Capítulo 18  

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Estos documentos fueron tomados de los originales (como el caso de la Tesis política del FRIP) o de diversas publicaciones, cuya referencia se coloca al pie de cada uno. En todos los casos fue respetada su redacción original, incluyendo errores de tipeado u ortografía, tal como fueron difundidos en su oportunidad.

El proletariado rural: detonante de la Revolución Argentina

Tesis política del FRIP


Autor: Francisco René Santucho
Editado por la Secretaría Ideológica del FRIP
(Frente Revolucionario Indoamericano Popular)
NORTE ARGENTINO - 1964

TESIS I

La República Argentina es un país semicolonial seudoindustrializado

Caracterizamos a la Argentina como un país semicolonial seudoindustrializado. No es como sostienen algunos teóricos burgueses, y también algunos de izquierda, que la Argentina se encuentre en un desarrollo capitalista "clásico", es decir, no es que nuestro país haya llegado a través del desarrollo de sus fuerzas productivas al capitalismo y de lo que se trata ahora sea de desbrozar el camino de las supervivencias feudales para un amplio desarrollo de ese capitalismo, esto es, que la burguesía argentina realice la inconclusa revolución democrático-burguesa.
La industrialización, mejor dicho, la seudoindustrialiazación de la Argentina, es promovida por el imperialismo. No es el resultado de una nueva clase en ascenso, de una burguesía nacional con intereses en el mercado interno, vale decir con intereses nacionales, sino que es el producto de nuevas formas de explotación de los países coloniales a que ha echado mano el imperialismo. Este, sin abandonar su rapiña financiera, explota económicamente a los países coloniales y semicoloniales, se introduce con industrias -la seudoindustrialización- en la estructura económica de estos países, pasa a ser un factor interno en su desarrollo. No se limita a explotarnos en el comercio internacional, a vendernos productos manufacturados, sino que ahora los produce en nuestros propios países, con mano de obra barata, sin impuestos, sin competencia, en condiciones óptimas, extrayendo ganancias cada vez más fabulosas.
En el proceso de penetración, el imperialismo entrelaza sus intereses con los de la gran burguesía nacional y con la oligarquía terrateniente. Las convierte en sus socias menores, se inserta en las viejas formas de producción sin transformar con detenimiento la estructura económica. No desarrolla plenamente las industrias productoras de medios de producción -maquinaria pesada etcétera- que habrán de sostener el posterior crecimiento de los sectores industriales ligados a la producción de bienes de consumo -que en nuestro país sobrepasa a la de bienes de producción- sino que deja intacto el poder de sus aliados -la gran burguesía industrial y rural y la oligarquía terrateniente- dándose entonces, en la sociedad política, una coparticipación en el poder de las clases dominantes, pese a las fricciones circunstanciales, y el aguzamiento en momentos de crisis, de las contradicciones interburguesas. El imperialismo, por otro lado, se favorece ante esta situación, porque sigue obteniendo altos rendimientos con sus inversiones, y porque al mantener las viejas formas de explotación agraria -originadas por la división internacional del trabajo en la fase de predominancia del imperialismo mercantilista, exportador de manufactura- mantiene nuestros lazos de dependencia con el mercado internacional, todo lo cual indica que de ninguna manera la industrialización por sí sola juega un papel progresista en nuestros países.
Todo lo contrario, la industrialización, la seudoindustrialización, refuerza nuestros lazos de dependencia, significa un aumento del grado de explotación de nuestro pueblo.


TESIS II

La burguesía nacional en su conjunto, es incapaz de luchar por la liquidación de la dependencia en nuestra patria o por un desarrollo nacional e independiente. Sólo sectores minoritarios -la pequeña y mediana burguesía industrial- pueden jugar un papel de aliados circunstanciales con el proletariado en la lucha antiimperialista.

Pero el imperialismo se limita a controlar las industrias más importantes; estas requieren de la colaboración de un gran número de industrias subsidiarias pequeñas y medianas, las que quedan en manos de la burguesía nacional con intereses opuestos a los del imperialismo, lo mismo que la burguesía comercial menor, interesada en la expansión del consumo nacional. De esta manera la seudoindustrialización provoca la existencia de tres sectores burgueses:
1º) LA GRAN BURGUESÍA, aliada incondicional del imperialismo, cuyas ganancias comparte como socio menor, la que constituye por otra parte, el sector más importante y representativo de la burguesía nacional.
2º) LA BURGUESÍA COMERCIAL MEDIANA Y PEQUEÑA, no ligada al comercio internacional.
3º) LA BURGUESÍA DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS INDUSTRIAS.
Estos dos últimos sectores de la burguesía nacional son opuestos en sus intereses al imperialismo, pues necesitan de la ampliación del mercado interno y del aumento del poder adquisitivo de todo el pueblo, constituyéndose entonces en aliados circunstanciales del proletariado, que pueden incorporarse circunstancialmente a su lucha. Pero su debilidad y el hecho de tender hacia su fusión con el capital imperialista, despoja de iniciativa propia, de capacidad revolucionaria a estos dos sectores. Sólo se incorporarán circunstancialmente a la lucha antiimperialista que encabece el proletariado. En resumen, por sus vinculaciones económicas, la burguesía nacional está incapacitada -como lo demuestra la historia de los últimos treinta años- para imprimir a la nación un desarrollo capitalista independiente para cumplir las tareas democráticas que están aún a la orden del día para el desarrollo nacional. Estas vinculaciones económicas unen los intereses de la burguesía industrial con los de la oligarquía terrateniente, vinculada tradicionalmente a los monopolios de la carne, cereales y otros productos primarios, y a los consorcios financieros imperialistas, lo que la ata completamente para realizar la reforma agraria y liberar al país de la dependencia exterior, tareas básicas sin las cuales no es posible el desarrollo económico.

TESIS III

La seudoindustralización acentúa los desniveles regionales, y aumenta la superexplotación de los obreros de las zonas coloniales más atrasadas.

El imperialismo, al introducirse como factor estructural en el desarrollo de la economía argentina promoviendo la desindustrialización, ha acentuado los desniveles regionales, al desarrollar unilateralmente la zona portuaria en detrimento del interior. En este sentido, al centrar el establecimiento de "islotes industriales" principalmente en buenos Aires y el Litoral, provoca un crecimiento desmesurado de esa región con relación a otras zonas interiores. Y a la vez que acrecienta el proletariado industrial, establece en la región formas sociales más avanzadas, posibilitando la existencia de sectores obreros privilegiados. Sin embargo, el imperialismo mantiene la explotación colonial en las industrias primarias. Es por ello que la explotación de la clase obrera cobra características de superexplotación de las masas trabajadoras más atrasadas y ocupadas en actividades primarias. Es por ello que la explotación de la clase obrera cobra características de superexplotación de las masas trabajadoras más atrasadas y ocupadas en actividades primarias. Tal es el caso de los obreros azucareros, mineros, forestales, peones agrarios, etcétera.

TESIS IV

La burocracia sindical centralizada en buenos Aires es el principal obstáculo para el desarrollo del proletariado, y debe enfrentársela sobre la base del movimiento obrero del interior.

Para defender sus intereses profesionales, los obreros se organizan sindicalmente. El sindicato es entonces un aparato administrativo que el proletariado debe desarrollar para su lucha económica por sus reivindicaciones gremiales. Y como todo aparato administrativo es propenso a la burocratización, a un desarrollo exagerado que lo aleja de los intereses de las masas, creando sus propios intereses.
La presencia de sectores privilegiados en el seno de la clase trabajadora, centralizados en los grandes núcleos industriales proporciona una base social inmejorable, son el caldo de cultivo para la burocratización, para la consolidación de un poderoso aparato burocrático.
La inexistencia de un partido revolucionario capaz de someter la lucha económica a una lucha política revolucionaria, capaz de llevar al proletariado a superar las limitaciones de las reivindicaciones puramente económicas, también ha favorecido el fortalecimiento de la burocracia.
Estos son los factores que han permitido la formación de la poderosa burocracia que hace de dique de contención al proletariado y que éste debe liquidar en su ascenso revolucionario. Así, la burocracia centralizada en buenos Aires, controlando al conjunto del Movimiento Obrero a través del aparato cegetista, cumple su nefasto papel de desviar, de contener al proletariado, y como tal, debe ser combatida sin descanso por el Partido de la Revolución, dirección política de la clase obrera.

TESIS V

En la República Argentina, el eslabón más débil de la cadena es el Norte Argentino.

La existencia en el país de zonas económicas netamente diferenciadas, origina distintas relaciones de producción. Se pueden distinguir en forma global dos zonas.
1ª) Una zona avanzada, con gran crecimiento industrial y gran desarrollo capitalista en el campo.
2ª) Una zona colonial, subdesarrollada, con formas atrasadas de producción y asiento del sector industrial de actividad primaria. Tal es el caso del Norte, Cuyo y la Mesopotamia.
Estos desniveles regionales plantean a la vanguardia problemas tácticos, programáticos y formas de trabajo político que deben medirse cuidadosamente para el posterior planteo de la táctica insurreccional.
La existencia de estas zonas diferenciadas, genera distintos sectores y permite delimitar el sector de la clase obrera que se encuentra afectado en la zona colonial, soportando de manera más aguda las contradicciones del sistema capitalista. En el Norte, existe un numeroso proletariado rural afectado en sus relaciones con la oligarquía azucarera -sin tradición de burguesía aunque emplee las formas racionales de la explotación capitalista-, con el imperialismo que controla el paquete accionario de muchos ingenios, perteneciéndole la totalidad de algunos, con la burguesía forestal que aún continúa utilizando en el seno del obraje las antiguas formas de pagos con vales, giros, etcétera. Este proletariado rural es sometido allí a una cruel explotación.
Es en el Noroeste donde al no darse un acentuado desarrollo capitalista no se ha originado el crecimiento de las capas medias, y donde la diferenciación social, la existencia de ostensibles desniveles en el ingreso es más evidente. Es en el Noroeste donde el aparato de represión del Estado burgués es más débil, no habiendo desarrollado las clases dominantes las vías institucionales para incorporar a los sectores explotados dentro de los marcos del sistema, mejorando en algo sus condiciones de vida, amortiguando la lucha de clases. Es en el Noroeste el lugar donde el peso contrarrevolucionario de la burocracia sindical es menor, a diferencia de lo que ocurre en los grandes centros urbanos.
Estas características establecen: 1º.- Existen condiciones objetivas de superexplotación del proletariado rural. 2º.- Las posibilidades de desarrollo del FRIP entre el proletariado rural son óptimas.
La permanencia de éstas condiciones y la imposibilidad de la burguesía de suprimirla, provocando un ensanchamiento temporario de los marcos del sistema capitalista, incorporando en ese proceso a través de otros modos de integración social al proletariado rural, determina que el Noroeste sea el eslabón más débil de la cadena, el nudo que habrá de romper el FRIP, poniendo a las masas en combate, haciendo funcionar el motor humano de la revolución.

TESIS VI

El proletariado rural, con su vanguardia y el proletariado azucarero es el detonante de la Revolución Argentina.

El proletariado del Noroeste está constituido en su inmensa mayoría por el proletariado rural, el proletariado ocupado en actividades primarias, localizado en zonas rurales, en el azúcar, la explotación forestal, las minas, el algodón, etcétera. Este proletariado alcanza a 400 mil trabajadores y cuenta con el proletariado azucarero nucleado en la FOTIA como vanguardia natural. También está la FOSIF, que nuclea al proletariado forestal de SDE, numerosos sindicatos mineros, peones agrarios (FATRE), petroleros, etcétera.
La tradición de lucha del proletariado rural encuentra su expresión en el proletariado rural tucumano, con un alto grado de politización, de conciencia de clase, los trabajadores azucareros han señalado en reiteradas oportunidades el camino de la lucha al resto de la clase obrera argentina. Han llevado a su más alto nivel de combatividad el método más avanzado de combate espontáneo alcanzado por la clase obrera argentina: la ocupación de fábricas. En la última huelga por mejoras salariales, el gobierno provincial debió recurrir a la Gendarmería Nacional por resultarle insuficiente la policía para detener la movilización azucarera. La FOTIA agremia a 90 mil obreros con sus familias. El proletariado azucarero cuenta además con otra poderosa arma: la concentración. Tucumán es la provincia con mayor cantidad de habitantes por Km cuadrado.
El resto del proletariado rural del Noroeste argentino tiene la característica común de que el grado de explotación a que se ve sometido lo obliga a buscar permanentemente una salida, una modificación sustancial, no puede aguantar por más tiempo. Pero a diferencia del proletariado azucarero, no se encuentra ni tan concentrado ni tan politizado, por el contrario, ha sido abandonado por toda la izquierda cuya prédica nunca se hizo escuchar. Y está listo para despertar, esperando quien lo dirija para ponerse en movimiento. La lucha del proletariado azucarero encabezado por la FOTIA, confirma la tesis de los desniveles regionales, de la existencia de una zona colonial-capitalista, en donde se agudizan críticamente las contradicciones no resueltas en el desarrollo capitalista por la burguesía. Y es de señalar que esta lucha quedó reducida a los límites del sistema capitalista por la ausencia de una vanguardia esclarecida que indique desde fuera de FOTIA una estrategia revolucionaria, llevando a la clase obrera a una abierta lucha contra el régimen.

TESIS VII

En toda Indoamérica, el proletariado rural es el sector más combativo de la clase obrera por su carácter de enemigo irreconciliable del imperialismo y por la superexplotación a que se ve sometido.

Las características enunciadas del proletariado rural así como la importancia del problema regional, no son exclusivas de la Argentina sino que es una característica general en toda Indoamérica. En la mayoría de los países latinoamericanos el sector más combativo de la clase obrera es el proletariado rural, pues sobre él cae el mayor peso de toda la explotación -mineros, cafetaleros, bananeros, azucareros, etcétera.

TESIS VIII

El papel del proletariado urbano en el proceso de la revolución argentina no se desmerece por el carácter detonante, iniciador de la revolución que posee el proletariado rural.

La afirmación que antecede, señalando al proletariado rural como detonante de la revolución, no significa de manera alguna un desmerecimiento o subestimación para el rol del proletariado urbano en la revolución. La clase obrera forma un conjunto, es una totalidad y como tal e la clase más revolucionaria de la sociedad, la que representa el futuro, la que dirigirá a todo el pueblo en la liquidación del capitalismo y la instauración del socialismo. Sobre todo en la construcción del socialismo los obreros urbanos tendrán una importancia primordial por su preparación, por su número, pero en el proceso revolucionario en su faz inicial el destacamento de vanguardia de la clase obrera será el proletariado rural.


TESIS IX

El proletariado rural incorporará fácilmente al campesinado a la lucha por la liberación nacional y social.

Por los profundos lazos que unen al proletariado rural con el campesinado, el primero se encuentra en inmejorables condiciones para sellar la alianza obrero-campesina y arrastrarlo junto a él. Los obreros rurales están unidos a los campesinos por lazos familiares y locales. Son hijos, hermanos, vecinos. Ese hecho facilita enormemente su influencia sobre el campesinado: este es otro rasgo que otorga al proletariado rural el papel de mayor importancia en el proceso revolucionario.
Los campesinos explotados en el mercado, tienen intereses contrapuestos en la burguesía, la oligarquía y el imperialismo. Están por eso dispuestos a luchar contra ellos; mas por su carácter de clase, son incapaces de llevar adelante una lucha consecuente y por su heterogeneidad, por dispersión geográfica, no están en condiciones de constituir por sí solos una fuerza capaz de combatir abiertamente contra el régimen. Así el papel del campesinado en la Revolución Argentina es el de compañero, aliado, apoyo del proletariado. Sin embargo, es necesario ganarlo por esa alianza y el proletariado rural estará en inmejorables condiciones para conseguirlo.
Debemos señalar que en lo que respecta al resto de Indoamérica, tal como lo señala la experiencia peruana, mexicana, cubana, el campesinado disputa el liderazgo de la revolución al proletariado e incluso ha resultado terreno propicio -como lo enseña la revolución cubana y la formación del FIR en el Perú- para el desarrollo de una vanguardia revolucionaria.

TESIS X

El FRIP como vanguardia en construcción de la Revolución Argentina, debe dirigir su trabajo de desarrollo sobre la base social de los trabajadores rurales, especialmente sobre la FOTIA y la FOSIF, sin descuidar el trabajo sobre los otros sectores, en especial el proletariado urbano.

Entonces el FRIP debe organizarse como el Estado Mayor de la Revolución Argentina, sobre la base primordial del proletariado rural, especialmente sobre el proletariado azucarero. Debe dirigir sus esfuerzos a consolidarse organizativamente entre el proletariado rural, fundirse con él y con el resto de la clase obrera, ponerse a su cabeza y señalarle el camino de la lucha, el camino de la toma del poder. Sólo un partido revolucionario estructurado sobre esa base social, con una férrea organización, dirección centralizada, completa independencia ideológica y organizativa, estará en condiciones de llevar al pueblo a la victoria, liquidar al imperialismo, al capitalismo, la explotación del hombre por el hombre y abrir a la Argentina, a Indoamérica, el brillante futuro de una sociedad socialista. Y ese partido será el FRIP que constituiremos con nuestras propias manos, con nuestra actividad incansable de revolucionarios. 



Documentos del Padre Camilo Torres

Mensaje a los cristianos

Las convulsiones producidas por los acontecimientos políticos, religiosos y sociales de los últimos tiempos, posiblemente han llevado a los cristianos de Colombia a mucha confusión. Es necesario que en este momento decisivo para nuestra historia, los cristianos estemos firmes alrededor de las bases esenciales de nuestra religión. 
Lo principal en el Catolicismo es el amor al prójimo. "El que ama a su prójimo cumple con su ley." (S. Pablo, Rom. XIII, 8). Este amor, para que sea verdadero, tiene que buscar eficacia. Si la beneficencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado "la caridad", no alcanza a dar de comer a la mayoría de los hambrientos, ni a vestir a la mayoría de los desnudos, ni a enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías. 
Esos medios no los van a buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder, porque generalmente esos medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus privilegios. Por ejemplo, para lograr que haya más trabajo en Colombia, sería mejor que no se sacaran los capitales en forma de dólares y que más bien se invirtieran en el país en fuentes de trabajo. Pero como el peso colombiano se desvaloriza todos los días, los que tienen el dinero y tienen el poder nunca van a prohibir la exportación del dinero, porque exportándolo se libran de la devaluación. 
Es necesario entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres. Esto, si se hace rápidamente es lo esencial de una revolución. La Revolución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia violenta. La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente 
en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos. Es cierto que "no haya autoridad sino de parte de Dios" (S. Pablo, Rom. XXI, 1). Pero Santo Tomás dice que la atribución concreta de la autoridad la hace el pueblo. 
Cuando hay una autoridad en contra del pueblo, esa autoridad no es legítima y se llama tiranía. Los cristianos podemos y debemos luchar contra la tiranía. El gobierno actual es tiránico porque no lo respalda sino el 20% de los electores y porque sus decisiones sales de las minorías privilegiadas. 
Los defectos temporales de la Iglesia no nos deben escandalizar. La Iglesia es humana. Lo importante es creer también que es divina y que si nosotros los cristianos cumplimos con nuestra obligación de amar al prójimo, estamos fortaleciendo a la Iglesia. 
Yo he dejado los privilegios y deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya realizado la Revolución, volveré a ofrecer misa si Dios me lo permite. Creo que así sigo el mandato de Cristo: "Si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas 
de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (S. Mateo v, 23-24). 
Después de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado por el amor al prójimo. 
La lucha es larga, comencemos ya... 

Camilo Torres 
Agosto 3 - 1965. 


