. Tres meses sin presos
políticos, sin estado de sitio, sin represión militar ni policial, con una
justicia real, con un interés verdadero de desarrollo social. Luego, la
masacre de Ezeiza, 1973. Los criminales procedieron con impunidad total.
Ni se investigó ni se castigó a los culpables, cuyos nombres y apellidos
dieron a conocer las mismas FF.AA., autoras del crimen.
EZEIZA -
1973
Cuando Perón y su mujer volvieron al país, un millón de
personas habían concurrido a esperarlo en el aeropuerto de Ezeiza.
Familias enteras, gentes de todas las clases sociales, esperan, tomando
mate, la vuelta de un presidente constitucional, que había sido
violentamente echado de su cargo, hacía ya 18 años. Se pensaba y se
sentía como un triunfo popular sobre las FF.AA., la jerarquía eclesiástica
y el proyecto económico militarista. Todo fue una trampa. Desde el
palco oficial, el grupo de militares y civiles al mando del coronel Osinde
tiraron con armas largas matando a los manifestantes. El coronel dirigió
la masacre. De esta masacre jamás se dio información. Periodistas
hicieron investigaciones al respecto y llegaron a la conclusión de que
todo estaba preparado desde hacía tiempo. La casualidad hace que este
hecho se relacione con la masacre de Cañuelas, ocurrida tres años después,
el 12 de Junio de 1976. Fue en ese club SMATA donde se produce la
quemazón de seis cuerpos, entre los que estaba el del doctor Santiago
Bruschtein, padre de mis hijos, secuestrado el día anterior, 11 de Junio
de 1976. Fue en ese club donde se escondieron las armas que se
utilizaron en la masacre de Ezeiza, nunca aclarada por la justicia de Mª
Estela de Perón y López Rega. No hubo nombres, ni nunca nadie supo
dónde fueron enterrados los allí asesinados. Por relatos de compañeros del
hospital donde ejercía como psicóloga de planta, y que recorrieron en
ambulancias el lugar, supe de cuerpos colgados de los árboles. De cuerpos
de mujeres y niños. Todos NN. Desaparecidos. No fueron los primeros,
tampoco serán los últimos en el país.
TRIPLE "A" (A.A.A.)
En
el año 1974, la viuda de Perón y su ministro de Bienestar Social ensayaron
cuatro métodos represivos con el fin de acallar las protestas de la
población frente a una situación económica e institucional realmente
degradada. Los cuatro métodos puestos a prueba fueron: a)
apresamientos masivos con tortura, sin asesinato b) asesinatos
públicos
1-En los domicilios de las victimas.
El doctor
Silvio Frondizi fue asesinado en su casa, lo mismo que el bebé del rector
de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, doctor Raúl Laguzzi, además de
habitantes de villas de emergencias o trabajadores.
2- En las
calles.
Los asesinatos del padre Mujica, del doctor Ortega Peña, de
Julio Troxler entre otros cientos de víctimas. En esta espantosa situación
se podía rendir homenaje a la víctima y hacer un acto político de su
velatorio para que nadie lo olvide.
c) La desaparición de
personas.
El antecedente histórico es la desaparición de dos
dirigentes metalúrgicos ocurridas en 1962, que provocó gran perplejidad en
la población.
d) Masacres a multitudes: Ezeiza.
En la época
de Mª Estela de Perón y López Rega, las desapariciones llegaron a
seiscientas. La primer fosa común que descubro buscando la desaparición
de la primera desaparecida de mi familia, mi hija Aída Leonora Bruschtein
Bonaparte, es obra de esta mujer, que no fue enjuiciada, ni
condenada. Quedará en la historia de nuestras instituciones como
gobernante cruel y corrupta, respaldada siempre por los militares que en
aquella época, con su anuencia, inventaron la Alianza Anticomunista
Argentina -triple A-, a cuyo frente estaba su consejero, López Rega. El
enlace entre la triple A, es decir la presidenta, y los militares, era la
joven oficialidad del ejército, que luego comandaría los grupos de tareas
y regentearía los 365 campos de concentración. El 24 de Marzo de 1976
la escalada represiva se intensifica y extiende sin límites: mujeres
embarazadas, madres jóvenes y mayores, sus hijos e hijas, hombres y
mujeres, sus padres, muchas veces familias enteras..., porque "debía
servir de escarmiento". Así se llega a la escalofriante cifra de 30.000
detenidos-desaparecidos. El silencio fue cada vez mayor. La mentira de
las FF.AA., la indiferencia de la jerarquía eclesiástica y la cobardía de
algunos políticos llegó a ser
desesperante.
MALVINAS
La última represión masiva que
hubo en mi país fue durante la guerra de las Malvinas. La única
guerra. En 1982 la represión había disminuido gracias a las presiones
nacionales e internacionales. Un general borracho tuvo que inventar una
guerra, porque los torturadores no pueden dejar de torturar. En la
guerra de las Malvinas se torturó a los soldaditos. Muchos de los que
murieron lo hicieron a manos de sus superiores, los genocidas que hicieron
desaparecer a 30.000 niños, mujeres y hombres. Los mismos que luego se
beneficiarían por la ley de "Obediencia Debida", a pesar de haber sido
condenados en un juicio ejemplar, sin precedentes en la historia. Los
nazis fueron juzgados por los aliados mientras el pueblo alemán miraba
hacia otro lado. La ley de "Obediencia Debida" fue sancionada durante
el mandato del presidente Alfonsín, el mismo que posibilitó el "Nunca
Más". Por toda esta historia, y por el análisis de la realidad nacional
e internacional, es que proponemos la disolución de las FF.AA., autora
durante años - e intensificados en la década del 70- de crímenes
calificados como de "lesa humanidad". Proponemos su disolución, previa
declaración de sus crímenes a través de un nuevo juicio internacional,
puesto que han sido muchos los miembros de otras nacionalidades que fueron
desaparecidos y asesinados durante esta década. Entre ellos, cientos de
españoles. Puedo afirmar que en general las FF.AA. de todos los países,
y a través de la historia, sólo han conseguido un tratado genial sobre
ajedrez, escrito por Clausewitz, donde los cuadros blancos y negros se
concretizaron en campos de batalla para la mente militarista, incapaz por
siglos de simbolización.
LA IGLESIA
En la Argentina,
país de contradicciones, sería extraño que la iglesia permaneciera fuera
de estas. Para el común de la gente, la iglesia, católica, más bien su
jerarquía eclesiástica, está dividida entre la voracidad económica y
paranoica, y los que abogan con espíritu cristiano y con valentía por dos
deudas que tienen para con la sociedad: decir la verdad sobre la masacre
al pueblo argentino, de la que fueron cómplices. Y estar al lado de los
miserables, los que padecemos miseria, y no del lado de la corrupción
política y económica. [...] El obispo emérito de Viedma, Miguel
Hesayne, solidario con las madres desde siempre, declaró que "no puede ser
cristiano quien impulsa un sistema que es anticristiano".
LA
IMPUNIDAD
Las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final
creadas por el presidente Alfonsín, sumados a los Indultos del presidente
Menem, han iniciado el camino de la construcción de la impunidad. Una
impunidad que diluye el proyecto democrático, genera una escalada criminal
incontenible, y da cobertura y recurso para la protección de la corrupción
política en todos los estamentos de gobierno. El poder que el
presidente tiene para elegir los jueces define la injusticia. Hace
ineficaz la existencia de los diferentes poderes: legislativo, además del
judicial. A esto se agrega la intervención de la jerarquía eclesiástica,
equivalente a órgano de estado. El efecto en la población es de
impotencia y desesperanza. La vigencia de la injusticia social, la
disminución brutal de la calidad en la educación y de la posibilidad de
acceso a la misma, así como a la salud, hacen que debamos calificar a este
plan económico como atrozmente despiadado y asesino. Y en medio de este
panorama, es imprescindible que nosotras sigamos reclamando la Verdad, la
Justicia y la Memoria. Nosotras seguimos exigiendo Verdad, que
significa conocer esta historia de represiones, necesitamos saber todo.