Mensaje a las mujeres

La mujer colombiana, como la mujer de todo país subdesarrollado, ha estado siempre en condiciones de inferioridad respecto del hombre y la sociedad. Estas condiciones varían de acuerdo con el nivel de vida de las personas. 
Dentro de la clase popular la mujer tiene muchos deberes de tipo material y casi ningún derecho espiritual. El más alto grado de analfabetismo lo tienen las mujeres de la clase popular. Tienen que trabajar duramente en las ocultas, pero en ocasiones muy duras labores del hogar y de las industrias menores (huertas, cerdos, gallinas, perros, etc.), sin consideración a las incomodidades y responsabilidades de la maternidad.
La mujer de la clase obrera no goza de ninguna protección social y mucho menos legal. Cuando, en un país como el nuestro, el hombre acosado por la miseria, la desocupación y enfrentando a las responsabilidades agobiantes de una familia numerosa, refugiándose falsamente en los vicios, abandona el hogar, la mujer tiene que afrontar todas las cargas de éste. Cuántas casas obreras se encuentran, durante las horas de trabajo, cerradas con un candado por fuera, llenas de niños semidesnudos y semihambrientos que esperan que su madre llegue del trabajo para recibir algo de comer.
La mujer de clase media también es explotada por los patronos. Es posible que, dentro de esa clase, las relaciones con los maridos sean más igualitarias. Sin embargo, estas familias no podrían subsistir sin el trabajo de la mujer y sabemos que la mujer trabajadora, la oficinista, la empleada, sufre explotaciones y presiones de toda clase por parte del patrón.
La mujer de la clase alta tiene que disimular con ociosidad, en juegos de naipes y reuniones sociales, la falta de oportunidades intelectuales y profesionales que existe en nuestra sociedad. En ésta, la fidelidad conyugal no se exige sino a la mujer. La censura no viene sino sobre ella en el caso de que cometa algún error en esta materia. Aunque la ley consagre la igualdad de derechos y deberes, en la realidad esta igualdad no existe.
En la política, los hombres de la clase popular han sido hasta ahora conducidos según el capricho de la oligarquía. La abstención ha sido el primer grito de rebeldía de toda una clase que no confía en las patrañas de la clase dirigente.
Ya existen otros síntomas de unificación y de organización de los descontentos. 
Sin embargo la oligarquía como un pulpo, comienza a extender sus tentáculos hacia las mujeres colombianas. Los hombres de esta clase les han dado el derecho de votar para continuar usándolas como instrumento.
Con todo, la mujer colombiana tiene valores de persona humana y no es simplemente un instrumento. La mujer colombiana tienen la conciencia de ser explotada no solamente por la sociedad, como la mayoría de los colombianos, sino también por el hombre. La mujer colombiana tiene disciplina de lucha, ha mostrado generosidad en su entrega a los demás, tiene más resistencia al dolor físico. La mujer colombiana, como toda mujer, tiene más sentimiento, más sensibilidad, más intuición. Todas estas cualidades, en una primera etapa, deben ser exaltadas y puestas al servicio, no de las oligarquías ni de los hombres como tales, sino de un ideal revolucionario convertido en el ideal de la mujer. 
Por el contrario, la mujer ha visto con más intuición quizás cómo los hombres han sido engañados con las papeletas electorales y las luchas partidistas. La mujer colombiana todavía no está infectada con una egoísta tentación de poder. 
Los oligarcas las quieren infectar pero no saben que si los colombianos tienen malicia indígena, las mujeres la tienen mucho más. Ellas saben muy bien que el voto es la nueva forma de explotación que la oligarquía ha ideado y por eso sale a las plazas vibrando por ideales más altos y más patrióticos. La mujer colombiana se alista para la revolución. Ella ha sido y será el apoyo del hombre revolucionario. Ella tiene que ser el corazón de la revolución. Si cada hombre revolucionario cuenta en su hogar con una mujer que sabe respaldarlo, comprenderlo a ayudarlo, tendremos muchos más hombres que se decidan a la lucha. 
Después de realizada la revolución, la mujer sabrá que la igualdad de derechos y deberes no permanecerá solamente como letra muerta en el papel, sino que será una realidad que ella mismas, como fuerza popular y revolucionaria, podrá garantizar.
Los problemas del divorcio y del control de la natalidad que la mujer colombiana cree poder resolver dentro de un sistema conformista y de opresión, no podrán ser resueltos sino dentro de un régimen que respete la conciencia de las personas y los derechos individuales, familiares y sociales. No podrán ser resueltos sino cuando haya un Estado que tenga verdadera autonomía y a la vez respeto en relación a la jerarquía eclesiástica. 
La mujer colombiana tiene la suficiente generosidad como para encuadrar sus problemas personales dentro de un ideal más amplio, en donde estos serán resueltos sin descuidar las demás necesidades de sus semejantes. 
Este ideal no podrá ser sino en la realización de una auténtica revolución colombiana. 


Camilo Torres 
1965


Mensaje a los campesinos

De acuerdo con los censos, la población campesina ha disminuido. Sin embargo, en ellos se considera que la población que vive en los centros urbanos de más de mil quinientos habitantes es población urbana. En realidad eso no es así. 
Podemos decir que la mayoría de la población colombiana es rural.
Además de la cantidad, lo más importante es que el mayor aporte al ingreso nacional lo hacen los campesinos. El 90 por ciento de las exportaciones son agrícolas (café, banano, tabaco, azúcar). Sin agricultura no tendríamos forma de importar máquinas ni la comida que nos falta. Desgraciadamente el aporte de los campesinos, como todo en ese sistema, no sirve sino para unos pocos. Los que manejan las federaciones (de cafetaleros, de algodoneros, la United Fruit, de 
bananeros, de tabacaleros, etc.) y los que manejan los bancos (especialmente el banco de la república) concentran todas las ganancias. Las ganancias que aprovecha el gobierno se emplean en lo que éste llama "funcionamiento", es decir en pagar empleados (que se han duplicado para conservar la paridad) y para comprar armas viejas, para matar a los campesinos que han dado el dinero para comprarlas.
En contraste entre la importancia económica y social de los campesinos y el trato que reciben del presente sistema es manifiestamente escandaloso. La violencia ha sido principalmente campesina. El gobierno fue el iniciador de la violencia; desde 1947 fue el que produjo con la policía primero y con el ejército después, desde 1948.
Los oligarcas liberales pagaban a los campesinos liberales y los oligarcas conservadores pagaban a los campesinos conservadores para que los campesinos se mataran entre sí. A los oligarcas no les hicieron ni un rasguño. Cuando la oligarquía no necesitó más de ellos, los declaró bandoleros, los cazó "como a fieras" y luego, cuando los asesinó, publicó fotos de sus cadáveres en la primera página de la gran prensa haciendo alarde del triunfo obtenido en nombre de "la paz, la justicia y la legalidad".
Esa violencia gubernamental y financiada por las oligarquías después enseñó muchas cosas a los campesinos: les enseñó a reconocer en la oligarquía a su verdadero enemigo. Los enseñó a huir primero. Defenderse después y les enseñó a atacar para obtener lo que las oligarquías obtenían con la violencia: fincas, cosechas, ganado, poder. Estas cosas no se las daba el sistema. Todo lo contrario. Los salarios más bajos, el menor número de escuelas, las peores viviendas, las menores posibilidades de progresar, las tienen los campesinos. 
Cuando acabaron con los cabecillas notorios quedaban zonas campesinas controladas por los mismos agricultores. 
La política represiva de los Estados Unidos impuestas a sus gobernantes, los gobernantes colombianos, no podía permitir zonas "sospechosas" aunque fueran pacíficas. El ejército necesitaba aumentar su importancia, para mostrar que era necesario y aumentar su presupuesto. 
El Gobierno dice que los campesinos iniciaron la violencia. Los campesinos dicen que fue el gobierno. En Francia intelectuales de todas las corrientes, después de haber investigado, dicen que los campesinos tienen la razón. 
Yo quiero retar al gobierno, para que pida, si se atreve, una comisión investigadora a las Naciones Unidas, constituida por países neutrales para que juzguen los casos de Marquetalia, Pato, Guayabero y Río Chiquito. 
Sabemos que la similitud del desembarco de los "marines" en Santo Domingo son los desembarcos del ejército colombiano, dirigidos por la misión militar norteamericana en las "repúblicas independientes". 
Estos desembarcos continuarán. Ayer, en Río Chiquito, mañana Sumapaz, pasado mañana el Ariari y los Llanos. El ejército empieza con la acción cívico militar y acaba con los bombardeos, empieza sacando muelas y acaba metiendo bala. Los campesinos ya saben que los militares llevan una mano adelante con el pan y otra atrás con el puñal. La "república independiente" de Colombia seguirá obedeciendo a los norteamericanos para que destruya a sangre y fuego las otras repúblicas de colombianos independientes. Así lo ha decretado la Cámara norteamericana. 
Nuestros campesinos, ya saben a que atenerse. Ya saben para qué se tienen que preparar. Ellos no se lanzan a una aventura pero no rehuyen la lucha. Ya la oligarquía, con el estado de sitio, ha sacado al pueblo a las plazas públicas. 
Ya lo persigue con ametralladoras en recintos cerrados, como en Medellín. Cuando nos haga la vida imposible en la ciudad, tenemos que ir al campo. Y del campo no podemos botarnos al mar. Allí tendremos que resistir. Para eso debe prepararse el campesino, organizando ahora los comandos del Frente Unido con grupos de cinco o de diez. Purificando las zonas de traidores a la causa del pueblo. 
Haciendo depósitos de comida y de ropa. Preparándose para esa lucha prolongada. 
No dejándose provocar, ni presentar resistencia cuando las condiciones sean desfavorables para el pueblo.
La oligarquía seguirá reafirmando a los campesinos en su convencimiento de que tienen que apoyar a las fuerzas revolucionarias. ¿Por qué no se han acabado con la guerrilla de Simacota?. Únicamente por el apoyo de los campesinos.
Cuando la oligarquía no deje otro camino, los campesinos tendrán que darnos refugio a los revolucionarios, a los obreros y estudiantes.
Por el momento deben unificarse y organizarse para recibirnos con el fin de emprender la larga lucha final. 

Camilo Torres
Publicado en: Frente Unido, número 7, 7 de octubre de 1965.




Mensaje a los sindicalistas

Pocos grupos en Colombia tienen una tradición de lucha y de organización como los obreros, como los trabajadores urbanos.
A pesar de que la industrialización de Colombia no comienza a tener importancia nacional sino a partir de 1939, el sindicalismo colombiano, tanto rural como urbano, posee una tradición de lucha anterior a esta fecha.
Los motines de los bananeros son testigos de esa lucha. El gobierno de Alfonso López Michelsen señala una etapa fundamental en la organización obrera y en la lucha sindical colombiana. El sindicalismo surge como una fuerza beligerante e independiente, pero pronto, bajo regímenes retrógrados, comienza a desvirtuarse en elementos paternalista, imperialistas y esquiroles vendidos al gobierno. 
Nuestra clase dirigente logró también dividir a la clase obrera y después de debilitarla con pretextos religiosos y políticos, como ya había debilitado con los mismos pretextos a la clase popular, resuelve purgarla de elementos "comunistas" en el Congreso de Cartagena, sin descartar a todo elemento no sometido al patronalismo nacional y norteamericano.
Sin embargo, la presión del sistema era común a todos los obreros. El movimiento de Gaitán consolida una conciencia de clase que la violencia no ha logrado borrar en 19 años que lleva de existencia. Los dirigentes mercenarios, vendidos a la oligarquía, se descaran cada vez más y tienen que usar procedimientos siempre más arbitrarios, siempre más violentos para mantenerse en el poder.
El Frente Nacional acelera la lucha social en Colombia al instituirse como el primer partido de clase en Colombia, partido de la clase privilegiada, que consolida la unión de los opresores contra los oprimidos, lanzando un reto a la clase popular colombiana para que constituya, siguiendo los consejos de José Antonio Galán: "La unión de los oprimidos contra los opresores".
El gobierno del Frente Nacional realiza tres devaluaciones, aumenta en 200 por ciento los gastos públicos y bélicos y trata de subsanar la bancarrota fiscal gravando al pueblo colombiano con impuestos a las ventas, impuestos a la gasolina y "ponqués tributarios". El paro nacional del 25 de enero es la culminación de una levadura social que fue vendida a las oligarquías para que éstas hicieran un ponqué que habían de comerse ellas mismas. 
Sin embargo, el sistema está tan desintegrado y corrompido que la maquinaria política parlamentaria no funcionó ni para el ponqué, ni para las facultades extraordinarias.
Entonces se recurre a instaurar la dictadura. Se aprovecha una huelga estudiantil para decretar un estado de sitio que continúa, contrariando la constitución, para legislar sobre asuntos económicos y hacer demagogia laboral. 
Lo más grave del actual sistema es que no es solamente los obreros, sino la oligarquía está descontenta y digo, más grave, porque cuando la oligarquía está descontenta la posibilidad de un golpe de Estado se hace más inmediata.
Cuando el equipo político fracasa, la oligarquía lo turna por el equipo militar. 
El gobierno militar que tome ahora el poder posiblemente despertará esperanzas mediante medidas demagógicas. Nuestro pueblo ha dado en forma unánime el grito de la revolución. Sin embargo, todavía carece de una conciencia suficiente y de una organización adecuada para resistir al engaño que predominará las medidas demagógicas después de la caída del odiado gobierno del Frente Nacional.
Una serie interminable de huelgas legales e ilegales se han iniciado en nuestro país, todas esas luchas o reivindicaciones inmediatas fortalecen la lucha revolucionaria porque unifican, organizan y consolidan la conciencia del obrerismo colombiano. La base obrera de todas las centrales sindicales está unificada, así como muchos de sus dirigentes, alrededor de la Plataforma de Frente Unido del Pueblo. Los obreros, con los estudiantes, constituyen un bastión que puede hacerle frente a las nuevas formas de engaño que adoptará la oligarquía. Con todo es necesario que los obreros se decidan en utilizar su relativa capacidad financiera y su indiscutible capacidad organizadora en la lucha revolucionaria y en la organización del resto de la clase popular colombiana.
Se ha dicho que los sindicalistas son los oligarcas de la clase popular. Yo no lo creo así. Por la actitud explotadora de la oligarquía, aún aquellos sindicalistas que trabajan en empresas monopolistas y que, por lo tanto, gozan de una cuota de privilegio que tienen estas empresas, han asumido y por lo menos muchos de ellos, una actitud francamente reivindicatoria y revolucionaria.
Es necesario que la clase obrera Colombia, en este momento crucial de nuestra historia, dedique todos sus esfuerzos a la unidad y a la organización de la clase popular colombiana para la toma del poder.
Que cada lucha parcial por ventajas inmediatas, no pierda de vista el hecho de que la reivindicación total y definitiva obrera no podrá venir sino consecuencia de la toma del poder por parte de las mayorías, por parte de la clase popular colombiana.
De la unidad, de la organización y de la capacidad de lucha con las reivindicaciones actuales dependen la unidad, la organización y la lucha por esa reivindicación definitiva.
Los mismos dirigentes sindicales que le tienen miedo a la divulgación de la plataforma del Frente Unido son aquellos que le tienen miedo a la unidad porque saben que la clase obrera unidad y organizada les cobrará duramente su entrega a las clases dirigentes nacionales y extranjeras.
La clase obrera, como el pueblo colombiano, ha sido superior a muchos de sus dirigentes. Cuando la clase obrera se unifique por la base hará la presión necesaria para que los dirigentes que no quieren la unión o no quieren la revolución sean arrojados a la orilla por el pueblo colombiano que como un torrente se ha desencadenado en busca de la toma del poder. 

Camilo Torres
Publicado en: Frente Unido, número 5, 23 de septiembre de 1965.

1. Se refiere al pacto realizado entre el partido liberal y el conservador para alternarse cada cuatro años la gubernatura de Colombia, lo cual no permite y excluye la formación de partidos o movimientos de oposición, constituyéndose así un partido único de la oligarquía colombiana. 

 

Cronología de la Resistencia Peronista, 1955-1972 


1955
Septiembre: El presidente Juan Domingo Perón es derrocado por un golpe militar. Asume la presidencia el general Eduardo Lonardi.
Perón parte al exilio.
Los sindicatos son intervenidos. Los comandos civiles atacan los locales obreros y los toman a punta de pistola.
Comienza a organizarse, espontáneamente, la Resistencia Peronista desde los sindicatos, las fábricas y los barrios. La característica sobresaliente en estos primeros años será la movilización popular. 
Aparecen los primeros grupos comando que actúan en la clandestinidad.
Noviembre: Se producen paros y huelgas en diferentes lugares del país.
Asume la Presidencia de la Nación el general Pedro Eugenio Aramburu, secundado por el almirante Isaac Rojas.
El general Patrón Laplacette es nombrado interventor en la CGT.
Se pone en vigencia el decreto 4.161 que proscribe al peronismo. Recrudece la política represiva. Miles de dirigentes sindicales y militantes peronistas son encarcelados.
El cuerpo de Evita es sustraído por orden de Aramburu del local de la CGT.
La proscripción al movimiento peronista se mantendrá hasta 1972 y será el condicionante efectivo del proceso político abierto con el derrocamiento.

1956
Desde el exilio, Perón envía "directivas secretas" a los dirigentes peronistas para intentar organizar la Resistencia.
Abril: El presidente Aramburu aprueba por decreto las recomendaciones económicas de Raúl Prebisch, siguiendo los lineamientos del Fondo Monetario Internacional.
Junio: Se produce un levantamiento cívico- militar peronista encabezado por los generales Valle y Tanco. Culmina con el fusilamiento de militares y civiles.
Noviembre: John William Cooke es nombrado delegado personal del general Perón.
Surge la CGT Auténtica en oposición a la CGT Negra integrada por sectores sindicales que intentan entrar en negociaciones con el sector militar desplazado por Aramburu.
Huelgas de textiles, telefónicos, bancarios, ferroviarios, construcción y transporte automotor. La UOM declara una huelga por tiempo indeterminado.

1957
Julio: Se realizan elecciones a Convencionales Constituyentes para reformar la Constitución, ya que la de 1949 había sido anulada por decreto. El peronismo vota en blanco demostrando que mantiene su caudal electoral.
Se forma la Comisión Intersindical con el objetivo de llamar a un congreso de la CGT intervenida.
Agosto: Surgen las 62 Organizaciones Peronistas, en un Congreso Normalizador de la CGT.
Septiembre. En pleno contexto de resistencia obrera contra la proscripción, el sindicalismo combativo realiza en la localidad cordobesa de La Falda un Plenario cuyo programa contiene propuestas para la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social.
Noviembre: Distintos grupos de jóvenes peronistas convergen en una Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista.

1958
Febrero: Arturo Frondizi, dirigente de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), gana las elecciones nacionales con el voto de un sector del peronismo, a partir de un acuerdo electoral previo con Perón.
Mayo: El gobierno decreta la ley de Amnistía para detenidos políticos y gremiales, medida contemplada en el acuerdo electoral.
Con el "desarrollismo" se pone en marcha una nueva etapa en la política de sustitución de importaciones que propicia el ingreso del capital extranjero.
Julio: Se conocen los contratos petroleros firmados por el presidente Frondizi. Se realizan actos de protesta y huelgas contra la política petrolera del gobierno.
El gobierno da claras señales de no respetar los contenidos del pacto firmado con Perón.
Recrudecen las acciones de la Resistencia.
Agosto: Se sanciona la Ley de Asociaciones Profesionales.
Noviembre: El Poder Ejecutivo decreta el estado de sitio.

1959
Enero: Los trabajadores del Frigorífico Lisandro de la Torre toman el establecimiento al conocer la decisión del gobierno de privatizarlo.
Febrero: Huelgas de solidaridad con los trabajadores del frigorífico.
Abril: El gremio bancario permanece en huelga sesenta y nueve días.
Junio: Los medios dan a conocer el texto del pacto electoral Perón-Frondizi. El gobierno lo desmiente.
Álvaro Alsogaray es nombrado ministro de Economía. Al asumir lanza la famosa frase "Hay que pasar el invierno". 
Agosto: El gremio metalúrgico comienza una huelga que se prolongará hasta octubre.
Diciembre: El grupo peronista Uturuncos asalta la comisaría de Frías en Santiago del Estero.