Porque esto volverá, si los genocidas se mantienen en silencio, como lo
han hecho hasta ahora, salvo impresionantes excepciones, unas diferentes
de otras. Que hablen, cada quien como pueda. Queremos justicia, no el
poder maligno que provoca la impunidad. Entre nosotras ya no hay
menores de 65 años. Esto quiere decir que estamos más cerca de la muerte
que naturalmente sobrevendrá... Naturalmente... ¿Con tanto silencio sobre
el destino de nuestros hijos? Nunca será natural. Reclamo el derecho a
morir con el pleno conocimiento de la verdad. Muchas de nosotras hemos
sido testigos y hemos tenido conciencia de la escalada represiva. A
veces nos provoca sonrisas, otras asombro, por las respuestas a preguntas
como: "¿Dónde estabas vos cuando yo vivaba a Perón en la manifestación del
47?" "Visitando a mi padre, que estaba preso por defender la justicia",
puede ser la contestación. Y sin embargo, son esas diferencias que nos
permiten reconstruir un pasado y transformar la anécdota en
hecho. Muchas de nosotras han sido protagonistas de movimientos
políticos, estudiantiles y obreros, en la forma más sencilla, de firmas de
desplegados defendiendo la libertad de presos políticos y denunciando la
represión a los trabajadores, o trabajando con las poblaciones más
carenciadas de las llamadas villas miseria. En Línea Fundadora, hay
madres como la que les habla, con un pasado de actividad política-social,
de lucha feminista y de trabajo profesional. Tenía una identidad
anterior a esta dolorosa, terrible, de madre de desaparecidos. Estaba
embarazada de siete meses de mi bebé menor, mi Irene Mónica, cuando veía
volar sobre mi casa, en Morón, ciudad sede de la base aérea, los aviones
cargando las bombas. Recuerdo que tomé a mis tres hijos,-cada uno se
lleva 18 meses: 9 de embarazo, 9 de lactancia-, y nos metimos en nuestra
casa, queriendo creer que una simple estructura iba a protegernos de las
enormes bombas que trasladaban los aviones a la Plaza. Ustedes han
pasado una guerra. Saben de eso. En la Argentina no hubo guerra. Siempre
fue una represión a ciudadanas y ciudadanos sorprendidos por lo desmedido
del ataque y totalmente indefensos. Dice el ensayista argentino José
Maria Pasquini Durán en su libro: "Por lo pronto el futuro es un Problema
mundial. La guerra civil en la ex-Yugoeslavia, entre bosnios, serbios y
musulmanes, arrasó con su brutalidad todo lo imaginario del terror, pero
igual uno se queda con la sensación que tal vez mañana suceda algo
peor[...]". Y más adelante, agrega: "En los titulares de los diarios de
hoy, cualquier lector atento encontrará rastros de las actividades de los
tres mayores poderes de este tiempo: narcotráfico, terrorismo
étnico-religioso, y capital financiero-especulativo. Hay puntos de
contacto entre ellos: el tráfico de armas, el blanqueo de capitales
ilegales, la corrupción de los poderes públicos. ¿Qué podría suceder si
deciden darse reciprocas protecciones?" [...]Hemos sostenido que
jamás pediríamos la pena de muerte, aun cuando estas sean para condenar a
los asesinos de nuestros hijos. Debe haber un juicio y una condena
ejemplar y pública. Sé que esta afirmación se ha interpretado como una
debilidad, como una claudicación. Pero nadie podrá comprender jamás
todo el esfuerzo que hemos debido hacer con nosotras mismas para no
convertirnos, nosotras, en asesinas bajo el pretexto de la
venganza.
Laura Bonaparte de Bruschtein
Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora (Página de
Internet).