1960
Enero: Perón deja la República Dominicana y se asila en Madrid, en donde permanecerá hasta el final de su exilio.
Febrero: Para la renovación legislativa Perón vuelve a ordenar el voto en blanco.
Marzo: A raíz de varios atentados, el más importante, el incendio de la Shell-Mex en Córdoba se aplica el plan Conintes (Conmoción Interna del Estado).
Noviembre: El general peronista Iñiguez intenta, sin éxito, una insurrección cívico -militar con importancia en Rosario y Tartagal.

1961
Marzo: Por el decreto 1.619, Frondizi entrega la CGT a la Comisión de los 20.
Un grupo de jóvenes de la Juventud Peronista asalta una unidad militar en Ezeiza apoderándose de algunas armas.
Agosto: Ernesto "Che" Guevara, delegado cubano a la reunión de la Conferencia Económica y Social de la OEA en Punta del Este, viaja a la Argentina y se entrevista con Arturo Frondizi. Manifiesto desagrado en las Fuerzas Armadas.
Octubre: Paro general en contra de la política económica del gobierno.
Gran huelga ferroviaria a la que adhiere la CGT.

1962
Marzo: Triunfa la fórmula de la Unión Popular (Framini -Anglada) en la Provincia de Buenos Aires. Las provincias donde triunfó el peronismo son intervenidas y los comicios anulados. Recrudecen, sin embargo, los "planeamientos" militares al presidente.
Las Fuerzas Armadas destituyen a Arturo Frondizi. José María Guido, su vicepresidente, asume la presidencia.
Mayo: Plan de emergencia presentado por el ministro Álvaro Alsogaray que posterga el pago de sueldos y jubilaciones.
Se hacen más nítidas las dos tendencias dentro del movimiento sindical, características de toda la década: el vandorismo por un lado, y un sector más dispuesto a la confrontación, por otro. Este último impulsa un Plenario en Huerta Grande (Córdoba).
Agosto: Desaparece, luego de su secuestro, el obrero metalúrgico y militante de la juventud Peronista Felipe Vallese.

1963
Febrero: Guido establece la vigencia del decreto 4.161.
La CGT reclama la libertad de todos los presos sociales y políticos.
En un Congreso Normalizador de la CGT, José Alonso es elegido secretario general.
Marzo: En la Asamblea de la Civilidad los partidos políticos se comprometen a rechazar cualquier proscripción.
Julio: En las elecciones presidenciales, el peronismo proscripto vota en blanco, triunfando el radical del pueblo (UCRP) Arturo Illia, con un 25 por ciento de los votos.
Agosto: Un grupo de la juventud Peronista se apodera del sable corvo del general San Martín.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara asalta el Policlínico Bancario en la Capital Federal.

1964
Febrero: Ante la falta de respuestas del gobierno, la CGT profundiza el plan de lucha iniciado en 1963, produciéndose la toma de establecimientos industriales.
Abril: Fuerzas de seguridad desarticulan al Ejército Guerrillero del pueblo. Jorge Ricardo Masetti, uno de sus líderes, desaparece luego de ese operativo.
Agosto: Se lleva adelante el Congreso Fundacional del Movimiento Revolucionario Peronista. Gustavo Rearte redacta la Declaración de Principios del movimiento y participa activamente en la Juventud Revolucionaria Peronista.
Octubre: El general Charles De Gaulle visita la Argentina.
En un acto multitudinario en la Plaza Once el peronismo anuncia el retorno de Perón a la Argentina.
Diciembre: Fracasa el "Operativo Retorno" al ser detenido Perón en el Aeropuerto El Galeao, en Río de Janeiro.

1965
Enero: Aumenta el costo de vida. Se incrementan las tarifas eléctricas y el precio de los combustibles.
Se realiza el congreso "Felipe Vallese" de la CGT, resuelven sostener el plan de lucha.
Toma de ingenios azucareros en Tucumán.
Marzo: El peronismo gana elecciones parlamentarias en varias provincias, utilizando la sigla Unión Popular.
Octubre: María Estela Martínez de Perón llega al país, enviada por su esposo para operar sobre el neoperonismo en las elecciones de la provincia de Mendoza.
La CGT convoca a manifestaciones y paros sorpresivos. Represión y muertos.
Se incrementa, desde algunos medios de comunicación, la campaña de desprestigio hacia el presidente radical.

1966
Febrero: Se dividen las 62 Organizaciones. José Alonso lidera las "62 Organizaciones. De pie junto a Perón", en oposición a la línea vandorista que postula una mayor autonomía respecto de las decisiones impartidas por Perón desde el exterior.
Abril: En las elecciones de la provincia de Mendoza triunfa el candidato Corvalán Nanclares sobre el neoperonista Serú García.
Junio: El presidente Arturo Illia es derrocado. Con la Revolución Argentina asume como presidente el general Juan Carlos Onganía.
Julio: Mediante la Ley 18,894 Onganía prohibe toda forma de participación política, consustanciado con la Doctrina de Seguridad Nacional.
Se pone fin a la autonomía universitaria y las facultades son intervenidas violentamente en lo que se conoce como Noche de los Bastones Largos.
Septiembre: Operativo Cóndor: un grupo liderado por el joven peronista Dardo Cabo secuestra un avión y se dirige a las Islas Malvinas para ratificar la Soberanía Nacional.
En una manifestación estudiantil en la Ciudad de Córdoba se asesinado el estudiante y obrero Santiago Pampillón.
Diciembre: Huelga general de la CGT.
Adalbert Krieger Vasena es designado ministro de Economía. Se profundiza la orientación liberal en materia económica. Nuevo ingreso de capitales extranjeros y liderazgo de las empresas trasnacionales.

1967
Enero: Se producen los conflictos en los gremios portuarios, Luz y Fuerza, la Fraternidad y la Unión Ferroviaria, entre otros. En Tucumán es asesinada por las fuerzas represivas Hilda Guerrero de Molina, cocinera de ollas populares en la FOTIA.
Febrero: La CGT lanza un enérgico plan de lucha.
Octubre: Es asesinado, con otros guerrilleros, el Che Guevara en Bolivia.

1968
Marzo: En un Congreso Normalizador nace la CGT de los Argentinos que encarna un sindicalismo más cofrontacionista y combativo cuyo secretario general es dirigente gráfico Raimundo Ongaro.
Agosto: La CGT de los Argentinos aprueba un plan de "actos relámpago" en los barrios industriales.
Septiembre: Es descubierto y apresado en Taco Ralo, Provincia de Tucumán, un destacamento guerrillero de las Fuerzas Armadas peronistas. Muere John William Cooke, cuyo pensamiento influyera decisivamente en el peronismo revolucionario.
Diciembre: Jorge Daniel Paladino es designado delegado personal de Perón.

1969
Mayo: Como consecuencia de la derogación de regímenes laborales especiales por parte del gobierno, los trabajadores de varias provincias inician movilizaciones y huelgas.
En Corrientes, en un enfrentamiento entre estudiantes y policías muere el estudiante Juan José Cabral. En Rosario muere el estudiante Alberto Ramón Bello. En Rosario se realiza una marcha de protesta por la muerte del obrero metalúrgico Norberto Blanco.
29 de mayo. Se produce el Cordobazo, un estallido popular contra la dictadura. Enfrentamientos violentos de las fuerzas de seguridad con trabajadores y estudiantes en varias ciudades.
Junio: Son incendiados trece supermercados Minimax, ante la llegada de Nelson Rockefeller, uno de sus propietarios.
Muere en un atentado el dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor.
Septiembre: Violentos choques entre la policía y los trabajadores en una huelga ferroviaria en Rosario. Interviene el ejército.
Protesta popular de magnitud en Cipolletti.
En diversos puntos del país se generalizan las puebladas.
El clima político se tensa cada vez más.

1970
Mayo: Un grupo de jóvenes peronistas, Montoneros, secuestra y ejecuta a Pedro Eugenio Aramburu. Se incrementa el accionar de las organizaciones armadas.
Junio: Asume la presidencia el general Roberto Marcelo Levigston.
Julio: En un operativo comando un grupo de Montoneros ocupa la localidad cordobesa de La Calera.
Un comando de cuarenta y cinco personas toma la localidad de Garín distante unos cuarenta kilómetros de la Capital Federal. El hecho se lo atribuyen las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Es elegido Secretario General de la CGT José Ignacio Rucci.
Septiembre: Se producen más de veinte atentados con bombas como repudio al aniversario de la "Revolución Libertadora".
Octubre: La CGT aprueba un plan de lucha impuesto por las 62 Organizaciones y se convoca a una huelga general.
Noviembre: Diferentes partidos políticos -Justicialistas, Radical, Socialista Argentino, Conservador Popular- fundan La Hora del Pueblo.
Nucleamiento de docentes universitarios en las Cátedras Nacionales.
La Resistencia vuelve a nutrirse de la movilización popular, con una base social ampliada por el concurso de la juventud.

1971
Se extiende la actividad guerrillera en Capital Federal, el Gran buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Mendoza.
Marzo: Duros enfrentamientos en la provincia de Córdoba, conocidos como el Viborazo. El gobernador José Camilo Uriburu debe renunciar.
En varias ciudades del país se reiteran serios enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y lo que aparece como un frente de resistencia obrero- estudiantil.
El general levigston renuncia a la presidencia. Asume el general Alejandro Agustín Lanusse, que encarna el poder real en la última fase de la Revolución Argentina. Será el encargado de preparar una salida dolorosa para las Fuerzas Armadas y propiciar la vuelta a una democracia tutelada por el poder militar.
Abril: Un grupo comando, "Descamisados", toma la casa de un militar en Los Polvorines, sustrayendo armas y dinero.
Mayo: El gobierno anuncia el Gran Acuerdo Nacional (GAN), en respuesta a la Hora del Pueblo.
Julio: Se promulga la Ley Orgánica de los Partidos Políticos.
Septiembre: En Madrid, los restos de Evita son devueltos a Perón.
Noviembre: Jorge D. Paladino es reemplazado por Héctor J. Cámpora como delegado de Perón.

1972
El retorno de Perón a la Argentina es el centro de la agenda política.
Enero: El Partido Justicialista obtiene su personería política.
Junio: Acto de la Unidad de la Juventud Peronista en la Federación de Box.
Julio: Lanusse anuncia las elecciones nacionales para el 11 de marzo. Los candidatos presidenciales deben estar en el país antes del 25 de agosto. 
El exiliado se niega a aceptar las disposiciones de un régimen carente de legitimidad.
El general Lanusse manifiesta que a "Perón no le da el cuero" para volver.
Agosto: Luego de un intento de fuga del penal Rawson, del que logran escapar algunos dirigentes de las organizaciones armadas, otros dieciséis integrantes de Montoneros, FAR y ERP son asesinados en la base naval de Trelew a pesar de haberse rendido. El hecho genera el repudio unánime de la opinión pública.
Noviembre: Luego de diecisiete años de exilio, el General Perón retorna a la Argentina.


Nomeolvides, Memoria de la Resistencia Peronista 1955-1972; 
Liliana Carulli, Noemí Charlier, Mercedes Cafiero, Liliana Caraballo. Editorial Biblos, 2000
.




Matar la muerte

Por Abelardo Castillo 

Señor, concede a cada cual su propia muerte. 
Rilke. 


Le cortaron las manos y aún golpea con ellas.
Lo enterraron y hoy viene cantando con nosotros.

Neruda


El 8 de octubre, en Vallegrande, mataron al Che. Los generales bolivianos lo dicen, y debe de ser cierto. La muerte, al fin de cuentas, es la menos inesperada anécdota de la vida: la cuestión es no morir de muerte ajena, y el guerrillero que murió, murió de la que había elegido. A eso, los que creen en Dios, por un malentendido lo llaman Salvación. Los que no creemos, también. Y yo hasta lo llamo no morirse, abolir la muerte: matarla. Hay un cadáver, es verdad. 
Todos los diarios del mundo mostraron un muerto que se le parece, que seguramente es el Che. Una fotografía, sobre todo, impresiona: está de perfil, el grabado repite fríamente unos superciliares que sin duda no son de otro hombre (le daban ese aire de fauno joven; los que lo vieron reírse no pueden haber dejado de pensar que esa frente se contradecía un poco con su risa, y de ahí la cara de estar tramando una incomunicable travesura, ese gesto que no le 
pudieron borrar los generales), tiene los ojos abiertos y la cabeza medio alzada, tiene los brazos en la actitud del que va a incorporarse, tiene un balazo en el corazón. Nadie, sin embargo, aceptó que ese cadáver fuera el suyo. 
Nadie, ni los que lo odiaban y diez veces antes fraguaron miserablemente su muerte, a manos de Fidel Castro, o en Santo Domingo, o por suicidio. Los mismos generales que lo mataron, estoy seguro, ya han comenzado a dudarlo. Y yo creo que hacen bien. 
Voy a escribirlo, voy a tratar de escribirlo sin caer en la trampa de las palabras, de las frases que aluden a los muertos que pese a la muerte siguen vivos. Voy a decir que el guerrillero muerto de Vallegrande no era el Che. Ya no lo era. Balearon un cuerpo, lo enterraron en algún sitio o incineraron una corruptible arcilla. Y hasta ahí operó la muerte. Y a partir de ese momento, a partir de sus diseminadas cenizas, de un cadáver que nunca se hallará, el Che 
volvió a ser libre de ir y venir por América pero sin cambiar su nombre y sin ocultar su cara.
Ustedes no han matado a nadie: han resucitado a un hombre. Y a algo más. Hasta el 8 de octubre se podía dudar que haya seres capaces de pelear por los otros, hacer una revolución, alcanzar el poder, abandonarlo todo y comenzar de nuevo: renunciar a lo temporal, que es lo mismo que negar el tiempo. Elegir y acatar un destino. Quién, con qué argumentos y sobre todo con qué ejemplo, puede hoy destruir esa mística. Digo mística y quiero decir mística. Hasta el 8 de octubre 
cualquiera podía pensar: es mentira, es Cuba que necesita inventar un fantasma para sobrevivir. Ahora se sabe que el Che está. Y no precisamente enterrado en la selva. Está. Hermoso e invulnerable como un héroe de novela, y frío y lúcido como una inexorable máquina de hacer justicia.
No toda muerte mata. Los diarios, sin querer, lo sabían. "Encontró la muerte en Vallegrande", dijeron. Y es así. Hay hombres que encuentran su muerte, la que los merece, como si debieran morir para quitarse la inquietud de ser mortales. Y el que mataron tenía una cuestión personal con la muerte ("si no vuelvo dentro de dos meses", le escribió a sus padres la primera vez que salió a la aventura, "vayan a buscar mi cabeza reducida por los jíbaros al museo de Nueva York", y el desafío se repite en todos sus escritos, en todas sus cartas hasta la última, ya en Bolivia: "de aquí no me salgo si no es con los pies para arriba"), le había perdido el respeto y se reía socarronamente de la muerte.
Un hombre, un poeta, se dejó morir de la muerte con que lo iba matando la espina de una rosa: él le había cantado a las rosas y a la muerte. Otro hombre se hizo crucificar porque ya era tiempo. El que crea que comparar a Rilke con Jesús es una herejía, el que imagine que esas muertes no son también la muerte de la que hablo, hará bien en preguntarse qué pobre cosa ha entendido, hasta hoy, de la vida.
Me olvidaba: la muerte del Che no me duele. No tengo ganas de conmover, ni de conmoverme, con retóricas de cementerio. No quiero que este editorial sea patético o solemne, ni tiene porqué. Rebajar la muerte de Guevara a la intimidad del dolor no está en su estilo. Las muchachas argentinas ya lloraron lo suyo ante los aparatos de televisión cuando los generales mostraron su cadáver, ya hemos pegado su foto en la pared -entre Beatles y banderines-, y a lo mejor está 
bien. Ya empezaron los poetas a mandar elegías alusivas a las revistas. Así que no hace falta lagrimear más. ¿Qué es lo que hice para que no lo mataran?, esa, en cambio, me parece una buena manera de encarar la cosa: una buena pregunta. 
Evita las emociones fáciles.
Y hecha esta aclaración, puedo terminar. Desde ese asesinato, desde esa inmolación, los generales tienen miedo. O deberían tenerlo. Porque una vez que un hombre así dio con su muerte, ya no hay balas, ni rangers, ni marines que valgan. No "se sale" más de la vida. No tiene más que vida. Es pura y múltiple y violenta vida que no se mata. 

Artículo editorial que formó parte de la revista El escarabajo de Oro de noviembre de 1967.