Un hombre
incorruptible
Por Osvaldo
Bayer
En esta sociedad argentina tan confusa, los dos populismos
-el radicalismo y el peronismo- que nos gobiernan desde siempre (con las
interrupciones militares "ordenadoras" habituales) parecería que hubieran
borrado para siempre todas las fronteras de las definiciones. Pero, como
excepciones, hay figuras que pese a todo ayudan a redefinir los valores.
Una de ellas -una de las más firmes, sin duda, de "piedra"- es Agustín
Tosco. Y lo es porque surge de un sector que, junto al político, es uno de
los más confusos, o que confunde más, de nuestra sociedad: el
sindicalismo. El sindicalismo a partir de 1943 comienza a transgredir lo
que tendría que haber sido su derrotero. Se inicia en la coparticipación
del poder, y poder significa también corrupción. Se hace
participacionista, conciliador, artífice para no quebrar el equilibrio en
la sociedad capitalista. Entra con todo en el populismo. Cambia, grita,
sale a la calle, para dejar todo como estaba. Tosco es la antítesis, es
el dirigente sindical antiburocrático, el auténtico dirigente obrero que
no sólo cuida y representa los intereses de los trabajadores sino que
además busca un camino para una sociedad justa. Es decir, que su acción y
pensamiento no quedan en una labor limitada a discutir convenios o leyes,
sino que, con persistencia, va buscando caminos y procederes que lo ayuden
a terminar con el sistema de pedidos y dádivas. Para luego ya pretender,
como búsqueda máxima, que todo el sistema se afirme en estructuras
igualitarias. En esa época argentina, Tosco es una "rara avis". Valentía,
honestidad, perspicacia, calma, capacidad para el debate. Ni obedecía
directivas partidarias ni participaba en el banquete constante. La
contrapartida definida es el dirigente neoperonista Vandor. Una especie de
"manager" de la relación Estado-Capital-Trabajo. Es una época clave
aquella de los sesenta, en la que la bala, el bastón largo, los oficios de
los servicios de informaciones y los militares en el poder dominarán la
escena. Tal vez, la cualidad más alta de Tosco era no entrar en
internas, en discusiones interminables sobre personalismos o directivas de
secta. Cuando la clase obrera salía a la calle, él no rehuía la primera
fila, lo tomaba como algo natural, frente a los uniformados del sistema y
sus bastones o balas. Con él se da la palabra, el valor de la palabra.
Lo escuché hablar en un congreso obrero. Por supuesto, Tosco estaba en
minoría y su palabra creaba el silencio a su alrededor. Se lo escuchaba.
Hasta los provocadores pagados por la burocracia acallaban sus abucheos o
sus coros de "Perón, Perón" como único argumento para tapar el debate.
Esos eran los mejores momentos de Agustín Tosco. No necesitaba elevar el
nivel de voz porque hablaba con la verdad. Sus conceptos eran simples: ni
los juegos florales para hacer creer lo que nadie creía ni el personalismo
demagógico acostumbrado de los dirigentes con puesto asegurado. Noble,
firme. Nada mejor para demostrar que todas estas palabras sentidas que
estoy volcando aquí no son mera alabanza circunstancial es leer sus
escritos. Un dirigente obrero para libro de láminas. Ese es el patrón;
ése, el gobernante; ése, el policía; ése, el militar; ése, el obrero: todo
bien definido. Tosco es todo lo contrario del fanático adoctrinado:
"Siempre es necesario encontrar las coincidencias para la acción y para la
lucha en base a la unidad. Con ello lograremos los triunfos que anhelamos.