Por qué somos peronistas

Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Argentina, 1969 

En 1945 el país está en un período de progreso y ascenso económico. Está creciendo por dentro: en el interior del país se levantan focos industriales y el gobierno cuenta con buenas reservas monetarias en el exterior. Esta situación general posibilita el surgimiento del fenómeno peronista y principalmente a través de tres factores:
1) El surgimiento de la industria nacional, fruto de la prosperidad general, de las condiciones del mercado internacional de posguerra principalmente y de las condiciones del mercado interno por falta de material manufacturado.
2) Los comienzos de penetración yankee a consecuencia del debilitamiento del imperio británico y de la expansión del norteamericano.
3) Las migraciones internas. A consecuencia del surgimiento industrial aparece un nuevo proletario urbano llegado del interior del país, de origen criollo y no politizado y en una total situación de desarraigo, ya que a pesar de la floreciente prosperidad económica la situación de la clase trabajadora era de explotación, malas condiciones de empleo, ausencia de reglamentaciones laborales, jubilaciones y protección social.
El coronel Perón se pone a la cabeza del movimiento nacionalista -integrado por sectores de la burguesía nacional y del ejército- y de la clase trabajadora organizada con ese nuevo proletariado urbano, tomando como banderas la defensa de la naciente industria nacional, la lucha contra la penetración yankee y las reivindicaciones sociales de la clase trabajadora. 
El 17 de octubre de 1945 es la primera acción masiva de la clase trabajadora argentina, es el despertar político de los descamisados, es el encuentro del Pueblo con su líder, quien lo llevará a alcanzar el más alto nivel de conciencia, conciencia de su misión y destino histórico. Cientos de miles de hombres y mujeres se movilizan en forma masiva para imponer su voluntad y reconquistar al caudillo; es la fuerza pujante y nueva de los trabajadores contra los valores caducos de la oligarquía imperialista y explotadora.
El peronismo tiene su nacimiento por la irrupción de los trabajadores en la vida nacional como copartícipes en la construcción de la nueva Argentina. En el campo internacional significa una avanzada de los países del Tercer Mundo, que buscan su propio camino al margen de las dos hegemonías.
A partir de 1945, como movimiento antiimperialista, popular y nacionalista, el peronismo iniciará en el país el proceso democrático burgués. En el orden económico representa la defensa de las riquezas del país de las manos extranjeras: la deuda exterior es reembolsada (sumaba el 40% de nuestros recursos y divisas); los transportes, gas, teléfono, electricidad, fueron nacionalizados; la nacionalización del Banco Central permitió disponer del ahorro nacional para el desarrollo del país: a través del IAPI se aseguraba el precio de las materias primas exportadas e importadas.
Sin embargo, en el aspecto económico, las estructuras del poder oligárquico no fueron modificadas. 
En el orden social se manifiesta una serie de reivindicaciones auténticas; se reglamentan los derechos del trabajador, la familia, los ancianos y la educación; se da participaciones en la cosa pública al Pueblo otorgándose el voto a las mujeres y a los indígenas; la clase trabajadora participa directamente en el poder político, y hay ministros y gobernadores, diputados, senadores, diplomáticos obreros; la distribución de la renta nacional permite elevar el nivel de vida de la clase trabajadora. Esta proporción se invierte a favor de los trabajadores quienes reciben el 66% de la renta nacional.
Políticamente se dio al proletariado conciencia de clase y conciencia de su fuerza y, por lo tanto, de su posibilidad de participar en la conducción del país. 
Con la desaparición de las condiciones de prosperidad de posguerra comienzan los enfrentamientos: es la lucha de clases dentro del Movimiento Peronista: el Ejército es partidario de la industrialización pero no de una política social avanzada; la burguesía desea aumentar aun más sus beneficios propios negociando con el imperialismo; y los burócratas no hacen mas que estancar el proceso. Frente a ellos los "cabecitas negras" y los "grasitas" -como ellos llaman al Pueblo- tienden a radicalizar la política social. El avance del grado de conciencia política exige la profundización de las consignas y de la política revolucionaria nacional como también la plana participación de los trabajadores en las determinaciones de la conducción.
Sin embargo la dirección del movimiento permanece en manos de sectores de la burguesía nacional y de la burocracia sindical y política todopoderosa.
Falta combatividad de clase, falta la presencia revolucionaria de Evita, abundan las conquistas fáciles, el Pueblo vive la euforia de un progreso sin límites, no se toma conciencia de la necesidad de destruir las estructuras que sostienen a la oligarquía y sus intereses para logran un efectivo reparto de los bienes de producción; se paraliza la democratización del Movimiento.
Es así que el proceso se estanca y las fuerzas, antes unidas en un amplio frente antiimperialista, se van dispersando para terminar en choque; el Frente se rompe.
Desde 1955 han pasado 14 años que las minorías oligárquicas tomaron el poder despojando al pueblo y a PERON DEL GOBIERNO, En estos 14 años el Peronismo se planteo la lucha en los más diversos frentes para reconquistar el Poder. Durante estos 14 años los caminos empleados no estaban a la altura de su condición revolucionaria y tienen en común el espontaneísmo.
Fueron: el golpismo, el electoralismo, la burocracia reformista o traidora en contacto muchas veces con jefes militares, el terrorismo y el sabotaje y sólo condujeron a callejones sin salida. Las sucesivas crisis militares, el triunfo militar, el triunfo popular y masivo del Peronismo el 18 de marzo de 1962, el derrocamiento de Frondizi, las nuevas crisis militares así lo demuestran.
El 18 de marzo demostró que la oligarquía no estaba dispuesta a entregar el gobierno, ni tampoco el Poder, por cuestión de votos mas o menos.
El golpe del 28 de junio de 1966 representa la continuación genuina de la política de la oligarquía despojada ahora de falsos mascarones, por medio de las Fuerzas Armadas que, en esta coyuntura, son la única estructura capaz de defender efectivamente los intereses de la oligarquía y el imperialismo.
La falta de una ideología coherente y de una estrategia revolucionaria que encuadraran los distintos métodos desarticuladamente empleados, provocó la actual dispersiones el peronismo, y fue lo que lo llevó una y otra vez al fracaso.
Pero estos años de lucha permitieron aprender, permitieron ver que la situación de la Argentina y del Peronismo forma parte de los procesos de Liberación de marca Latina. Estos años de lucha y rebeldía han permitido formar un nuevo Peronismo que intenta integrar todos sus fracasos, todas sus experiencias.
Hoy, que la burguesía es incapaz de encabezar ningún proceso histórico revolucionario, hoy que el proceso se presenta bajos los términos inseparables de la Revolución Social y Liberación Nacional, es innegable la vigencia histórica del Peronismo como expresión de la clase trabajadora.
SOMOS PERONISTAS porque, creyendo en la vigencia del Peronismo, debemos continuar y profundizar su acción de acuerdo con las nuevas exigencias de la historia y de las nuevas coyunturas nacionales e internacionales. 
SOMOS PERONISTAS porque existe una clara continuidad entre el camino de grandeza nacional que inició el Peronismo en el gobierno y el que reabrirá con nuevas y superiores formas de lucha pero integrando las banderas iniciales. A la estrategia contrarrevolucionaria de opresión
y miseria, de vergüenza y privilegio del régimen a partir de 1955 opondremos la estrategia revolucionaria de la toma del poder mediante la lucha armada.
Los que ven en Perón un obstáculo para llevar adelante la lucha armada, no tienen claridad para ver la continuidad que existe históricamente entre el proceso 45-55, la búsqueda del camino que llevase al Poder en estos últimos 14 años y el nuevo camino a través de la guerra revolucionaria que iniciara el Peronismo y que es la culminación de esas dos etapas anteriores.
SOMOS PERONISTAS y afirmamos la bandera del retorno de Perón porque es una auténtica reivindicación popular. Porque más allá de la forma, la apariencia, el pueblo no pide el retorno de un hombre sino de lo que él encarna o sea, la participación en la conducción del país.
Porque Perón es un fenómeno no encuadrable en el sistema, Porque la posibilidad de negociación entre Perón y el régimen no tiene existencia real, pues el significado de Perón en la Argentina son miles y miles de descamisados en la calle. Por esto Perón y el Peronismo es la oposición no asimilable al régimen, y esta realidad es independiente incluso del mismo Perón.
SOMOS PERONISTAS y luchamos por el retorno de Perón por que confiamos en el Pueblo, sentimos con él y no lo consideramos como algo "arrastrable" por una secta de iluminados. Nuestro método puede ser solo uno: tomar las reivindicaciones populares como bandera y alcanzar con el Pueblo hacia otras superiores.
El CHE planteaba que no se puede ir demasiado lejos del Pueblo, ni confundirse totalmente con él, dejando de ser vanguardia. Hacer lo mismo seria no ver las necesidades reales del Pueblo y tomar otras que hasta el momento son pura teoría y el Pueblo no siente como suyas. Lo segundo sería aceptar que Perón tiene que venir para hacer la Revolución, sin explicar que sólo una Revolución en marcha puede traer a Perón.
SOMOS PERONISTAS y por eso afirmamos que del seno del Peronismo debe surgir la Vanguardia Revolucionaria capaz de conducir al Pueblo hacia la única salida para el país y las clases trabajadoras, LA TOMA DEL PODER POLITICO Y ECONOMICO, para la creación de una Argentina Justa, Libre y Soberana.


Benito Jorge Urteaga, del PRT-ERP 

El 19 de julio de 1976 cayó combatiendo junto a Mario Santucho el compañero Benito Jorge Urteaga, el estupor que causó la muerte de Santucho y los homenajes posteriores postergaron el reconocimiento hacia uno de los más grandes dirigentes de nuestro Partido y de la Revolución en la Argentina.
Benito, o Mariano como lo llamábamos en la clandestinidad, era oriundo de la ciudad de San Nicolás, su padre era diputado radical durante la presidencia de Arturo Illía, cuando este fue derrocado por el golpe militar encabezado por el General Onganía, el 28 de junio de 1966. En ese momento Benito tenía alrededor de 19 años, se había dirigido junto a sus compañeros a las inmediaciones del Congreso, reunidos en la confitería El Molino, fue el más decidido del grupo, la leyenda cuenta que allí afirmó que había que empuñar las armas.
No conocemos las circunstancias de su ligazón e incorporación al PRT, pero es evidente que inmediatamente se puso a concretar la propuesta hecha en El Molino. 
Es así que los documentos partidarios ya lo mencionan jugando un papel destacado en la lucha interna desatada en el Partido a mediados de 1969. Fue "la carta de Mariano, primera reacción del ala leninista" la que alertó sobre la inoperancia de la dirección en aplicar las resoluciones del IV Congreso partidario, convirtiéndose, de esta manera, en uno de los más firmes dirigentes de la Tendencia Leninista.
Participó en el V Congreso del PRT que fundó el ERP el 29 de julio de 1970, y fue activo participante de las primeras acciones armadas. En noviembre de 1970 fue detenido por su participación en la acción del Banco Comercial del Norte, y el 6 de setiembre del año siguiente se fugó del Penal de Villa Urquiza junto a 17 compañeros, él junto a otros lograron evadir el cerco que se montó en la ciudad de Tucumán.
Después de la detención de Santucho y Gorriarán en agosto de 1971 y del secuestro y desaparición de Pujals el 16 de setiembre, Mariano asumió la máxima dirección del Partido, y se instaló en buenos Aires y en La Plata.
Además de dirigir al Partido y al ERP en momentos muy difíciles, debió asumir nuevamente la lucha interna en contra de dos corrientes que se oponían al leninismo del PRT, una orientada por el trotskysmo de la 4ta. Internacional y otra influenciada por el rebrote populista en las filas de la izquierda por la táctica confrontativa de Perón con la dictadura de Lanusse. En ese período lo conocimos orientando la construcción de los Comités de Base, sobre cuya base se proponía construir un partido electoral para responder a la dictadura también en ese terreno. Participamos de la reunión en la que Mariano le propuso a Silvio Frondizi integrar la formula presidencial junto al ya legendario Agustín Tosco. 
Donde comenzamos a conocer su calidad de dirigente fue su manejo de la situación ante los fusilamientos de nuestros compañeros en la base naval de Trelew. Ante la indignación y la furia de la militancia partidaria y del ERP, Mariano escribió una extensa declaración en la que pronosticaba el fin de la dictadura y denunciaba los fusilamientos, y respondía "Ante esta provocación respondemos serenamente, han muerto dieciséis revolucionarios ¡Viva la Revolución!".
Después del 25 de mayo de 1973, Benito jugó un extraordinario papel en la tarea de construcción del Partido en el proletariado industrial de las grandes fábricas, se conserva su conferencia sobre la formación multilateral de los cuadros de un partido revolucionario, en ella puso énfasis en la fusión del Partido con la vanguardia obrera. Por esa época además de sus responsabilidades en el BP partidario -inteligencia, dirigir la regional buenos Aires y luego las tres en las que se dividió esta- fue designado también, para completar su formación, responsable del Frente partidario en la automotriz Ford, tarea a la que le imprimió un extraordinario dinamismo y no fue ajena a su intervención, el papel dirigente que los jóvenes y poco experimentados militantes obreros de esa fábrica, jugaron en las movilizaciones de la Ford y de toda la zona norte del Gran Bs. As.
Después de la caída del Comandante Juan Eliseo Ledesma, jefe del Estado Mayor del ERP, Mariano fue designado al mando de la operación de copamiento del Batallón de Arsenales 601 de Monte Chingolo, la acción más grande que emprendió el ERP y en la que participaron las tres compañías que formaban el Batallón General San Martín. La dura derrota sufrida en esta acción no doblegaron su extraordinario optimismo y su voluntad de seguir firmemente en la lucha. 
Mariano, o Benito era un muchacho alegre dicharachero, pese a que compartimos muchas reuniones pero siempre en su función de dirigente partidario, no podía ocultar su picardía y su buen humor, siempre dispuesto a contar un chiste, tomar un vino, tocar la guitarra y cantar con sus amigos. Una anécdota que cuenta Pola Augier lo pinta tal como era. Como no podían casarse legalmente, un día que caminaban por Avellaneda le dijo a Pola que ya era hora de que se casaran. : "Se metió en una joyería y compró dos anillos de compromiso. Salió muy contento y 
detuvo a una viejita que pasaba. Sin vacilar y con esa sonrisa compradora que conseguía todo, le dijo: 'Linda señora, hemos observado a todos los que pasan por esta calle y creemos que usted es la más respetable. Ella y yo nos queremos mucho y no podemos casarnos por razones poderosas. Quisiera que usted nos casara, ahora, aquí mismo'...'ella dejó las bolsas y con una gran sonrisa preguntó a Mariano si teníamos anillos. Los tomó en sus manos, les dio un beso y mientras nos colocábamos mutuamente los anillos, dijo algo así como: 'Deberán amarse y respetarse hasta que la muerte los separe. Dios los Bendiga'. Nos dio un beso. Levantó las bolsas y retomó su camino". De su matrimonio con Pola Augier nació su hijo José.
El 19 de julio, el PRT sufrió su golpe más duro del cual no pudo reponerse, no sólo Robi y el Gringo Menna cayeron combatiendo sino sus compañeras Liliana Delfino, miembro del Comité Ejecutivo, Ana María Lanciloto y Fernando Gertel. 
También perdimos a nuestro jefe y querido compañero Benito Urteaga, Mariano. 
Pese a todo sus enseñanzas no se han perdido, permanecen vigentes en la voluntad de las nuevas generaciones de revolucionarios quienes las llevarán como bandera hacia la victoria. 

Publicado en Estrella Roja, órgano del ERP.

 

Citroën 2CV: Proletario y Combativo 

Por Orlando Rígoli 

(Acerca del liviano armatoste que a más de 80 
km por hora saltaba como una mula salvaje)

Por aquellos años pasaban cosas importantes. Las viejas y queridas utopías estaban cerca de hacerse realidad. La Habana era un faro que irradiaba su luz hacia toda Latinoamé, en el 63 el viejo Palacios ganaba la senaduría por la Capital y el grito de guerra de los jóvenes que habían posibilitado el triunfo era "en Cuba los barbudos y aquí los bigotudos". En el 67 la muerte del Che nos pegó en la línea de flotación y un año después el mayo francés renovó las ilusiones. Salvador Allende perdía por 12.000 votos las elecciones en Chile y los Beatles habían puesto la música patas para arriba. En aquella Argentina había por entonces siete fábricas de automotores; Ford, que colocó en el mercado el auto que se transformaría años después en el símbolo de la dictadura -al tristemente célebre Falcon- , Chevrolet, Kaiser, NSU, De Carlo, Auto Unión y 
Fiat, que por entonces no venía con los Macri incorporados. Pero estaba faltando algo. Esos años de cambio y sacudones reclamaban un coche para el grebanaje, para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, un aparato de cuatro ruedas que se identificara con la Indoamérica sumergida. Y ese artefacto llegó finalmente a mis manos y a la de tantos como yo. 
Pergeñado en el tablero de Le Corbusier -nadie supo nunca si esto fue cierto- con techo de lona, asientos que semejaban hamacas, puertas que abrían al revés, una suspensión cabeceadora que hacía suponer que se estaba arriba de un zaino, un sistema de apertura de ventanillas que ponía a prueba la fortaleza del codo izquierdo cada vez que se caía (cosa que sucedía al cabo de algunos meses de uso), un motorcito que que sonaba como si fuera a desparramarse a cada instante 
y un tanque de 20 litros con el que se podía andar veinte días. Había nacido el 2 CV de Citröen, el Quasimodo de los autos. Había que tener cuidado de llevarse el que no correspondía, ya que todos eran iguales de feos y hasta estaban pintados del mismo color, un azul que no era ni francia, ni cielo. El 2CV era de aliento largo, de galope corto y tan fiel como una china cuartelera, pero algunos preceptos debían seguirse al pie de la letra: en primer lugar no debía 
quedarse sin batería. Si ello sucedía, hacerlo arrancar no era tarea fácil ya que su embrague centrífugo obligaba a empujarlo... pero a 40 kilómetros por hora. Segundo: adelantarse a quien nos precedía en la ruta era una aventura fascinante que requería tantos cálculos como los que anteceden al lanzamiento de una cápsula espacial. Si se iba por la ruta 2 a la altura de Chascomús y se tenía adelante un robusto Mercedes con acoplado era necesario asegurarse de que la mano contraria estaba libre hasta Dolores. Esto en condiciones ideales, porque si soplaba viento de frente el sobrepeso hacía aparecer el ascenso al Himalaya como un divertimento de fin de semana. Pero a despecho de ello y de las miradas socarronas de los que circulaban en coches convencionales, los integrantes de la cofradía citronera nos sentíamos orgullosos del engendro. La imaginería popular le agregaba a sus muchas virtudes, bolazos dignos de Don Verídico: "Un primo mío se quedó sin nafta en Cutral - Có y llegó hasta Viedma echándole garnacha", decía uno e inmediatamente el retruque, "Eso no es nada -agregaba un segundo- mi cuñado rompió la trasera izquierda ni bien salió de Córdoba, le ató con alambre una rueda de triciclo y de costeleta llegó a Cruz de Caña". 
Fantasía y realidad entremezcladas. Pero cuando en el 69, en pleno Cordobazo, me enteré de que los muchachos de la UTA que respondían al Negro Atilio López, entraron con ademanes poco versallescos a la agencia Tecnos -concesionaria Citröen en Córdoba- y se llevaron todos los 2CV para utilizarlos como apoyo, sentí que los Jaguar del Africa Korps y los Sherman de Patton eran unas verdaderas batatas. Querido 2CV, te ganaste tu lugarcito en los 70 y este recuerdo de alguien que hizo de vos uso y abuso. 

Revista Los 70 (Buenos Aires)



La Spika, chiquitita pero cumplidora 

Por Orlando Rígoli

"La Spika era retacona y morocha, venía abrigada por una funda de cuero y con el tiempo demostró ser más aguantadora que que un laburante de Singapur". Era la radio a transistores, el pequeño aparatito que permitía escuchar los partidos de fútbol en cualquier parte.
La aparición de un pequeño adminículo, el transistor, modificó los hábitos de toda una generación, que lejos estaba de suponer lo que sus ojos alcanzarían a ver en materia de cibernética.
Pero junto con él o mejor, merced a él, llegó a nuestras manos la radio portátil y el símbolo por excelencia de esa revolución se llamó Spika, la contracara exacta del burrito Platero, que "era tan suave y blanco como el algodón". La Spika en cambio, era retacona y morocha, venía abrigada por una funda de cuero y con el tiempo demostró ser más aguantadora que un laburante de Singapur.
Hasta su arribo, escuchar radio implicaba una compleja negociación familiar para lograr la mejor ubicación frente al voluminoso aparato. Pero a partir de la introducción de la Spika se hizo posible hasta escuchar el programa favorito mientras se sellaban facturas proforma en la Aduana -lo que dio origen a contrabandos en escala mayorista- y aún llevarse la pequeña a la cama.
Los fanas futboleros que otrora estaban obligados a permanecer paralizados en la cocina comprimiendo la vejiga hasta que terminara el primer tiempo para no perder detalle de los avatares de su equipo relatados por Fioravanti, podían satisfacer sus necesidades fisiológicas sabedores de que si ganaban uno a cero y tenían un corner en contra a los 44 minutos nada les impedía irse al baño con todos los defensores juntos.
Nuestra heroína fue también la responsable de la desaparición en las canchas del famoso tablero de la revista Alumni, que informaba de los resultados que se registraban en los demás estadios. Así, el propietario de la portátil pasó a ser el referente obligado a la hora de las consultas. "Che negro, cómo van los bosteros" o "ya terminó Lanús", se convirtieron en requisitorias habituales. 
Los más perjudicados fueron los comentaristas, quienes dejaron de gozar impunidad. Si alguno se animaba, por ejemplo, a decir que el triunfo visitante por 6 a 0 había sido justo, los plateístas locales se amontonaban frente a la cabina y Spika en mano lo miraban con el mismo cariño que un militante del IRA al primer ministro inglés.
El aparatejo incrementó además el nivel de puteadas contra los relatores deportivos, ya que permitía comparar lo que se escuchaba con lo que se veía. Se advertía entonces que la velocidad de la transmisión no condecía con el ritmo de siesta santiagueña que tenía el partido. A su modesta manera se constituyó en la antecesora del telebeam -al alcahuete futbolístico de los 90- con la ventaja de que cada uno la manejaba a su antojo.
Luego se fueron agregando nuevos servicios: fue accesorio obligado del 2CV -que venía más desnudo que la Maja de Goya- amenizó la hora de química en la secundaria y permitió que prestigiosos profesionales que asistían a la función de abono del Colón con su legítima esposa para deleitarse con la Quinta de Beethoven, pudieran enterarse -audífono mediante y con cara de circunstancias- de cómo le iba a Estudiantes en la Libertadores.
Sin embargo no faltaron los escépticos, aquellos que ateniéndose a una lógica inobjetable descreían de su seriedad. ¿Cómo se puede confiar -pensaban- en la información que pueda proporcionar un artefacto tan pequeño e inexperto?.


Revista Los 70 (Buenos Aires)



Cartas entre Montoneros y Perón sobre la ejecución de Aramburu


Los Montoneros a Perón

Argentina, 9 de febrero de 1971. 