Como lo enseña la historia del movimiento obrero". Lo pensó, lo escribió y
lo llevó a cabo. La eterna burocracia sindical de los Triaca y los Daer
rehúye la figura de Tosco. El peronismo oficial no habla de él. Se
cumplieron los 25 años de su muerte y poco eco tuvo el recuerdo en los
medios. Sigue siendo la figura de centros de estudiantes, de sindicatos no
burocráticos, de agrupaciones opositoras a los pasillos ministeriales. Su
figura tiene el halo de aquellos sindicalistas fundadores de principios de
siglo, que fueron capaces de levantar sociedades obreras en los pueblitos
más aislados de la pampa, o entre los colocadores de vías del norte, el
oeste y el litoral. Aquellos que no se contentaban sólo con dar las
directivas que venían de la capital sino que acataban las asambleas,
después de escuchar también al analfabeto y al extranjero que refundía
nuevos idiomas. Al recordar a Tosco no se puede caer en el
personalismo, no se corre ese peligro. Porque no hacía milagros ni era el
gran prometedor ni repartía pan dulce ni estampitas de Luján. El era lo
que los demás resolvían -pero siempre dando su opinión- y luego se
marchaba en la misma dirección. No dirigió sino que acompañó las
explosiones populares, aunque iba, claro, en primera fila porque allí lo
querían ver los hombres y mujeres de buena voluntad. Y porque él era un
heredero del peligro que habían sufrido permanentemente aquellos obreros
que encabezaron las filas de 1902 donde cayó el obrero marítimo Ocampo
ante las balas uniformadas de los poderosos de los toros Shorton y de las
vacas Holando-Argentino, con sus representantes galerudos de la Casa
Rosada; o en la Plaza Lorea, en 1909, por las ocho horas de trabajo,
atacados con la máxima de las cobardías por el máximo héroe de la Policía,
el asesino nato coronel Ramón Falcón. Tosco en primera fila en la
manifestación del pueblo frente a los máuseres de Onganía, el general
gris, con la eterna tristeza del egoísta. Tosco en las cárceles, en esas
celdas todas solidaridad frente a la tortura y la raza de ratas de los
guardiacárceles. Tosco escribía ya en 1969, en pleno esplendor
neofranquista del onganiato estas palabras profundas, estas verdades
profundamente dolorosas por lo reales: "Porque es cierto que en nuestro
país la miseria margina a grandes grupos humanos. En la ciudad y en el
campo. La existencia de las villas miseria son una prueba elocuente de la
explotación del hombre por el hombre. La otra cara del lujo y la
suntuosidad. La expresión más dramática de la falta de humanismo, donde la
desnutrición, la enfermedad, el analfabetismo, la promiscuidad no son
cualidades específicas de sus habitantes, sino consecuencias, efectos de
la riqueza acumulada o despilfarrada por los sectores que gozan de todos
los privilegios. "Porque es cierto que en nuestro país muchas familias
no encuentran posibilidades de educación para sus hijos. Así, por falta de
recursos económicos, como por la insuficiencia de escuelas, como por la
carencia de bancos. Por lo oneroso que resulta cada vez más el precio del
transporte, de los útiles y libros escolares, de la indumentaria, de las
cooperadoras. "Porque es cierto que en nuestro país se traba el justo
reclamo de la juventud para su capacitación técnica o cultural, por sus
problemas económicos, por la imposición de aranceles cada vez mayores, por
el selectivismo, el limitacionismo y la falta de perspectivas
posteriores. "Porque es cierto que en nuestro país la mujer no tiene
igualdad de derechos, aun en las limitaciones de los mismos que goza el
hombre. Y es sabido que sobre ellas es donde recae la mayor explotación
económica, tanto en las tareas rurales, como en el comercio, la industria
o los servicios. "Porque es cierto que en nuestro país los hombres y
mujeres del campo están sometidos a explotación cuando trabajan, en
especial en los ingenios, actividad forestal, frutícola, cerealera, y
sobreviven en la indigencia en los períodos de receso, sin perspectivas de
colocar su capacidad de trabajo en otras ocupaciones. "Porque es cierto