Al General J. D. Perón:

Como hemos hecho en oportunidades anteriores, aprovechamos la comunicación que con Ud. tienen los compañeros del Movimiento, para hacerle llegar nuestras inquietudes con respecto al proceso revolucionarlo del pueblo argentino...
Deseamos hacerle conocer algunas consideraciones nuestras sobre hechos claves que determinan los pasos a dar por el Movimiento, tanto en el futuro inmediato, es decir tácticamente, como en el futuro a largo plazo, es decir dentro de la concepción estratégica. En primer lugar, cree necesario explicar las serias y coherentes razones que nos movieron a detener, juzgar y ejecutar a Pedro Eugenio Aramburu.
Nos preocupan algunas versiones que hemos recogido, según las cuales nosotros con este hecho estropeamos sus planes políticos inmediatos. Demás está decir que no está en nuestros propósitos entorpecer la conducción de conjunto que Ud. realiza para la marcha del Movimiento en su totalidad. Desgraciadamente, además, nuestros actos apuntan a señalar la única estrategia que consideramos correcta, sin tener, en general, vinculación táctica con otros sectores del Movimiento.

Perón o Muerte Viva la Patria


Respuesta enviada por el general Perón el 20 de febrero de 1971 a la organización Montoneros 

(Fragmentos)

Madrid, 20 de febrero de 1971. 

A los compañeros Montoneros - Buenos Aires

Mis queridos compañeros:

Por mano y amabilidad del compañero Don... he recibido vuestras cosas y él les podrá comentar de viva voz mis pensamientos al recuerdo y saludo que retribuyo con mi mayor afecto... Comienzo por manifestar mi total acuerdo con la mayoría de los conceptos que esa comunicación contiene como cuestión de fondo:
1°) Estoy completamente de acuerdo y encomio con todo lo actuado. Nada puede ser más falso que la afirmación que con ello Uds. estropearon mis planes tácticos porque nada puede haber en la conducción peronista que pudiera ser interferido por una acción deseada por todos los peronistas. Me hago un deber en manifestarles que si eso ha sido dicho, no puede haber sido sino con mala intención. El compañero les hará conocer mi apreciación de situación y resolución para el año 1971 y por ella podrán quedar perfectamente en claro sobre la acción futura.
2°) Otro tanto sobre el asunto que este apartado menciona en su carta: es totalmente falso que haya perturbado plan táctico alguno.
Esta lucha también concurre a la Guerra Revolucionaria que es capaz de hacerlo. 
Si Uds. leen la apreciación, resolución y consideraciones podrán percatarse que, en el fondo, estamos totalmente de acuerdo, como no podría haber sido de otra manera...
En estos planes intervienen todos los elementos de las organizaciones de superficie, como los grupos activistas empeñados en la Guerra Revolucionaria. Como les explicará el compañero, mientras las organizaciones de superficie obedecen a una conducción centralizada, las organizaciones que se encargan de la Guerra Revolucionaria tienen absoluta independencia en su Conducción y coordinación más que nada por los objetivos.
3°) ...
4°) ...
5°) Totalmente de acuerdo en cuanto afirman sobre la Guerra Revolucionaria. Es el concepto cabal de tal actividad beligerante. Organizarse para ello y lanzar las operaciones para pegar cuando duele y donde duele es la regla. Donde la fuerza represiva esté: nada; donde no esté esa fuerza: todo. Pegar y desaparecer es la regla porque lo que se busca no es una decisión sino un desgaste progresivo de la fuerza enemiga...
Finalmente compañeros, les ruego que hagan llegar a los compañeros mis más afectuosos saludos y acepten mis mejores deseos. También les ruego les hagan presente y trasmitan mis saludos a todos los compañeros que están presos o perseguidos por la dictadura y les lleven la persuasión que tal situación no ha de durar mucho.

Un gran abrazo 

PERÓN


In Memoria, I - Libro publicado por el Círculo Militar Argentino.


Reportaje a las Fuerzas Armadas Peronistas (F.A.P.)

Argentina.- En las 12 preguntas hechas a las FAP estas definen su condición de peronistas y su vocación revolucionaria que no nace en ellas sino en la trayectoria histórica del movimiento. También muestran su vocación de dialogar a nivel militante con las demás fuerzas revolucionarias que, sin ser peronistas, luchan por la liberación nacional. Un principio que, por cierto, descarta a los conglomerados que desde posturas seudorevolucionarias aceptan los modos de convivencia del régimen, y son la "claque" de nuevos parlamentos, de promisorias salidas políticas. La esquela de Juan Perón representa un inconfundible espaldarazo a los militantes del organismo armado periodista: Perón los alienta a continuar en la lucha contra el régimen hasta el triunfo total. En suma, Perón los reconoce como los únicos militantes que desde el peronismo no pretenden heredar el sistema sino que se han convertido en constructores de un mundo nuevo.
- Suele sorprender, sobre todo en el extranjero, que una de las manifestaciones más importantes de las guerrillas en la Argentina, sea peronista y esgrima como consigna el retorno de Perón al país y al gobierno. Sectores del peronismo reformista también reclaman ese retorno y lo han procurado inútilmente por la vía del pacto político, las elecciones, etc. Tales sectores, por otra parte, se conformarían con un regreso al gobierno peronista de tipo constitucional y parlamentario de 1945 al 55 y con una revolución nacional burguesa similar a la que se desarrollo pacíficamente en ese periodo, pero no reclaman e incluso rechazan una revolución social o más claramente, socialista. ¿Qué clase de retorno y qué clase de gobierno propugnan las FAP?
FAP: Su pregunta se refiere específicamente a que resolvamos la contradicción que significa que tanto sectores reformistas como organizaciones revolucionarias del movimiento peronista levante simultáneamente las mismas banderas.
Toda la resistencia peronista, a partir de 1955, ha tenido un denominador común: oponerse a la ofensiva oligárquica y a la penetración imperialista. Los métodos y las formas que llevó a la práctica son los métodos y formas que puede producir un movimiento nacional de un país dependiente que reúne en su seno a la casi totalidad de la clase trabajadora y simultáneamente a sectores burgueses. (Hasta 1955 la dirección del movimiento estuvo preponderantemente en manos de sectores de la burguesía nacional).
Lo importante es que todo este periodo de resistencia ha servido no sólo para decantar hombres y marginar a los sectores burgueses, sino también para profundizar a nivel masivo una metodología de lucha, cada vez mas protagonizada por la clase trabajadora.
El movimiento peronista esta constituido esencialmente por la clase trabajadora. 
El peronismo es la mayor y más clara identificación de clase de nuestro pueblo. 
A su vez el antiperonismo identifica a la oligarquía. La presencia insobornable del peronismo explica la dictadura militar en nuestro país. El peronismo sinónimo de pueblo impide cualquier maniobra reformista o seudodemocrática. Si esto es así, si en los últimos 25 años el peronismo ha constituido sin lugar a dudas, la más consecuente oposición antioligárquica y antiperonista; así junto a la realidad incuestionable se verifica un profundo odio por parte de la oligarquía y simultáneamente un profundo amor y respeto, por parte del pueblo, hacia el líder máximo e indiscutible, así, a través de todos estos años, ha quedado demostrado que Perón no es encuadrable de ninguna manera dentro del sistema; está claro que significa el retorno de Perón y, además, que esto sólo es posible en el transcurso de un proceso revolucionario.
El retorno de Perón, es, entonces, una consigna revolucionaria porque es la más clara identificación de clase y porque esta supeditado a la derrota total de la oligarquía por el pueblo en armas. La existencia de sectores, dentro del movimiento, que aun siguen manteniendo planteos reformistas se debe a que desde su origen integraron el peronismo sectores de la burguesía nacional que todavía subsisten y a cuyos planteos se adhieren dirigentes sindicales burocratizados. 
La representatividad de todos estos sectores está hoy en franco deterioro y su conducción es mas aparente que real.
Respecto a la segunda parte de su pregunta: es evidente que la humanidad marcha hoy en lo económico hacia formas socialistas de producción. Nosotros no nos contentaríamos con una perspectiva de mera distribución de riqueza. La liberación total, la creación del hombre nuevo que buscamos trasciende los marcos puramente económicos.
Las FAP no propugnan formas de gobierno. Las FAP fundamentan su estrategia en la construcción de una organización político-militar revolucionaria que se consolide en una guerra prolongada con la participación masiva del pueblo. Esta participación consciente del pueblo determinará la calidad y las formas de gobierno.
- Entre 1955 y 1959, principalmente sectores obreros peronistas libraron contra los regímenes que sucedieron a Perón una lucha armada heroica pero rudimentaria, a la que se llamó resistencia. Hoy se ve con claridad que aquella primera resistencia peronista fue negociada por los dirigentes políticos y sindicales que llegaron al pacto con el Frondicismo. ¿En qué es distinta la situación en 1970 y por qué es imposible la repetición de aquel proceso?
FAP: Todos los métodos de lucha adoptados en la permanente actividad de resistencia del peronismo tuvieron como protagonista y ejecutor principal al conjunto de la clase trabajadora, y efectivamente esa lucha fue negociada, y a veces traicionada por algunos de los dirigentes del peronismo. Pero todo este proceso produjo, por un lado, la progresiva participación de la clase trabajadora en la conducción misma de la lucha y, por otro un nivel de conciencia que determina que hoy no exista la posibilidad de repetir experiencias ya agotadas. De aquí mismo han surgido los militantes y activistas que hoy conforman la organización revolucionaria peronista. Simultáneamente se produce el deterioro de las conducciones burocráticas, su pérdida de representatividad y de mando real. Todos los elementos, añadidos a la agudización de las condiciones objetivas, determinan la imposibilidad de repetición de procesos al estilo resistencia.
- La resistencia obrera peronista a partir de 1955 se vio aislada e incluso enfrentada con los sectores estudiantiles y profesionales que hoy parecen acompañarla o por lo menos mirarla con simpatía. ¿Hasta qué punto es permanente la actual alianza obrero-estudiantil y en qué medida influirá sobre las luchas de masas y sobre la lucha armada en la Argentina?
FAP: Efectivamente desde tu tiempo a esta parte se ha dado un salto cualitativo en el movimiento estudiantil, en la medida de su acercamiento a lo nacional y a las luchas concretas de los trabajadores además de una progresiva comprensión del peronismo. Esto brinda perspectivas optimistas en cuanto a una alianza obrero-estudiantil, cuya permanencia estará determinada fundamentalmente por la profundización de las luchas mismas de la clase obrera, lo que, obviamente, fortalecerá tanto las luchas de masas como la lucha armada.
- En 1969 se dieron en la Argentina especiales acciones de masas, obrero-estudiantiles, que ocuparon ciudades enteras- Córdoba y Rosario- y derrotaron momentáneamente a la policía. A partir de ese momento la teoría de la insurgencia general como la vía revolucionaria para la Argentina se sumó a la teoría de la creación de un ejército popular y la lucha armada prolongada. Esas dos concepciones, ser reparten hoy el campo revolucionario. ¿Son excluyentes o bien deben reforzarse mutuamente las acciones de masas y las luchas armadas?
FAP: Nuestra estrategia se opone a la teoría de la insurrección popular como vía revolucionaria. Y es erróneo fundamentar esa teoría en hechos como las acciones masivas de 1969 en nuestro país, que tampoco fueron guiadas por esa concepción. 
Tampoco se inscribieron en una estrategia de lucha armada. El nivel en que actualmente se desarrolla la ofensiva contrarrevolucionaria impone la lucha armada como una vía conducente al triunfo. Durante toda una primera etapa de la lucha de masas se seguirán dando en forma no coordinada con las acciones armadas de las organizaciones revolucionarias.
Este accionar el pueblo, es de toda maneras, conducente, en la medida en que aporta a uno de los objetivos de la guerra: el debilitamiento del enemigo. Es una tarea de los revolucionarios encontrar la manera de unificar, en una estrategia de conjunto, todas las formas y niveles de lucha.
Nuestra tarea política fundamental en este momento es tratar de incorporar a las luchas reivindicativas métodos similares a los de la guerra revolucionaria. De allí que nuestras operaciones tienden a demostrar la viabilidad del método, por un lado, y la vulnerabilidad del régimen, por el otro. El grado a que lleguen las represiones policiales y la prepotencia patronal le imponen a la clase obrera la implementación de formas organizativas de clandestinidad y seguridad similares a las de las organizaciones armadas. Si bien así este proceso es incipiente, es evidente que en la medida en que la clase trabajadora vaya adoptando nuevos métodos se han de elevar la calidad y la eficacia de la lucha de masas.
- Las FAP se iniciaron en 1968 con un fracaso en la guerrilla rural -Taco Ralo, en la provincia de Tucumán- y reaparecieron en 1969 y 70 con varios triunfos en medios urbanos. Aparte del factor azar, que siempre puede pasar sobre operaciones aisladas, ¿es posible extraer de esa experiencia opuesta a Taco Ralo, algunas lecciones más generales sobre la guerrilla argentina?
FAP: Taco Ralo se tiene que colocar dentro de la experiencia de la vanguardia latinoamericana. El ejemplo de la revolución cubana repercutió dentro de las filas del peronismo, impulsando a su vanguardia a concretar las normas de la guerrilla rural. La derrota de Taco Ralo, no significa que en nuestro país se dé por fracasado el método de la guerrilla rural. Las características especificas de la Argentina -grandes núcleos de concentración urbana, por un lado, y zonas 
geográficas y políticamente aptas para la lucha rural, por otro, determinan que la lucha armada se ha de verificar tanto en el terreno rural como en el urbano.
- La experiencia de Taco Ralo sugiere que las FAP pasaron por un periodo foquista. ¿Ha sido superada esa etapa? En caso afirmativo, ¿en qué etapa se encuentran hoy las FAP?
FAP: En Taco Ralo cometimos el error estratégico fundamentalmente referido a los aspectos militares: inexistencia de redes logísticas y falta de consolidación de la estructura urbana. Nuestra confianza fundamental a nivel político se basaba en la gran capacidad de lucha del pueblo peronista. De cualquier manera entendemos que existió una tendencia foquista en la medida en que confiamos excesivamente en la organización espontánea del pueblo para este tipo de lucha. 
Es a partir de aquí que se empieza a consolidar en términos más precisos nuestra estrategia. En la actual etapa las FAP se proponen la consolidación de la organización y la propagando del método y de las posiciones políticas dentro del desarrollo de las operaciones armadas y de las acciones de masas.
- Aparte de las FAP otros grupos que también esgrimen la consigna de "Perón Vuelve" han realizado acciones contra objetivos menores, ¿Es un fenómeno de contagio o el resultado de las aplicaciones conscientes de la descentralización de las acciones dentro de la unificación de la doctrina, similar a la que se propuso en Brasil Carlos Marighela?
FAP: Más que un fenómeno de contagio, lo que demuestra la sucesión de acciones armadas realizadas por diferentes organizaciones con nuestras mismas consignas, es el nivel de madurez de la vanguardia del movimiento peronista para asimilar una metodología correcta. Carlos Marighela llevó al plano de la enunciación teórica una característica de la realidad brasileña. Esta característica se está dando también en nuestro país. No es el resultado de una aplicación consciente, planificada. Es el fruto del desarrollo de un proceso: Los sectores más claros de nuestro movimiento, influenciados por nuestro accionar y por el peso de la realidad, han comenzado a desarrollar autónomamente organizaciones armadas. 
Nuestro objetivo en este orden de cosas es tratar de lograr una unificación en el plano de la estrategia común.
- Las FAP se han referido con respeto y sin sectarismo a otras organizaciones no peronistas que han emprendido el camino de la lucha armada en la Argentina. 
¿Esto indica a mediano o largo plazo, la posibilidad de reunificar las acciones y eventualmente el comando de la guerra revolucionaria en la Argentina?
FAP: Nuestro respeto hacia organizaciones no peronistas es la obligación que tenemos para con cualquier núcleo de argentinos que inicia concretamente el camino de la lucha armada revolucionaria. El hecho de que no se proclamen peronistas indica una diferencia política que no es lo que nos inquieta fundamentalmente en este momento, pues no nos creemos dueños de la revolución. 
Lo que nos preocupa es evita el riesgo que significarían actitudes de competencia o desinteligencia entre las organizaciones armadas que hoy estamos doblando nuestro esfuerzo en debilitar a un enemigo común. Esta actitud, que implícitamente requerimos a toda organización revolucionaria, implicaría en un futuro la concreción de un sólido Frente de Liberación Nacional.
- Dentro de América Latina, la clase trabajadora argentina ha demostrado una capacidad excepcional de movilización y organización. ¿Eso crea condiciones distintas ara la guerra revolucionaria que en otros países del continente? 
Concretamente, ¿Es posible así quebrar la constante que caracteriza a los restantes movimientos guerrilleros, integrados principalmente por universitarios, intelectuales, estudiantes y en mucho menor grado pro obreros?
FAP: En las experiencias de lucha armada del peronismo, Uturuncos (primera guerrilla aparecida en 1959 en Tucumán), Taco Ralo, tuvieron relevante participación los compañeros trabajadores. La excepcional capacidad de organización y movilización que tiene nuestra clase trabajadora determina desde ya que solamente ha de quebrarse la citada constante de la composición de los grupos guerrilleros sino que nos hacen prever un desarrollo de la guerra del pueblo con características muy particulares.
- Se ha observado una presencia casi invariable de algunas mujeres en los grupos de acción de las FAP. ¿Qué significado se le da a este hecho?
FAP: Nosotros partimos por principio de una amplia concepción revolucionaria de acuerdo a la cual la mujer tiene que tener el mismo grado de participación que el hombre en todos los procesos de la sociedad y, sobre todo, en el proceso de cambiar una sociedad que la ha sumergido en una situación de marginación y dependencia. Es por ello que en las FAP, mujeres y hombres tenemos el mismo grado de participación en todas las tareas revolucionarias y en todo tipo de responsabilidades, especialmente en la primera línea de combate. Además es la continuación de toda una trayectoria en nuestro movimiento, ejemplificada no sólo por Eva Perón sino también por las medidas concretas del gobierno peronista que elevaron a la mujer argentina en todos los ordenes especialmente el político.
-En varios países de América Latina se han desarrollado acciones armadas de organizaciones revolucionarias que se plantean objetivos de liberación nacional. 
¿Existe ya una idea o estrategia de continentalización de la guerra revolucionaria?
FAP: Señalamos como principal enemigo de la humanidad a los Estados Unidos de Norteamérica. En esta medida nos sentimos solidarizados con la lucha que desarrollan todos los pueblos sometidos del mundo en contra de este enemigo. La dominación de los Estados Unidos en América Latina tiene características muy claras y especificas. La lucha de nuestros pueblos por su liberación es la respuesta consciente a esa opresión.
Estados Unidos acciona respecto a América una estrategia continental de dominación. Seria utópico, entonces, plantearnos aisladamente la liberación de nuestra patria. Es decir, nuestra estrategia deberá ser también continental. La liberación total solo será producto de la derrota del imperialismo a nivel continental. Ahora bien, queda claro que una estrategia de continentalización de la lucha a partir de un desarrollo de la guerra revolucionaria en cada uno de nuestros países. Este es el aporte de este momento a la continentalización de la guerra. Llegara el momento en que se impondrá la coordinación de las luchas nacionales, cuando la guerra en cada país, haya alcanzado un adecuado crecimiento.