que en nuestro país la mayoría de quienes gozan de ingresos medianos no
tiene otras perspectivas que el estancamiento o la proletarización, salvo
el pequeño núcleo de ejecutivos cuya condición de promoción está
supeditada a su identificación con políticas empresariales de contenido
regresivo. "Porque es cierto que en nuestro país la falta de desarrollo
económico obliga al éxodo de especialistas, técnicos y profesionales que
no encuentran ocupación para aplicar sus conocimientos. "Porque es
cierto que en nuestro país a medida que pasa el tiempo se va acentuando la
absorción, el copamiento o la transferencia de las empresas nacionales,
públicas y privadas a los grandes monopolios extranjeros o a su
supeditación y condicionamiento a los intereses de los grandes organismos
financieros internacionales como el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo, puestos al servicio de la dominación yanqui
en América latina. "Porque es cierto que en nuestro país todo eso
origina la frustración de legítimas aspiraciones y crea un clima de
angustia colectiva." Esto Tosco lo escribió hace treinta y un años,
apenas acabado el Cordobazo. Parece escrito hoy. Es nuestra realidad de
hoy. Nótese su claridad, su estilo llano. Entre todas las publicaciones de
la burocracia sindical cegetista no encontramos absolutamente nada que
pueda parecerse a este análisis del obrero lucifuercista. Un dirigente
sindical de overol lucha en la calle y habla en la asamblea. Qué mejor
análisis político sociológico sobre este luchador que sus propias
palabras. No hay nada que interpretar, la historia le ha dado razón y le
sigue dando la razón. Agustín Tosco es uno de los más nítidos Hijos del
Pueblo. Ese nombre se les daba, a principios de siglo, en las
organizaciones obreras, a quienes habían dado toda su vida por la
solidaridad, por la dignidad. Su retrato tendría que colgarse en todos los
sindicatos del país y más, por sus manos limpias y la pureza de su
pensamiento, en todos los colegios y universidades del pueblo. Tosco
murió perseguido por la mafia criminal de López Rega y sus peronistas de
derecha, muchos de ellos de la burocracia sindical, aliados con el
Ejército y los servicios de informaciones. No lograron encontrarlo, pero a
su refugio no pudieron llegar los medicamentos y tratamientos que
necesitaba. Fue una víctima más, uno más de los mejores de los tantos que
cayeron en esos años. En el prólogo al Cordobazo de Juan Carlos Cena
tomo una expresión de Américo Melchor González que, por su sencillez,
concisión y claridad, lo dice todo, y es la mejor definición de Agustín
Tosco: "A Tosco lo odiaban porque era un incorruptible". Sabemos lo que
cuesta en la Argentina ser un incorruptible. Un incorruptible en la
sociedad esencialmente corrupta. Si Tosco volviera a ver la luz hoy con
los piqueteros hambrientos en la ruta, con los horarios de trabajo
establecidos nada más que por el patrón, con las ancianas mujeres
desdentadas de los basurales y los niños argentinos comiendo la basura que
tiran los Mac Donald's, se pondría organizar otro Cordobazo con todo el
pueblo solidario. Tal vez le costaría años, pero él no se daría por
vencido. No, entraría en la Universidad Popular de las Madres y daría
una clase magistral sobre cómo organizar la resistencia de los pueblos y
acabar con el monólogo de Machinea sobre la obediencia debida al FMI y al
Banco Mundial. A la violencia de arriba, la palabra de protesta de abajo;
a la bala represora, el puño cerrado y la piedra en defensa del
derecho. La violencia actual de los poderes económicos y sus amanuenses
políticos hará nacer irreversiblemente, en las calles, el progreso que
traerán cien nuevos Toscos. Los Toscos no se extinguen, se
repiten.
Página/12-15 de diciembre
de 2000
Detrás de la historia
Por Fernanda Juárez
El Espejo de
Argentina y el Mundo. Argentina, mayo del 2001. Documental: los
convulsionados años 70 emergen y se plasman en el trabajo que está
preparando el cineasta Adrián Jaime sobre la militancia política en el PRT
(Partido Revolucionario de los Trabajadores).