Cristianismo y Revolución, Nº 25 - Septiembre 1970 




La última batalla de Agustín Tosco

Por Vicente Zito Lema


Para unos era de la estirpe de Icaro, o de Prometeo. A otros les parecía la versión laica de Juan el Bautista y, al igual que éste, halló la muerte bajo el reinado de una oscura bailarina. Esto aconteció el 4 de noviembre de 1975, hace ya veinticinco años cuando, estando en la clandestinidad, fue víctima de una dolencia que en circunstancias normales hubiera sido fácil de tratar. Entonces la persecución, las calumnias, los intentos de asesinato cedieron paso a algo peor: el olvido. 
Hoy, cuando la tierra de promisión parece más lejana que nunca y el pueblo argentino busca a los tumbos su perdido camino en el desierto, resultan necesarias las voces de aquellos que, como Agustín Tosco, nunca callaron. El Gringo, como lo llamaban sus compañeros, había nacido en el sur de Córdoba, Coronel Moldes, el 22 de mayo de 1930. El mismo y con palabra clara contará su historia inicial: "Mis padres eran campesinos y yo trabajé junto a ellos desde chico una parcela de tierra. Después de cursar el colegio primario me trasladé a la ciudad e ingresé como interno en una escuela de artes y oficios. Allí se discutía mucho y el diálogo permanente me incitaba a profundizar la lectura. Siempre me gustó leer... En mi propia casa con piso de tierra y sin luz eléctrica me había construido una pequeña biblioteca precaria pero accesible. Corría la liebre. Tan sólo al cumplir la mayoría de edad conseguí incorporarme a Luz y Fuerza como ayudante electricista. Por aquella época ya había adquirido conciencia de los conflictos sociales y había decidido también tomar partido de mi clase. A los 19 años había sido elegido subdelegado y a los 20 ascendí a delegado". 
De ahí en más no habrá peligros, horarios ni claudicaciones. Vestido siempre con su mameluco azul de trabajo escribirá las mejores páginas de la lucha sindical en la Argentina, haciendo de la honestidad un culto, de la ética una guía para la acción y de la humildad su modo natural de vida. Símbolo del Cordobazo -una de las mayores gestas populares del siglo-, prisionero de las dictaduras, ejemplo aun en el cansancio, en la desorientación o en la peor desventura, colocando al servicio de los demás un enorme coraje personal y esa férrea voluntad con que se transforma la realidad. Veía el socialismo como un camino para la construcción del hombre nuevo y la nueva sociedad. Como pocos luchó para que así fuera. Tuvo la pasión de los convencidos, la fraternidad de los justos y alcanzó, sin dejar de ser nunca un trabajador, el más alto grado de conciencia crítica que en su tiempo se pudo lograr. Mirándonos en él, nadie se animará a pensar que la clase obrera argentina come vidrio.
La conversación había entrado en lo personal y dio pie a la última pregunta, pertinente para aquellos tiempos donde los destinos trágicos se habían convertido en una cotidianeidad: ¿cómo quisiera morir y cómo no quisiera?
Contestó casi sin respirar, pareció que las palabras las tenía siempre en la punta de la lengua: "El marxismo dice que la muerte es necesaria. Yo no me planteo cómo tendré que morir, creo que mi fin será consecuente con mi lucha, no sé en qué circunstancia. Lo importante es morir con los ideales de uno. Ahora, no me gustaría morir habiendo traicionado a mi clase".
Nos despedimos en el viejo bar de la calle Córdoba sin decir más, bastaba el apretón de manos. Me dejó una vez más la impresión de que nunca moriría. Y mientras caminaba hacia mi casa, yo por entonces vivía en el Bajo, recordé lo que me había contado un compañero. De todas las historias sobre Tosco era la más hermosa y acaso la que lo retrataba de cuerpo entero, justificando con creces esa sensación de respeto que sentía por él, y que nunca había sentido, así tan profunda, por nadie. 
El compañero había contado: "Yo estaba preso en Trelew, cuando los fusilamientos del 22 de agosto... fue algo terrible, de no creer... habían matado a los dieciséis a sangre fría... en la cárcel empezamos a golpear las puertas, estrellábamos los jarros contra las rejas, gritábamos, puteábamos... Al fin me encontré tirado sobre la cama, sin saber qué hacer... Cada vez era más profundo el silencio en los calabozos... Nos fue ganando la tristeza más grande del mundo y, de pronto, de a poquito, alguien por la ventana comenzó: Compañeros... compañeros... compañeros... los quiero escuchar... compañeros no se caigan, porque si ustedes se caen ellos están muertos, pero está en ustedes que los hagan vivir... Y esa tonadita cordobesa fue la del Gringo Tosco, que estuvo más de veinte minutos arengándonos y diciéndonos que salgamos y ahí salimos todos de nuestro encierro y yo creo que fue por primera vez que se empezó a mencionar cada uno de los nombres de los caídos y todo el grupo gritaba bien fuerte ¡Presente! ... El Gringo me enseñó algo muy grande, que la voz de los sin voz surge naturalmente... El, que no quiso fugarse, aunque se lo ofrecieron, porque sentía que un dirigente obrero tiene que vivir en la luz, se hizo cargo del dolor de todos y nos marcó el camino."
Tras el esperanzado y corto paso por la Casa Rosada de Héctor Cámpora -rápidos y embriagadores serían esos meses; "un alazán en las pampas", habría dicho Marechal- y ocurrido el fallecimiento del general Perón -para muchos el duelo por el padre; para otros, la sonrisa casi en rictus de un antiguo odio reverdecido, y todos bajo un cielo color de cuervo, con tormentas y presagios-, se suceden gobiernos que bajo el manto protector de la herencia peronista cumplen a fondo su misión, ya sin contradicciones: frenar el ascenso popular, entretenerlo y desviarlo, llevándolo a una encrucijada sin salida.
La confusión, el desaliento y hasta el miedo cundirán en sectores que hasta ayer mismo habían soñado tocar el cielo con las manos. 
Algunos por cansancio, otros acosados y de espaldas contra la pared comienzan a imaginar el exilio.
-Susana, ¿Tosco pensó en irse del país al menos por un tiempo?
La compañera de Tosco me mira, luego baja los ojos hacia el mate y habla, serena, sin rencores, pero la voz denota que la herida aún quema.
-Pudo haberlo hecho, prefirió sin embargo esperar aquí... y aquí lo alcanzaron la enfermedad y la muerte -dice y vacía muy rápido el mate.
Será un tiempo difícil, también confuso. Unos resisten y hasta redoblan la apuesta del combate; otros muchos comienzan a practicar el silencio. Los rumores de un golpe militar se escucharán cada vez más fuertes. Si bien se vivía bajo un régimen cerrado y represivo, con la Triple A paseando la muerte a su antojo, la proximidad de las elecciones permitía abrigar alguna esperanza.
Agustín Tosco decide librar la que sería su última batalla: frenar el asalto al gobierno por los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas, día a día más hegemónicos y abiertamente agresivos.
En condiciones de extremo peligro se traslada a buenos Aires. Allí se entrevista en secreto con dirigentes de distintas procedencias, Raúl Alfonsín y Oscar Alende entre otros. Su intención es formar un frente patriótico y democrático, lo suficientemente amplio como para incluir a las organizaciones armadas, con el fin de aislar a los sectores golpistas. Es entonces que siente los primeros síntomas de su enfermedad: terribles dolores de cabeza que no calman las fuerte dosis de aspirinas ni las ampollas bebibles de analgésicos, a los que se agregan las pérdidas del equilibrio y por último los desvanecimientos.
El frente no se puede concretar: las diferencias son insalvables. El campo popular tendrá que sufrir la embestida de sus verdugos debilitado por sus gruesas divisiones.
Acaso por primera vez abatido, Tosco regresa a Córdoba. Como una metáfora del país, su organismo se deteriora rápidamente.
"Lo hicimos ver por médicos amigos. Pero hacía falta internarlo y hacerle estudios. No podíamos por su clandestinidad. No conseguíamos dónde. Cuando al final encontramos un lugar, ya era tarde; las cosas habían pasado a un punto sin retorno. El Gringo fue una víctima más de la represión." Me lo dirá Arnaldo Murúa, uno de sus abogados defensores, mientras caminamos por las calles de Córdoba y recordamos caminatas y charlas similares junto a los canales de Amsterdam, cuando el exilio. 
Más enfermo y aún más debilitado, Agustín Tosco -que ahora oculta su apariencia tras un bigote, un peluquín y un "blanqueo" de esos dientes que lo delatan por sus caries- es llevado de escondite en escondite. La Triple A lo ha condenado a muerte y el propio jefe de policía de Córdoba lo tilda públicamente de "criminal terrorista". Come mal, pan y queso suele ser el menú diario y, a pesar de los esfuerzos, no hay manera de cuidarlo mejor. Sin embargo su leyenda va en alza (algunos dicen que vive en un tanque de agua, otros cuentan de sus amores con una monja que lo protege en un convento y hasta hay quien cuenta que lo vio tomando café en un bar frente al cuartel de policía); lo cierto es que el deterioro crece y crece. Le cuesta hablar. Sufre mucho. Siguen las angustiosas mudanzas de madrugada (sus compañeros más de una vez lo ayudan a guardar en una sábana o en diarios sus pocas ropas, sus papeles y su inseparable máquina de escribir). Tosco manuscribe sus últimas cartas con dificultad. Una de ellas está dirigida a sus padres, fechada supuestamente en La Plata, con letra vacilante dice: "Desde hace tiempo no les escribo por la situación de clandestinidad que padezco. Pero la mala suerte me embromó bastante y desde hace un mes y medio estoy internado en un hospital de La Plata. La pasé muy mal, estuvieron a punto de operarme de la cabeza; pero paulatinamente pude ir recuperándome. Hoy, como ven, les puedo escribir a mano. Pienso que para fin de mes estaré bien y podré reintegrarme a mis actividades. Son muchísimas las cosas para hacer y todo el que pueda debe aportar. Como es el Día de la Madre, le envió un obsequio a Mamá. (...) Pese a todas las dificultades seguiremos adelante. Esperamos que la suerte nos ayude. Cariños y besos a Lucy y Papá. Será hasta la próxima. (...). Ya en grave estado sus compañeros deciden trasladarlo secretamente a buenos Aires. Han conseguido un lugar y lo internan con un nombre falso. Al fin es tratado por un equipo médico.
-... La última vez que lo vi fue tres días antes de su muerte. No estuve en los últimos momentos porque mi presencia no era necesaria y había que moverse con mucha discreción dado lo peligroso del momento. En un principio pensamos que podía tratarse de un tumor, pero consultamos con neurocirujanos, se hicieron estudios y se descartó esa posibilidad. Se trataba de una encefalitis.
-¿Cuáles fueron los síntomas?
-Malestar general, fuertes dolores de cabeza y fiebre.
-¿Mantenía el conocimiento?
-Sí. Se trataba de una enfermedad que ataca al cerebro, como podría atacar otro órgano.
-¿Tenía origen virósico?
-No. Era una infección simple, por gérmenes; incluso hicimos un antibiograma para determinar el tipo de antibióticos necesarios. Yo participé en el diagnóstico en el aspecto neurológico, que es mi especialidad. El resto lo hicieron otros médicos que eran muy capaces y tenían mucha experiencia en infecciones.
-¿Estaba desahuciado?
-No. Se trataba de una enfermedad subaguda que en condiciones normales sería previsiblemente manejable. El problema es que él estaba muy deteriorado físicamente. Yo lo había conocido antes y pude ver la diferencia. Estaba muy demacrado y había perdido mucho peso.
-¿Era por la enfermedad?
-La enfermedad había hecho lo suyo. El estuvo internado con nosotros algunas semanas. Calculo que cuando llegó estaba enfermo desde hacía aproximadamente un mes. Pero fundamentalmente pienso que era la situación que estaba atravesando la culpable de ese deterioro.
-¿Piensa que fue mal atendido en Córdoba?
-No. Pienso que la persecución de que era objeto y las privaciones que sufrió lo habían deteriorado mucho. El era un hombre muy fuerte, que llevaba una vida muy sana. Incluso con el tratamiento empezó a repuntar, mejoró notablemente. La última vez que lo vi ya caminaba y hablaba con fluidez. Ante esa evolución se consideró que había superado la zona de peligro. Se decidió suspender los antibióticos y allí fue que tuvo una recaída de la que ya no pudo salir.
-¿Cuál fue el origen de la infección?
-No se pudo determinar, al menos yo no recuerdo... pasaron algunos años. No sé si los que manejaron la parte clínica llegaron a saberlo.
-¿Hay algún registro?
-No. Por razones obvias no se levantó historia clínica.
El médico Juan Ascoaga nos despide con la misma seriedad con que nos recibió. Descubro o acaso imagino que sus ojos en el fondo brillan.

Agustín Tosco muere en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1975. Corriendo otra vez toda clase de riesgos, un grupo de compañeros que se habían juramentado a defenderlo aun a costa de sus vidas, deciden trasladar su cuerpo para que pueda ser enterrado en su provincia natal. En un viejo bar de Villa María uno de aquellos compañeros me da detalles de la historia: "Lo llevábamos en una ambulancia, sentado en el lugar del acompañante. Algunos podrán decir que fue una locura o que no tiene sentido político, puede ser, para nosotros era otra cosa, se trataba de una cuestión de honor".
Oficialmente Tosco muere en Córdoba, el 5 de noviembre de 1975.
La noticia de su deceso circula de boca en boca con la velocidad de las malas nuevas. Los medios de comunicación guardan silencio o retacean la información todo lo posible. Sin embargo, el hecho es conocido, se declara un paro y numerosos trabajadores abandonan sus tareas para unirse a las exequias. Vuelvo a encontrarme con Susana Funes.
-¿Tosco tuvo una última voluntad?
-Sí, varias veces me había dicho: "Susana, si me pasa algo quiero que me velen en el sindicato".
-¿Fue así? 
-No, no pudo ser. El sindicato estaba en manos de los fascistas y no podíamos arriesgarnos a perder su cuerpo.
(Han pasado muchos años desde el día de la muerte. En la voz de la mujer ese día fue ayer.) 

Agustín Tosco es velado en la Asociación Redes Cordobesas. Se organiza una colecta popular para enfrentar los gastos del sepelio.
Durante la noche del 6 de noviembre, un desfile incesante de trabajadores se aproxima para darle su adiós. También se hacen presentes dirigentes políticos, como el ex presidente Arturo Illia, gente de los barrios, estudiantes, militantes sindicales y de las organizaciones guerrilleras. Nadie quiere esquivar el cuerpo en la despedida al dirigente obrero perseguido. Nadie acepta quedarse con un dolor sin respuesta a solas. 
El mal estado del tiempo no arredró a la gente que creció en su número, que se mantuvo firme. Antes tuvieron que vencer el estupor: sí, el Gringo había muerto.
Una docena de oradores se suceden ante sus restos. Pálidos, consternados, fumando a más no poder.
Cuando alrededor de los cinco de la tarde mengua por instantes la lluvia, sus compañeros deciden iniciar la marcha hacia el cementerio de San Jerónimo.
Unas seis mil personas participan en los primeros tramos del cortejo fúnebre que avanza por las calles Roma y Sarmiento; se suman a la columna varios centenares más. Son muchos los que observan desde las veredas, son también muchos los que bajan la cabeza. Desde los balcones de los edificios caen flores. Al llegar al puente Sarmiento la multitud supera las diez mil personas. Hay banderas argentinas y también algunas rojas. Flamean juntas, sobre el silencio.
En tanto, el dispositivo represivo se hace cada vez más evidente. Allí están los inconfundibles matones armados sobre los techos del Automóvil Club Argentino. Tampoco faltan los patrulleros, la policía montada, las cuadrillas con perros, ni los autos verdes con policías de civil que ostentan sus itacas. Se ven hasta helicópteros sobrevolando el cortejo en clara actitud de intimidar.
Pero la marcha continúa y se sigue sumando gente. Siguen cayendo claveles rojos y de pronto la lluvia. La columna ya ocupa todo el ancho de la avenida y tiene varias cuadras de largo. Son más de veinte mil los que están presentes, a pesar de las amenazas y la lluvia, cada vez más intensa, de primavera.
Se escuchan consignas: "Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical" es acaso la cantada con más rabia.
La policía y los matones del gobierno aumentan su provocación. Los testigos recuerdan risas, burlas, gestos obscenos y las armas que ahora no sólo se llevan sino también se ostentan con ruido, con movimientos gruesos. 
El cortejo dobla por la calle Zanni para cubrir las últimas cuadras que conducen al cementerio. En la plaza que está a su frente, aguardan otros tres mil militantes. 
Quienes estuvieron presentes cuentan que, pese a la multitud, en el lugar el silencio era abrumador. "Las palabras ya no valían nada", dice ahora, con voz entrecortada un viejo luchador sindical. La idea es trasladar el féretro hacia el panteón de la Unión Eléctrica. Frente a sus restos los oradores se aprestan a concluir el acto. Después de la dignidad del silencio, la dignidad de la palabra para despedir a un hombre digno. Habla en primer término una maestra, después un estudiante, con la misma claridad, con igual emoción. Más de uno llora sin darse cuenta, tal vez crea que es la lluvia que no cesa. Finalmente es el turno del secretario de la Unión Obrera Gráfica de Córdoba. En ese momento la policía y los matones inician el ataque. Golpes, culatazos, ráfagas de ametralladoras. Es el desbande. Muchos corren. Otros buscan seguridad tirándose cuerpo a tierra. Se ven mujeres con criaturas refugiándose detrás de las bóvedas. Hay heridos. Hay impotencia en la gente desarmada. Se impide trabajar a periodistas y fotógrafos. Se practican decenas de detenciones. En medio del desconcierto, una pareja busca con desesperación al hijo que se soltó de su mano. Es cuando un obrero de Luz y Fuerza, desafiante, grita: "Todos somos Tosco". "El Gringo vive." Habrá un silencio. Y luego, como un eco, como una tromba marina, el grito de todos: "El Gringo vive". Hay momentos que marcan la realidad, la convierten en símbolo y en historia. Este será uno de ellos.
-¿Por qué durante tantos años en la lápida no se puso una placa con su nombre y apellido?
-Pienso que fue una medida tomada por sus amigos para proteger sus restos, más de uno se la tenía jurada y esos tipos son capaces de cualquier barbaridad -responde el cuidador del panteón que guarda los restos de Agustín Tosco. 
Es bueno recordar que cuando nos íbamos, habríamos dado unos cincuenta pasos, aquel hombre moreno y bajo, de pelo bravío, se acercó corriendo y agitado dijo: "Tengo un trabajo de mierda, de estar todo el día con la muerte mi vida se volvió una mierda... Pero yo tuve mi mejor momento y no lo olvido".
Prende un cigarrillo, y dice, y se desahoga. "Había una huelga general, los muchachos del cementerio también fuimos. Nos dispersaron a palos, la policía nos daba duro, de pronto me vi cerca de Tosco, era un gigante, me puse detrás y sin que él lo supiera le cuidé la espalda. Era un tipo hermoso, el Gringo. En esa media hora de palos y palos me olvidé de la muerte y yo, que soy un cagón, no tuve miedo. Esta historia es lo mejor que tengo. ¿Qué cosa, no?".
Se volvió corriendo a su trabajo, pero de pronto se paró y casi a los gritos dijo: "Me llamo Justo, y a mi hijo le puse Agustín...".
No era el mejor lugar, pero lo vi reír. 
Y después en un solo movimiento que fue lento en el inicio y decidido al final levantó su puño cerrado hacia el cielo.


Locas, cultura y utopía, Nº 1.


Santucho en Campo de Mayo


(Del testimonio del ex sargento del Ejército Argentino, Víctor Ibáñez)


"Te digo la verdad, yo creo que no sabían que era Santucho (1). 
"Te cuento lo que yo escuché por boca de los mismos que participaron en ese operativo. Parece que la cosa empezó cuando una vecina se encontró con que cerca de su casa, en el cruce de las avenidas Constituyentes y General Paz, gente de la Escuela de Mecánica de la Armada estaba haciendo un control de vehículos. 
Esta señora, una chusma de barrio, tipo la 'Tota', se acercó cargando la bolsa de las compras hasta dónde estaban los efectivos y les dijo que en su edificio, en Villa Martelli, todos los días se reunía gente rara. 
"Como estaba fuera de su zona, los marinos le pasaron el dato al Ejército, y Leonetti (2), que estaba de guardia, recibió el dato y se mandó para allá con su patota, integrada por gente del Colegio Militar. Llegó hasta el grupo de edificios en un Ford Falcón sin patente, al frente de un grupo de tres hombres vestidos de civil que portaban fusiles 'Para', que son como los FAL (3) pero con la culata rebatible. Lo de 'Para' viene porque eran los que usaban en ese tiempo 
los paracaidistas. Buscaron al portero, que los guió hasta la entrada del departamento (4). Y tocaron el timbre sin saber quiénes estaban del otro lado (5). 
"Liliana Delfino, que era la mujer de Santucho, abrió confiada la puerta como si estuviera esperando la llegada de algún conocido. Apenas vio a los de la patota se dio cuenta de cómo venía la mano y se puso a gritar: '¡Los milicos!, ¡Son los milicos!' Le pegó un empujón a la puerta como para volver a cerrarla. Pero Leonetti ya había puesto un pie adentro, y la hoja rebotó en el borceguí que tenía apoyado en el marco de la entrada. El portero se escabulló buscando refugio en el codo de la escalera, en el interior del departamento las mujeres 
gritaban que había que llevar a los niños a la bañadera, mientras que los hombres no atinaron a tomar sus armas. La patota aprovechó el factor sorpresa para ingresar en la casa y reducirlos a todos. 
"Según comentaron en 'El Campito' los que estaban en los grupos de tareas, a Santucho no le gustaba llevar armas. Era un especialista del pensamiento, de la concentración; por eso se había entrenado en las artes marciales. 
"Ese día en el departamento de Villa Martelli parece que no lo reconocieron; él se había cambiado el aspecto. Lo acomodaron junto a los demás, con las manos apoyadas en la pared y abiertos de piernas, para palparlos de armas. Leonetti se puso la pistola en la cintura para revisar a los guerrilleros. Santucho esperó a que llegara hasta él y cuando Leonetti estaba a punto de revisarlo se dio vuelta, con una toma rápida lo agarró del cuello, le sacó la pistola y le disparó al cuerpo. Los de la patota, apenas escucharon el primer tiro, empezaron a ametrallarlos a todos. Algunos se tiraron al piso, otro se tiró por la ventana y cayó en una especie de terraza que había en el segundo piso; lo agarraron con las piernas quebradas. 

Duro de matar

"Ese día yo estaba de guardia en la radio. Llegaron los autos y vi como de uno de ellos bajaban a tres prisioneros. Después me pidieron ayuda para cargar al que venía en otro de los autos, que estaba herido. Lo llevamos hasta el comedor de la tropa, donde comíamos nosotros. Lo acostamos en una de esas mesas largas de fórmica blanca. Un brazo le quedó colgando, lo tenía como quebrado por una bala. Todavía respiraba. 
"Por la radio le pidieron al Hospital de Campo de Mayo que enviaran con urgencia a un médico. Mientras tanto el Gordo Dos, que era el jefe de los interrogadores, con esa pronunciación que cortaba las palabras, como si fuera un intelectual, con tono de locutor, le recitaba a Santucho -sin saber que era él- lo mismo lo que le decía a cada prisionero que llegaba al campo: "Acá perdiste, con que me digas el cien por cien de lo que sabés no me voy a conformar, quiero el ciento diez por ciento de lo que tenés para decir..." Y seguía con el verso del hambre, la tortura, el terror que tenía por delante mientras estuviera prisionero en ese lugar; lo que era verdad. 
"Después llegó el médico. Era un tipo grandote, de bigotes y que fumaba en pipa. Ya tenía sus buenos años, creo que era teniente coronel. El Gordo Dos y los otros del grupo de inteligencia que se habían juntado en el comedor le dijeron que necesitaban salvar al herido para poder interrogarlo, que hiciera algo para que no se muriera. Pero él parecía mantenerse ajeno a todo. Chupaba la pipa junto a la ventana mientras miraba como bajaban a los que llegaron muertos del 
operativo. Chupaba la pipa como si estuviera ido, como si quisiera mantenerse ajeno a todo lo que estaba pasando en ese momento. 'Doctor -le dijo el Gordo Uno- necesitamos que se presente ante el herido'. El tipo giró apenas la cabeza y lo miró a Santucho, que tenía los ojos como dados vuela y apenas respiraba. 'Hay que llevarlo a cirugía', es todo lo que dijo. 
"A mí me mandaron a buscar la ambulancia. Cuando llegué al hospital de Campo de Mayo la única que estaba disponible era una Ford nuevita, cero kilómetro. Una donación al Ejército que había hecho no sé quién, y que estrenó Santucho. La llevé a los pedos hasta El Campito donde lo cargamos en una camilla flamante; y volví a los pedos hasta el hospital. "Cuando llegamos me llamó la atención el movimiento de coches y la cantidad de custodios de oficiales que se iban juntando en la puerta del hospital, que no había notado cuando fui a buscar la ambulancia. Se ve que en el ínterin, por los papeles que encontraron en el departamento de Villa Martelli, o por lo que pudieron deducir al identificar a los detenidos en ese operativo, cayeron en la cuenta de que el hombre que yo llevé en la ambulancia y que murió apenas ingresó en el hospital era Santucho, nada menos. 
"Yo me quedé al volante de la ambulancia unos quince minutos, esperando a que me dijeran que debía hacer. Mientras tanto el desfile de coroneles que llegaban para comprobar la muerte del jefe del ERP era incesante. 'Parece que es Santucho nomás', decían. 'Lo necesitábamos vivo, ¡qué cagada que esté muerto!', se lamentaban al salir del hospital. 
"Cuando el 'pelotón mudanza', que se ocupaba de los botines saqueando las casas de los secuestrados, trajo todo lo que había en el departamento de Villa Martelli, yo me quedé con una copa que había sido de Santucho. Tenía un agujerito que no se podía ver a simple vista, y cuando tomabas algo el líquido pasaba por ese agujerito y te caía todo encima Se ve que al hombre le gustaban los chascos, hacerle bromas a los amigos; medio Don Fulgencio. A esa copa la conservé hasta hace poco, después la tiré. 

El museo de la derrota

"En ese operativo, además de Santucho, también murió otro importante jefe del ERP, Benito Urteaga. Y se detuvo a Domingo Menna; a la mujer de Santucho que se llamaba Liliana Delfino, pero que era conocida como 'la alemana'; y a varios más de la cúpula guerrillera. 
"A Menna lo torturaron durante meses, y nunca dijo nada. Cómo se la bancó ese hombre yo no lo sé. Lo dejaban con la picana automática mientras los interrogadores se iban a comer, y no una vez, días y días. Al final los del GT terminaron por tenerle respeto. Igual con tiempo lo 'trasladaron' como a todos los demás. 
"Cuando Bussi se hizo cargo del Comando ordenó construir en un sector de Campo de Mayo un museo de la subversión. A Bussi le gustaban los museos. Ya había organizado uno en el Primer Cuerpo de Ejército, y otro en Tucumán. Ahí metía libros, panfletos, objetos y armas incautadas a los guerrilleros. También armaba como escenas que mostraban la actividad guerrillera personificadas con maniquíes, vestidos según cada caso. 
"Pero en el museo de Campo de Mayo, en vez de un maniquí de Santucho, Bussi puso su verdadero cuerpo en exposición. No sé cómo habrán hecho para conservarlo durante dos años, ni dónde lo mantuvieron escondido todo ese tiempo. Pero lo cierto es que a Santucho lo usaron como maniquí de Santucho. Y Bussi estaba satisfecho, a él le gustaba hacer como que todo lo que hacía era perfecto. 
Armaron el museo en un lugar chiquito, aprovechando lo que antes había sido la casa del intendente de la guarnición de Campo de Mayo. Y todos los días había un desfile militar que terminaba en la puerta del museo en el que estaba el cuerpo de Santucho, justo donde Bussi había ordenado construir un terraplén en el que él se instalaba para que cada mañana los efectivos le rindan honores. 
"Dentro del museo, en un subsuelo, Bussi hizo reproducir una cárcel del pueblo, como las que tenía la guerrilla. El día de la inauguración, Bussi se ocupó personalmente de acomodar en el sótano que estaba oculto por una losa, que se abría mediante un sistema mecánico, todos los objetos que se encontraron en el departamento en le que vivió Santucho. Ropa, cartas, documentación trucha, pelucas y bigotes postizos; y los pasajes de avión que se encontraron en su poder, con los que pensaba salir del país al día siguiente al de su captura. 
También bajó una silla y sobre ella acomodó el cuerpo de Santucho, vestido con la misma ropa que tenía puesta el día en que lo hirieron de muerte, manchada de sangre; tal como llegó al El Campito. 
"En la inauguración del museo no faltó ningún coronel, ningún obsecuente de los jefes del Comando. Todos querían desfilar ante el cadáver de Santucho. Me contaron que algunos oficiales llegaron a cuadrarse frente a él y gritaron: 
¡Viva la Patria! 
"No sé que hicieron después con los restos de Santucho. Habría que preguntarle al jefe del Estado Mayor. Martín Balza fue quien se ocupó de demoler las instalaciones que con tanto orgullo había construido el general Bussi. Así que él debe saber cuál fue el destino final de su cuerpo." 


(1) Mario Roberto Santucho, jefe de PRT-ERP.
(2) Capitán de Ingenieros Juan Carlos Leonetti, integrante de la Zona IV de 
seguridad y jefe del grupo de tareas que tenía asignado capturar a Mario Roberto 
Santucho. 
(3) FAL: Fusíl de Asalto Liviano, calibre 7,65 mm. 
(4) En la calle Venezuela 3149, 4° piso 'B', Villa Martelli. En Seoane, María: 
Todo o Nada, Editorial Planeta, buenos Aires, 1992. 
(5) Diversas versiones coinciden en una misma conclusión: el capitán Leonetti no sabía que en esa casa se ocultaba Santucho, y que ese día - el 19 de julio de 1976, a las 14.30- estaría reunido con otro de los más importantes dirigentes nacionales del ERP, Benito Urteaga. De otra manera no se entiende por qué llegó acompañado por una dotación de sólo tres hombres para llevar a cabo el operativo, ni la imprudencia con la que se manejó el jefe del grupo quien ingenuamente golpeó la puerta del departamento en el que estaba alojado el jefe guerrillero. Sin lugar a dudas, de haberse sabido de antemano la importancia del objetivo, la cúpula militar no habría dejado en manos de un oficial subalterno la gloria que para ellos representaba estar entre los protagonistas de la captura del mítico comandante del ERP. 



Historia de la represión institucional en la República Argentina

Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora

1.- BOMBARDEO A LA PLAZA DE MAYO; 1955.

En el año 1955, cuando los militares destituyen a Perón, lo hacen bombardeando una manifestación de civiles convocados en nuestra famosa Plaza de Mayo para defender a un presidente legal.
De ese bombardeo a civiles hubo muchos testigos que, asomados a las ventanas - sin darse cuenta del riesgo ni creer en lo que se desplegaba ante sus ojos, como una película americana de guerra - miraban asombrados como se ametrallaba desde los aviones a la multitud que huya despavorida.
Nunca se supo cuantos fueron los allí masacrados. Ni sus nombres. Ni donde fueron enterrados. Los militares se encargaron de hacer el trabajo de desinformación, acallando las averiguaciones o intentos de juicio y de protesta.
En realidad, las desapariciones quedaron impunes. No hubo investigación, y fueron borrados de los libros hechos tan brutales que, al ser escondidos al conocimiento de la gente, se repiten cada vez en peor escala.

2.- FUSILAMIENTOS; 1956.

También se borró de los libros de historia el fusilamiento de civiles y militares que defendieron el orden constitucional. "Decreto de pena de muerte masiva".
Ese fusilamiento fue firmado por el general Aramburu mientras Perón huía al Paraguay, en una cañonera de la marina, fuerza que estaba atacando y dando muerte a sus mismos defensores.

3.- PLAN CONINTES; 1960

Fue sancionada en 1948 por el entonces presidente, democrático, Juan Domingo Perón. Era un decreto de emergencia extralegal, anticonstitucional, que estableció la jurisdicción militar para los actos llamados "terroristas". Significa "Conmoción del Orden Interior".
Fue vuelto a poner en vigencia por presión militar el 13 de marzo de 1960, durante el gobierno constitucional del Dr. Arturo Frondizi.
Es decir, que en un gobierno constitucional, los militares se hacían cargo de los civiles opositores políticos y participantes de huelgas obreras. La justicia civil pasa a depender de la justicia militar, ocasionando una serie de minigolpes y querellas entre civiles y militares.
Escribo textualmente: "Para colmo de males el panorama político-social se vio agravado por un estado represivo que aumentó en intensidad, que ponía en duda el mismo sistema democrático en
que se apoyaba " (Rouquie, Alain, "Poder militar y sociedad política en la Argentina").
Se prohibió la palabra Perón. Se hablaba del "tirano prófugo". Había logrado concretarse el MOU (Movimiento Obrero Unificado).
Ya en 1958, el Boletín Reservado de Guerra Nº 3753 del año 1958, a quince años del Holocausto, del Juicio de Nuremberg, decía en algunos de sus pasajes:
"Sería trágico que en cumplimiento de una mala interpretación de la disciplina, nuestros soldados asesinaran a las mujeres, hombres y niños que lucharon heroicamente en contra de la dictadura... " (se refiere al gobierno constitucional de Perón)
Entonces, ¿que fue el asesinato de miles de manifestantes en Plaza de Mayo? ¿Ya estaba en ellos el proyecto de asesinato de niños y mujeres? Los militares lo tenían presente. Los políticos... ¿también?

4.- 1962: Primera desaparición, sin conocimiento de destino, de dos dirigentes metalúrgicos.

5.- 1968 : Noche de los bastones. Represión en la Universidad de Onganía.

6.- 1972: Son masacrados los presos políticos en la cárcel de Trelew a disposición de la Marina. Entre ellos, una mujer embarazada de siete meses.
Podemos decir que desde 1955 a 1996 hemos tenido un solo gobierno democrático, realmente, que no quiso obedecer ordenes de los militares, y duró sólo tres meses: el del Doctor Héctor J. Cámpora.
Tres meses sin presos políticos, sin estado de sitio, sin represión militar ni policial, con una justicia real, con un interés verdadero de desarrollo social.
Luego, la masacre de Ezeiza, 1973. Los criminales procedieron con impunidad total. Ni se investigó ni se castigó a los culpables, cuyos nombres y apellidos dieron a conocer las mismas FF.AA., autoras del crimen.

EZEIZA - 1973

Cuando Perón y su mujer volvieron al país, un millón de personas habían concurrido a esperarlo en el aeropuerto de Ezeiza. Familias enteras, gentes de todas las clases sociales, esperan, tomando mate, la vuelta de un presidente constitucional, que había sido violentamente echado de su cargo, hacía ya 18 años.
Se pensaba y se sentía como un triunfo popular sobre las FF.AA., la jerarquía eclesiástica y el proyecto económico militarista. Todo fue una trampa.
Desde el palco oficial, el grupo de militares y civiles al mando del coronel Osinde tiraron con armas largas matando a los manifestantes. El coronel dirigió la masacre. De esta masacre jamás se dio información.
Periodistas hicieron investigaciones al respecto y llegaron a la conclusión de que todo estaba preparado desde hacía tiempo. La casualidad hace que este hecho se relacione con la masacre de Cañuelas, ocurrida tres años después, el 12 de Junio de 1976.
Fue en ese club SMATA donde se produce la quemazón de seis cuerpos, entre los que estaba el del doctor Santiago Bruschtein, padre de mis hijos, secuestrado el día anterior, 11 de Junio de 1976.
Fue en ese club donde se escondieron las armas que se utilizaron en la masacre de Ezeiza, nunca aclarada por la justicia de Mª Estela de Perón y López Rega.
No hubo nombres, ni nunca nadie supo dónde fueron enterrados los allí asesinados. Por relatos de compañeros del hospital donde ejercía como psicóloga de planta, y que recorrieron en ambulancias el lugar, supe de cuerpos colgados de los árboles. De cuerpos de mujeres y niños. Todos NN.
Desaparecidos.
No fueron los primeros, tampoco serán los últimos en el país.

TRIPLE "A" (A.A.A.)

En el año 1974, la viuda de Perón y su ministro de Bienestar Social ensayaron cuatro métodos represivos con el fin de acallar las protestas de la población frente a una situación económica e institucional realmente degradada.
Los cuatro métodos puestos a prueba fueron:
a) apresamientos masivos con tortura, sin asesinato
b) asesinatos públicos

1-En los domicilios de las victimas.

El doctor Silvio Frondizi fue asesinado en su casa, lo mismo que el bebé del rector de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, doctor Raúl Laguzzi, además de habitantes de villas de emergencias o trabajadores.

2- En las calles.

Los asesinatos del padre Mujica, del doctor Ortega Peña, de Julio Troxler entre otros cientos de víctimas. En esta espantosa situación se podía rendir homenaje a la víctima y hacer un acto político de su velatorio para que nadie lo olvide.

c) La desaparición de personas.

El antecedente histórico es la desaparición de dos dirigentes metalúrgicos ocurridas en 1962, que provocó gran perplejidad en la población.

d) Masacres a multitudes: Ezeiza.

En la época de Mª Estela de Perón y López Rega, las desapariciones llegaron a seiscientas.
La primer fosa común que descubro buscando la desaparición de la primera desaparecida de mi familia, mi hija Aída Leonora Bruschtein Bonaparte, es obra de esta mujer, que no fue enjuiciada, ni condenada.
Quedará en la historia de nuestras instituciones como gobernante cruel y corrupta, respaldada siempre por los militares que en aquella época, con su anuencia, inventaron la Alianza Anticomunista Argentina -triple A-, a cuyo frente estaba su consejero, López Rega.
El enlace entre la triple A, es decir la presidenta, y los militares, era la joven oficialidad del ejército, que luego comandaría los grupos de tareas y regentearía los 365 campos de concentración.
El 24 de Marzo de 1976 la escalada represiva se intensifica y extiende sin límites: mujeres embarazadas, madres jóvenes y mayores, sus hijos e hijas, hombres y mujeres, sus padres, muchas veces familias enteras..., porque "debía servir de escarmiento". Así se llega a la escalofriante cifra de 30.000 detenidos-desaparecidos.
El silencio fue cada vez mayor. La mentira de las FF.AA., la indiferencia de la jerarquía eclesiástica y la cobardía de algunos políticos llegó a ser desesperante.

MALVINAS 

La última represión masiva que hubo en mi país fue durante la guerra de las Malvinas. La única guerra.
En 1982 la represión había disminuido gracias a las presiones nacionales e internacionales. Un general borracho tuvo que inventar una guerra, porque los torturadores no pueden dejar de torturar.
En la guerra de las Malvinas se torturó a los soldaditos. Muchos de los que murieron lo hicieron a manos de sus superiores, los genocidas que hicieron desaparecer a 30.000 niños, mujeres y hombres.
Los mismos que luego se beneficiarían por la ley de "Obediencia Debida", a pesar de haber sido condenados en un juicio ejemplar, sin precedentes en la historia. Los nazis fueron juzgados por los aliados mientras el pueblo alemán miraba hacia otro lado.
La ley de "Obediencia Debida" fue sancionada durante el mandato del presidente Alfonsín, el mismo que posibilitó el "Nunca Más".
Por toda esta historia, y por el análisis de la realidad nacional e internacional, es que proponemos la disolución de las FF.AA., autora durante años - e intensificados en la década del 70- de crímenes calificados como de "lesa humanidad".
Proponemos su disolución, previa declaración de sus crímenes a través de un nuevo juicio internacional, puesto que han sido muchos los miembros de otras nacionalidades que fueron desaparecidos y asesinados durante esta década.
Entre ellos, cientos de españoles.
Puedo afirmar que en general las FF.AA. de todos los países, y a través de la historia, sólo han conseguido un tratado genial sobre ajedrez, escrito por Clausewitz, donde los cuadros blancos y negros se concretizaron en campos de batalla para la mente militarista, incapaz por siglos de simbolización.