Desde hace tres
años Adrián Jaime viene trabajando en la realización de Los perros, un
documental que tiene como eje central la irrupción del PRT (brazo político
del ERP, Ejército Revolucionario del Pueblo) en el escenario político
argentino. A contrapelo de lo que promociona la historia oficial, este
joven director cinematográfico se sumergió en los años 70 para rescatar
"la experiencia fantástica de aquel proceso revolucionario, como algo
verdaderamente transformador". El equipo realizativo -integrado
por Marina Jasovich, Claudina Peralta (producción), Pablo Género
(archivo), Daniela Acacia (fotografía) y Alicia Cáceres (asistente de
dirección), entre otros- tiene su sede en Córdoba, desde donde desarrolló
un intenso trabajo que incluye la articulación de escenarios dispersos, la
búsqueda de archivos, el contacto con ex militantes y familiares.
"Laburamos con archivos fotográficos, fílmicos, sonoros, periódicos de la
época, revistas y una cantidad de material que no siempre está al alcance
de las oficinas públicas, sino que por ahí son archivos personales que se
buscan de otra forma", dice Adrián Jaime, sin olvidar que la dictadura
militar barrió con gran parte de esta información. Los esfuerzos se
multiplican para rastrear las pasiones que movilizaron al militante de la
época hacia la búsqueda de una transformación de la realidad y provocaron
un cambio radical en las prácticas cotidianas de vida. "Esa transformación
de la vida tiene un motor muy fuerte que no está explicado en las
historias cronológicas", afirma el director, al mismo tiempo que enuncia
las preguntas disparadoras del trabajo: "¿cómo es que ese hombre entregaba
la vida?, ¿cómo la vida de esta gente se fue transformando?". Los
perros se inscribe en el marco de un proyecto mayor acerca de la
experiencia desplegada en los años setenta, tanto en el plano político
como sindical. En este aspecto, la propuesta cuenta con el antecedente de
Tosco, grito de piedra, un documental sobre la paradigmática figura de
Agustín Tosco. Este trabajo, que participó en el Festival de Cine de La
Habana (1998), en el Festival de Cine Independiente de buenos Aires, en el
Festival de Trieste y que ganó varios premios a nivel nacional e
internacional, marcó el inicio de Adrián Jaime como director y le dio las
fuerzas para continuar con su iniciativa. En el camino de
reconstruir desde el presente la dimensión política de un proyecto, el PRT
se presenta como una forma de resistencia a la opresión. "No fue
únicamente una experiencia armada; fue una experiencia fabril,
estudiantil, barrial, intelectual, donde la política comenzó a ser usada
como un instrumento liberador de las potencialidades creadoras del
hombre", afirma el documentalista. En esta reconstrucción Córdoba
juega un papel central, tanto por la complejidad que adquirieron las
organizaciones políticas durante esa etapa como por el espacio que abrió
el Cordobazo. Si bien la idea no es posicionar el documental sobre
Córdoba, Adrián Jaime establece que la ciudad mediterránea marca un peso
muy fuerte sobre esta experiencia política: "nosotros vamos a entrevistar
a gente que militó o tuvo alguna relación con Córdoba, también para que
entre los cordobeses haya un reflejo de lo que fue esa época". El
equipo realizador prevé llevar a cabo, además, grabaciones en Buenos
Aires, Santiago del Estero, Nicaragua, México y Cuba. El proyecto
actualmente se está co-produciendo con Cuba -que cedió material de
archivo- y cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba Cultura y la Escuela
de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba. También se sumó la
aprobación de los cineastas que participaron del grupo Cine de Base de
Raymundo Gleyser, el grupo Boedo Films, y el documentalista Fernando
Birri. Con el compromiso de algunas organizaciones políticas,
gremios y familiares de militantes -que se movilizaron para que el
documental se concrete- y superada la instancia de investigación, el
director espera terminar el proyecto a fines de este año. Buceando en un
espacio clave de nuestro pasado donde se condensaron pasiones, ideales y
utopías, Adrián Jaime promete con Los perros rescatar desde el presente
una mirada sobre aquello que se esconde detrás de las historias
oficiales.
La Insignia, agosto de
2001.
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