LA IGLESIA 

En la Argentina, país de contradicciones, sería extraño que la iglesia permaneciera fuera de estas.
Para el común de la gente, la iglesia, católica, más bien su jerarquía eclesiástica, está dividida entre la voracidad económica y paranoica, y los que abogan con espíritu cristiano y con valentía por dos deudas que tienen para con la sociedad: decir la verdad sobre la masacre al pueblo argentino, de la que fueron cómplices.
Y estar al lado de los miserables, los que padecemos miseria, y no del lado de la corrupción política y económica.
[...] El obispo emérito de Viedma, Miguel Hesayne, solidario con las madres desde siempre, declaró que "no puede ser cristiano quien impulsa un sistema que es anticristiano".

LA IMPUNIDAD 

Las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final creadas por el presidente Alfonsín, sumados a los Indultos del presidente Menem, han iniciado el camino de la construcción de la impunidad.
Una impunidad que diluye el proyecto democrático, genera una escalada criminal incontenible, y da cobertura y recurso para la protección de la corrupción política en todos los estamentos de gobierno.
El poder que el presidente tiene para elegir los jueces define la injusticia. Hace ineficaz la existencia de los diferentes poderes: legislativo, además del judicial. A esto se agrega la intervención de la jerarquía eclesiástica, equivalente a órgano de estado.
El efecto en la población es de impotencia y desesperanza. La vigencia de la injusticia social, la disminución brutal de la calidad en la educación y de la posibilidad de acceso a la misma, así como a la salud, hacen que debamos calificar a este plan económico como atrozmente despiadado y asesino.
Y en medio de este panorama, es imprescindible que nosotras sigamos reclamando la Verdad, la Justicia y la Memoria.
Nosotras seguimos exigiendo Verdad, que significa conocer esta historia de represiones, necesitamos saber todo. Porque esto volverá, si los genocidas se mantienen en silencio, como lo han hecho hasta ahora, salvo impresionantes excepciones, unas diferentes de otras.
Que hablen, cada quien como pueda. Queremos justicia, no el poder maligno que provoca la impunidad.
Entre nosotras ya no hay menores de 65 años. Esto quiere decir que estamos más cerca de la muerte que naturalmente sobrevendrá... Naturalmente... ¿Con tanto silencio sobre el destino de nuestros hijos? Nunca será natural.
Reclamo el derecho a morir con el pleno conocimiento de la verdad.
Muchas de nosotras hemos sido testigos y hemos tenido conciencia de la escalada represiva.
A veces nos provoca sonrisas, otras asombro, por las respuestas a preguntas como: "¿Dónde estabas vos cuando yo vivaba a Perón en la manifestación del 47?" "Visitando a mi padre, que estaba preso por defender la justicia", puede ser la contestación.
Y sin embargo, son esas diferencias que nos permiten reconstruir un pasado y transformar la anécdota en hecho.
Muchas de nosotras han sido protagonistas de movimientos políticos, estudiantiles y obreros, en la forma más sencilla, de firmas de desplegados defendiendo la libertad de presos políticos y denunciando la represión a los trabajadores, o trabajando con las poblaciones más carenciadas de las llamadas villas miseria.
En Línea Fundadora, hay madres como la que les habla, con un pasado de actividad política-social, de lucha feminista y de trabajo profesional.
Tenía una identidad anterior a esta dolorosa, terrible, de madre de desaparecidos. Estaba embarazada de siete meses de mi bebé menor, mi Irene Mónica, cuando veía volar sobre mi casa, en Morón, ciudad sede de la base aérea, los aviones cargando las bombas.
Recuerdo que tomé a mis tres hijos,-cada uno se lleva 18 meses: 9 de embarazo, 9 de lactancia-, y nos metimos en nuestra casa, queriendo creer que una simple estructura iba a protegernos de las enormes bombas que trasladaban los aviones a la Plaza.
Ustedes han pasado una guerra. Saben de eso. En la Argentina no hubo guerra. Siempre fue una represión a ciudadanas y ciudadanos sorprendidos por lo desmedido del ataque y totalmente indefensos.
Dice el ensayista argentino José Maria Pasquini Durán en su libro: "Por lo pronto el futuro es un Problema mundial. La guerra civil en la ex-Yugoeslavia, entre bosnios, serbios y musulmanes, arrasó con su brutalidad todo lo imaginario del terror, pero igual uno se queda con la sensación que tal vez mañana suceda algo peor[...]". Y más adelante, agrega: "En los titulares de los diarios de hoy, cualquier lector atento encontrará rastros de las actividades de los tres mayores poderes de este tiempo: narcotráfico, terrorismo étnico-religioso, y capital financiero-especulativo. Hay puntos de contacto entre ellos: el tráfico de armas, el blanqueo de capitales ilegales, la corrupción de los poderes públicos. ¿Qué podría suceder si deciden darse reciprocas protecciones?" 
[...]Hemos sostenido que jamás pediríamos la pena de muerte, aun cuando estas sean para condenar a los asesinos de nuestros hijos.
Debe haber un juicio y una condena ejemplar y pública. Sé que esta afirmación se ha interpretado como una debilidad, como una claudicación.
Pero nadie podrá comprender jamás todo el esfuerzo que hemos debido hacer con nosotras mismas para no convertirnos, nosotras, en asesinas bajo el pretexto de la venganza.

Laura Bonaparte de Bruschtein

Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora (Página de Internet).





Un hombre incorruptible

Por Osvaldo Bayer

En esta sociedad argentina tan confusa, los dos populismos -el radicalismo y el peronismo- que nos gobiernan desde siempre (con las interrupciones militares "ordenadoras" habituales) parecería que hubieran borrado para siempre todas las fronteras de las definiciones. Pero, como excepciones, hay figuras que pese a todo ayudan a redefinir los valores. Una de ellas -una de las más firmes, sin duda, de "piedra"- es Agustín Tosco. Y lo es porque surge de un sector que, junto al político, es uno de los más confusos, o que confunde más, de nuestra sociedad: el sindicalismo. El sindicalismo a partir de 1943 comienza a transgredir lo que tendría que haber sido su derrotero. Se inicia en la coparticipación del poder, y poder significa también corrupción. Se hace participacionista, conciliador, artífice para no quebrar el equilibrio en la sociedad capitalista. Entra con todo en el populismo. Cambia, grita, sale a la calle, para dejar todo como estaba.
Tosco es la antítesis, es el dirigente sindical antiburocrático, el auténtico dirigente obrero que no sólo cuida y representa los intereses de los trabajadores sino que además busca un camino para una sociedad justa. Es decir, que su acción y pensamiento no quedan en una labor limitada a discutir convenios o leyes, sino que, con persistencia, va buscando caminos y procederes que lo ayuden a terminar con el sistema de pedidos y dádivas. Para luego ya pretender, como búsqueda máxima, que todo el sistema se afirme en estructuras igualitarias. En esa época argentina, Tosco es una "rara avis". Valentía, honestidad, perspicacia, calma, capacidad para el debate. Ni obedecía directivas partidarias ni participaba en el banquete constante. La contrapartida definida es el dirigente neoperonista Vandor. Una especie de "manager" de la relación Estado-Capital-Trabajo.
Es una época clave aquella de los sesenta, en la que la bala, el bastón largo, los oficios de los servicios de informaciones y los militares en el poder dominarán la escena.
Tal vez, la cualidad más alta de Tosco era no entrar en internas, en discusiones interminables sobre personalismos o directivas de secta.
Cuando la clase obrera salía a la calle, él no rehuía la primera fila, lo tomaba como algo natural, frente a los uniformados del sistema y sus bastones o balas.
Con él se da la palabra, el valor de la palabra. Lo escuché hablar en un congreso obrero. Por supuesto, Tosco estaba en minoría y su palabra creaba el silencio a su alrededor. Se lo escuchaba. Hasta los provocadores pagados por la burocracia acallaban sus abucheos o sus coros de "Perón, Perón" como único argumento para tapar el debate. Esos eran los mejores momentos de Agustín Tosco. No necesitaba elevar el nivel de voz porque hablaba con la verdad. Sus conceptos eran simples: ni los juegos florales para hacer creer lo que nadie creía ni el personalismo demagógico acostumbrado de los dirigentes con puesto asegurado. Noble, firme. Nada mejor para demostrar que todas estas palabras sentidas que estoy volcando aquí no son mera alabanza circunstancial es leer sus escritos.
Un dirigente obrero para libro de láminas. Ese es el patrón; ése, el gobernante; ése, el policía; ése, el militar; ése, el obrero: todo bien definido.
Tosco es todo lo contrario del fanático adoctrinado: "Siempre es necesario encontrar las coincidencias para la acción y para la lucha en base a la unidad. Con ello lograremos los triunfos que anhelamos. Como lo enseña la historia del movimiento obrero". Lo pensó, lo escribió y lo llevó a cabo.
La eterna burocracia sindical de los Triaca y los Daer rehúye la figura de Tosco. El peronismo oficial no habla de él. Se cumplieron los 25 años de su muerte y poco eco tuvo el recuerdo en los medios. Sigue siendo la figura de centros de estudiantes, de sindicatos no burocráticos, de agrupaciones opositoras a los pasillos ministeriales. Su figura tiene el halo de aquellos sindicalistas fundadores de principios de siglo, que fueron capaces de levantar sociedades obreras en los pueblitos más aislados de la pampa, o entre los colocadores de vías del norte, el oeste y el litoral. Aquellos que no se contentaban sólo con dar las directivas que venían de la capital sino que acataban las asambleas, después de escuchar también al analfabeto y al extranjero que refundía nuevos idiomas.
Al recordar a Tosco no se puede caer en el personalismo, no se corre ese peligro. Porque no hacía milagros ni era el gran prometedor ni repartía pan dulce ni estampitas de Luján. El era lo que los demás resolvían -pero siempre dando su opinión- y luego se marchaba en la misma dirección. No dirigió sino que acompañó las explosiones populares, aunque iba, claro, en primera fila porque allí lo querían ver los hombres y mujeres de buena voluntad. Y porque él era un heredero del peligro que habían sufrido permanentemente aquellos obreros que encabezaron las filas de 1902 donde cayó el obrero marítimo Ocampo ante las balas uniformadas de los poderosos de los toros Shorton y de las vacas Holando-Argentino, con sus representantes galerudos de la Casa Rosada; o en la Plaza Lorea, en 1909, por las ocho horas de trabajo, atacados con la máxima de las cobardías por el máximo héroe de la Policía, el asesino nato coronel Ramón Falcón. Tosco en primera fila en la manifestación del pueblo frente a los máuseres de Onganía, el general gris, con la eterna tristeza del egoísta. Tosco en las cárceles, en esas celdas todas solidaridad frente a la tortura y la raza de ratas de los guardiacárceles. 
Tosco escribía ya en 1969, en pleno esplendor neofranquista del onganiato estas palabras profundas, estas verdades profundamente dolorosas por lo reales: "Porque es cierto que en nuestro país la miseria margina a grandes grupos humanos. En la ciudad y en el campo. La existencia de las villas miseria son una prueba elocuente de la explotación del hombre por el hombre. La otra cara del lujo y la suntuosidad. La expresión más dramática de la falta de humanismo, donde la desnutrición, la enfermedad, el analfabetismo, la promiscuidad no son cualidades específicas de sus habitantes, sino consecuencias, efectos de la riqueza acumulada o despilfarrada por los sectores que gozan de todos los privilegios.
"Porque es cierto que en nuestro país muchas familias no encuentran posibilidades de educación para sus hijos. Así, por falta de recursos económicos, como por la insuficiencia de escuelas, como por la carencia de bancos. Por lo oneroso que resulta cada vez más el precio del transporte, de los útiles y libros escolares, de la indumentaria, de las cooperadoras.
"Porque es cierto que en nuestro país se traba el justo reclamo de la juventud para su capacitación técnica o cultural, por sus problemas económicos, por la imposición de aranceles cada vez mayores, por el selectivismo, el limitacionismo y la falta de perspectivas posteriores.
"Porque es cierto que en nuestro país la mujer no tiene igualdad de derechos, aun en las limitaciones de los mismos que goza el hombre. Y es sabido que sobre ellas es donde recae la mayor explotación económica, tanto en las tareas rurales, como en el comercio, la industria o los servicios.
"Porque es cierto que en nuestro país los hombres y mujeres del campo están sometidos a explotación cuando trabajan, en especial en los ingenios, actividad forestal, frutícola, cerealera, y sobreviven en la indigencia en los períodos de receso, sin perspectivas de colocar su capacidad de trabajo en otras ocupaciones.
"Porque es cierto que en nuestro país la mayoría de quienes gozan de ingresos medianos no tiene otras perspectivas que el estancamiento o la proletarización, salvo el pequeño núcleo de ejecutivos cuya condición de promoción está supeditada a su identificación con políticas empresariales de contenido regresivo.
"Porque es cierto que en nuestro país la falta de desarrollo económico obliga al éxodo de especialistas, técnicos y profesionales que no encuentran ocupación para aplicar sus conocimientos.
"Porque es cierto que en nuestro país a medida que pasa el tiempo se va acentuando la absorción, el copamiento o la transferencia de las empresas nacionales, públicas y privadas a los grandes monopolios extranjeros o a su supeditación y condicionamiento a los intereses de los grandes organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, puestos al servicio de la dominación yanqui en América latina.
"Porque es cierto que en nuestro país todo eso origina la frustración de legítimas aspiraciones y crea un clima de angustia colectiva."
Esto Tosco lo escribió hace treinta y un años, apenas acabado el Cordobazo. Parece escrito hoy. Es nuestra realidad de hoy. Nótese su claridad, su estilo llano. Entre todas las publicaciones de la burocracia sindical cegetista no encontramos absolutamente nada que pueda parecerse a este análisis del obrero lucifuercista. Un dirigente sindical de overol lucha en la calle y habla en la asamblea. Qué mejor análisis político sociológico sobre este luchador que sus propias palabras. No hay nada que interpretar, la historia le ha dado razón y le sigue dando la razón.
Agustín Tosco es uno de los más nítidos Hijos del Pueblo. Ese nombre se les daba, a principios de siglo, en las organizaciones obreras, a quienes habían dado toda su vida por la solidaridad, por la dignidad. Su retrato tendría que colgarse en todos los sindicatos del país y más, por sus manos limpias y la pureza de su pensamiento, en todos los colegios y universidades del pueblo.
Tosco murió perseguido por la mafia criminal de López Rega y sus peronistas de derecha, muchos de ellos de la burocracia sindical, aliados con el Ejército y los servicios de informaciones. No lograron encontrarlo, pero a su refugio no pudieron llegar los medicamentos y tratamientos que necesitaba. Fue una víctima más, uno más de los mejores de los tantos que cayeron en esos años.
En el prólogo al Cordobazo de Juan Carlos Cena tomo una expresión de Américo Melchor González que, por su sencillez, concisión y claridad, lo dice todo, y es la mejor definición de Agustín Tosco: "A Tosco lo odiaban porque era un incorruptible".
Sabemos lo que cuesta en la Argentina ser un incorruptible. Un incorruptible en la sociedad esencialmente corrupta. Si Tosco volviera a ver la luz hoy con los piqueteros hambrientos en la ruta, con los horarios de trabajo establecidos nada más que por el patrón, con las ancianas mujeres desdentadas de los basurales y los niños argentinos comiendo la basura que tiran los Mac Donald's, se pondría organizar otro Cordobazo con todo el pueblo solidario. Tal vez le costaría años, pero él no se daría por vencido.
No, entraría en la Universidad Popular de las Madres y daría una clase magistral sobre cómo organizar la resistencia de los pueblos y acabar con el monólogo de Machinea sobre la obediencia debida al FMI y al Banco Mundial. A la violencia de arriba, la palabra de protesta de abajo; a la bala represora, el puño cerrado y la piedra en defensa del derecho.
La violencia actual de los poderes económicos y sus amanuenses políticos hará nacer irreversiblemente, en las calles, el progreso que traerán cien nuevos Toscos. Los Toscos no se extinguen, se repiten.

Página/12-15 de diciembre de 2000

Detrás de la historia 

Por Fernanda Juárez

El Espejo de Argentina y el Mundo. Argentina, mayo del 2001.
Documental: los convulsionados años 70 emergen y se plasman en el trabajo que está preparando el cineasta Adrián Jaime sobre la militancia política en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). 

Desde hace tres años Adrián Jaime viene trabajando en la realización de Los perros, un documental que tiene como eje central la irrupción del PRT (brazo político del ERP, Ejército Revolucionario del Pueblo) en el escenario político argentino. A contrapelo de lo que promociona la historia oficial, este joven director cinematográfico se sumergió en los años 70 para rescatar "la experiencia fantástica de aquel proceso revolucionario, como algo verdaderamente transformador". 
El equipo realizativo -integrado por Marina Jasovich, Claudina Peralta (producción), Pablo Género (archivo), Daniela Acacia (fotografía) y Alicia Cáceres (asistente de dirección), entre otros- tiene su sede en Córdoba, desde donde desarrolló un intenso trabajo que incluye la articulación de escenarios dispersos, la búsqueda de archivos, el contacto con ex militantes y familiares. "Laburamos con archivos fotográficos, fílmicos, sonoros, periódicos de la época, revistas y una cantidad de material que no siempre está al alcance de las oficinas públicas, sino que por ahí son archivos personales que se buscan de otra forma", dice Adrián Jaime, sin olvidar que la dictadura militar barrió con gran parte de esta información.
Los esfuerzos se multiplican para rastrear las pasiones que movilizaron al militante de la época hacia la búsqueda de una transformación de la realidad y provocaron un cambio radical en las prácticas cotidianas de vida. "Esa transformación de la vida tiene un motor muy fuerte que no está explicado en las historias cronológicas", afirma el director, al mismo tiempo que enuncia las preguntas disparadoras del trabajo: "¿cómo es que ese hombre entregaba la vida?, ¿cómo la vida de esta gente se fue transformando?". 
Los perros se inscribe en el marco de un proyecto mayor acerca de la experiencia desplegada en los años setenta, tanto en el plano político como sindical. En este aspecto, la propuesta cuenta con el antecedente de Tosco, grito de piedra, un documental sobre la paradigmática figura de Agustín Tosco. Este trabajo, que participó en el Festival de Cine de La Habana (1998), en el Festival de Cine Independiente de buenos Aires, en el Festival de Trieste y que ganó varios premios a nivel nacional e internacional, marcó el inicio de Adrián Jaime como director y le dio las fuerzas para continuar con su iniciativa. 
En el camino de reconstruir desde el presente la dimensión política de un proyecto, el PRT se presenta como una forma de resistencia a la opresión. 
"No fue únicamente una experiencia armada; fue una experiencia fabril, estudiantil, barrial, intelectual, donde la política comenzó a ser usada como un instrumento liberador de las potencialidades creadoras del hombre", afirma el documentalista. 
En esta reconstrucción Córdoba juega un papel central, tanto por la complejidad que adquirieron las organizaciones políticas durante esa etapa como por el espacio que abrió el Cordobazo. Si bien la idea no es posicionar el documental sobre Córdoba, Adrián Jaime establece que la ciudad mediterránea marca un peso muy fuerte sobre esta experiencia política: "nosotros vamos a entrevistar a gente que militó o tuvo alguna relación con Córdoba, también para que entre los cordobeses haya un reflejo de lo que fue esa época". 
El equipo realizador prevé llevar a cabo, además, grabaciones en Buenos Aires, Santiago del Estero, Nicaragua, México y Cuba. El proyecto actualmente se está co-produciendo con Cuba -que cedió material de archivo- y cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba Cultura y la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba. También se sumó la aprobación de los cineastas que participaron del grupo Cine de Base de Raymundo Gleyser, el grupo Boedo Films, y el documentalista Fernando Birri. 
Con el compromiso de algunas organizaciones políticas, gremios y familiares de militantes -que se movilizaron para que el documental se concrete- y superada la instancia de investigación, el director espera terminar el proyecto a fines de este año. Buceando en un espacio clave de nuestro pasado donde se condensaron pasiones, ideales y utopías, Adrián Jaime promete con Los perros rescatar desde el presente una mirada sobre aquello que se esconde detrás de las historias oficiales.

La Insignia, agosto de 2001.

 

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